República y 155

David Rodríguez

Hace un mes escribía un artículo llamado ‘Ni DUI ni 155’, y ahora me veo obligado a colocar un título prácticamente opuesto. Queda claro por tanto que lo sucedido durante las últimas semanas no ha sido para nada una buena noticia para los que demandamos el diálogo, pues hemos tenido la proclamación de la República catalana y la suspensión de la autonomía, aunque con una intensidad claramente diferente. Tanto el govern de la Generalitat como el Estado español han cometido una serie de errores que costará bastante remediar, aunque por fortuna en política nunca se puede decir que se ha llegado a situaciones definitivas.

El ejecutivo de Puigdemont ha actuado de manera totalmente irresponsable. Los resultados del 1 de octubre, siendo una movilización ciudadana cívica y ejemplar, no pueden ser considerados como vinculantes, ya que la mitad de la población no se sintió llamada a la consulta. El pleno del Parlament del 10 de octubre, con la independencia suspendida, abría las puertas de un posible diálogo, pero las amenazas de Rajoy y el encarcelamiento de los líderes de ANC y Òmnium no han ayudado en nada a la distención. Finalmente, en lugar de convocar elecciones anticipadas como la solución menos mala a una situación enquistada, el President ha optado por convocar otro pleno en el que se ha proclamado una República totalmente virtual. En nombre de la independencia, han facilitado a Rajoy la injusta aplicación del 155, nos hemos quedado sin autogobierno, y además la contienda electoral se ha convocado desde Madrid. Ha sido como caer por un precipicio, como golpearse contra una pared, un comportamiento impropio de un gobierno con un cierto sentido de la responsabilidad.

Ante esta situación, la respuesta de la judicatura española ha sido totalmente desproporcionada y fuera de lugar. Sin base jurídica alguna y contra los criterios garantistas aplicados por el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional ha decretado prisión preventiva incondicional contra los miembros del govern catalán, en uno de los hechos más graves acontecidos en Catalunya desde la Transición. Esta barbaridad jurídica no ha hecho sino profundizar en el conflicto y ha generado el rechazo de la mayoría de la población catalana. La existencia de presos políticos en una supuesta democracia moderna es un escándalo inaceptable, que ha sido condenado incluso por fuerzas políticas y colectivos que no son independentistas.

Las elecciones del 21 de diciembre, por tanto, van a celebrarse en un ambiente totalmente enrarecido y distorsionado por los últimos acontecimientos. La opinión publicada en la mayoría de los medios de comunicación insiste en hablar de dos bloques, el independentista y el constitucionalista, situando a los Comunes en la equidistancia. Me parece totalmente equivocado. En una encuesta de Metroscopia, publicada por El País el día 28 de octubre, se planteaba la siguiente pregunta: “Si hubiera una consulta que incluyera la posibilidad de optar por una tercera alternativa en la que Cataluña seguiría formando parte de España pero con nuevas y blindadas competencias en exclusiva, ¿qué es más probable que acabara usted votando?”. La opción independentista suma el 29% de los apoyos, la de mantener el status quo actual se sitúa en el 19%, y la “tercera” alternativa ofrecida alcanza el 46%. Como en todos los sondeos de opinión, hay que tomar con precaución estos datos, pero lo que parece claro es que esos supuestos dos bloques responden más a una situación de conflicto mal gestionado que al sentir profundo de la población catalana.

La solución a este problema pasa por el diálogo, el referéndum pactado, la libertad de los presos y el levantamiento del 155, como muy bien lo acaban de expresar diversas personalidades de la vida política, social y cultural en Catalunya, que incluyen no sólo el espectro independentista, sino que abarcan buena parte del espacio de los Comunes y del PSC. Sería una muy mala noticia que las elecciones del 21 de diciembre volvieran a plantearse como una batalla entre las dos posiciones extremas, porque ello desvirtuaría el debate de fondo y dificultaría la solución del conflicto. No existen equidistancias, sino propuestas diversas, todas ellas legítimas, sobre el futuro de Catalunya como nación y su relación con España.

4 comentarios en “República y 155

  1. Hay cosas que no significan nada. Diálogo,por ejemplo , necesita de su contexto, el único , el legal. Diálogo dentro de la ley, dentro del parlamento y observando sus procedimientos; lo demás son espasmos de cerebros bravos. Así que precisión. No ha habido presos políticos, sino políticos presos , que cada vez más ocupan áreas amplias en nuestras prisiones.
    Todo se va calmando , Forcadell se atempera , guarda sus felinas garras y concede un cierto grado de sumisión.’El Estado gana con ello.
    Hablar de mayorias e este momento delicado carece de interés. La corte de Puigdemont en el exilio comienza a tener dificultades. Las varas de los alcaldes intransigentes se facturan como bastones de esquí. El soufleé de indignacion , baja.
    Todo va mejor.

  2. Ahora resulta que La DUI del Parlament independentista fue «un acto testimonial»según ForcaDell.
    Me pregunto si las empresas que se han ido ,los eventos mundiales que están en la cuerda floja,la bajada del turismo,el que Barcelona se quede sin La Agencia Internacional del Medicamento,que las empresas y el turismo Chino se desplacen a Madrid y Málaga, que los «Barcos del Amor» se desplacen a otros puertos del Mediterraneo,que las continuas manifestaciones y huelgas generales ,son solo «actos testimoniales».
    La mente independentista ha creado una nueva forma de pensamiento.
    La realidad testimonial.

  3. Después de las declaraciones en el Supremo hoy ha quedado definitivamente liquidado el process. Avisad a Puigdemont para que deje de hacer el ridiculo en Bruselas.

  4. Hoy ha quedado meridianamente claro que la DUI de PuiDevil era su deseo irrefrenable de «poner una pica en Flandes»…recalco .»era su deseo».
    Resulta que estaba yo escribiendo este comentario y he visto un artículo publicado en Enero de este año y que hacía referencia a Las picas en Flandes y resulta que es la introducción a la misma reflexión que os había escrito…así que os dejo el enlace para que veáis que cuando el articulista lo escribió el proces ya le olía a muerto.
    Lo que cuesta poner una pica en Flandes

    Julio Murillo.
    27.01.2017 00:00 h.
    Seguramente muchos de ustedes estarán familiarizados con la expresión «poner una pica en Flandes», aún sin tener, quizá, muy claro su significado exacto y origen. Permítanme refrescar su memoria y retrotraerles a los días de Felipe II, hijo de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Ese monarca plantó muchísimas picas en Flandes, territorio bajo soberanía española. Las picas eran las lanzas pesadas que hincaban en tierra los piqueros de los tercios españoles, capaces de ensartar a caballos y jinetes a la carga; eran casi tan largas, pero aún más gruesas y pesadas, que las sarisas de la falange griega. En aquellos días ya se hablaba de lo que costaba poner, o plantar, picas en Flandes, pues siendo imposible el paso por Francia, y siendo que la ruta por mar suponía enfrentarse a los ingleses, las tropas españolas se embarcaban en Barcelona –puerto principal de la flota imperial de España desde los días de Carlos I, en el que muchos militares otorgaban testamento en castellano– y navegaban hasta Génova. Y desde allí la soldadesca hacía larga y penosa ruta terrestre hasta los Países Bajos, por el denominado chemin des espagnols, desde Milán a Bruselas. Por eso la expresión «poner una pica en Flandes» se utiliza, incluso a día de hoy, para ilustrar algo que es y resulta sumamente costoso y de tremendo esfuerzo.

    El Muy Honorable (para algunos) presidente Puigdemont ha querido, como buen renegado español de casta, clavar también su pica en Flandes. Y curiosamente a este amasador de ensaimadas no le ha costado mucho plantarla, porque la burrada que se ha pagado para que él se exhiba impúdicamente en una sala del Parlamento Europeo en Bruselas, junto a otros dos honorables fantasmas arrastracadenas, Junqueras y Romeva, la vamos a costear todos.
    (Sigan leyendo aqui)
    https://www.google.es/amp/s/cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/cuesta-poner-pica-flandes_67139_102_amp.html

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