Rinoceronte

Arthur Mulligan

«Amb més de 50 anys, el Pedro ha mort aquest matí. Fa uns dies, i a causa de la seva avançada edat, havia iniciat un procés de debilitació que ha anat evolucionant cap a un estat cada cop més delicat que no s’ha pogut revertir malgrat l’atenció dispensada pels cuidadors i veterinaris del Zoo. L’animal, que va arribar al Zoo ara fa 20 anys provinent d’un embargament, representa un dels propòsits més significatius del Zoo de Barcelona a dia d’avui, ser refugi i garant del benestar d’animals que requereixen una protecció especial. El Zoo ha esdevingut un centre de referència en la cura d’animals d’edat avançada i s’ha dedicat durant els darrers anys a donar-li atenció geriàtrica especialitzada per minimitzar, entre altres dolències, els problemes articulars que patia. El Pedro era un rinoceront blanc meridional, una espècie amenaçada per la caça furtiva i inclosa en la Llista Vermella de la UICN, per la qual treballa el programa de conservació ex situ EEP de l’Associació Europea de Zoos i Aquaris (EAZA), d’on forma part el Zoo de Barcelona.»

Pedro era un rinoceronte blanco meridional, una especie amenazada por la caza furtiva que ha muerto con más de cincuenta años en el Zoo de Barcelona. Los rinocerontes son personalidades muy interesantes y versátiles. En ellos se entrelazan de manera intrigante la calma y la terquedad, la curiosidad y la beligerancia explosiva. Suele pasar que el Rinoceronte no quiere ver lo obvio durante mucho tiempo, por lo que se ganan el apodo de alguien «ciego» o «cerrado de mente». Curiosos, sopesan los pros y los contras durante mucho tiempo antes de tomar una decisión. Algunos llamarán a esta calidad cobardía, pero a ellos no les importa mucho la evaluación de los demás; prefieren permanecer cautelosos. Ante la más mínima amenaza, atacan, recordando que la mejor defensa es un buen ataque. Y debido a su enorme fuerza logran fácilmente la victoria y obtienen el resultado deseado. El Rinoceronte no teme al polvo ni a la suciedad. Trabajarán duro para lograr su objetivo utilizando cualquier medio en su camino hacia la victoria.

En realidad, el Rinoceronte es un líder solitario; no les gusta el trabajo en equipo y cooperan con alguien solo para expandir y proteger su territorio. El Rinoceronte tiene una buena memoria, especialmente cuando se trata de rencores. Tal vez por estas características el dramaturgo franco-rumano Eugene Ionesco eligió este animal en 1959 para su fábula dramática acerca de la propagación y aceptación social del totalitarismo.

La acción transcurre en una pequeña ciudad de provincias donde un buen día aparece un rinoceronte perturbando la tranquila y burguesa vida de la comunidad y generando, como si de una epidemia se tratara, un efecto de contagio consistente en la transformación de las personas en hermosos y robustos paquidermos. Berenguer, el protagonista de la obra, en un principio le resta importancia a este acontecimiento, pero pronto, en cuanto su amigo Juan sufre esta inopinada metamorfosis, comienza a reaccionar contra la epidemia de la que no sabemos si por determinación o por temperamento él ha quedado inmune. Al final, consciente de que su capacidad de adaptación le aboca a la soledad y a la marginación, proclama a los cuatro vientos su resignada condición de resistente no sin antes lamentar con amargura no poder ser uno de ellos. El tema de la voluntad es el eje central de este mordaz relato que se emplea a fondo con la formulación de múltiples preguntas sobre nuestra responsabilidad tanto individual como colectiva. Así, por ejemplo, qué postura debemos o podemos adoptar con respecto a la degradación generalizada de la sociedad ante determinadas propuestas para su radical transformación; singularmente destacan aquellos aspectos relacionados con el sentimiento de identidad que están troncados con planteamientos ideológicos-sociales y que aparecen, en forma tan evidente, ligados tanto con la angustia de la pérdida de identidad como con la necesidad, sentida como inexorable, de adoptar la identidad del grupo.

Los rinocerontes invaden las calles de un pequeño pueblo, como productos de la transformación tipo endémica que van sufriendo progresivamente los seres humanos que asumen la identidad del rinoceronte. El mencionado Berenguer, aficionado a la bebida, expresa cuál es el conflicto básico que lo ha llevado al alcohol y que se refiere fundamentalmente al problema de su identidad, así cuando dice por ejemplo: «En todo momento siento mi cuerpo como si fuera de plomo o como si cargara a otro hombre sobre mis espaldas. No me he habituado a mí mismo. No sé si soy yo. En cuanto bebo un poco, el fardo desaparece y me reconozco, vuelvo a ser yo».

En los momentos finales de la obra, cuando la pareja constituida por Berenguer y Daisy parece quedar como sobreviviente única de los efectos del cambio que convirtió a todos los demás en rinocerontes, procura reconfortarse mutuamente para evitar sucumbir a la transformación. Pero se sienten aislados, acorralados y perseguidos por el bando mayoritario de los rinocerontes que los sacan constantemente con barridos y sacudidas, invadiendo todos los medios de comunicación (radio, teléfono, etc.); la persecución contra la identidad se hace cada vez más aguda y difícil de controlar. Daisy es la primera en ceder: «Hay que ser razonable. Hay que encontrar un modus vivendi y tratar de entenderse con ellos. No hay otra solución».

Berenguer insiste en la defensa: «Todavía podemos hacer algo. Tendremos hijos y nuestros hijos tendrán también hijos. Llevará tiempo, pero quizá podremos regenerar a la humanidad… hay que salvar al mundo». « ¿ Para qué salvarlo?», responde Daisy «… Después de todo quizás seamos nosotros los anormales». Y luego acercándose y aceptando cada vez más la nueva identidad de rinoceronte, dice refiriéndose a los ruidos que emiten: «Oye, ¡qué bien cantan!»

– «No cantan, lanzan berridos.»

– «Te equivocas, cantan y además juegan y danzan.»

Y luego de señalar que la vida en común con Berenguer ya no es posible, se aleja para integrarse en la manada.

Berenguer se desespera, se resiste y mirándose al espejo dice:

– «El hombre no es feo, el hombre no es feo. Sí, me reconozco, soy yo. Pero no soy hermoso. Ellos sí son hermosos. Cometí un error, no tengo cuernos.»

«¡Cómo quisiera ser uno de ellos! ¡Ay! Jamás me convertiré en rinoceronte. Ya no puedo cambiar. ¡Qué feo soy! ¡Malditos los que quieren conservar su peculiaridad! Pues bien, tanto peor. Me defenderé de todos. Soy el último hombre y seguiré siéndolo hasta el fin. ¡No capitulo!»

Según el enfoque con que se la estudie, esta obra admite diversas interpretaciones. Pero, sin duda destaca el hecho de cómo la «identidad-rinoceronte» puede representar la ideología del grupo mayoritario que convierte a los individuos de identidad más endeble (aspecto Daisy del personaje) que se identifican con ellos y asumen su ideología-identidad por imposición. Berenguer mismo a pesar de que concluye diciendo que no capitula y defiende su condición negándose a « rinocerontizarse», profundamente ha capitulado también: se ve feo y lamenta no ser «uno de ellos».

La extraordinaria fábula de Ionesco, aunque pertenece al llamado teatro del absurdo, ilumina en mi opinión un fenómeno muy real en la deriva del partido socialista de nuestro país, afectado gravemente por una metamorfosis que mimetiza el comportamiento de sus miembros con el modelo cambiante de su líder, dejando por el camino algún que otro Berenguer balbuceando protestas sin convicción, añorando la unidad perdida y bastante deprimido al contemplar el aleteo sincopado por el aire escaso que atraviesa sus fosas nasales en el agonizante y colosal estertor de ese ejemplar de rinoceronte blanco llamado Rodríguez Zapatero con el que comenzó todo, hace años, también en Barcelona.

2 comentarios en “Rinoceronte

  1. ¡¡Bingo!!
    ¡¡La cuadratura del círculo en estado puro.!!
    Cuanta inteligencia metafórica ,estrapolativa y copulativa .
    No me queda claro si El Rinoceronte Pedro era o no un rinoceronte indio,pero me da lo mismo…
    Pongamosle color a las tinieblas de Mr Mulligan.
    Pedro Sánchez es un unicornio,iluminado por la gracia de Ziluminatius.
    Pedro Sánchez»El Unicornio» es en estado puro,una expresión de fuerza, de ideales y de sueños.
    Ser mitológico renacido cual ave Fénix y que ha alcanzado altas cotas de logros de derechos y justicia sociales y relevancia política internacional a lomos de El Falcón cual Pegasus.
    Pedro Sánchez «El Unicornio» es la vacuna,no es el virus que contagia y te convierte en un ser despreciable.
    Si su contacto te convierte en unicornio,eres un ser libre al que la bilis derramada por la carcundia político y mediática linchadora .no afecta ni le aparta del camino que marcan los pasos de Pedro Sánchez «El Unicornio».hacia el Arco Iris.

    No temas Mr Berenguer Mulligan.

    Ven con nosotros,serás libre,lleno de colores resplandecientes, pletórico de esperanza.
    Una nueva realidad cognitiva.
    ¡¡¡Ánimo,somos unicornios!!!
    ¡¡Viva Ziluminatius!!
    ….JAJAJA…que nervios.

  2. Mi comentario anterior no ha sido escrito bajo el efecto de sustancias ácidas ni hongos del bosque, ni plantas jamaicanos o terrones de los tambores de Ketama.
    Tan sólo un café con magdalenas y sobaos .Que quede en acta.
    AC/DC.
    …ejem…jeje.

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