¿Segunda guerra fría?

LBNL

A finales de enero publiqué por estos lares una columna sobre Ucrania en la que advertía de que la cosa se estaba poniendo fea y se podía poner mucho si el Presidente y la oposición no eran capaces de pactar. Acabaron haciéndolo pero un mes más tarde, en el que murieron decenas de manifestantes y algunos policías. La situación se degradó tanto que los Ministros de Exteriores de Alemania, Francia y Polonia, junto a un enviado del Presidente ruso, tuvieron que plantarse en Kiev para forzar la firma de un acuerdo que pusiera fin a la deriva hacia el caos. Ya era demasiado tarde y pocas horas después, el Presidente Yanukovich huía tras haber perdido el control hasta de su propio partido.

En las horas y días siguientes, las nuevas autoridades –básicamente el mismo Parlamento en el que antes Yanukovich tenía mayoría absoluta- cesaron al Presidente nombrando al Presidente de la Rada en su lugar, y anularon la constitución de 2010 (presidencialista) reemplazándola por la de 2004 (que da más poder al Primer Ministro), todo ello sin respetar verdaderamente los procedimientos legales. Además, aprobaron una ley que anulaba otra anterior que protegía el uso de las lenguas de las minorías nacionales en aquellas zonas en las que suponen más del 10% de la población (principalmente la rusa en muchos lugares, pero también otras). La policía anti disturbios que había llevado el peso de la batalla contra los miles de manifestantes de la plaza de Independencia (Maidan), desapareció de las calles y fue reemplazada por brigadas de vigilantes voluntarios, incluidos los elementos más radicales y ultras del movimiento insurreccional.

El triunfo de la rebelión cívica contra el gobernante corrupto no fue por tanto todo lo bonito que cabía esperar y aunque cesó el goteo de muertos y heridos, el rabino de Kiev aconsejó a los judíos dejar el país tras escuchar algunos llamamientos a limpiar la administración de rusos y judíos.

La Unión Europea se movilizó para parar la deriva y presionar para que las fuerzas de la oposición formaran un gobierno de unidad nacional verdaderamente inclusivo, según lo acordado el 21 de febrero. El Partido de las regiones, el de Yanukovich, prefirió mantenerse al margen mientras afrontaba un proceso de refundación interno, y el del ex boxeador Klitsko decidió apoyarlo desde fuera. Por consenso fue elegido nuevo Primer Ministro uno de los tres líderes opositores, Yatsenyuk, al frente de una combinación de políticos opositores, tecnócratas y líderes del Maidan, incluido alguno poco recomendable. Lo cierto es que el nuevo gobierno no era del todo inclusivo, al menos en lo que se refiere a representatividad de la parte Este de Ucrania, es decir, aquella donde predomina la población rusófila y triunfa tradicionalmente el Partido de las Regiones.

Estos elementos fueron suficientes para que Rusia decretara la movilización de sus tropas cercanas a la frontera con Ucrania y alentara un movimiento de insurrección en Crimea y las principales ciudades del Este ucraniano, que desembocó en la toma de control de Crimea por parte de milicias armadas sin identificar y en el Senado ruso dándole permiso a Putin para intervenir militarmente en Ucrania si fuera necesario para proteger a la población rusa.

Crimea era rusa hasta que Nikita Jruschev decidió “regalársela” a Ucrania dentro de la URSS y alberga la base naval rusa del Mar Negro, que le da a Rusia salida al Mediterráneo a través del estrecho turco y que tiene en “leasing” por los próximos 25 años a cambio de una rebaja sustancial en el precio del gas que le vende a Ucrania. Es lógico también que en vista de las pulsiones anti rusas que florecieron en Kiev con la toma del poder, la población rusófila del Este se sienta algo preocupada, como también la madre Patria. Sin embargo, esas preocupaciones legítimas se tratan de otra manera, especialmente si no hay urgencia. Y no la había.

Lo que había en cambio es la necesidad de respetar el principio de la inviolabilidad de las fronteras y la independencia e integridad territoriales de Ucrania, como de cualquier otro Estado, por parte de TODOS los Estados, por más que en el pasado hayan estado unidos o, más bien, lo hayan tenido bajo su control. Aunque es pronto, parece que Rusia ha decidido limitar su agresión sólo a Crimea. Pero no hay razones para la confianza porque las mismas excusas que ha dado para tomar el control de la península, valdrían para hacer lo mismo en la mayor parte del Este ucraniano.

No vamos a ir a la guerra por Crimea, el Este de Ucrania o Ucrania entera, así que depende enteramente de Rusia hasta dónde quiere llegar. En Moldavia y Georgia, los otros dos países ex soviéticos que quieren estrechar lazos con la Unión Europea y querrían entrar en la OTAN, Rusia ya tiene el control de parte del territorio a través de gobiernos títeres y no da señales de que contemple retirarse en el futuro previsible. Son casos parecidos pero no iguales. Lo de Moldavia (Transnistria) viene de la disolución de la URSS y lo de Geogia (Abjazia y Osetia del Sur) viene también de entonces pero agravado en 2008 cuando el Presidente georgiano intentó liberar las zonas ocupadas a tiros.

No vamos a ir a la guerra por Ucrania pero sí vamos a decirle a Rusia que no ya la ajuntamos. De momento ya no vamos a su próxima fiesta: la Cumbre del G8 que estaba planeando para junio en Sochi. Eso siempre fastidia: tiras la casa por la ventana y te dan plantón. Y se acabaron las Cumbres bilaterales: nada de reunioncitas con Obama, la Unión Europea, etc. Si vas de abusón por la vida, sólo te aguantan los que no tienen más remedio. Ah, y olvídate de la cooperación militar con la OTAN, que tanto les mola a los militares rusos, y con la Unión Europea: se acabó eso de planificar conjuntamente qué hacemos en Mali o en Somalia. Por no hablar de la ansiada exención de visados para entrar en la zona Schengen: llevan años pidiéndolo y estábamos cerca de concederle. Que se olviden, como del Nuevo Acuerdo con la UE que querían negociar. Si siguen portándose mal, a partir de ahora sólo nos sentaremos a negociar, a cara de perro como siempre, sobre los conflictos comerciales, aunque sólo sea porque es indispensable para poder luego denunciarles en la OMC. Y si la cosa se pone muy fea y empieza a haber muertos por doquier, siempre cabe aprobar sanciones personalizadas contra los responsables, Putin incluido, llegado el caso, a ver si les inmovilizamos cuentas bancarias y otros bienes.

Claro que sí, Rusia tiene gas y petróleo y puede vivir sin EE.UU. y la UE, pero Japón, China, India y otros tampoco estarán muy contentos con que Rusia viole la integridad territorial de un vecino, que mañana podrían ser ellos mismos. Por no hablar de Turquía, que encima siente una solidaridad especial con los tártaros de Crimea, y que podría llegar a cerrarle el estrecho a la flota rusa, o peor aún, a los barcos comerciales que regularmente llegan a Rusia vía el Mar negro, que no son pocos.

Los no rusófilos de Crimea están jodidos y pinta que lo van a seguir estando por bastante tiempo, como podrían estarlo pronto los del resto del Este ucraniano o los de todo el país, si la deriva continúa. Pero los rusos también lo estarán. Les gusta mucho ser tratados como un miembro importante de la comunidad internacional y les fastidiará tener que relacionarse sólo con los parias. Por no hablar de la fragilidad de su economía, que muy fácilmente podría entrar en barrena, especialmente si la inestabilidad en Ucrania acaba provocando su quiebra.

Ayer la Unión Europea anunció un paquete de ayudas económicas por valor de 11 billones de euros y de otro tipo para ayudar a salir a Ucrania de la crisis. A Rusia más le valdría colaborar: según algunas estimaciones, si Ucrania quebrara, podría llegar a perder hasta 30 billones de dólares.

Ojala las conversaciones de ayer en París y de hoy en Roma permitan contener la crisis y empezar a revertirla, incluido el envío de monitores internacionales a Crimea para verificar la situación real sobre el terreno. Ojalá no haya incidentes o accidentes que provoquen derramamiento de sangre y nos obliguen a doblar el envite. Ojalá los líderes de la UE que se reúnen hoy de urgencia en Bruselas tengan suficientes elementos de esperanza como para amagar sin llegar a dar, con la esperanza de que Rusia recapacite y coadyuve a desandar el camino, también el de los errores cometidos desde Kiev. Ojalá. En caso contrario, bienvenidos a la segunda guerra fría.

7 comentarios en “¿Segunda guerra fría?

  1. Ah, por cierto, no se crean todo lo que leen al respecto (con excepción de la columna de hoy, por supuesto 🙂 ). Sí, la UE importa mucho gas de Rusia pero Rusia le exporta mucho gas a la UE y no tiene a quién hacerlo alternativamente. Además, el invierno ha sido moderado y hay reservas para 3 ó 4 meses, incluyendo para Ucrania. Rusia no se puede permitir no cobrar por exportaciones de gas durante tanto tiempo. Ni la UE va a decretar un embargo a las importaciones de gas ruso ni Rusia haría lo contrario.
    En cuanto a Ucrania, la cosa económica está mal pero parece que sus necesidades de financiación a corto plazo (6 meses) rondan los 4 billones de dólares, no 15, 20 o 35 como algunas voces han venido bramando. De tal manera que si firman un acuerdo con el FMI tendrán el apoyo financiero necesario para solventar el corto plazo y, eso sí, acometer las duras reformas que necesitan para que su economía sea sostenible. Hasta ahora está parcialmente basado en los subsidios rusos, que no son gratis. A los ucranianos les corresponde decidir. Que decidan lo que quieran y que TODOS lo respeten.

  2. Me parece que con el anuncio de esas medidas tan “duras”, además de mostrar el enfado occidental al autoritario Putin, lo que se le está diciendo al ruso es que su agresión quedará impune, que no se está por la labor de hacer algo más que muecas de desagrado,…al menos siempre que la cosa se limite a lo que parece (la apropiación de Crimea).

    Llegados a este punto, es típico –sobre todo en el ámbito europeo- proclamar que por supuesto no se va a ir a la guerra por Crimea. Así planteada la cosa, el efectismo rinde frutos. La cuestión no es la guerra, de entrada al menos, porque hay muchas otras posibles actuaciones mucho más enérgicas que ese mostrar que ya “no ajuntamos” a Putin. El problema es que, alguna vez, desde la Unión Europea lo que se tendría que decir es cuáles son las cosas por las que merece la pena luchar, de verdad. Señalar las líneas rojas –peor en serio, no a la manera de Obama/Kerry-, sería al menos pedagógico para esta Europa pusilánime y conservadora.

    Pero me temo lo peor. Ya han sido muy reveladoras, y decepcionantes, tanto la primera actuación del ministro de exteriores alemán y lider socialdemócrata, como la evidencia de que el gobierno de Cameron velará sobre todo por que no se afecten los negocios de la City.

    Ayer, en El País, Charles Tannock escribía sobre “El imperio de Putin”
    http://elpais.com/elpais/2014/03/04/opinion/1393949891_435969.html

    Hoy lo hace Roger Cohen (“El crimen de Putin en Crimea”)
    “(…) Si Ucrania volviese a verse sometida por Moscú, o se viese desmembrada por una anexión rusa de Crimea en una flagrante violación de los compromisos adquiridos por la propia Rusia en 1994, Obama se convertiría en el presidente durante cuyo mandato se produjo un debilitamiento decisivo del vínculo transatlántico. El acercamiento a Asia no puede traducirse en abandonar a Ucrania. Obama debe hacer acopio de toda la presión diplomática, comercial y económica que pueda reunir para aislar a Putin; deben emplearse todos los medios políticos existentes para respaldar al Gobierno de Kiev; y la OTAN debe poner claramente de manifiesto que está dispuesta a defender a sus miembros (…)”.
    http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/05/actualidad/1394049758_377180.html

  3. Interesantísimo el artículo sobre Ucrania. Ayuda a entender ese maldito embrollo.
    Off the record. ¿Qué les parece el título del editorial de El País hoy: «Demasiado maltrato»? ¿Le parece a El País que 15 mujeres asesinadas en España en dos meses es «demasiado»? Me pregunto cuál es la cifra de maltrato que a El País no le parecería excesiva. ¿10 asesinatos? ¿o quízás 5? ¿o 3? Debería aclararlo. Yo creo que cualquier maltrato, por pequeño que sea el número de mujeres asesinadas es «demasiado». E incluso aunque no haya asesinatos: cualquier paliza, humillación, acoso u otro tipo de mala vida dada por un hombre a su pareja es DEMASIADO maltrato. El País está perdiendo el norte, si es que no lo ha perdido ya del todo.

  4. Leí a Charles Tannock ayer y me pareció un poquito vehemente. No es de extrañar. Es conservador británico y entre sus «aficiones» están la OTAN, Israel, Taiwan, Colombia (bajo Uribe) y Georgia (bajo Saakhasvili). Más o menos como Ansar, con la diferencia de que Tannock es psiquiátra y Ansar más bien paciente.
    Sus posiciones son legítimas y debatibles pero prefiero las de otros «halcones», como Kissinger, en un diario muy «progre» como el Washington Post. Mucho más conocedor del tema y sensato:
    http://www.washingtonpost.com/opinions/henry-kissinger-to-settle-the-ukraine-crisis-start-at-the-end/2014/03/05/46dad868-a496-11e3-8466-d34c451760b9_story.html

  5. Uf. menos mal, veo que comparto la mayoría d elas aficiones del tal Tannock.

  6. Leído en la web del PSOE:

    «La Vicesecretaria General del PSOE y Vicepresidenta del Partido Socialista Europeo, Elena Valenciano, ha mantenido hoy en Ferraz una reunión para analizar la crisis política en Ucrania, en la que han participado el ex responsable de política exterior de la UE y ex secretario General de la OTAN, Javier Solana, el ex presidente del Parlamento Europeo, Enrique Barón y responsables del área internacional del PSOE como el secretario ejecutivo para la UE, Juan Moscoso del Prado, y los eurodiputados socialistas Enrique Guerrero y María Muñiz.
    Valenciano ha condenado con rotundidad la violación del derecho internacional que supone cualquier intervención militar en un Estado soberano y ha recordado “la obligación de todos los actores implicados, incluida Rusia, de respetar la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”, en cumplimiento del Memorándum de Budapest de 1994.
    Sin embargo, frente a quienes alientan una escalada en la respuesta a los últimos acontecimientos en Crimea, la candidata socialista para las europeas ha hecho un llamamiento a todas las partes implicadas para rebajar el nivel de tensión y ha defendido “trabajar hasta el límite la vía del diálogo como único camino para preservar la paz. La guerra no es una opción”.
    En este sentido, la dirigente socialista ha subrayado “que gestos y retórica propios de la Guerra Fría, y políticas de aislamiento no van a funcionar con Rusia. Debemos, en cambio, hacer lo posible por incluir a Rusia en un verdadero diálogo político”, también en el marco de organismos multilaterales como la OSCE. “Nuestra vecindad oriental es a su vez vecindad occidental de Rusia, todos compartimos el interés por la estabilidad y el progreso de la región”.
    Elena Valenciano ha mostrado el respaldo de los socialistas a mayores esfuerzos, tanto políticos como económicos, por parte de la UE en apoyo de un proceso democrático en Ucrania respetuoso con todas las minorías del país, y de la mejora de las condiciones de vida del pueblo ucraniano, al tiempo que ha mostrado su convencimiento de que “la nueva Ucrania debe construirse sobre la unidad, y no sobre la división y el enfrentamiento étnico y lingüístico”.

    Lo mejor de esta vaciedad es ese hallazgo de Elena Valenciano de que “nuestra vecindad oriental es a su vez vecindad occidental de Rusia» Los medios no cuentan si tras esa luminosa observación cayó desplomada por el esfuerzo mental.

    Esperar ya algo de la socialdemocracia europea es pedir peras al olmo.

  7. Últimamente no me prodigo mucho en este foro, aunque os leo de vez en cuando. Incluso diría que tan poco me prodigo, que esta es mi primera intervención. Así que encantado de saludaros.

    Con respecto al tema de debate, gracia en primer lugar a LBNL por su fantástica exposición. Mi opinión es que la situación ya no es reversible. Especialmente la no-dependencia de facto de Crimea del gobierno de Kiev, se anexione o no finalmente a Rusia. El zarpazo ha sido certero por parte de Rusia.

    La guerra fría tampoco es una perspectiva aterradora. Viví una infancia y adolescencia felices bajo la misma. ¿Qué no ajuntamos a los rusos y no les damos visados para que visiten Lloret del Mar? Pues nada, tienen otros lugares de vacaciones, como por ejemplo Tailandia, Cuba… y si andan pelados porque les han sancionado… siempre les quedará Crimea.

    A los rusos ya se les avisó en Chipre que su dinero no estaba seguro en occidente. Ahora están re-avisados. Pues que se fastidien; no invertirán en occidente y se orientarán más a los mercados asiáticos. Tan europeos que se creían ellos y ya no van a poder comprar esas caras marcas europeas fabricadas en, fabricadas en… en fin.

    El ganador en esta pelea de amigos es, como siempre, el tercero en discordia. En este caso China. Dices, LBNL que China no estará muy contenta con que Rusia viole la integridad territorial de un vecino… pues yo creo que están dando palmas con las orejas. Primero, porque no han dejado de mirar con ojos codiciosos a Taiwan y, segundo, porque llevan años regateando el precio del gas con Rusia y ahora tienen al alcance de la mano que se lo dejen balato, balato.

    En fin, ¿que todos los amigos de Rusia le van a hacer el vacío? Pues, como siempre pasa cuando un pueblo se siente atacado, cerrarán filas y el líder otrora denostado por algunos incrementará aún más su popularidad. Si no se puede rendir a una isla del Caribe con un feroz embargo de décadas, ¿se rendirá el gigante Euroasiático porque sus amigos le den plantón en su fiesta de cumpleaños?

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