Septiembre caliente en las escuelas catalanas

drodrialbert

Este lunes se produjo una comparecencia conjunta entre el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonés, el conseller d’educació, Josep Bargalló, y la consellera de sanitat, Alba Vergés, para informar de las pautas básicas para la apertura de centros educativos en Catalunya el curso que viene. La rueda de prensa se realizó tras suspender las reuniones con los sindicatos y, por tanto, sin el consenso con los mismos.

La conselleria de Sanitat parte de la base de que la infancia no contagia el virus, como si ésta fuera una evidencia científica contrastada, cuando desgraciadamente todavía no lo es. De hecho, el mismo día de la rueda de prensa, la Asociación Española de Pediatría ha afirmado que se desconoce cómo será la interacción del coronavirus con la gripe en los próximos meses.

Del mismo modo, llama la atención que desde las propias autoridades sanitarias catalanas se señale que están incrementándose los contagios entre adolescentes y jóvenes.

Así mismo, el virólogo alemán Christian Dorsten informó de un estudio que ha coordinado que concluye que no hay diferencia entre la carga viral de niños y adultos.

Igualmente, el hospital de Sant Joan de Déu ha publicado otro informe en el que la prevalencia de los niños es similar a la de los adultos, concluyendo que hacen falta más estudios adicionales sobre las incógnitas pendientes, entre ellas la capacidad de transmisión de la infancia.

Finalmente, si analizamos situaciones reales, podemos ver que en países como Israel, más de 16.000 niños y profesores han entrado en cuarentena tras reabrir las escuelas.

Se trata de cinco noticias que ponen en cuestión el carácter categórico de las palabras de Alba Vergés, impropio de una responsable sanitaria. Realmente, no existe una evidencia científica contrastada sobre el efecto de la infancia sobre la transmisión del virus, aunque la tendencia mayoritaria de los estudios señala que no tienen el papel supercontagiador que se preveía hace unos meses. Y cuando se toma como punto de partida un supuesto dudoso, todo el plan sobre el que se sustenta también lo es, y además puede bloquearse cualquier alternativa si las condiciones cambian.

Respecto al conseller de educación, no se entendió una parte de sus propuestas pese a que la prensa consiguió aclarar algunas cuestiones en la rueda de preguntas. En resumen, se habla de grupos de convivencia estables, sin ratios, sin mascarillas y sin distancias de seguridad. Eso sí, cuando entren especialistas en el aula, deberán llevar mascarilla para protegerse. Se contratarán un mínimo de 5.000 profesores y se incrementará el acceso a los medios digitales para todo el alumnado. Algunas de estas propuestas sorprendieron a propios y extraños, ya que llevamos semanas especulando sobre unas ratios que estarían entre 18 y 22, en función del nivel educativo, y ahora sencillamente desaparecen. Se habla de perimetrar cada grupo estable, cuando un tamaño tan grande probablemente lo dificulte, y cuando buena parte del alumnado tiene hermanos en otros grupos de la misma escuela.

Sobre el profesorado especialista, hay que tener en cuenta que en secundaria todo el mundo lo es. ¿Cómo se pueden formar entonces grupos estables? No quedó claro y fue peor cuando el conseller dijo que cada grupo debía tener ‘no menos de cinco docentes’, palabras que a las pocas horas cambiaron a ‘un máximo de cinco docentes’ (justo lo contrario). Pero si nos ponemos a hacer cuentas, cinco docentes por grupo hacen una media de seis horas semanales, por lo que deben estar en cuatro grupos para completar su jornada. Esto significa que en caso de contagio, por efecto dominó habrá que acabar cerrando toda la enseñanza secundaria.

Además, no se entiende si esos docentes han de llevar o no mascarilla, cuando pueden estar en contacto con 120 estudiantes. Y en el caso de que deban ir con ella, no parece que las autoridades educativas sepan que es draconiano impartir de este modo 24 horas semanales de clase, cuando el instrumento de trabajo del profesorado es precisamente la voz. Se nota que quienes toman decisiones no han estado en los colegios durante las clases del mes de junio.

Para colmo, la Generalitat acaba de presentar un plan según el cual en las universidades deberá guardarse la distancia de seguridad o llevar protección. ¿Qué evidencia científica señala que esto es aconsejable en jóvenes de 18 años, pero no en los de 14 ó 16? ¿O acaso sucede que en los centros universitarios hay más espacios, se puede combinar enseñanza presencial y telemática, y por tanto dichas medidas requieren de una menor inversión? Las medidas de protección a tomar, ¿han de depender de temas económicos o sanitarios?

Cada centro ha de presentar su plan de reapertura el 23 de julio, a partir de unas instrucciones que de momento van cambiando con el paso de los días, o incluso de las horas. Todo ello sin haber consultado con los sindicatos y con sentencias judiciales que señalan que esta consulta es preceptiva. Un riesgo máximo en la manera de gestionar un tema tan delicado, que además parte de un supuesto que puede modificarse y volverse en contra. De momento, se han posicionado críticamente todos los sindicatos, así las asociaciones de madres y padres, especialmente por la enorme escasez de recursos destinados al objetivo previamente declarado de reducir ratios.

Los problemas de fondo que explican este despropósito son dos. Primero, la falta de inversión en educación, que impide contratar el número de profesionales adecuados para reducir ratios, pese a las promesas que se han venido realizando. Segundo, las presiones de la patronal, que quieren a las trabajadoras presencialmente en el centro de trabajo desde el mes de septiembre y por consiguiente a los niños en las escuelas.

Yo soy partidario de garantizar la presencialidad en toda la etapa obligatoria, pero esto ha de hacerse a través del diálogo con la comunidad educativa, un mínimo rigor científico y el conocimiento real de cómo funciona una clase. Por ejemplo, en el momento de la explicación de la profesora lo más adecuado es hacerlo sin mascarilla y guardando las distancias. Sin embargo, cuando se requiere la imprescindible atención individualizada, ha de hacerse con las medidas de protección adecuadas. Y, desde luego, las ratios actuales son un factor clave para explicar por qué nuestro sistema educativo no alcanza los parámetros de otros países.

Si no se procede a una negociación y a una rectificación de ciertos elementos de la propuesta del lunes, tendremos un inicio de curso muy caliente, y no porque el profesorado no quiera que las escuelas abran, sino porque desea hacerlo en unas condiciones dignas, con unas ratios decentes y con unas condiciones de estudio y de trabajo adecuadas.

4 comentarios en “Septiembre caliente en las escuelas catalanas

  1. Me pregunto por qué no hay un rebrote masivo ante las imágenes que vemos en los medios de disparatadas fiestas y reuniones multitudinarias, donde los que participan en ellas no guardan las debidas distancias de seguridad y no usan mascarillas. ..y la respuesta que tengo me la ha dado una familia en iBiza en la que todos sus miembros han contraído el virus y tanto ñiños como adultos son asintomaticos y se sabe que lo están porque el padre fue a hacerse un analisis rutinario y le detectaron el virus y a partir de ahí tomaron las debidas precauciones médicas y los debidos análisis y su confinamiento y seguimiento de las personas que han estado en contacto con ellos.
    Mi conclusión es que hay mucha gente que está contagiada y no lo sabe y esa falsa sensación de inmunidad es una bomba en potencia que nos va a estallar en cualquier momento.
    Y si a eso le añades políticos «iluminados» nos enfrentamos a una verdadera y real distopia.
    O una de dos o estoy alucinando o estoy perdiendo mi sentido de supervivencia.

  2. En mi opinión las medidas de confinamiento por el COVID se tomaron como se pudieron, fue adaptarse a unas circunstancias . En algunos aspectos de la realidad se pudo mejor que en otros.
    La educación es uno de los que no se puede. Se han sacado de la manga algo de emergencia para intentar seguir dando materia, tuviera la gente cero , uno o tres ordenadores en casa. Con los profesores montando los temas a uña de caballo y sin tener las cosas organzadas para la enseñanza on line, a costa de alterar completamente su condiciones de trabajo y su jornada laboral. Por cierto Tampoco esta mal comentar el maravilloso ejemplo siempre del sector privado español: algunos amigos de la educación concertada que siguieron cobrando mensualmente esa cuota que, se supone, no pueden cobrar Y QUE ADEMAS al que no le pagaba no le daban no le daban acceso a la aplicación informática para las clases (aplicación que a veces ellos habian recibido gratis) proporcionando un acceso de segundo nivel. Gente estupenda.

    Tras esta digresión, volvamos al tema, por decirlo brevemente ni Cataluña, ni Madrid, ni la Comunicad Valenciana, ni Andalucia, que son las comunidades mas pobladas, van a poder cumplir con las condiciones de profilaxis. Quizas pueda alguna comunidad pequeña, con tamaños de alumnado más pequeños (La Rioja, Asturias, Cantabria etc). Es imposible cumplir las dos cosas a la vez: enseñanaza presencial y distanciamiento, yo diria que incluso no hay tiempo material para poner en marcha en pocos meses un sistema así. Igual va a ocurrir, por cierto, en muchos centros de trabajo, no se puede, de manera efectiva, mantener las normas de precaución sanitarias y a la vez estar todos allí metidos. Podemos hacer como que no pasa nada y hacer como con los bares, decir que es salubrisimo estar en un sitio donde el camarero atiende a todas las mesas , y cogemos los pinchos del mismo plato etc. Vayamos a los bares con la mascarilla y la nariz por fuera diciendo que cumplimos las normas. Podemos incluso decir que estamos corriendo un riesgo calculado porque los padres no aguantan ya con los chavales en casa o las empresas quieren tener a todos en el despacho porque si no no currais, vagos, pero no nos engañemos, no hay tiempo, ni espacio para volver todos a la actividad en régimen normal y a la vez cumplir todos las normas sanitarias. Es, yo diría , incompatible. (Pasen por el metro de Madrid, o Barcelona si quieren, o cojan un cercanias, o un bus, o un tren o un avión). Como he dicho en mas de una ocasion, mas vale que «el bicho» se haya muerto o se haya aburrido, porque aquí, fuera de ponernos mascarilla [que por lo que uno ve, eso si que se hace más o menos] no pensamos realmente ir mas lejos, o no se puede sin adoptar medidas severamente restrictivas. Y esto es lo que hay

  3. Para mi que los que están tomando decisiones lo hacen a) lo mejor que pueden, que a veces es poco, b) a tientas en gran medida y c) aplicando la lógica, lo cual a veces no funciona porque aparecen factores a posteriori no previstos. En el caso de los colegios, como el de la apertura de restaurantes, etc, me parece que la premisa de base sobre la que se opera es que hay mucho menos virus ahí fuera. Sencillamente porque casi todos los que se contagiaron o se han muerto o se han curado. Quedan los asintomáticos y los importados pero son muchos menos. Así que si unos irresponsables montan un botellón la probabilidad de que uno esté infectado es radicalmente menor que antes y por tanto no se refleja en brotes inmediatos de cifras de infectados. La duda es qué pasará cuando los ingleses abarroten nuestros bares. Ahí hay más virus y podemos volver a las andadas fácilmente. Y entonces ya veremos cómo se adapta la cosa a los colegios en cataluña. Lo que expone el articulista no parece muy razonable, en primer lugar por incoherente: colegios si, universidad no, profesor si, alumnos no… Aunque decidan según a), b) y c), como mínimo un poco de coherencia.

  4. Bienvenidos a las incertidumbres en versión dura.

    ¿ La Asociación Española de Pediatría es la que ponía el logo en las cajas de galletas (bollería)?

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