LBNL
Lo de ser latino está muy bien y lo de tener opinión y ganas de defenderla, también. Lo que ya no está tan bien es lo de no ser capaz de separar a la persona de su opinión discrepante. Y en eso, los españoles, somos lamentablemente campeones. En estos días, unos piensan que el Gobierno lo ha hecho razonablemente bien teniendo en cuenta las circunstancias y otros que debía haberlo hecho mucho mejor pese a las circunstancias. Siendo géminis y habiendo estudiado derecho no me resulta imposible defender cualquiera de los dos puntos de vista con mayor o menor acierto. El vaso se puede ver medio vacío o medio lleno pero los españolitos tendemos a verlo muy lleno o prácticamente vacío. Y, sobre todo, a irritarnos con quien lo ve al contrario. En esto y posiblemente solo en esto, los de izquierdas y los de derechas somos casi iguales. Es posible que alguno, ante la afrenta que le suponga la comparación, deje inmediatamente de leer sin caer en que estaría confirmando la tesis. Como soy de izquierdas mejor será empezar analizando los pecados propios…A los de izquierdas nos parece evidente que cómo estamos a favor fervientemente a favor de la igualdad de oportunidades tenemos una superioridad moral ante quienes no son de izquierdas. No reparamos en que, al menos algunas veces, los de derechas o esos otros que se disfrazan como centristas – no se irriten, es un guiño a los “míos” – simplemente discrepan de que los postulados social-demócratas sean la mejor vía para lograrla. No, refutamos con convicción, es una mera excusa para defender “sus” privilegios. En el mejor de los casos, su error – obviamente el de “ellos” – es producto de la añagaza propagada por el pensamiento único neoliberal, imperante desde el binomio – para “nosotros” más bien el “dimonio” – Reagan-Thatcher. Si los menos favorecidos tuvieran la educación ilustrada que “nosotros” queremos que tengan, otro gallo cantaría… Hasta ahí, todo bien. Cada uno con sus cadaunadas.
Por otra parte, pensamos – más bien sabemos con certeza – que dios – por supuesto con minúscula – no existe y que la Ciencia – ahora toca obviamente mayúscula – es impepinable. La creación se explica con el Big Bang mientras que los dogmas católicos – hablamos desde España – son tan ridículos como la más primitiva superstición. Peor aún, lo de no pasar por debajo de una escalera es una estupidez supina, pero inocua dado que no es responsable de millones de muertos a lo largo de la Historia como sí lo son las religiones, católica – más bien cristianismo en general – incluída. Si acaso, somos “nosotros” los que representamos lo mejor del cristianismo – sin mayúscula, no nos pasemos – por aquello de que el cielo – de nuevo c pequeña – será el reino de los pobres y ligamos con la igualdad de oportunidades. Círculo redondo.
Cuando le pregunté hace años a un insigne y ateísimo filósofo español sobre la contradicción que suponía el dogma del imperio de la razón frente a la negación de todos los demás por dogmáticos, me despreció sin ambages pese a que le estaba dando de cenar. Qué quieren que les diga… Lo del Big Bang – doble mayúscula, por supuesto – me lo explica todo y me relaja pero a falta de un intelecto tipo Einstein o Hawkins, del que lamentablemente carezco, requiere una fe similar a lo de la manzanita de Eva. Pero tampoco hay que comerse tanto la cabeza. Como mucho, agnosticismo. No ver claro lo del big bang – ahora minúsculas porque estamos en modo duda – no implica tener que creer en lo de la inmaculada concepción de María (M grande solo porque es nombre propio). Que por cierto, no va de que María pariera virgen sino de que su madre la parió a ella virgen también, rizo teológico que data de hace solo un par de siglos. Ojo al tema que merece artículo aparte.
Como ya he confesado que soy de izquierdas no me parece una revelación añadir que, efectivamente, la religión católica – y todas las demás – me parecen una bobada (por no ofender utilizando términos tan inapropiados como sopla pollada). Lo cual no es óbice para respetar – incluso profundamente – que los demás crean en ella o en cualquier otra cosa que les ayude o, simplemente, les venga en gana. De la misma forma que entre los “nuestros” no despreciamos a los adictos a la meditación, creyentes en Gaia – G grande, por supuesto que hablamos de la madre Tierra, T grande, por supuesto, cada vez que aludimos al ecologismo) o echadores de cartas siempre que aboguen por la igualdad de oportunidades, la igualdad de derechos de cualquier ser humano, el bienestar – mejor dicho, los Derechos (¿aprecian la mayúscula?) – de los animales y un futuro sostenible para la Humanidad – esa H bien grande, por supuesto.
Pasemos a la derecha. Lo que a Vdes. – con la derecha mejor guardar distancias – les parecen “Nuestras” sopla polladas – N mayúscula obligada, para diferenciar de las “suyas” – son tan legítimas como las de Vdes. Pero no. Nos las respetan – al menos lo sentimos así – solo después de siglos de luchar por “nuestro” derecho a creer en lo que nos de la gana. Algo de razón llevamos en señalar su resistencia aunque es posible – solo posible – que no quepa culpar a la carcundia ultramontana nacional – perdonen el desvarío pero tengo que recuperar adhesiones de los «mios» si es que alguno sigue leyendo – por la Inquisición y la represión franquista. En teoría si pero, los “míos” (y “mías”, por supuesto) replicarían como un solo hombre (o mujer, por supuesto), que no se trata solo de que Vdes. traten de defender “sus” privilegios y crean en dogmas religiosos absurdos sino que, además, a día de hoy siguen resistiéndose denodadamente contra cualquier avance social (ya iba siendo hora de sacar la artillería percibo escuchar a los “míos”, y mías”, por supuesto).
Tengo que admitir que comparto la misma percepción. Por eso soy de izquierdas. Hasta la médula. Porque me parece que la derecha española se equivoca siempre – puedo admitir alguna excepción pero solo como hipótesis meramente teórica. Observo la historia reciente de nuestro país y concluyo analizando los hechos, que TODAS las conquistas de derechos – divorcio, igualdad de derechos de las mujeres, descentralización, interrupción limitada del embarazo, matrimonio del mismo género, instauración del delito de odio contra cualquier minoría, etc – son producto de la iniciativa de la izquierda, resistida como gato panza arriba por la derecha resguardada bajo diferentes siglas.
No es que lo crea sino que los hechos, a mi juicio, son irrefutables. Ese a mi juicio es muy importante. Muy importante (el punto y seguido sirve para justificar la merecida mayúscula). Tengo razón. Puedo estar equivocado – cuidado, solo es una hipótesis – pero esa no es la cuestión. El quid es que la derecha quizás no tenga derecho – valga la redundancia – a estar equivocada siempre pero los derechistas – “ellos”, los malos – si. Y no solo toca aceptar su discrepancia sino que conviene – por prurito intelectual pero sobre todo por aquello de la libertad personal por la que tanto hemos luchado – tolerarla, no solo aceptarla como mal menor. Es decir, no irritarse por la persistencia del otro en lo que “nosotros” – o “ellos” – sabemos, estamos convencidos o consideramos que es un error.
En esto los españoles somos pésimos, tanto de izquierdas como de derechas (no lo digo pero debería estar claro que, en mi opinión, los de derechas todavía peor). Y es un horror que así sea. No basta con tolerar a aquel que piensa y cree distinto cuando entendemos las razones por las que lo hace. Tolerar es respetar a aquel cuyas razones no entendemos.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son por supuesto criticables – tanto como el titular de los Masters de Harvaravaca; perdón, me pierde la bilis) pero no son lo peor de lo peor. Pueden no ser todo lo competentes que nos gustaría, superficiales, narcisos, contradictorios, superficiales, incluso corruptos si alguien aporta pruebas. Pero han llegado a su posición actual en virtud de una elección democrática. Y al que no le guste, ajo y agua, los mismos – y mismas – que “llevamos” aguantando del otro lado durante los ocho años anteriores, y en la Comunidad de Madrid desde antes de que yo pudiera conducir (bueno, casi).
Como buen izquierdista creo que la derecha es también peor en lo del acatamiento de la legalidad democrática. “Nosotros” no lo llevamos nada bien tampoco pero creo – estoy en mi derecho – que lo aceptamos mejor. Denunciamos, exigimos, despotricamos, ¡corruptos todos!, nos llevamos las manos la cabeza… pero no acusamos de traición, traición a España, a sus muertos, de que está todo perdido, de que nada tiene remedio…
Cabe discrepar, pensar que la derecha no es así y que es mucho mejor que la izquierda, también en cuanto al acatamiento de la democracia se refiere (pese a lo poco creíble que resulta…). Por supuesto, pero tengo pleno derecho a sostener mi opinión sin que por ello se irriten los que no la comparten y piensan – mejor dicho, saben, porque están en posesión de la verdad – que estoy equivocado. Y por supuesto, no soy el puritito demonio por pensar así. Es posible, incluso – ¡válgame dios! – que tenga razón. O al menos parte de ella.
Ahí está el tema. Ni blanco ni negro, ni bueno ni malo, ni “nuestro” atavismo ni el “suyo”. La virtud está en término medio, dictó Aristóteles. Sin pasarse, ojo. Hay mucha más virtud en “mi” lado. O si Vdes. quieren, en el «suyo». Pero no toda. En ninguno de los casos. Esa es la clave.
No quiero tener solo amigos de izquierdas. No quiero tener que refugiarme solo con los de mi tribu. En otros lares semejante anhelo es posible, créanme. No solo posible, es lo normal. En Alemania la discrepancia entre católicos, protestantes, agnósticos y ateos es civilizada. Incluso respetuosa. En Finlandia “los fachas” y los “rojos” discrepan – principalmente en silencio, por supuesto – sin acusaciones apocalípticas. En Bélgica, que es la parte de Flandes que siguió siendo católica y por tanto fiel a España, son sin embargo capaces de enredarse en discusiones eternas que, en un momento dado, desembocan en acuerdos transversales que en España provocarían invocaciones a crucifixiones y pasadas a cuchillo de un lado y del otro. En el mundo anglosajón tienen ese concepto tan útil del “agree to disagree” (estamos de acuerdo en no estar de acuerdo) que tanto trabajo me ha costado inculcar a mis hijos. Tienen la excusa de que son niños. En España deberíamos comportarnos como adultos. Adultos civilizados, incluso cordiales a poder ser. Es posible. Pero hay que querer (sobre todo Vdes.).
Hace falta bastante fe para creer que llegaremos a verlo. Fe Racional, con mayúscula, por supuesto.
Aprecio en lo que vale la condescendía positiva de LBNL y su firme invocación de la antorcha de la ilustración que ilumina su recto razonar aunque aparte los problemas – estos sí , objetivos – que surgen en el contraste con la razón práctica.
Cada vez que Atenas entra en lucha con Jerusalém se reproduce el fondo que , en mi opinión , propicia el artículo de hoy.
A título de ejemplo , la comunidad ortodoxa de Israel , siempre problemática , justamente desde una ortodoxia auto impuesta, en base a sus creencias , toleradas por representar la quintaesencia de la legitimidad histórica de su presencia en esa tierra ( una verdad teleológica ) que refuerza los fundamentos del estado de Israel , en base a sus creencias , se salta las leyes de su gobierno y enferma agravando la epidemia de coronavirus entre sus componentes y el resto de sus conciudadanos. El gobierno responde desde Atenas : un gobierno de leyes que piensa en grupos de demonios y no de ángeles. Pero antes , en su presencia en Israel , en tanto que ofrecen un acento particular , casi aristocrático por analogía , con las esencias del judaísmo, les tolera la exención de obligaciones a costa del erario público.
Por lo tanto , tolerancia e intransigencia conviven en relación dialéctica con carácter universal siendo de gente educada tolerar , para lo cual se debe tener la capacidad de prohibir e impedir aquello que ponga en peligro el gobierno de leyes y valorar su incidencia.
Al enunciado de su pregunta , responde con rotundidad la Constitución del 78
« Se puede, porque existo ».
Un maniqueísmo implícito y vagamente descriptivo de su biografía , carnet de conducir incluido , entrega su Bing Bang primigenio a la ornamentación devota de la diosa razón que afortunadamente no procesiona entre la turbamulta como lo hacía en tiempos de Robespierre.
La razón y su potencia descansan en la privacidad y no existe la razón absoluta , como estoy convencido que concede . No existe la izquierda , o las izquierdas , sino formas del pensar social cambiantes ; lo mismo podemos decir de la derecha o derechas.Sí existe , siempre , la naturaleza humana y sus pasiones . Y también un progreso moral concomitante con el material. ¿ Era Stalín de izquierdas ? O mejor, ¿ puede un criminal ser contemplado como un liberador cuando pide ser juzgado por sus intenciones ? Y mejor todavía ¿ es de izquierdas y tolerante un dirigente como Iglesias que elimina a los fundadores de su partido gracias a sus habilidades ?
Por mucho que la retórica revolucionaria se empeñe , la historia no absolverá a los totalitarios , aquellos que llevaron la desgracia y la opresión a varias generaciones.
Aquellos bolivarianos que ante nuestros ojos matan , roban , trafican con la riqueza nacional y torturan . Aquellos cínicos dirigentes del elefantiasico Partido Comunista Chino , martillo implacable de una sociedad que para sus dirigentes no son otra cosa que clavos, formada también por gentes que creen en las virtudes del cuerno de rinoceronte o de los efectos vigorizantes de la carne del Pangolín y sus escamas .
Por supuesto que aborrezco cualquier intento de subvertir un régimen de libertades y el simétrico hostigamiento del pensamiento desquiciado conservador.
Sin embargo , por provenir de una ideología de sustitución de los milenarismos redentores, lo más decente que disponemos es un amplio centro demócratico en el que se alternen , al modo del genio sin par de Cánovas , los acentos reformistas acordes con cada momento.
La madre que os parió a los dos!
Qué bonito! Ahora todos juntos.
https://youtu.be/TcBe2HqIIZo
Hombre , ¡ qué recuerdo , Polonio ! Ya que lo trae aquí se me ocurre que es perfecto como himno ideal de Podemos. Solo hay que añadir Patria en el original y ya está.
Deloitte nos da una estimación sobrelo que pudiera ser la recuperación de sectores económicos y su desarrollo en el tiempo.
En los sectores en los que me muevo, alimentación y retail, creo que está bastante acertado el desarrollo proyectado.
https://www.lavanguardia.com/economia/20200403/48280345019/recuperacion-economica-coronavirus-covid-19-deloitte.html
Para mí una gran incógnita es como va a repercutir el parón en la economía sumergida, que en esta crisis tambien se encuentra confinada. En la pasada crisis ayudó a que el descalabro fuera menor de lo que la realidad visisble anticipaba y creo que facilitó se mantuviese una calma social impropia de los datos económicos y de paro que se reflejaban.
La economía sumergida y los abuelos eran apoyos en los que muchos se agarraron. Hoy, la economía sumergida está también parada y los abuelos estamos cayendo como chinches.
Estoy oyendo a Sánchez y cada vez me preocupo más. Pésimo actor que gesticula como un maniquí leyendo las respuestas de guionistas que aprovechan los filtros para improvisar respuestas retóricas simples para que las pueda entender este tarugo esencial.
Sigue repitiendo como un simio la palabra garantizar , que en su boca no significa nada. Ni garantiza los suministros ni garantiza su distribución.
Un comparecencia banal, insincera , retórica , falsa y voluntarista.
Si siguen refinando las preguntas , que no hable. Nos da lo mismo .Hace trampas.
Lea un parte y se acabó.
https://share.icloud.com/photos/0YSdqhErIhJ4rj-wzwWkWyoRg
Nos deja Luis Eduardo Aute , un poeta que nos ayudó a abrir los ojos y oídos en tiempos oscuros , una voz indispensable en la transición , una voz cálida y delicada.
Quousque tandem abutere,Petrus, patientia nostra ?
https://twitter.com/jitorreblanca/status/1246482454627704834?s=21