Siguiendo con la cuestión de Ucrania y la izquierda transformadora

Lluís Camprubí

Mucho se ha escrito y dicho sobre la posición del espacio político a la izquierda del PSOE respecto a la tensión en Ucrania y el posible conflicto militar fruto de una invasión (total o parcial) por parte de Rusia.

Creo que lo mejor que se ha escrito sobre la cuestión es esto de Jorge Tamames: La Izquierda y Ucrania . Como resume su destacado: “Una posición crítica con los errores del atlantismo puede desempeñar un papel constructivo en esta crisis, pero debe condenar la coerción rusa”.

Tendrían que poder ser compatible (que no equidistante ya que hay una potencia agresora clara en el actual conflicto) poder criticar la política agresiva rusa (hacer preparativos para una posible invasión no es justificable y vulneraría la integridad territorial de Ucrania) con criticar elementos de la acción de la OTAN, del pasado o del presente. Y a su vez esto debería ser compatible con exigir que es tiempo de hacer todos los esfuerzos diplomáticos y que se atiendan las preocupaciones legítimas que tiene cada actor sobre cuestiones relativas a su seguridad (que las hay y muy diversas, tanto de Rusia, como de Ucrania, como también de la UE).

En la izquierda ya no deberían ser aceptables las lógicas y relatos por áreas o esferas de influencia, ni como aspiración de relaciones internacionales, ni tampoco como arreglo provisional. Volver a caer en lógicas de esferas de influencia es romper el actual orden internacional y la lógica de la seguridad europea con una ligereza pasmosa, dando pie a la ley de la selva, así como supone la ruptura de los principios de soberanía de los estados y su libre derecho a buscar las alianzas internacionales que consideren. Ver y aceptar el mundo por áreas de influencia puede ser cómodo pero enmascara que no todo es un juego ente potencias y niega a los estados pequeños la mayoría de edad para escoger sus decantaciones.

Ciertamente se pueden criticar – y mucho – bastantes elementos de la OTAN. Pero en el caso que nos ocupa (la ampliación de la OTAN) conviene no olvidar que han sido los propios países del este – y si corresponde Ucrania también – los que han solicitado formar parte de ella. Sus razones tendrán, – equivocadas o no, podemos discutirlo desde la distancia también – entre las que hay ciertamente su voluntad de no subalternidad con Rusia.

Además, debería poder decirse con naturalidad (no es ningún secreto) que ahora nadie relevante en la OTAN quiere a Ucrania dentro; que tampoco podría entrar (entre otras por tener un conflicto armado activo no resuelto); y que la OTAN no intervendrá militarmente (aunque pueda apoyar logísticamente o en suministros militares) en caso de conflicto Rusia-Ucrania. Es por ello que exagerar la contribución de la OTAN a la tensión puede ser funcional al gobierno ruso pero no debería ser así para el resto. El reflejo y suspicacia anti-atlantista en parte de la izquierda puede tener fundamentos en muchos contextos, pero en éste debería ser puesto en cuestión. Y un poco así ha sido, afortunadamente. Desde un primer reflejo inicial donde la responsabilidad y crítica se situaba por parte de algunas voces a la izquierda del PSOE en la OTAN (de forma muy marginal también a Rusia) se ha pasado a análisis y consideraciones hechas desde la complejidad, el derecho internacional y la mirada estratégica europea. En este sentido también es importante que la crítica a este espacio no se quede en las caricaturas, clichés o se aferren a declaraciones del primer momento de algunas voces de ese espacio.

 

Con todo lo dicho pues, me gustaría recomendar el comunicado de Catalunya en Comú: Comunicat sobre l’escalada de la tensió a Ucraïna: És l’hora de la diplomàcia.  Algún periodista captó su relevancia y algún analista que podríamos entender con una mirada solvente atlantista valoró que desde ciertas discrepancias puede ser material para una discusión seria.

2 comentarios en “Siguiendo con la cuestión de Ucrania y la izquierda transformadora

  1. Posicionarse contra la guerra me parece legítimo incluso cuando a veces pueda ser absurdo porque el adversario vaya a aprovecharse de ello. Criticar a la OTAN también aunque estaría bien hacerlo al mismo tiempo que se aprecian sus virtudes, que alguna tiene. Ahora bien, lo que no tiene ningún sentido es alinearse con la dictadura carca de Putin como si fuera el heredero de una URSS supuestamente izquierdista que combate al capitalismo salvaje de EEUU. Si uno es de izquierdas, de quién está más cerca: de Putin o de Biden? Quién lucha más contra el cambio climático y por los derechos de las minorías y por la redistribución social? Por poner solo unos ejemplos.

  2. A veces cuando hablamos de conflictos armados y especulamos sobre estrategias políticas ,pareciera que aún no tenemos clara la respuesta a la pregunta de «¿Qué fue primero ,el huevo o la gallina?».
    Y lo que resulta más denigrante en este asunto,es constatar que Rusia no actuará hasta después de que se celebren los JJOO de invierno en China para ,tener su respaldo.

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