Lobisón
Ya conocerán la frase de Churchill: ‘La historia será amable conmigo, porque tengo intención de escribirla’. Quizá con esa esperanza varios protagonistas de nuestra historia reciente han coincidido estos días en lanzar libros autobiográficos o asimilables. En este foro existen personas más aficionadas que yo a este género, así que sólo querría mencionar lo que se ha adelantado en El País del libro de Pedro Solbes (Recuerdos: 40 años de servicio público), y que se centra en las razones y el momento en que decidió dimitir.
El punto decisivo es el total desacuerdo de Zapatero a finales de enero de 2009 con el documento que a comienzos de ese mes le había entregado el vicepresidente económico, ‘Una estrategia para la recuperación de la economía española’. Solbes había señalado los desequilibrios crecientes y argumentado que ante la imposibilidad de introducir una devaluación de la moneda, como se había hecho durante la crisis de los primeros años noventa, era imprescindible acometer reformas estructurales.
En abril se produjo la crisis de gobierno en la que Solbes fue sustituido por Elena Salgado, y un año después, en mayo de 2010, Zapatero se sintió obligado a introducir el giro hacia la austeridad, después de que el paro hubiera superado los cuatro millones y medio de personas y de que un intento de reforma de las pensiones, probablemente diseñado para eludir los temores de insolvencia de la deuda española, quedara empantando por la resistencia de los sindicatos y de muchos sectores del PSOE. Y entonces, en mayo de 2010, comenzó la estrepitosa caída electoral del PSOE que se explicitó en noviembre de 2011.
Si nos quedamos sólo con estos hechos, se diría que se confirma el juicio que la derecha extendió sobre Zapatero: que por oportunismo o ignorancia mantuvo una política expansiva, que aumentaba los desequilibrios de la economía española y posponía las imprescindibles reformas estructurales. Pero Solbes recuerda que ‘en la cumbre que el G-20 celebró en Washington el 15 de noviembre de 2008… el FMI propuso… que se destinaran 1,2 billones de dólares, el 2% del PIB mundial, a poner en marcha acciones para reactivar la economía mediante la inyección de dinero público.
‘Era todo cuanto necesitaba Zapatero para orillar definitivamente mis advertencias sobre los riesgos del déficit público y la necesidad de defender la estabilidad presupuestaria que tanto esfuerzo nos había costado conseguir. Zapatero volvió de Washington convencido de que él tenía razón frente a mi postura que siempre había considerado excesivamente prudente.’
En ese contexto se diseñó el Plan E de inversiones municipales, que efectivamente aumentó los desequilibrios sin crear empleo. Pero hay que añadir que lo que hizo imprescindible el giro de la política económica española fue el estallido de la crisis de la deuda en 2010, tras el descubrimiento de las dimensiones reales de la crisis financiera griega, que desató la desconfianza de los mercados en la solvencia de los países del sur de Europa y una oleada de especulación contra la deuda soberana de estos países. Y aquí vinieron las presiones de Alemania y del mismísimo Barack Obama para que España cambiara de política, lo que decidió a Zapatero a inmolarse y a arrastrar con él a su partido.
Se puede comprender fácilmente que Solbes estuviera en contra del riesgo que suponía incrementar el déficit, pero no parece justo acusar a Zapatero de haber corrido ese riesgo para frenar la destrucción de empleo, sobre todo porque no eludió su responsabilidad cuando se vió que la estrategia de expansión había conducido a un callejón sin salida. El problema es que Zapatero probablemente sea menos hábil que Churchill como escritor de historia.
Zapatero no vio la crisis venir con la suficiente anticipación. Otros muchos pecaron de lo mismo, en el FMI, Banco Mundial, Comisión Europea, etc. y sin embargo muchos otros la veían venir con igual o más – según demostró la realidad – fundamento. Por estos lares, algún menda animaba a ponerse las pilas tras ganar las elecciones en el primer trimestre de 2008.
Con todo, el problema no era tanto la crisis que se venía encima como su magnitud. De haber sabido calibrarla, no tenía sentido meterse en los 400€ de deducción de la renta, etc.
Zapatero pecó, y mucho, de dejarse mal aconsejar, en gran parte por Botín, Fainé y cia. que tenían un interés muy particular en que la crisis fuera otra más, de tal manera que podrían aguantar con sus activos inmobiliarios hasta que el mercado remontara, como en 1993.
Se equivocaron y con ellos Zapatero, que escuchó a quien no debía.
Solbes no figuró entre los que exigían medidas correctivas a tiempo. Basta consultar su debate con Pizarro (colgué un post del inMundo aquí ayer) para verificar su calaña. A su decir, mientras desmentía la crisis, advertía a Zapatero de su inmediatez y, llegado el momento dimitió.
Falso, de toda falsedad. Lo que yo le achaco a Zapatero es haber nombrado a semejante rémora Vicepresidente económico y haberle mantenido tanto tiempo en el cargo. La deducción de 400€ en el IRPF seguramente fue un error pero si tenía alguna opción de funcionar era deduciéndola de golpe, y no mensualmente como Solbes obligó a hacer.
Tengo algún dato, anecdótico, que me hace sospechar del susodicho desde antes de salir al campo.
Por razones que no vienen al caso, un día mi jefe y yo compartimos urinario con el susodicho. Imaginen la escena: mi jefe a mi derecha, Solbes a mi izquierda, y yo en medio cogiéndomela con papel de fumar.
Mi jefe le dice (in English): oyesss, que he oído que te vas con Sapaterou de Economic Vicepresident.
Y el susodicho responde: yes, yes, mira que no quería porque ya como que me iba a jubilar del sector público y ponerme a ganar pasta gueese pero what do you want, que le vamos a hacer compadre.
Seguramente me lavé las manos meditando, pero qué cojones de actitud es esta para alguien que va a ser el número dos del gobierno?
La anécdota es absolutamente cierta. Lo que mal acaba acaba mal sobre todo cuando empieza fatal, como fue el caso.
Y encima ahora dice que dimitió. No te jode. Sólo falta que la vice publique un libro diciendo que se fue porque quiso…
Elegante Lobisón.
Es importante «escribir la historia». En el caso de la crisis de la deuda de 2010 y la crisis política el PSOE renunció incluso a explicarse a sí mismo lo ocurrido y el porqué de las decisiones del gobierno de ZP. Y en eso sigue. Y así, hay quien cree, contra toda evidencia, que el discurso de la andaluza susana Díaz fue «tremendamente autocrítico», lo «nunca visto», aunque sea imposible saber qué es exactamente lo que criticó. Para que una supuesta critica fuera creíble lo que tendría que decir -ella o cualquier otro que se suba a la tribuna con ese afán-, es qué cosa concreta no debiera haberse hecho, o cual debiera haberse hecho en ese momento, en esas condiciones concretas y explicitar sus consecuencias políticas, en ese momento. Alguna vez, he conseguido escuchar de algún aparatero de pro de ese partido que ZP debería haber dimitido en mayo de 2010 «para no arrastrar al PSOE con él». Aun suponiendo que esa decisión hubiera sido valiosa para el país -lo que ya es mucho suponer-, esos genios nunca han respondido a la pregunta elemental que surge a continuación: si dimite el presidente socialista y se convocan elecciones anticipadas al mes siguiente ¿con qué oferta hubiera acudido el PSOE a esa nueva cita electoral adelantada? ¿tal vez con un plan de resistencia al estilo del griego Syriza?
A lo de Solbes le sería tal vez de aplicación lo que el pelma de J. Estefanía contaba – a propósito de otra cuestión y con otra finalidad-, en una de sus píldora diarias de doctrina con las que amenizó las crónicas sobre la Conferencia del PSOE en El País:
«(…) La periodista del Financial Times Gillian Tett ha escrito que a veces lo más importante es aquello de lo que no se quiere hablar. A veces, los silencios ayudan a reproducir un sistema y una estructura de poder a lo largo del tiempo (…)».
Volviendo a la conferencia del PSOE, para tener una visión global de «aquello de lo que no se quiere hablar» es muy valioso el artículo que hoy publica Victor Lapuente («La carga del hombre rojo»).
http://elpais.com/elpais/2013/11/11/opinion/1384166786_217216.html
La brújula, antes que el mapa.
A propósito de Solbes: ¿cómo se debe juzgar la actitud de un señor que ha sido Vicepresidente Económico y Ministro de Economía de un gobierno durante 6 años, y que ante la catástrofe económica provocada por la crisis, se lava las manos de la responsabilidad que en ella pudo tener el gobierno, afirmando que él ya lo vio venir que lo advirtió, pero que no le hicieron caso y que DIMITIÓ?
Yo la juzgo cuando menos de cobarde; por no tacharla, además, de falsa.
Me remito también a la crónica de Segovia colgada ayer aquí. Que dice mucho menos de lo que se podía haber dicho, por cierto.
Al margen de la valoración que me pueda merecer Solbes por escribir cosas así, me gustaría comentar la sustancia de lo que contaba ayer en el País.
Daba por fracasado el plan E. Pero si uno mira la evolución trimestral del PIB, verá que a medida que se implementa el paquete de estímulo a lo largo de 2009, la economía va recuperándose, obteniendo tasas de crecimiento positivo en 2010. Con la aplicación del austericidio se va todo al carajo y volvemos a la recesión. Por cierto, que en 2010 no se celebró la salida de la recesión como se está haciendo ahora, que a Montoro solo le falta encargar unos fuegos artificiales.
En segundo lugar, resulta rarísimo que todo un ex Ministro de Economía y ex Vicepresidente atribuya el aumento del déficit público a los planes de estímulo, cuando dicho déficit es sobre todo consecuencia de una caída de más de 6 puntos de PIB de los ingresos (la recaudación del impuesto de sociedades ha llegado a reducirse nu 75% en el peor momento de la crisis con respecto a la etapa pre-crisis).
Y, por último, la llamada a la reformas estructurales de Solbes en 2009 suena un tanto extraña, pues tuvo todo el poder para ponerlas en práctica en los años buenos y no hizo nada. Nada de nada.
Me parece que grna parte de lo escrito en este texto y en los comentarios de algun@s compañer@s se basa en la premisa, cuanto menos, cuestionable de que las políticas de austeridad pública son la solución a esta crisis. A los hechos, como el comentado por Don Cicuta, me remito.
Otro es ver cómo la situación económica real (paro, desigualdad social) no ha parado de empeorar desde mayo del 2010. 3 años de medicina amarga no hacen más que aumentar la amargor.
¿Y si todos los gurús neoliberales se estuvieran equivocando o, peor aún, nos estuvieran engañando?
La bajada de ingresos públicos es sólo una parte de la razón del subidón del déficit. Se combinó con un incremento brutal de los gastos públicos por la subida igualmente brutal de la partida para la prestación por desempleo. Dos millones de personas pasaron de cotizar a cobrar, todos al mismo tiempo.
A todo lo anterior se une desde hace ya un par de años el subidón de la partida de gastos financieros, es decir, los intereses y devolución de la deuda.
¿Qué tiene eso que ver con los planes de estímulo? El Plan E fueron 9 mil millones, creo recordar. Una minucia… Y tuvo efectos positivos, como se señala. Y los 400€ del IRPF (a mí nunca me gustaron) habrían tenido más efecto si Solbes no los hubiera reducido a migajas mensuales… Ya que te lo vas a gastar, por lo menos que tenga algún impacto!
La verdad es que el articulo en cuestión del ex Vicepresidente Solbes si que suena un poquito a ajuste de cuentas. No obstante no deja de ser lo que a mi me ha parecido apreciar en alguna otra ocasión relativo a ciertos elemntos del acompañamiento economistico del PSOE. Cuando es para ocupar un buen puesto, todo son guiños y parabienes, cuando vienen mal dadas, mas «ortodoxos» que nadie, como si no hubiesen aparecido por alli. Vease algun ex gobernador del BdE o alguna potente y prestigiosa fundación, como ejemplos.
Hay que reconocer que parece irles razonablemente bien a los que asi juegan.Cosas de los incentivos y eso.
Con todo, considero que Solbes fue un buen Ministro de Economia y Hacienda, con una gravitas envidiable cuando hablaba en el parlamento de sus temas, cosa que luego eché de menos cuando escuchaba a su sucesora.
Item más, me gustaria poder añadir que en aquella epoca, FMI, Comision Europea Agencias de Rating y todo aquel que en previsión económica hace algo, ninguno previó, al menos en sus papeles, la dimensión y profundidad de la crisis. Resulta dificil trincar ahora algun papel de aquellos, hagan la prueba, no es muy facil, pero para eso estan las memorias.
Solbes me recuerda a esos que presumían de haber estado en Paris en el famoso Mayo de las barricadas. Esos que estaban tan tranquilos en España pero que tenían que presumir de precursores del mayo de Paris. Resulta que Zapatero vino de Washington con el mensaje del FMI de gastar el 2% del PIB para reactivar la economía, pero de repente se encontró en Madrid con el clarividente Solves que le dijo que todos los economistas que estaban en Washington estaban equivocados, que él sabía que no había que hacer una política keynesiana. Como señala Roselló estabamos entrando en una recesión, pero casi nadie pudo imaginar que no era una mas de las 3 anteriores que se vencieron inyectando dinero, que esta era la madre de todas las crisis. ZP aplicó medidas de gasto keynesianas pero, era tal la crisis que no bastó y España se quedó con un deficit/PIB disparatado cuando al comenzar la crisis era insignificante. Me ha encantado la reflexión de D. Cicuta que repito: «Alguna vez, he conseguido escuchar de algún aparatero de pro de ese partido que ZP debería haber dimitido en mayo de 2010 “para no arrastrar al PSOE con él”. Aun suponiendo que esa decisión hubiera sido valiosa para el país -lo que ya es mucho suponer-, esos genios nunca han respondido a la pregunta elemental que surge a continuación: si dimite el presidente socialista y se convocan elecciones anticipadas al mes siguiente ¿con qué oferta hubiera acudido el PSOE a esa nueva cita electoral adelantada? ¿tal vez con un plan de resistencia al estilo del griego Syriza? » Tiene toda la razón. Además, la derecha le hubiera tildado de cobarde y muchos de centro también.