Tercera ola

Carlos Hidalgo

¿Cómo lleváis la tercera ola? En cuatro días se cumplirá un año del primer confinamiento. Lo que empezó para nosotros en navidad como una nueva epidemia provocada por la falta de higiene en los mercados chinos, en apenas dos meses desembocó en repetir el mismo día una y otra vez durante todo un año.

Aun recuerdo como casi todo el mundo cumplió responsablemente con el confinamiento, se quedaba en casa y sólo salía para hacer compras, se aplaudía al personal sanitario a las 8 y los niños colgaban en los balcones carteles con arcos iris en los que ponía “todo va a salir bien”. Hoy, cuando todavía veo alguno de esos carteles se me hace un nudo en la garganta.

Un año después, nos damos cuenta de que aquello no iba a estar controlado en dos semanas, ni en un mes, ni para la Semana Santa, como llegamos a pensar. Un año después parece que todavía nos queda otro año de estar encerrados en casa todo lo posible, lavarnos las manos siempre que podamos y no salir de casa sin la mascarilla puesta.

Y aunque el día 14 de marzo de 2020 parece repetirse una y otra vez, sí que ha habido cambios. Cada día se han ido perdiendo empleos, cada día ha habido personas que se han ido empobreciendo un poco más, empresas que han tenido que echar el cierre y gente que salió un día de casa, rumbo al hospital, para no volver más.

A lo largo de este año el círculo de personas que han enfermado se ha ido estrechando. Algunos seguimos sin habernos contagiado y otros se lo han pasado de mejor o peor manera. Un año después, personal médico y de enfermería siguen dándolo todo, sin aplausos en los balcones ya, pero sí con carteles y señalamientos de que son sanitarios y de que a lo mejor contagian. Siguen, además, con contratos precarios y sin que se hayan introducido medidas para aliviar la carga de trabajo, como refuerzos en la atención primaria o un sistema de guardias que no sea de 24 horas seguidas.

Mientras tanto, nos ha pasado de todo. Además del paro, de la crisis, de los ERTE, hemos sufrido un temporal de nieve, la saturación del sistema de reparto y concesión de ayudas y hasta la caída de un meteorito.

Un año después seguimos sin saber cómo es eso de “convivir con el virus”. Hace un par de días leí que Madrid es la comunidad autónoma donde menos empleo se ha perdido, lo malo es que es también en la que menos baja la curva de la pandemia.

La convivencia con el virus, para algunos, aún parece consistir únicamente en fingir que la enfermedad no existe, en asegurar que no es para tanto y en encogerse de hombros cuando otra persona de nuestro círculo cercano acaba en el hospital, con un respirador. Convivir con el virus, hacer como que no existe, también es seguir maltratando la política con debates idiotas sobre áreas tenues, con concursos de popularidad y con seguir recurriendo a tensar el ambiente, cuando el ambiente ya lleva demasiado tiempo tenso.

Pero el caso es que, hasta que nos consigan vacunar a casi todos y todas, no nos queda otra que seguir conviviendo con el virus. Cruzar los dedos cada vez que vamos en transporte público, cada vez que entramos a un local cerrado, cada jornada laboral y cada vez que nuestros hijos e hijas van al colegio. Día a día.

Pero ¿qué pasará con la tensión que hemos estado acumulando? ¿Saldremos mejores, como quisimos creer hace un año? ¿Volveremos a vivir unos “felices 20” en el siglo XXI? ¿Repetiremos tanto la historia que seguiremos dejando que asomen la patita el extremismo, la demagogia y las apelaciones a la figura de “un capitán”?

Espero que podemos comentarlo aquí mismo dentro de un año. Y que ojalá los arcos iris de los niños tengan razón al final.

3 comentarios en “Tercera ola

  1. No lo digo yo , lo dice el Gobierno, el pésimo gobierno que tenemos . Todo ha ido mal desde entonces . Es un Gobierno de propaganda .
    Lo fundamental: un embalsamiento de la crisis. Cierre de negocios y falta de solvencia .
    Espero que nadie se lleve a engaño porque sería demasiado duro. NO HAY DINERO PARA TODO Y PARA TODOS Y TODAS.
    Un erial ( tal vez provisional ) .
    No es solo el gobierno, es el silencio del gobierno.

  2. Desde luego este santo blog y sus santos publicantes merecen urgentemente que se les habilite un concierto por ejercer de centro de rehabilitación, o de terapia ocupacional. O el cielo se lo tienen ganado -si es que creen, o aunque no crean- con tanto ejercicio de misericordia.

  3. Una de las misiones del santo blog es reconducir los complejos de las terapias de los contritos impublicables; incapaces de decir algo opinable , que más o menos acertado , son fabricantes de niebla y conformismo , al igual que la Santa Madre Iglesia.

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