Tranquilícese, caballero

Carlos Hidalgo

Estos días se ha comentado bastante en las redes un artículo de “The Economist” titulado: “Los españoles son demasiado gruñones con su política”. Y de subtítulo: “La verdad es que las cosas están marchando bastante bien”.

Y es que, a los españoles, como buenos latinos, nos gusta el drama y echar pestes de nuestro país. Pero tenemos más motivos para estar orgullosos de nosotros mismos además de la selección de fútbol o de los tenistas que coloquemos en la clasificación ATP.

España era un país del llamado “Segundo Mundo” a finales de los años 70. La esclerosis institucional y la mediocre economía eran más propias de la Polonia de Jaruselzsky que de un país desarrollado. Durante la transición, los españoles, conscientes de cómo éramos, nos pusimos las pilas e hicimos un esfuerzo de país por poder sentarnos en la mesa de los mayores en Europa.

Y lo cierto es que lo hemos conseguido. España es ya una de las economías más importantes de Europa. No sólo porque el Reino Unido se dispare repetidamente en el pie y haya salido de la Unión, sino porque el esfuerzo modernizador de nuestro país hace que seamos económicamente más relevantes que Rusia y que pisemos los talones a Italia desde hace más de una década, superándoles en ocasiones.

Durante la crisis del Covid-19, España no se desempeñó mejor que la media, pero tampoco peor. Y a la hora de salir de la crisis puso sobre la mesa ideas que no sólo se aplican aquí, sino que han sido adoptadas por casi todos los países europeos. Hasta ha roto algunos de los tabús económicos que se creían leyes naturales, como que reforzar la protección a los trabajadores y subir el sueldo mínimo iban a causar el paro y crisis económica. En un contexto de postpandemia y de cuasi Tercera Guerra Mundial, España es el país europeo que mejor está conteniendo la inflación y que está obligando a organismos públicos y privados a revisar al alza sus lúgubres predicciones acerca del crecimiento de nuestra economía.

Puede que nuestra mala visión de nosotros mismos, ese considerarnos aún como un país que “no es normal” nos haya ayudado a dar esos pasos. Y a emprender otros que no nos parecen gran cosa, pero que nos sitúan por encima de la media, como la lucha permanente contra la corrupción, la ampliación de derechos sociales, la modernización de infraestructuras o la búsqueda incesante de fórmulas que nos ayuden a romper de una vez con nuestros altos niveles de paro estructural. Pero tenemos en nuestro haber logros tales como que invertimos menos en Sanidad que EEUU y sin embargo tenemos sanidad pública y universal y ellos no. O que un kilómetro de AVE en España se construye 10 veces más rápido, más eficientemente y más barato que en otros países.

Hace años que el resto de países nos invitan a la mesa de los mayores, pero nosotros seguimos desconfiando. Hace no mucho, una amiga mexicana me comentaba riéndose que si Jesús volviera a la tierra y convirtiera el agua en vino en una boda, como hizo en Canaán, los españoles le rodearíamos desconfiados: “¿y a ti quién te ha dicho que hagas esto?”, “¿Quién te manda?, “¿Por qué has hecho esto?”

Con nuestra política somos peores todavía. Pero hemos esquivado crisis de Estado de manera muy exitosa, revisamos una y otra vez qué nos queda por hacer y qué hacemos mal y los partidos se hacen un marcaje inmisericorde que ya quisieran en otros sitios más “civilizados”. Todo es mejorable, por supuesto. Y este blog tiene entradas de sobra para atestiguarlo.

También es cierto que, desde los años 90, la llamada “crispación” se ha adoptado con éxito como una herramienta cotidiana de la política española. Y no hay manera de desprenderse de ella, porque los políticos que la usan creen que trae muchos réditos de público y de crítica. Por eso, a pesar de nuestros éxitos, aún tenemos grandes fallos, como el miedo a renovar el CGPJ por parecer “blandos” o unas CCAA gestionadas por algunas personas que creen que han de opinar de política nacional para que les reelijan sus respectivas regiones.

Y ahí es cuando el espíritu crítico que nos ha ayudado a ser un país del primer mundo, aunque no seamos conscientes de ello muchas veces, se puede volver en nuestra contra. Porque las altas dosis de hartazgo nos pueden alejar de la realidad y operar en un mundo que no trae nada bueno. Y si no, que se lo digan a Italia, a Israel o Gran Bretaña.

Tenemos mucho que mejorar pero tranquilícese, caballero.

8 comentarios en “Tranquilícese, caballero

  1. Un artículo encantador que encierra una visión religiosa de unidad de destino en la primera persona del plural. Lo he visto en la Cuba del p’álante , celebrado con arrobo por buena parte de la progresía nacional , especialmente en sus éxitos en la sanidad pública , o en la excepción cultural francesa , tocada por un “ je ne sais quoi ” que nos hace diferentes , un preludio del carácter nacional insobornable.

    La unidad como tal es renuente a los matices , a los casos particulares , a la discordia , al diferente grado de intereses en las cosas y, en general , a una descripción verdadera de la historia cuando tratamos de ver sus efectos en lo que le es propio : un nosotros bien diferenciado.

    La unidad transfiere su sacralidad política, religiosa y militar a una antropológica igualdad que nos constituye , en donde reside la aversión a la ciencia y a la inteligencia implícita , origen doloroso del resentimiento ante la humillación.

    Por eso , porque la cabra tira al monte , no podía el articulista dejar de señalar que “ a pesar de nuestros éxitos, aún tenemos grandes fallos, como el miedo a renovar el CGPJ por parecer “blandos” o unas CCAA gestionadas por algunas personas que creen que han de opinar de política nacional para que les reelijan sus respectivas regiones ” , no como el sumiso Lambán , quién fue obligado por el Secretario de Organización de Ferraz a desdecirse de sus declaraciones contra la encarnación de un nos mayestático y brutal que encarna un Pedro Sánchez en horas bajas.

  2. ¡Ay,Mr Mulligan!
    Tranquilícese, caballero….jeje.
    No nos engañemos las oscuras maniobras de los jueces conservadores en el caducado CGPJ con la innegable colaboración del PP de Feijóo para pasarse La Constitución por el forro de sus entrepiernas, es más que un golpe a la democracia representativa.
    La derecha político mediática y judicial nos dicen que el enemigo del Estado son El Gobierno social comunista y sus lacayos separatistas y filoterroristas,cuando en realidad «LAS CLOACAS DEL ESTADO» son ellos ,esos que insultan continuamente como jauría de piel muy fina cuando se les levanta la voz y se les dice en lo que se han convertido.
    Tranquilícese, caballero.
    Ante mi doy fe.
    AC/DC
    firmado…JAJAJA..que nervios.

  3. ¡ Viva la Constitución Española de 1978 ! Libertad , Igualdad , Solidaridad .

  4. De Sabino Arana a Pedro Sánchez ( el 6 D y el timo de la estampita )

    José Antonio Zarzalejos

    El Gobierno de Sánchez es el primero en democracia que ha entendido la necesidad de que se produzca en Madrid y en el País Vasco la sustitución del PNV por Bildu, una coalición de tres partidos que quiere parecerse a Esquerra Republicana de Catalunya. En la concepción política del presidente socialista, tiene lógica. El PNV es más de derechas que los que se tienen habitualmente por tal.

    Ocurre que, siendo de derechas y conservador, se camufla porque, con habilidad, pasa por socialcristiano, impecablemente democrático, al tiempo que mantiene la referencia fundacional de Sabino Arana y Goiri con una perseverancia y con una impertinencia de las que no hay parangón. Y lo mejor de su tuneo es que se abstiene —y en el discurso habitual, también rechaza la Constitución— pero se ampara en su disposición adicional primera para la vigencia de los derechos históricos de los territorios forales con los que obtiene un privilegiado sistema de financiación y gobierno en Euskadi

    Los líderes fundacionales de partidos que en su momento y en su circunstancia histórica, como Sabino Arana, fueron racistas, xenófobos e integristas confesionales, han sido poco a poco apartados del santoral de la organización, retranqueados en la historia y escasamente visibles socialmente. Arana, no. El fundador del PNV (1895) da nombre a la sede del partido en Bilbao (Sabin Etxea, la Casa de Sabino); la Fundación Sabino Arana es una entidad cultural orgánicamente dependiente del partido; una de las principales arterias de Bilbao es la avenida de Sabino Arana, y su tumba en Pedernales (Sukarrieta, en euskera) es lugar de peregrinación luego de que sus restos mortales vagaran por lugares diferentes desde 1937 a 1989. El Aberri Eguna —día de la patria vasca— se celebra el domingo de Resurrección como expresión de la trastienda eclesial católica de los peneuvistas que se denominan jelzales (Jaungoikoa eta Lege Zaharra o Dios y leyes viejas) que es el acrónimo de esa expresión, aunque también se utiliza la de jelkide.

    Sobre el carácter racista de Sabino Arana y su integrismo católico («Euskadi para Dios»), el PNV se ha encargado de ocultarlo, evitando que sus obras se reediten, pero algunos disponemos de algunas publicaciones muy valiosas. Por ejemplo, Sabino Arana, padre de las nacionalidades, dos volúmenes de Mauro Elizondo, editados por la desaparecida Gran Enciclopedia Vasca y que agrupan la “correspondencia inédita de los hermanos Arana Goiri” (Sabino y Luis). La lectura —son facsímiles— de las cartas entre los hermanos es, en nuestro tiempo, estupefaciente. Estos volúmenes recogen lo que se conoce como Legajo Aranzadi, porque las guardó y recopiló Engracio de Aranzadi, primer director del diario Euzkadi (con z) entre los años 1913 a 1926. Fue conocido con el seudónimo de Kizkitza y un pionero del nacionalismo vasco así que leyera en 1892 la primera obra de Sabino Arana, titulada Bizcaya por su Independencia (grafía del primer volumen).

    Pues bien, ahí está Sabino Arana, que sometió a Dios su Euskadi, que detestaba a los maketos (españoles) y que teorizó sobre la superioridad racial de los vascos. Este es el fundador del PNV, al que su partido sigue celebrando sin el más mínimo complejo, porque la sociedad vasca, y por extensión la española, está anestesiada por el olvido. Para ese sabinianismo no hay memoria democrática que valga. Cierto que fue hijo de su tiempo; cierto que en la época del romanticismo de finales del XIX los movimientos nacionalistas respondían a criterios insoportables hoy en día, pero también lo es que no se exhiben en el medallero como lo hace el PNV. Dejemos al margen, pero sin olvidarlo, su papel en el terrorismo etarra.

    En realidad, el PNV no es exactamente un partido: se trata de una sociedad gestora de actividad política que cobra comisiones por su gestión de apoyos a los gobiernos de España y reparte luego el dividendo, creando una red clientelar sin reconocer que la Constitución fue para el País Vasco una fuente de prosperidad y de resguardo de su patrimonio tradicional. Por lo demás, el PNV ha sido un partido ambiguo: no estuvo en el Pacto de San Sebastián de 1930 para traer la II República y chalaneó con el general Mola y el Vaticano en julio de 1936, terminando por entregar a los gudaris con armas y bagajes en Santoña a las tropas italianas.

    En realidad, el PNV no es exactamente un partido: se trata de una sociedad gestora de actividad política que cobra comisiones por su gestión de apoyos a los gobiernos de España y reparte luego el dividendo, creando una red clientelar sin reconocer que la Constitución fue para el País Vasco una fuente de prosperidad y de resguardo de su patrimonio tradicional. Por lo demás, el PNV ha sido un partido ambiguo: no estuvo en el Pacto de San Sebastián de 1930 para traer la II República y chalaneó con el general Mola y el Vaticano en julio de 1936, terminando por entregar a los gudaris con armas y bagajes en Santoña a las tropas italianas.

    El PNV ha pactado y pacta a troche y moche, con métodos infalibles, pero hasta el momento solo ha encontrado la horma de su zapato en Pedro Sánchez, que le sigue manteniendo como socio (ya ha dicho Aitor Esteban que no le gusta que el PNV sea considerado socio “preferente” del PSOE) al mismo tiempo que muscula a Bildu para que, a no tardar, Eneko Andueza, secretario general de los socialistas vascos, forme en el País Vasco un bipartito o tripartito con Bildu al frente para echar a un PNV que salvo durante tres años —los del torpe Patxi López como lendakari (2009-2012)— no ha abandonado Ajuria Enea. Advertencia: los de Bildu son hijos descarriados de Sabino, pero hijos al fin y al cabo.

    Los nacionalistas están con la mosca detrás de la oreja con Sánchez, desconfiados hasta límites insospechados, cabreados por el suflé de Arnaldo Otegi que compite con el suyo y obligados, antes o después, a hacer política y no solo a hacer caja. Y si no quieren taza, taza y media: los de Otegi se manifiestan hoy, día de la conmemoración del 44 aniversario de la Constitución, y lo hacen por la república vasca. O sea, que al PNV le dan desde Bildu por un lado y por el otro, al tiempo que con Sánchez han topado: los sabe de derechas y poco a poco, en su política de piqueta de las convenciones de la transición, tal como ha logrado que ERC sea la referencia catalana, terminará logrando que Bildu sea la vasca. Pero ni los republicanos catalanes, ni los abertzales de Otegi, ni los nacionalistas vascos estarán hoy en la celebración de los 44 años de libertad propiciados por la Constitución de 1978. Tres partidos con los que Sánchez gobierna en el Congreso y con los que maneja un Estado que sus socios quieren destruir. Hoy estarán ausentes de las celebraciones del 44 aniversario de la Constitución, lo que desvela a quien no quiera verlo aún que esa asociación de intereses con el PSOE de Sánchez es como el timo de la estampita a millones y millones de españoles.

  5. Bueno…mientras Ayuso llora por España.
    Galicia y Andalucía se beneficia de las decisiones políticas del Malvado Sánchez
    Y Los presidentes Rueda y Morilla se frotan las manos
    .Rabia rapiña que tengo una piña con muchos piñones..JAJAJA…que nervios.

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