Trump, Rusia y China

LBNL

Lo de Trump con Rusia va a traer cola y podría llegar a tener consecuencias geoestratégicas de calado. Eso si no acaba con la Presidencia de Trump antes de que empiece, que todo podría ser, a cuenta de las últimas revelaciones sobre la investigación sobre el robo y filtrado de correos electrónicos del Partido Demócrata durante la campaña. Desde hace meses se venía sospechando de la autoría de los conocidos grupúsculos de hackers rusos Cozy Bear y Fancy Bear. Lo novedoso es que los servicios de inteligencia norteamericanos afirmen ahora, de momento anónimamente, tener la certeza de que el hackeo y filtrado fue obra de los servicios de inteligencia rusos con la intención de perjudicar a Clinton y por tanto ayudar a Trump. Su reconocida afinidad con Putin y sus declaraciones sobre la necesidad de mejorar las relaciones bilaterales explicarían el móvil de la operación. Trump, que durante la campaña llegó a alentar explícitamente a los rusos a llevar a cabo una operación parecida, ha despreciado ahora las sospechas pero Obama ha prometido entregar al Congreso un informe completo antes de dejar la Presidencia.

La afinidad de Trump con Putin es de por sí un elemento perturbador teniendo en cuenta el historial de Putin y sus últimas andanzas, incluída su agresión a Ucrania, país europeo vecino al que le birló Crimea anexionándosela ilegalmente y cuyas provincias orientales siguen bajo el dominio de unas milicias alimentadas directamente por el ejército ruso. En consecuencia, la OTAN ha tenido que desplegar más tropas en Europa y particularmente en las repúblicas ex-soviéticas bálticas. Esa es la tensión que pretende rebajar Trump, objetivo que es perfectamente legítimo pero no a cualquier precio y en cualquier circunstancia. Ahora bien, no es de extrañar que Trump de pábulo a la propaganda rusa sobre que todo empezó con un golpe de estado encubierto contra el antiguo Presidente de Ucrania dado que su antiguo jefe de campaña – tuvo que despedirle a raíz del escándalo – fue lobbysta de Yanukovitch, que así se llamaba el mafioso pro-ruso que salió corriendo por miedo a que la revolución del Maidan acabara enchironándole por lo mucho que había robado (aquí las fotos del lujo en el que vivía).

Dados estos antecedentes, no es de extrañar la alta probabilidad de que esta semana, quizás hoy mismo, Trump nombre a Rex Tillerson, el Consejero Delegado de ExxonMobil, como Secretario de Estado, al que Trump considera un hombre de excelentes contactos internacionales precisamente por su capacidad de hacer negocios en Rusia, uno de los cuales le sirvió para que Putin le concediera una alta condecoración rusa.

Por tanto, salvo que la investigación del hackeo revele algún tipo de connivencia de la campaña de Trump con los hackeadores rusos, Trump asumirá la Presidencia y la guerra en Ucrania (tres soldados muertos este fin de semana a manos de los cañones de los pro-rusos) o los bombardeos indiscriminados rusos sobre la población civil siria no van a impedir un reposicionamiento radical de EE.UU. para con Rusia.

Todo lo contrario a lo que cabe esperar con China. Aparte de la retórica anti-china de la campaña, principalmente de carácter comercial (incluso la sugerencia de que se inventaron el cambio climático tenía un fundamento económico), Trump cruzó una peligrosa línea roja cuando se puso al habla con la Presidenta de Taiwan. Parece que no fue una metedura de pata a juzgar por su defensa posterior de la conversación, apuntando a que semejante gesto será sólo una señal que la relación que pretende mantener con Taiwan. O con Filipinas, con cuyo populista, chavacano y autoritario Presidente habló hace unos días y le jaleó a proseguir su asesina (varios miles de muertos ya) ofensiva anti narcotraficantes. Duterte, que así se llama el interfecto, insultó a Obama durante la campaña y Trump, que tiene negocios importantes en Filipinas, ya hizo saber que la posición geoestratégica de Filipinas le parecía muy importante. En otras palabras, Filipinas es un aliado importante para frenar la creciente influencia china en en sur de Asia. Tras sus insultos a Obama, Duterte viajó a China para escenificar su divorcio del tradicional aliado norteamericano y Trump parece tener claro que es urgente recuperarlo. A cualquier precio.

John Carlin describía ayer en El País el horror de los primeros nombramientos de Trump. En política exterior no cabe esperar nada mejor: vienen curvas. Y Europa tiene que ponerse las pilas rápidamente. No creo que Trump se atreva a desmontar la OTAN pero sí va a exigir que los países europeos contribuyan más a su defensa. Eso, precisamente, es bastante razonable dado que actualmente los países de la Unión Europea asumen conjuntamente sólo el 25% del total, porcentaje que bajará al 15 cuando el Reino Unido abandone la UE. Pero Rusia no necesita que desaparezca la OTAN para intensificar su “guerra híbrida” y seguir interfiriendo en las elecciones internas de los países europeos con su activa propaganda a favor de los populistas de izquierda y derecha y su apoyo económico, por ejemplo a Marine Le Pen en Francia pero también en Bulgaria, Hungría, Eslovaquia, etc.

Ahora bien, la Unión Europea podría también beneficiarse del giro contra China, que nunca se ha fiado del todo del oso ruso y seguramente maniobrará para no verse completamente aislada. También las monarquías del Golfo, verán con gran recelo la distensión con Rusia, aliada en Siria con Irán, su gran enemigo chiíta. Menuda paradoja que el garante de la democracia en Europa durante todo el Siglo XX nos pueda empular hacia una relación más intensa con la dictadura china y las monarquías absolutas árabes…

¿Y qué piensa Rajoy de todo esto? A los demás – con la excepción de Pablo Iglesias – les parecerá también demasiado complejo y complicado pero Rajoy está al frente. ¿Y a Podemos? ¿Cómo verán que su querido Putin se alíe con Trump?

7 comentarios en “Trump, Rusia y China

  1. Buenos días:

    Gracias por el artículo pero me ha quedado una duda respecto a esto del final:

    «¿Y a Podemos? ¿Cómo verán que su querido Putin se alíe con Trump?»

    Yo lo de Venezuela e Irán ya lo sabía, pero reconozco que lo de Rusia me pilla por sorpresa.

  2. Senyor_J: Respecto a Putin y Podemos. Podemos, en el Parlamento Europeo, se ha expresado en contra de las sanciones a Rusia por la anexión a Crimea y tumbar el avión holandés MH17 con 300 y pico personas muertas como consecuencia. Strictu senso las sanciones son porque Rusia no hace lo suficiente para que se cumpla el Acuerdo de Minsk para pacificar el Oriente de Ucrania, pero no se habrían acordado de no haber sido por lo del avión. Podemos se ha expresado también en contra de la coalición occidental para bombardear a Daesh en Iraq y Siria. Podemos está en general alineado con la tesis de que la OTAN es innecesariamente agresiva, ergo cercano a la interpretación de Putin. Ahora bien, aunque no recuerdo ninguna declaración de Podemos sobre Trump, me cuesta mucho pensar que tengan un sólo pensamiento bueno, ni siquiera sobre su mayor agresividad con China. Cuando un amigo y un enemigo se acercan, te surge un dilema. Eso es lo que pretendía expresar. Y no tenga duda de que Putin, si se le pidiera o pudiera, ayudaría a Podemos, con el objetivo de desestabilizar, como en cualquier otra parte de Europa.

  3. Yo voy esta tarde a una conferencia donde se supone que señores muy sesudos nos van a hablar de estas cosas. Si procediera, amplío.

    A mi lo de poner en clave nacional a Trump, a ver quien es mas «amigo» suyo, me parece, aparte de inutil, muy triste.

  4. Estupendo artículo . Es curioso que todavía haya gente sorprendida con el cariz de los nombramientos y los primeros gestos de Trump, un animal político: el jabalí.
    Cuando dice LBLN :« Eso si no acaba con la Presidencia de Trump antes de que empiece, que todo podría ser, ..» no he podido reprimir un espontáneo » Dios le oiga «

  5. Acertado artículo de LBNL. Hay un conflicto latente en el mar del sur de China. También podría resucitar el conflicto de China con Taiwan. Estados Unidos lo paralizó al aceptar la tesis China de que Taiwan era una parte de China y, por tanto, no podía tener relaciones diplómaticas con Estados Unidos. Incluso el FMI dejó de considerar a Taiwan miembro y dejó de cotizar su moneda. Todo ello aceptado tanto por demócratas como por republicanos, ya que implcitamente China aceptaba que Taiwan no era un enemigo. Hay barcos estadounidenses patrullando constantemente el estrecho entre China y Taiwan, por si acaso, pero mejor es que haya casi total seguridad de que no van a tener que defender a Taiwan. En eso la presidenta de Taiwan felicita a Trump por su triunfo y Trump le contesta encantado. El Ministro de Asuntos Exteriores chino hace una protesta formal, pero todo hubiera vuelto al estatu quo de no se porque Trump manifestó que no había sido un deslis aceptar la llamada de Taiwan, país aliado de EEUU y que recibe mucha ayuda militar. Y afirmó que cómo China, ese pais que nos ha robado miles de puestos de trabajo a los estadounidenses, se atreve a protestar por ello. Si, añadimos a esto que Trump ha alabado mucho a Duterte, al que Obama ha criticado por su desprecio a los derechos humanos en su caza de narcotráficantes y drogadictos, tenemos el panorama perfecto para entender que el conflicto en el mar del sur de China puede convertirse en una guerra fria semejante a la posterior a la 2ª Guerra mundial, pero ahora entre China y Estados Unidos. No hay que olvidar que China es la 2ª potencia económica del mundo. Está construyendo una flota naval muy fuerte y ha vertido miles de toneladas de cemento para convertir islotes semisumergidos en ese mar en bases navales permanentes. Si además tenemos en cuenta la ralentización del crecimiento económico de China con la consecuencia de aumento encubierto del paro, hay una razón poderosa para crear miles de puestos militares y fomentar la cohesión social con la bandera de que hay que ampliar la zona de ese mar que debería ser de China. Frente a ello se alzan Filipinas y Vietnam, ambos actualmente aliados de Estados Unidos y que cuentan con que va defender sus actuales zonas en dicho mar. Japón tambien vería con buenos ojos que se rebajen las pretensiones chinas sobre dicho mar. En esta guerra fria, ¿donde se situará Rusia? Esta puede ser la clave para entender el acercamiento de Trump a Rusia. Rusia, actualmente debe estar muy por debajo de China como potencia económica y no debe ver con buenos ojos el crecimiento militar de China. Si se alía con Estados Unidos en contra de China puede obtener a cambio que se rebaje la tensión en Europa del Este y entre Arabia Saudí e Irán en el próximo Oriente.

  6. Magallanes ¿cree que Trump tiene un pensamiento global a esa escala?

    Lo prometido es deuda, ayer fui a la conferencia que mencionaba, por gente de contrastado nivel y me llama la atencion, a la vez que me hace temer, el consenso universal sobre «Hombre, trump luego se va a moderar» que existe. ¿Y si no? me parece curioso ese negacionismo

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