Un espléndido arranque

Barañain

Si no fuera porque a veces se le ve por la tele (aunque no estemos ya seguros de si se trata realmente de él o de una caricatura suya) o porque se ve obligado a dedicar unas horas al breve repaso semanal del día a día de su partido con Dolores de Cospedal (aaag) o incluso alguna mañana entera a menesteres tan apasionantes como compartir un viaje en AVE  con Artur Mas, bien podría decirse de Rajoy que su reino no es de este mundo. 

La agenda del presidente del Gobierno, se nos dice,  no tiene hueco, ni lo tendrá en los próximos meses, para contenciosos domésticos. Lo suyo es, al parecer, otear los mercados y resistirse al rescate. Sin duda, en estos primeros días del año, mientras aparta de sí – ¡molesto, es fácil de imaginar!-,  los recortes de prensa que dan cuenta de la agitación social creciente en su país y del desgaste político de su no-gobierno, habrá escudriñado, entre ansioso y esperanzado, los datos que sugieren que los mercados tal vez nos perdonen la vida a España y que quizá pueda eludirse el temido rescate. ¡Qué alegría recibir buenas noticias de  la prima de riesgo, o de la facilidad con la que el Tesoro coloca sus emisiones, o de  la afluencia de capitales extranjeros o, en fin, de la valoración favorable de las firmas de inversión! ¡Si hasta  “The Wall Street Journal” ha aplaudido  su estrategia de resistir y no pedir el rescate!

Y es que, según hemos leído -sobre todo, en la prensa más conservadora-, esos y otros datos configuran un “espléndido arranque de 2013” que confirmaría un cambio de tendencia.  Mientras la economía real sólo sigue ofreciendo signos para el desaliento,   sesudos profetas se preguntan en voz alta si España estará recuperando ya la confianza.    Leo al analista económico habitual de El Correo (grupo Vocento): “¿Está la economía española en un punto de inflexión? ¿Lo que vemos es el principio del fin de nuestras penurias?”.  Ya es significativo que -escarmentados de frustradas alegrías precedentes-, los datos que se supone positivos se presenten ahora como cautelosos interrogantes y no como evidencias de una recuperación incuestionable. Nuestro analista, que ha empezado el año de buen humor, se contesta enseguida: “Como diría Jack el Destripador, vayamos por partes”; tras desmenuzar el estado de la cuestión, con elogios a las medidas del gobierno,   nos explica que es pronto para cantar victoria  porque “mejora la parte  macro, pero la micro sigue hecha unos zorros” (Ignacio Marco Gardoqui, “Un punto de inflexión”, El Correo 13.01.13).

Y como nadie parece poder resistirse a la trillada referencia botánica explica, para que lo entendamos hasta los más lerdos, que “sin duda, esto no es todavía un árbol frondoso, ni siquiera llega a ser un arbusto, pero es bastante más que un brote verde”. Y para que el arbolito progrese, su receta es  perseverar por la senda de los ajustes que transita el gobierno a costa de suscitar las iras de una buena parte de la ciudadanía. Lo micro, es lo que tiene: el desempleo escandaloso, el nivel paupérrimo de actividad, la pérdida de poder adquisitivo de salarios y pensiones,  el aumento del coste de la vida, la percepción generalizada de que las cosas aún están por empeorar, etc.

¿Estará reconsiderando el silente Rajoy aquel  argumento suyo de que la mayoría silenciosa, la que no sale a protestar, le apoya?  Mientras asistimos al “espléndido arranque económico de 2013”, el último sondeo a nivel nacional (Barómetro de Metroscopia) mostraba una estimación de voto para el PP que se desploma y una caída en picado de la imagen de Rajoy, que no inspira confianza a nada menos que un 84% de los encuestados, descrédito en el que, solidariamente, le acompañan todos sus ministros (http://politica.elpais.com/politica/2013/01/12/actualidad/1358017058_376467.html).

Pero no se trata sólo de una encuesta nacional. En un Madrid  especialmente caliente, en el que tanto el Ayuntamiento como la Comunidad son testigos de un nivel de contestación social creciente, los sondeos que maneja el PP deben ser «catastróficos». De manera que, según medios que citan a fuentes del PP (y desde este partido no se han desmentido),  si hoy se celebrasen elecciones autonómicas y municipales, el PP perdería hasta 20 puntos de apoyo en las urnas, lo que supondría decir adiós a sus mayorías absolutas en ese granero electoral.

El rechazo ciudadano no se alimenta sólo, claro está, del desastre económico, ni del rechazo social a  las consecuencias de la agenda ideológica que, con el ajuste como coartada, el PP  trata de imponer en sanidad y educación.  La crisis institucional y política, los escándalos (llámense Rato o Güemes o Baltar,…),   la absoluta fala de liderazgo político que muestran sus ministros (algunos, realmente en paradero desconocido) y la clamorosa ausencia de Rajoy ante los ciudadanos deben contribuir lo suyo a esa pésima valoración ciudadana.

Dos ejemplos: Que la dimisión del Secretario de Estado de Seguridad -en el primer equipo de Interior en nuestra historia democrática que desempeña su tarea sin la amenaza del terrorismo de ETA-, sea “explicada” por la incompatibilidad entre el delicado (¡?) perfil profesional de Ignacio Ulloa y las “exigencias de un cargo que tiene que dar órdenes a las fuerzas de seguridad” (como si sus antecesores hubieran sido legionarios de choque en la reserva) es bastante ilustrativo del desbarajuste del gobierno. Que la intervención mediática más destacada de un ministro de Rajoy en los últimos días haya sido la divulgación de los extraños hábitos alimenticios de Cañete, lo es de su insoportable levedad.

No sé si a Rajoy le preocuparán las posibles consecuencias electorales de un panorama “micro” tan desolador. Si así fuera, no se deberá, con toda probabilidad, a la presión que recibe de su rival en la oposición.  A la vista de los ejercicios espirituales en los que se ha embarcado el PSOE,  Rajoy cree que puede permitirse el lujo de confiar en un crecimiento a tiempo del arbolito “macro” que haga  que los ciudadanos olviden el sistemático incumplimiento de sus compromisos electorales anteriores y le absuelvan por la incompetencia de su gobierno.

6 comentarios en “Un espléndido arranque

  1. Muy buen cuadro. Gracias. Lo malo, me duele decirlo, es que yo creo que el gobierno anterior nos fue preparando para casi todo esto, ahora son un par de vueltas más a la tuerca. Y eso hace temer que nos acostumbremos a ministros inanes e irresponsables, a incumplimientos, a mediocridad, a cobardía.

  2. Muchas gracias por el articulo Barañain.

    Los comentaristas mas favorables al gobierno están tratando de rentabilizar al máximo la bajada de la prima de riesgo. Los mercados han dejado de ponernos en el foco, momentaneamente, esperemos que no vuelvan a hacerlo. Bienvenida sea y que dure lo máximo posible, pero vaya, no es la única variable económica, aunque si es la única que va bien.

    Las perspectivas economicas para 2013 son de año malo. Si en el año 2012 se han perdido aproximandamente 800.000 empleos, para 2013, se prevé que se puedan producir en torno a 300.000 parados adicionales, puedes superarse holgadamente los 6,5 millones de parados y tener una tasa de desempleo en el entorno del 27%.
    Esto se produce porque la economía va a continuar en contracción un año más, decreciendo aproximadamente un 1-1,5% debido fundamentalmente a unas políticas contractivas muy agresivas.Los recortes tienen un efecto económico sabido y comprobable.

    Hágase el ejercicio mental de recordar lo que se decian de cifras incluos menos malas cuando gobernaba Zapatero, hágase tambien el ejercicio de simular que se hubiera dicho. Tambien sean bienvenidos todos al «discurso positivo», al no ser catastrofista y al optimismo antropológico.

  3. Muy buen artículo el de Barañain, y poco más que añadir…
    Respecto a lo que comenta Jose Roselló, me viene a la cabeza un término, creo que acuñado por la presidenta de Brasil: austericidio. Igual suena a exageración, pero vistos los efectos de las políticas de austeridad, puede que muy exagerado no sea…

  4. Gracias Barañaín. ¿Qué más decir? Bueno sí, ¿qué tendría que hacer este señor ayer para no asistir al entierro del artificiero en Zaragoza? Hace falta ser vago a conciencia para no ir. Yendo el Príncipe. Y criticaron a Zapatero en su día porque no fue a otro entierro porque tenía que entrevistarse con Obama… Hace falta tener poca vergüenza. El otro día me decía un señor, empresario de pro que les conoce muy bien, que son implacables, que les da igual todo, ni vergüenza ni ridículo ni principios ni nada, que van a lo que van y que no se paran en barras.
    Me sumo al agggg…. de Barañaín. Y cuidadito con ella, que no se nos desgaste Rajoy demasiado porque ella y Esperanza están al acecho. Y son peores.

  5. Tranquilo PMQNQ que no hay peligro de que Rajoy se nos desgaste demasiado…otra cosa tal vez, pero desgastarse, lo que se dice desgastarse,…como que no lo veo. En cuanto a las que «están al acecho», tengo la impresión -que puede ser perfectamente errónea-, de que la Cospedal despierta pocas más simpatías entre el PP que las que provoca en el resto de la ciudadanía. Cierto es que la cara no es el espejo del alma -una pena, todo sería más fácil-, pero si el difunto Caro Baroja la hubiera conocido, le habría dedicado algún apartado en su trabajo sobre la «fisiognomía» (que de las seudociencias, es de las más entretenidas e inocuas).

    ¡Y qué decir de la gran Esperanza Aguirre que se va a dedicar ahora a la búsqueda de talentos!. El caso es que no parece haber tenido demasiado «olfato» hasta ahora, a juzgar por los robagallinas que ha cobijado a su vera.

    Alberto Penedés ve en el dream team de Rajoy sólo «un par de vueltas de tuerca más» respecto a la imagen del gobierno anterior. No comparto la idea -muy extendida sin duda-, empezando por lo que me sugiere la propia actuación de los dos jefes de gobierno pero es que, incluso si pensara en lo que ahora existe como una mera continuidad de lo previo, yo veo muchas, pero que muchíííísimas vueltas de tuerca -por seguir con esa imagen-, más. Y eso aún sin hacer el ejercicio mental que propone José D. Rosello sobre lo que se decía entonces y se dice ahora (y, por cierto, entonces, ¿hay «arbolito» o sólo es un manojo de puerros lo que aflora?).

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