Senyor G
(A Zeta, el Senyoret_U y al mosso que decidió que nuestro colegio cerrase a las 20:00h)
Pues otra vez elecciones en Cataluña, autonómicas, no les puedo hacer mucho análisis de campaña ni resultados, por una parte tenía otros asuntos personales y laborales que atender durante la campaña, como tantos otros, y por otra aún no tengo muy claro como ha quedado el parlamento catalán, entre otras cosas porque ayer estuve de vocal en estas elecciones nada comunes y el lunes ha sido para la família.
Tenía prevista mi apoyo a En Comú Podem con mi voto y haciendo de apoderado. Tenía permiso en casa si me llevaba una mascarilla FFP, pero finalmente, más tarde de lo habitual, me llegó el nombramiento como vocal 1 de de la mesa electoral, así que el debate quedó zanjado. Hasta me pareció justo que en la complicada situación actual nos tocase a personas que pensábamos que se tenían que realizar estas elecciones. Precisamente por la crítica situación (al contrario que el grueso procesista) no podíamos estar con un gobierno descabezado y sin parlamento. Gobierno descabezado por la falta de cabeza de Torra, ERC y Junts per Catalunya. No, la responsabilidad no era de la JEC o los jueces: precisamente la diferencia entre el antiguo régimen y el camino de la democracia es la supeditación del poder a la ley. Pero me alejo de un tema que me va grande para volver al domingo de elección y decidir colectivamente nuestra apuesta como sociedad.
Sobre esta jornada electoral, podría entrar en críticas a la forma de hacerlas y estirarlas para cargar sobre éste o aquel, pero no, el mejor resumen es que todo fue bien. Básicamente bien, en una organización que implica a Govern de la Generalitat, ayuntamientos y personal de colegios (y otros recintos). Durante los días previos tenía cierta aprensión sobre cómo reaccionar ante actitudes de los llamados a las mesas hostiles a su celebración, pero solo hubo quejas humanas y razonables: alegaciones no respondidas, cierta impotencia de estar en una movida que no se ha pedido y casi sin poder preguntar o sin tener respuesta a las situaciones particulares de cada uno.
Me sentí seguro, creo que llevaba más protección que muchas cajeras de supermercados o de los vendedores del mercado o limpiadoras de tantos sitios o tanta gente que no ha dejado de trabajar en peores condiciones desde marzo para que los demás podamos seguir con acceso a alimentación, educación y tantas actividades necesarias. El recinto estuvo muy ventilado, tuvimos material para protegernos y personal (mujeres) que iba pasando con la limpieza.
Ya digo, estuve seguro, podría sacar punta a que las mascarillas eran KN95 y no FPP2, a que en las recreaciones previas en la televisión había pantallas delante de las mesas y las famosas bandejitas para los carnés de identificación que no tuvimos o a que nos tomaran la temperatura una vez constituida la mesa. Pero con las pantallas faciales, mascarillas, sentido común y ventilación nos fuimos apañando. Eso sí, no dejé de tener todo el día cierta incomodidad y una sensación de ser metalúrgico como la protagonista de Flashdance (What a Feeling).
Ya digo que la implicación en las elecciones es amplia, pero estoy agradecido a mis dos compañeros, que hicieron que todo saliera bien e incluso eran gente interesante para pasar todo un día entero. Una vez constituida la mesa nos empezamos a cabrear al probar el equipo, nos costaba ver con la pantalla facial. Que mal se ve, que mal se ve, ¡porco governo!, esto está sucio, no se ve una mierda, hasta que vimos que tenía una película protectora y que al quitarla todos salíamos ganando.
Los ciudadanos que se presentaron a votar, siempre colaborativos y pacientes, con las confusiones habituales de buscar mesa sin tener en cuenta la sección. Este año añadían el tenerlos apuntados como votantes y preparados delante de la urna y de pronto preguntarnos dónde están los papeles… Fuera, las papeletas están fuera, y esperar a que volviesen, votaran y preguntasen si ya estaba todo. Muchos ánimos y agradecimientos por lo que hacíamos también.
El momento relativamente más complicado, quitando los nervios normales de constitución de la mesa, fue para ponernos los EPIs, la verdad es que el responsable de seguridad vino hacía las 18:00 y nos explicó como si el modelo fuera de tipo bata de hospital, cuando nos los fuimos a poner era más tipo mono, para todo hay modas, y desde entonces retumban en mi cabeza los Beastie Boys. El responsable vino a disculparse luego. En nuestro caso éramos tres gafotas y al ponérnoslo y con la pantalla facial se nos empañó todo: pantalla y gafas. Salimos al patio del colegio a airearnos y la verdad es que no vino nadie a nuestra mesa, y parece que a las otras quién llegó fue algún despistado, con porte de despistado y cara de despistado. Básicamente a las 19h y poco habían acabado las votaciones.
Insisto, creo que fue muy bien, aunque entiendo que muchos ciudadanos estuviesen preocupados por si debían ir y por todo tipo de casuísticas, y que hay momentos complicados en que la máquina burocrática nos engulle como a la compañera de la mesa contigua, que a última hora tenía ataque de migraña y tuvo que aguantar en la oscuridad del patio a que acabase la jornada. Pero de verdad que creo que fue bien y que pensaba que sería más agobiante de lo realmente fue.
Su gallinero rebosa de especies autóctonas , apreciadas por la originalidad de los plumajes.
Aceptada la autonomía de la organización -algo que huele a cuerno quemado en la organización – los espíritus individuales se manifiestan.
Ada o el ardor reflejo de las garrapatas , disputa con el macho alfa que a la vez conversa conflictivamente con sus amantes de ERC.
Todos se quieren desde la distancia pero se vigilan. La izquierda los envuelve como valor entendido. Todos juegan y sus intereses personales adquieren la dimensión de la última noticia ; viven en el sustrato vitaminado de la confusión.
Nunca , jamás como en estos momentos, la burguesía catalana se ha vuelto vulnerable gracias a sus propios errores.
Su inteligencia ha sido secuestrada por los especialistas en comunicación , aquellos que como Puigdemont les otorgaba el mando que orientaba una ficción.
La estupidez de la izquierda contemporizadora con el famoso nacionalismo – un sentimiento que padecen masivamente sectores populares con ansias de integración- les sitúa en subordinación con el impulso dominante.
El gran pecado , el insulto manipulable , lo indigerible por esa masa de electores absentistas de raíz española que no comulgan con las recetas fáciles , simples y fascistoides , es haber renunciado a la fabulosa herencia común , no biográfica , pero presente en las preferencias , actitudes vitales y de afecto a la gran nación española. Catalanes incluidos.
Fiebre.
Hoy también publicaba El Periódico una experiencia parecida «14-F: Houston, no tenemos ningún problema» https://www.elperiodico.com/es/politica/20210215/14-f-houston-problema-11522941
Curiosamente a mi hermano también lo convocaron a media semana, pero en l’Hospitalet. Cosas parecidas y cosas diferentes.