Una lectura del simposio “España contra Cataluña”

Senyor_J

Ha causado sensación dentro y fuera de las fronteras catalanas la celebración del simposio “España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014)”, al cual opté por inscribirme, atraído por la presencia en el mismo de Josep Fontana como responsable de la conferencia de apertura. Josep Fontana es, sin lugar a dudas, uno de los historiadores más importantes de España. Como historiador de inspiración marxista, ha introducido con mayor intensidad en sus trabajos la perspectiva de clase que la nacional, a diferencia, diría, de buena parte del elenco invitado a dicho simposio. Mi propósito era asistir tan solo la primera mañana y marcharme para no volver, ya que si me cuesta normalmente resistir los actos de tipo congresual, el encontrarme ante títulos o nombres de ponentes habituados a cierto maniqueísmo argumental, sin que faltasen tampoco nombres muy cercanos al poder o posibles mediadores de corruptelas entre partidos y palacios de la música, me producía muchas reservas.

Fontana había expuesto en las páginas de Sin Permiso como se produjo su incorporación al simposio: “Hace unos meses me propusieron participar en un coloquio sobre la historia de Catalunya en el periodo de 1714 al 2014. He estado trabajando últimamente en estas cuestiones y acepté, porque me parecía que podía decir algo que se apartase de los tópicos al uso. No figuraba en la propuesta el título de Espanya contra Catalunya, que la organización le ha dado después; pero no me preocupó demasiado, porque pensé que lo lógico era que se juzgase a los conferenciantes por lo que pudieran decir. No ha sido así, sino que nos han echado la jauría encima sin dejarnos abrir boca”. No albergaba, pues, duda alguna de que al menos su intervención valdría la pena, por mucho que al evento le envolviera la polémica. El título de  su intervención, “Espanya i Catalunya, tres-cents anys de conflicte polític”, no solo transmitía otro espíritu, sino que habría sido un título mucho más acertado para el coloquio.

En efecto, Fontana no defraudó, ya que adoptó un estilo de historiador veterano centrado en la narración de hechos claves y dejando de lado cualquier tentación politizante. Pero no solo él. Por lo vivido en la mañana de su primer día, podemos decir que no ha sido tan fiero el león como lo pintaban. Las intervenciones de historiadores han destacado por su moderación en las formas y por ceñirse a relatar fenómenos acontecidos que no suscitan mayor cuestionamiento, aunque no desde un punto de vista neutral, sino desde una perspectiva totalmente catalanista. A pesar de ello, insisto, los historiadores han ejercicio básicamente de historiadores. Menos ponderados y por momentos algo más exaltados han sido los discursos de presentación, entre los que se ha colado, completamente fuera de programa, el conseller de la Presidencia y segundo del gobierno Mas, Francesc Homs. Respecto al estilo que adoptarán el resto de intervinientes, ya se verá en su momento.

A pesar de la comedida orientación de los historiadores que han participado en primera instancia, no puede negarse que el evento como tal estaba viciado en su concepción por una pretensión que no podía disimularse: la de trasladar al debate político soberanista argumentos históricos sesgados y promocionarlos en un evento con un título claramente sensacionalista que captase la atención de los medios de comunicación. Buena prueba de ello la ofreció su más probable inspirador, Jaume Sobrequés, durante la presentación del simposio ante cierto canal televisivo. Hombre de fuertes convicciones nacionalistas, exmiembro del PSC, principal figura visible de la organización del simposio y presidente de una de las dos entidades organizadoras, varias de sus explicaciones resultaron un tanto sonrojantes. En primer lugar, por pretender que el título del simposio no es un elemento ya por sí discutible, sino un hecho histórico irrefutable que debe servir como punto de partida de cualquier discusión. Que España y Cataluña sean conceptos que representan territorios superpuestos, en lugar de agentes políticos, sociales o militares, que son los que protagonizan los fenómenos políticos y son a los que hay que poner nombres y apellidos, es un tema menor que no le merece mayores disquisiciones o replanteamientos. En segundo lugar, que considere que no es necesario que sean invitados historiadores españoles o de otro lugar, del mismo rango académico que los que participan, ya que los intentos de acercar posiciones con ellos se agotaron en diversas actividades conjuntas desarrolladas en los años 20 y 30, no requiere mayores comentarios, excepto destacar que no hay que salir de las universidades catalanas para localizar a catedráticos como Enric Ucelay Da-Cal, que algún trabajo de cierta relevancia tiene en estas materias. Y, finalmente, que subraye que no tiene intención de discutir los argumentos en contra del simposio con nadie que no sea historiador, dado que lo que se van a tratar son hechos historiográficamente demostrados y científicamente probados, teniendo en cuenta lo mencionado en el punto anterior, podemos considerarlo bastante desafortunado.

Ampliando este último aspecto, que me parece clave en la discusión, debo señalar que la historia no es una actividad estrictamente científica, concepto que en rigor es difícil de aplicar a las ciencias sociales y a las humanidades, sino una forma de conocimiento de gran subjetividad, en la que se produce una influencia exagerada del investigador sobre el objeto de estudio, siempre incapaz de separar su labor de sus valores, ideologías y perspectiva de la realidad y no pocas veces incorporando todo eso deliberadamente en sus valoraciones y conclusiones. De dichos defectos y dichas malas prácticas pecan historiadores de todo signo, no es algo exclusivo de los participantes en este simposio. Ello no quiere decir tampoco que no haya elementos del pasado que puedan establecerse con gran objetividad con el apoyo de metodología verdaderamente científica (ejemplo práctico: algunas dimensiones de la interpretación de restos arqueológico), ni tampoco que la historiografía tradicional no sirva para que el conocimiento avance o aun menos que el aprendizaje y la experiencia en el oficio no suponga un fuerte valor diferencial en cuanto a la  capacidad de interpretación histórica. Ahora bien, al abordar problemas historiográficos, las sensibilidades ideológicas se vuelven especialmente punzantes y superarlas mínimamente exige voluntad de reducir los sesgos, apertura hacia otros argumentos y la posibilidad de dar pie a otras perspectivas, siempre que cuenten con el rigor y la profesionalidad necesaria o no se encuentren aun más viciadas en sus pretensiones. Ello incluiría, por supuesto, el no convertir jornadas que alientan el debate en un acto unilateral y ajeno al buen espíritu historiográfico.

Porque la deriva integrista no es ya un problema menor cuando se habla mediática o popularmente de historia en Cataluña, considerando la búsqueda de legitimidades en el presente para la que aquella se utiliza con cada vez más asiduidad, y la simpatía social y política que reciben propuestas francamente patológicas y de lamentables ecos supremacistas como las tentativas del Institut Nueva Historia de catalanizar personajes y obras relevantes fundamentalmente de la historia y la literatura española: Cristobal Colón, Miguel de Cervantes, la Celestina, el Lazarillo de Tormes, Leonardo Da Vinci o Santa Teresa de Jesús, entre otros. De estas inclinaciones la historiografía académica se ha mantenido de momento totalmente a salvo, pero también tendía a estarlo de enfoques tan sesgados como el título de este simposio, por lo que solo me cabe esperar que el entusiasmo por demostrar la maldad esencial española no desemboque también, algún día, en acabar dando la razón desde ámbitos académicos serios a los precursores de conjeturas delirantes.

Visto lo visto, dejaremos para una mejor ocasión el abundar en la comprensión de las relaciones entre Cataluña y España, no sin antes subrayar que cualquier análisis que se tercie no puede hacerse tomando la parte por el todo. La identificación de España con el anticatalanismo no es más que una tergiversación interesada de los que prefieren ahorrarse matices y no mencionar nombres, organizaciones e instituciones más concretas, y que apuesta además por un uso partidista de la historia sobre el que fundamentar generalizaciones y juicios de valor. Tampoco es aceptable el planteamiento de presentar esta relación como un conflicto nacional de 300 años de duración, sin detenerse a precisar que las naciones a las que se apela adquieren sentido político durante el desarrollo de los estados liberales en el siglo XIX y no anteriormente. Citando palabras del propio Fontana: “Entre la boda de Fernando e Isabel [1469] y 1714, Cataluña dispone de unas leyes, una lengua, una moneda y un sistema político propios. Incluso en la legislación castellana hay unas leyes que perduran hasta la Novísima Recopilación, un código de leyes del siglo XIX, que prohíben, por ejemplo, llevar vino cuando se cruza la frontera entre los reinos de Aragón y de Castilla con unas penas que establecen la confiscación del vino, la confiscación del carro y los caballos si hay reincidencia, y en caso de acumulación de delitos, la pena de muerte. Esto de la nación española se inventa en el siglo XIX. Y es lógico, porque “nación” es un concepto que no tiene sentido más que con un tipo de gobierno liberal parlamentario, ya que lo anterior es un poder que emana de Dios y es transmitido al soberano. La idea de nación nace cuando no hay súbditos, sino ciudadanos que se supone que son iguales. No son realmente iguales porque durante todo el siglo XIX, excepto durante la revolución de 1868, el sufragio es censatario, es decir, solo votan los que tienen dinero para votar y son muy pocos. En 1835, en las Cortes de Madrid, se afirma que lo que debe hacer España es convertirse en nación, porque hasta ese momento no lo ha sido nunca”.

Finalmente, es bueno subrayar que los proyectos políticos del presente no necesitan para nada recurrir a legitimaciones en el pasado, que basta con la voluntad de los ciudadanos vivos y pensantes para dar pasos adelante en la dirección que se considere oportuna. Por el contrario, mirar al pasado con los anteojos deformantes de las ensoñaciones contemporáneas solo puede propiciar el pasar por alto las enseñanzas positivas que pueden extraerse de experiencias anteriores y tropezar de nuevo con piedras repartidas por caminos ya transitados. De acuerdo con ello, la confluencia en un mismo día de la primera jornada de este simposio con el pacto sobre la pregunta de la consulta del derecho a decidir, consistente, y no por primera vez en la historia de Cataluña, en la búsqueda de un apoyo mayoritario a la formulación de un estado propio, no puede resultar más propicia para reclamar reflexiones historiográficas más afortunadas.

10 comentarios en “Una lectura del simposio “España contra Cataluña”

  1. Esperemos que todo se desarrolle dentro de un orden, porque, aunque los historiadores nos ofrecen su película muy a posteriori de los eventos que narran, en temas de independencia, como es el que se encuentra en el fondo en la movida actual, siempre han sido los ostiadores los que han escrito la primera edición de la novela.

  2. Un articulo, en mi opinión, excelente.Muy valorable la cercania al evento, por fin alguien que ha ido y escuchado, opinando después y no antes.
    Muchas gracias

  3. Antes de nada, agradecer al Senyor_J su twitransmisión del simposio. Tiene una cerveza y una de bravas pagada el día que coincidamos.
    A ver, vale ya de dar la Brasa con el Instituto de Nova Historia, que es motivo de befa y mofa, incluso en foros independentistas. Excepto lo de Colón.
    De acuerdo en casi todo. Cambio de título, existe materia de estudio y que venga Ucelaaaaaaayy.

    Ahora bien:
    Que empiecen en España, esto es que se critique los mismos simposios que se generan en fechas clave para la historiografía nacionalista española. No me vale que la gente se acuerde de esto SOLO cuando montamos (losdeaqui) algún pifostio.
    Me parece perfecto que se monte otro simposio, con especialistas ”restoespañoles de zona monolingues” explicando la represión del idioma catalán, por ejemplo.
    Por otra parte la negación de este conflicto no es ya una toma de postura? Totalmente legítima si me la demuestra historiográficamente.

    Por cierto, en los años 40, los arqueólogos españoles apostaban por el indudable orígen indoeuropeo de los celtas y los íberos! Contexto político? I ara!

    Y más…
    Cuando con Carlos III se hizo un memorándum de agravios en Catalunya, era lucha de clases? Cuando Carlos III prohibió el teatro en catalán, era una cuestión sólo cultural? Porqué el cadastro? La derechona catalana apoyaba la vuelta a 1713 en Cádiz. Era sólo un programa de derechas? Porqué los franceses 1808-1814 publican bandos en catalán. Porqué les es más fácil? La Jamancia de Barcelona se lanza en el 43 contra las murallas de la odiada Cuidadela, sólo es lucha de clases? Son los tontos útiles de la Burguesía? Porqué la prensa de Madrid critica la catalanidad de Pi i Margall si Carod-Rovira no había abierto boca? Porqué la CNT y el anarquismo triunfan en Charneguistan? Tiene algo que ver que consideren el estado español como algo completamente ajeno?
    Y al revés eran nacionalistas lo de la CNT cuando querían que la Generalitat republicana controlara la legislación laboral. O simplemente sabían que con el control estatal ganaba UGT-POSE pero con ERC podían influir ellos en la legislación.

    Seguro que se pueden explicar aisladamente, pero ver cierta continuidad… es grave? Cierta conciencia colectiva, como la lucha de clases, no puede pervivir en el tiempo?

    Como Dijo Manuel Delgado, la historia está para ser manipulada. O la manipulamos todos o la desto al río

  4. Pratxanda de acuerdo en mchas cosas, pero notar que es Prim quien bombardea BCN por la Jamancia,no? Y si lo del 2 de mayo tb era nacionalista, aunque diria q contra el quinto centenario se.hicieron cosas.

    Desde el movil

  5. Pero Prim era catalán coño! Si te bombardea uno «de los tuyos» le pones una estatua!!! Pero que te bombardee un español… (comentario irónico, ojo!)

    Más cosas, los primprogresistas te los encuentras repartiendo yoyas vestidos con barretinas por Marruecos, Tambien dicen (leyenda?) que, en la Gloriosa, los barceloneses no hicieron caso a Prim hasta que se quitó las insignias del ejército español. Prim (como concepto) es como Buenafuente, funciona como catalanista o españolista federal (chiste, sí) Tambien en el 73 se proclama el Estado Catalán. Y será en Catalunya el único sitio dispuesto a defender la República en el 74. Y por cierto, oido a Junqueras, las tropas más fieles de la I República fueron las catalanas, repartieron «republicanismo» a carlistas y cantonalistas hasta el final. Piensen en el concepto… catalanes con uniforme y armas defendiendo el gobierno de… MAdrid!!!
    Tras el fracaso de la Primera (segunda en Catalunya) nada volverá a ser lo mismo. BAses de Manresa, 1905 y hegemonía catalanista en el siglo XX, sea Solidaritat, La Lliga, ERC, Pujol i Cia , etc

    Historiadores de DC, pueden corregirme

  6. Buen día y gracias por los comentarios y buenas valoraciones.

    Sr Pratxanda. Ante todo recordar que el Institut Nova Historia recibe premios de ERC de Sants-Montjuic y que está financiado con dinero público, por lo tanto tiene su aquel no perderlo de vista:

    http://diarigran.cat/2013/11/linstitut-nova-historia-rep-el-guardo-%C2%ABpresident-lluis-companys%C2%BB/

    Pero bueno, que tambien podríamos hablar de ciertos aspectos de la conmemoración del Tricentenari y de otras cosas para mostrar que el pasado histórico se representa con demasiadas mochilas del presente.

    Lo central sin embargo es que, evidentemente, la lucha de clases no explica toda la realidad ni el devenir histórico, pero aquí lo pertinente y lo que hay que demostrar es: ¿Obedecen todos esos episodios mencionados a una voluntad represiva secular de España sobre Cataluña? ¿O hay que ir caso por caso, analizar concienzudamente cada contexto y ver similitudes y divergencias? Yo apostaría más por lo segundo.

    Empecemos por el principio, la guerra de Sucesión. No se trata de una muestra de Cataluña contra España, sino de un conflicto de sucesión monárquica de orden internacional, que deja a los territorios forales sublevados contra el monarca borbónico en muy mala posición y este, haciendo uso de una victoria militar, impone un nuevo régimen en los mismos, que por cierto, si bien es centralizador, no es asimilacionista, ya que presentará diferencias respecto al castellano. Territorios, además, que se han sublevado en repetidas ocasiones contra la monarquía en el siglo anterior, unas veces con el apoyo de las clases dirigentes catalanas, y otras menos. ¿No se nos queda algo corto el considerar mero españolismo la concreción de todos estos hechos? ¿La introducción del cadastro no es más bien un rasgo del carácter francés y absolutista de la monarquía y de su voluntad de obtener recursos económicos de territorios que le habían aportado hasta la fecha mucho menos que los castellanos?

    Memorial de agravios… Precisamente no es una iniciativa estrictamente catalana sino de los distintos territorios de la Antigua Corona de Aragón. Lengua… ¿Que se persigue uniformidad lingüística en el siglo XVIII y posteriormente? Desde luego, pero entonces hablemos de ello y de sus razones y de quienes lo promueven. La Ciudadela… hermana gemela de la Bastilla. Etc etc.

    Continuidad…Si, pero no. Todo tiene su continuidad y su discontinuidad. Estamos en sociedades presididas por la violencia, las sublevaciones y los conflictos militares constantes, que no siguen solo la lógica de alguien de España contra alguien de Cataluña. También la de español contra español, catalán contra catalán, contra franceses… Multidimensionales, multidireccionales. Viva Cartagena!

    A nivel historiográfico ya tenemos una línea clara para abordar algunas cuestiones, que es el estudio del catalanismo como movimiento político. Antes de eso, todo era distinto… en parte.

  7. Senyor_J, hasta aquí puedo llegar con argumentacione y el resto són opiniones. Espere a que me saque el título d eHistoriador de barra de bar vía CCC.
    Tampoc se trataría de hablar de una «voluntad secular» como algo moral o pensado… sino como una lógica imperial. Un determinado modo de construir un estado lleva una oposicíon, má concentrada en algunos terrirorios. Claro que se puede analizar cada hecho de manera independiente… pero es difici no imaginar un «hilo», no se como decir la persistencia de un conflicto. Conflicto que se da tambien por diferentes infrestructuras económicas.

    OJO, ya ve que le cito la fidelidad a españa en un momento concreto. Todo es multidimensional si, y desde 1870 todo se repite.

    Por otra parte antes del catalanismo no hay caldo de cultivo? Porqué no nacen otros «ismos» en otros lugares?
    En fin… hasta aquí
    Les dejo un post sobre el simposio muy personal. No estaran de acuerdo pero es divertido si más no. «España contra los Grau» http://blogs.publico.es/el-azar-y-la-necesidad/2013/12/12/espana-contra-los-grau/

  8. Bueno….ejem….yo no tengo el titulo de historiador de barra de bar por CCC,pero si tengo el honor de haber intentado sacarme el titulo de «Técnico Superior en Animación Sociocultural y Turística» en CEAC y por lo tanto tengo conocimientos que me permiten anunciarles a los catalanes que quieren conseguir una Catalunya independiente que pronto sufrirán «el síndrome eurovegas»
    El sindrome eurovegas es como las pompas de chicle ,se hinchan con la intencion de hacer la mas grande y acaban explotándote en las narices.
    Oh! Benvinguts, passeu, passeu.
    de les tristors en farem fum.
    A casa meva és casa vostra,
    si és que hi ha casa d’algú.
    ….
    També pots venir si vols.
    T’esperem, hi ha lloc per tots.
    El temps no compta ni l’espai…
    Qualsevol nit pot sortir el sol……..JAJAJA….quins nervis.

  9. Hombre Mr Alguien no ha cambiado este finde el título. Menos mal. Yo me temía que para ir con los tiempos hubiese abierto el espacio de opiniones con un: » Barra libre y barretina entre barrotes»

  10. En todos los paises mediterraneos la crisis de sus deudas públicas excesivas ha obligado a los partidos de centro derecha o centro izauierda a aplicar recortes impresionantes que les ha hecho perder su hegemonía política, apareciendo partidos mas a la izquierda que la socialdemocracia que amenazan con quitarles el gobierno del país.
    Asi es el caso del partido Siriza en Grecia que ha desbancado al partido socialista griego. En Catalunya CyU se vió sorprendida al ver como ERC le quitaba muchos votos. Pero Mas es muy listo y se apunta a la exigencia de soberanía ya, al igual que ERC, y consigue convertirse en un valiente lider independentista querido por el pueblo a pesar de los recortes. Bien, ahora CyU y ERC actúan como hermanos gemelos. Si algún dia consiguen la independencia, entonces vendrá la lucha entre CyU y ERC por una Calalunya liberal y democristiana o una Catalunya socialista. Pero, que bonito va a ser tener embajadas y consulados por todo el mundo, una flota militar, una aviación y dividir la jefatura del Estado en un president y un primer ministro. Tantos puestos nuevos permitirán a Catalunya salir de su elevada tasa de paro.

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