Venganza

Lope Agirre

Que las palabras “venganza” y “vergüenza” son similares desde el punto de vista fonético es una obviedad, lo cual no significa que tengan una raíz común. Venganza significa la supresión simbólica del daño recibido, mediante el castigo del ofensor. Lógicamente, el daño recibido es imposible de ser borrado, porque ha sido ya efectuado, pero queda la supresión simbólica del acto como tal. La venganza actúa como retribución de algún mal recibido y supone, de alguna manera, la recomposición, la revisión de un anterior acto que se considera perjudicial y lesivo. Según Spinoza, el esfuerzo por hacer el mal a aquel que odiamos se llama ira; pero el esfuerzo por devolver el mal que nos ha sido hecho se llama venganza. En la Grecia clásica se citaba la venganza de Orestes, que mató a su madre Clitemnestra, porque ella, a su vez, hizo lo mismo con Agamenón, padre de Orestes. Para la mentalidad griega de su época la venganza de Orestes era un acto de justicia, además de una obligación noble, para dioses y hombres. La vergüenza, y el oprobio, acompañaban a aquel incapaz de cometer un acto vindicativo. Nerón también mató a su madre, pero nadie en la Antigüedad lo consideró como acto de justicia, sino como fruto de su soberbia. La madre de Nerón no le había hecho a su hijo un daño tal que pudiera ser restituido con la muerte. Nerón ha pasado a la historia como un ser vil y despiadado; Orestes, como un ser piadoso. Nerón, como un asesino; Orestes, como un justiciero. Aunque  ambos, Nerón y Orestes, hubieran matado a sus respectivas madres, los ciudadanos europeos de nuestra época sabemos o intuimos que no son actos que puedan ser equiparados, ni siquiera justificados. Nuestra razón práctica nos reafirma en la idea de que sólo el estado es el único autorizado para ejercer la justicia.

 

Sin embargo, el deseo de venganza, al ser primario e instintivo, vital por tanto, existe, aunque sea en los niveles previos de la conciencia. Si alguien ofende o causa daño y dolor, enseguida se piensa en reparar la ofensa, aplicando a la persona citada otra ofensa, daño o dolor, de igual o parecida intensidad. Es la idea primaria de justicia que ha quedado, no tan fosilizada como a veces parece, en el interior del ser humano. Parece afirmar que allá donde hay sufrimiento debe haber castigo.

 

Tras la primera reacción surge, a la vez o más tarde, otro tipo de pensamiento razonado que aplaca el sentimiento de venganza y aplaza su ejecución. Se delega en las autoridades competentes, o en la divina, la ejecución de la venganza. O se guarda en el fondo de uno mismo, hasta que se apague o se diluye en la corriente de la conciencia, junto a otras pasiones. En pocas palabras, se reprime, o se reorienta. 

 

 ETA lleva más de cuarenta años en el ejercicio de la muerte. Aunque sus crímenes hayan sido horrendos y condenables, aunque haya traído luto a muchísimas familias, apenas ha habido actos de venganza por parte de los damnificados y de las víctimas. Algo que no sucedió en Irlanda, por poner un ejemplo. Hace poco, un conocido psiquiatra, hablando en el transcurso de una conferencia sobre las víctimas de ETA que él trataba, manifestaba que la idea de venganza en el País Vasco tampoco se manifestaba en aquellas actividades automáticas y no conscientes como son los sueños, salvo excepciones. Explicó que cierto mecanismo de defensa de muchas de las víctimas las lleva a reprimir, incluso en un nivel inconsciente, el deseo de venganza, de hacer sufrir al otro lo mismo que se está sufriendo. Incluso dio a entender que había víctimas que en sus más íntimos comportamientos alentaban tendencias destructoras, se sentían culpables de lo sucedido, por lo que se castigaban a sí mismas. Nada que ver con mecanismos de defensa. Y para algunas víctimas, afirmaba, la vergüenza de sentir sentimientos de venganza era mayor que el propio deseo de venganza. Tenían interiorizado que el deseo de venganza, incluso como fantasía, no era legítimo, sino perjudicial y pernicioso.

 

Gentes más preparadas que yo en el tema podrán, con el tiempo, desentrañar los mecanismos psicológicos y sociales que hacen que las víctimas actúen como lo hacen. No hay que olvidarse del profundo catolicismo de la sociedad vasca que, aún en tiempos actuales, más laicos en teoría, sigue ejerciendo su hegemonía y dictando, en gran medida, las reglas de comportamiento. La moral cristiana repudia la venganza personal. “Mía es la venganza” dijo Jesucristo. Pero no es la única ni la fundamental razón.

 

La literatura es un reflejo bastante eficaz y preciso del pensamiento de la sociedad, o de una parte de ella. Hablo de la literatura, no de lo que, muchas veces, nos ofrecen en su nombre. Unos amigos me contaban cómo en un concurso literario, en el que ellos ejercen de jurado, se presentó un relato en el que se contaba la ejecución de una venganza. El marido del personaje, una mujer de edad mediana, era secuestrado por ETA que, por medio de un comunicado, señalaba las condiciones para la liberación del secuestrado, condiciones que debían ser satisfechas en el plazo de veinticuatro horas, a partir del momento de publicación del comunicado. Las condiciones eran imposibles, es decir impracticables. Ella, la esposa, llena de ira y de dolor, decidió secuestrar a su vez a la hija de un conocido político “abertzale”. El plazo dado por los secuestradores llegó a su fin y al no cumplirse, como era lo esperable, las condiciones para la liberación del secuestrado, lo mataron. Los amigos contaban que las últimas páginas del cuento eran terribles. La mujer aparece como una persona que va desdoblándose y partiéndose, entre el deseo de venganza y el sentimiento de compasión hacia la persona que ella tiene presa. En su interior luchan dos fuerzas contrapuestas y de gran intensidad. Es el sentimiento trágico, la tensión entre dos polos igualmente atractivos: la necesidad en su caso de hallar una solución que ponga fin a su dolor, que reestablezca la unidad primordial y que llene el vacío producido por el asesinato; la empatía, por otro lado, hacia la persona indefensa que está en su poder, la identificación con la situación sufrida por el marido. Ella, la esposa, acabará matando a la hija del político. Los amigos no premiaron el cuento. No sé si yo, estando en su lugar, no hubiera hecho lo mismo. No me parece un desenlace acertado, desde el punto de vista de la literatura, claro está. Veo otras posibilidades que, sin solucionar el dilema entre el deseo de venganza y el sentimiento de compasión, que es irresoluble, establezcan el equilibrio que la narración en ese instante exige.

 

Decía Spinoza que “quien imagina que se destruye aquello que odia se alegrará”. No estoy muy seguro de que sea así. El odio proviene del desconocimiento acerca de la persona a la que dedicamos esa pasión, triste donde las haya. Hannah Arendt en su libro Eichmann en Jerusalem observa que el conocido criminal nazi, sentado en su silla de acusado, era un ser tan normal e insignificante, tan ridículo, que cualquier sentimiento de odio que hubiera producido por el mal causado, se convertía en otro de signo diferente. El deseo de venganza iba desapareciendo, al mismo ritmo que la figura de Eichmann iba despojándose de su excepcionalidad. Algo parecido sintió George Orwell, tras haber conversado en Alemania con unos prisioneros, acusados de cometer crímenes de guerra. Donde el escritor esperaba encontrarse con terribles y duros criminales, vio que tan sólo eran gente infame, pero vulgares, como la mayoría. Y entonces supo que el deseo de venganza nace de la impotencia. Al adquirir poder sobre uno mismo, al conocer la naturaleza del otro, la pasión vengadora desaparece. “Toda pasión que se entiende deja de ser pasión”. Lo escribió, también, Spinoza. Menguado el deseo de venganza, desaparecida la emoción que conlleva, queda la justicia, como horizonte más o menos lejano. O la vergüenza, de haber dedicado el ejercicio de una pasión a gente que no la merece.

64 comentarios en “Venganza

  1. En España hemos tenido mujeres importantes en la vida publica de nuestro pais.
    Asi hemos conocido a una mujer que le llamaron «La Pasionaria» .
    Mas tarde bajo un poco el nivel intelectual y conocimos a «La Bombi» desde el famoso programa de television «Un Dos tres» tan apreciado por Don Cicuta.
    Y en los comienzos del Siglo XXI ha nacido una nueva estrella que vuelve locos a los de derechas:
    «La Solitaria»…muy apreciada por todos nosotros…Hype..hype….uy que hypo me ha entrao…jeje.

    Si hay un parásito que sin duda pone los pelos de punta tan solo con la idea de poder albergarlo en el interior es la tenia o solitaria. No es que sea especialmente peligroso ni mortal de hecho en algunos casos el paciente no sufre ningún tipo de molestia y puede llegar a “convivir” con su huésped durante largas temporadas el problema radica cuando uno piensa que puede tener en su interior un “gusano” de varios metros de longitud.

    Segun las ultimas noticias que tenemos Rosa Hype «La Solitaria» se esta alimentando de las entrañas del PP:

    El terrorismo y el debate territorial vuelven a protagonizar la estrategia de oposición

    Rajoy reincide en la apuesta por la línea dura, atemorizado por el ascenso de Rosa Díez

    http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=28415

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    Observen como el Dr House atiende a «la niña de Rajoy» y le saca un Hype de 8 metros por lo menos…..jeje….jeje.

    http://www.youtube.com/watch?v=Z0gPWLc_P6U

    Espero que este comentario no levante de su retiro de invierno a Nerva….JAJAJA….que nervios.

    Ruego a Fernando que se ponga en manos del DR House inmediatamente…no quiero perder a un buen amigo virtual pero amigo …aunque no firme los papeles como mi escudero….animo…si es un momentito en manos del Dr House y Yastá…

    Seguro que Jon te llevara unos caramelos de menta si te portas bien…jeje.

  2. Querido Polonio, no voy a poner en duda, faltaría más, ni el pedigrí democrático de De los Rios ni su curriculo antifranquista. Pero me da que quien debe examinarlo para recordar de donde viene es él mismo. Precisamente hace poco se presentó un libro titulado «Por qué deje de ser de izquierdas», en el que una serie de destacados periodistas, escritores, docentes, etc …. explican su viaje hacia la luz. Casos similares al de De los Ríos. Algunos realmente sangrantes. No está dentro del libro que he citado, ni ha hecho renuncia expresa a ideas de progreso, pero realmente me siento perplejo cuando alguien del historial democrático de Boadella pedía tanques contra los excesos del nacionalismo. Es otro que debería examinar sus antecedentes per se, no hacerlo los demás.

  3. Uno de los tópicos a mi parecer más equivocados y más perniciosos de nuestra democracia es ese que interesadamente relaciona directamente lucha antifranquista con lucha por la libertad y la democracia.

    La lucha antifranquista (sobre todo una vez muerto Franco, que fue cuando realmente se hizo visible, vamos cuando muchos por fin se animaban a asistir a conciertos de aburridos cantautores a los que antes sólo escuchaban en la intimidad de una habitación presidida por algún poster del Che Guevara) fue más una estrategia de posicionamiento de cara al reparto del poder que una búsqueda de los valores de libertad propios de las democracias anglosajonas . Quizá la Transición no fue más que un pacto obligado entre distintos grupos que competían entre ellos para repartirse el pastel del estado franquista pero que en el fondo no tenían los arrestos de volver a matarse en las trincheras y las cunetas como la generación anterior.

    Así pues nacionalistas de todo pelaje, comunistas, socialistas, franquistas reciclados o sin reciclar, aceptaron la democracia como mal menor, obligados por las circunstancias, como única manera de al menos tocar poltrona aunque sólo fuera tangencialmente sin tener que empuñar un fusil en plena sociedad de consumo. El invento de las autonomías, más allá de la retórica sentimentaloide y falsa de las naciones imaginarias, no es más que una ingeniosa manera de aumentar las posibilidades de tocar poder para ciertos grupos de ámbito local o regional.

    Ahora vendrán algunos foreros haciéndose los ofendidos, poniendo el grito el cielo, e incluso insultando como sólo ellos saben hacerlo, pero la verdad es que muchos de los vicios de nuestra partitocracia se comprenden con claridad meridiana si partimos de la base que nuestros políticos son demócratas a la fuerza, no de convicción. Algunos de hecho identifican, con el cinismo y la caradura inherentes a su actividad, sus propios intereses sectarios y partidistas con la esencia misma de la democracia.

  4. ¡Menos mal que los que participaron y lideraron la Transición no tuvieron los arrestos de volver a matarse en las trincheras y las cunetas como la generación anterior! Lo de las cunetas no fue de arrestos sino de una gran cobardía: asíi se asesinaban los enemigos políticos, por la espalda y dejándolos en las cunetas.
    Esta claro que Nerva tiene una imagen idealizada (hacia los nacional- catolicistas) de la guera civil. Demuestra, además, un desprecio por todos los que tuvieron la valentía de exigir la transición manifestándose (murieron bastantes), y de seguir en la palestra política cuando se rumoreaba que los militares iban a dar un golpe de estado como asi fue. Ese desprecio a «los políticos» me recuerda muchos discursos de Franco, en los que culpaba a los políticos del desastre de la guerra civil por sus intereses mezquinos. En fin, Nerva, se nota que eres un fiel discípulo de Pío Moa. Piensa también con que habilidad Franco se libró de otros candidatos a liderar la rebelión nacional-catolicista.

  5. Joer, que poco me ha durado la bandera de Nerva. ……………. Cosa de la que me congratulo.

  6. Y aquí con las máquinas quitanieves preparadas para demostrar lo eficaces que somos en la autopista Sevilla Cádiz y nada …. no hay manera de demostrarlo.

  7. Para Nerva ,mi Angel de la Guarda:

    Fernando reza conmigo:

    Angel de mi guarda,
    dulce compañía,
    no me desampares
    ni de noche ni de día

    Las horas que pasan,
    las horas del día,
    si tú estás conmigo
    serán de alegría

    No me dejes solo,
    sé en todo mi guía;
    sin Ti soy chiquito
    y me perdería

    Ven siempre a mi lado,
    tu mano en la mía.
    ¡Ángel de la guarda,
    dulce compañía!

    Bendita la luz del día
    y el Señor que nos la envía.
    ¡Bendito el Niño Jesús,
    bendita Santa María!

    Con Dios me acuesto,
    con Dios me levanto,
    con la Virgen María
    y el Espíritu Santo

    Cuatro esquinitas
    tiene mi cama,
    cuatro angelitos
    guardan mi alma

    Todos le llevan al niño,
    yo también le llevaré,
    una jarra de manteca
    y un tazón de dulce miel.

    Todos le llevan al niño,
    yo también le llevaré,
    las cosas que a mí me gustan
    para que goce Emmanuel.

    Me ha contado Jesusito:
    viene para que yo sea
    un angelito en el cielo
    y su amigo aquí en la tierra.

    Yo le he dicho a Jesusito
    que yo seré aquí en la tierra
    su amiguito para siempre
    y que en el cielo le vea.

    Jesusito de mi vida,
    eres niño como yo,
    mira cuanto que te quiero
    que te doy mi corazón.
    ¡Tómalo! ¡Tómalo!
    Tuyo es, y mío no.

    :::::ahora Fernando unas flexiones y nos vamos a la cama:::::

  8. Existe por ahí un principio fundamental del pensamiento de ineveterada tradición. Son muchas las corrientes filosóficas o teológicas que se disputan su paternidad: desde el groucho-marxismo hasta el budismo, desde el confucionismo hasta el pensamiento de Pero Grullo. Es ese que se enuncia del modo que sigue y que en alguna ocasión creo he comentado: «Más vale permanecer callado y aparentar ser idiota, que abrir la boca y disipar las dudas (confirmarlo). Esta máxima cragada de verdad y sabiduría se confirma empírcamente leyendo el 53. La estulticia de algún especimen no tiene límites. Ánimo, pues, se pueden batir todos los records posibles de la gilipollez.

    Pero no quiero parecer grosero o ingrato, y quiero darle a ese comment el valor que merece. Tiene un párrafo final lleno de tino y de sensatez en lo que a su referente atiene, que no todo iba a ser surrealismo en este tío:

    * …..si partimos de la base que nuestros políticos son demócratas a la fuerza, no de convicción. Algunos de hecho identifican, con el cinismo y la caradura inherentes a su actividad, sus propios intereses sectarios y partidistas con la esencia misma de la democracia.*

    Ha acertado de pleno con el retrato-robot: es Rosa Díez.

  9. Otrosí: ya sabeis de lo que va la «regeneraçao democrática». De tener coxones bien puestos para ir prestos al parapeto. Yo no tengo ganas de pegar tiors, y no quiero que mi hijo lo haga. Pasoooooo …

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