Volar en los tiempos del COVID

LBNL

Escribo desde mi punto de destino tras un viaje de unas 19 horas, incluido un vuelo intra-europeo y uno trans-oceánico. No las tenía todas conmigo pero todo salió bien y en ningún momento he tenido la sensación de estar asumiendo riesgos específicos. Al contrario, el video explicativo que te muestra Iberia es bastante convincente sobre las medidas adoptadas para que el aire de la cabina esté al nivel de seguridad de un quirófano, afirman, gracias a la ventilación vertical de arriba a abajo (no se esparce el aire por todo el avión), los filtros HEPA y, claro, las mascarillas que todo el tiempo portan tripulación y pasajeros. Tres cuartos de los mismo en los tres aeropuertos por los que he transitado. Bastante vacíos en general al programarse solo una cantidad ínfima de vuelos comparada a la de antes de la pandemia, todo el mundo con mascarilla todo el tiempo, sin aglomeraciones y con embarques y desembarques del avión más ordenados que antaño: suben primero los de atrás, luego los de enmedio y finalmente los de proa y se baja en orden inverso, manteniéndose la gente sentada hasta que los de la fila anterior no hayan cogido sus bártulos y estén avanzando por el pasillo. En suma, si tienen que coger un vuelo estas navidades, haganlo con todas las precauciones pero sin miedo porque los riesgos no son mayores que los de una visita al supermercado.

Viajar en avión es, eso si, mucho más engorroso que antes. Tuve que hacerme una PCR dos días antes de salir – con más antelación no te la aceptan por inútil, con menos no te da tiempo a recibier el resultado antes de embarcar – y, sobre todo, rellenar una ficha online para entrar en España y otro registro para entrar en el país de destino, con la complicación añadida de que esta última también debía hacerse solo en las últimas 24 horas antes de entrar y casi no me daba tiempo a hacerla antes de coger el primer vuelo. El código QR para España no me lo pidieron porque me mantuve en la zona de tránsito pero el del lugar de destino si. Ya había cumplimentado registros similares en septiembre dentro de Europa pero nunca me los habían pedido. Ahora da la sensación de que las autoridades están capacitadas para manejar los datos que solicitan, especialmente en caso de que se detecte un contagio en una silla cercana a la propia en el avión de entrada.

Por supuesto, no todo funciona a la perfección. Al aterrizar en Madrid me entró un SMS pidiéndome que con motivo de las necesidades de seguridad por el Covid, me presentara en la ventanilla S39. Me quedé helado por si habían detectado algún problema. Pero a los pocos minutos me entró otro pidiéndome que me dirigiera a la S41 donde estaba empezando el embarque. Al pasar por la S39 le pedí a una operaria de información consejo sobre si quedarme allí o ir a la S41 y su respuesta no fue la que cabría esperar: “Como usted prefiera pero aquí póngase a la cola”. Afortunadamente en la S41 había un operario más solícito que me aclaro que podía ignorar el alarmista mensaje inicial.

Ya en el avión un azafato me indicó que mi mascarilla de tela y filtro con válvula no era válida explicándome que la válvula no filtra mis exhalaciones sino solo mis inhalaciones, de forma que tuve que acelerar la puesta de la FFP3 que reservaba para el inicio del vuelo de 10 horas. Las recomiendo. Son algo más caras – unos 10 euros – pero no solo parecen ser más sólidas que las FFP2 sino que las gomas unidas por detrás de la cabeza no maltratan las orejas, como si hacen – al menos con las mías – las FFP2. Aclaro por si alguien no lo sabe, que las “quirúrgicas” o azules filtran solo las exhalaciones, por lo que no protegen, mientras que las FFP2 y 3 filtran ambas.

Dado que en el vuelo trans-oceánico si dan de comer y todo el mundo se quita las mascarillas para hacerlo y que, además, hay niños pequeños sin ellas y que, en todo caso, uno comparte un espacio cerrado durante muchas horas, obviamente es mejor no viajar si es posible no hacerlo. Lejos de mi pretender transmitir el mensaje de que ancha es Castilla, no hay ningún problema y váyanse de puente a las Seychelles. Lo que sí digo es que si quieren pasar las navidades con sus mayores, no dejen de hacerlo por tener que coger un vuelo, incluso si es largo. En general tiendo a ser bastante crítico con la desorganización y sin embargo, he quedado bastante satisfecho de la imperante en tres aeropuertos diferentes de tres países distintos, incluido el nuestro. Eso si, un poquito engorroso todo, como es normal, pero de lo que se trata es de llegar sin complicaciones médicas y eso parece bastante confiable.

Un comentario en «Volar en los tiempos del COVID»

Deja una respuesta