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No me lo puedo explicar pero todo indica que el PP volverá a ser el partido más votado en la repetición de las elecciones generales el próximo domingo el PP. Ya lo fue en diciembre cuando las causas de inegibilidad máxima – corrupción institucionalizada y gestión de la crisis ideológica y falsaria – ya concurrían de pleno. La principal duda es cuántos escaños conseguirá y cuántos de diferencia con el segundo partido. La otra gran cuestión es quién quedará segundo. Unidos Podemos es señalado unánimemente por las encuestas, incluida la del CIS. También me cuesta entenderlo.
Comparto casi al 100% las denuncias de Podemos pero apenas coincido con sus pretendidas soluciones. Pero es que, además, creo que ha quedado meridianamente claro en los últimos meses que Podemos y su cúpula dirigente no son en absoluto de fiar. Anteponen su propio interés al general y desde luego al de la izquierda. Es por ellos que Rajoy sigue en el Gobierno y sigue teniendo posibilidades de renovar como Presidente. Podrían haberse abstenido para investir a Sánchez poniéndole infinitas condiciones, que habrían podido ser todavía más numerosas y de mayor calado a cambio de su apoyo. Optaron por maniobrar para que las elecciones se repitieran y reforzar su posición. La tosquedad con la que lo hicieron merece castigo. Pero no. Pese a que se diga y sea cierto que – aquí y en Lima – las elecciones se ganan en el centro, parece que la opinión pública va a recompensar a los dos extremos que menos hicieron por materializar un entendimiento tras las elecciones de hace seis meses.
Pedro Sánchez es un líder pésimo. Es alto, guapo y sonríe mucho, pero ha sido incapaz de suscitar consenso en torno a sí dentro del PSOE y no se le conoce una sola idea atractiva. Quita lo de atractiva y también vale, me dijo una amiga ayer… Y qué decir del PSOE. Tras el viraje de Zapatero al albúr de la crisis, el PSOE no ha perdido oportunidad de perder todas las oportunidades que se le presentaban. Rubalcaba era todo menos renovación y tras estrellarse se decidió – o se le permitió – mantenerse al mando durante un largo y penoso tiempo perdido. Cuando finalmente aceptó tirar la toalla tras sucesivos fracasos, el aparato y los barones maniobraron lo indecible para nombrar a un sucesor vacuo pensando sobre todo en que no pudiera suponer una amenaza a sus intereses personales. Y cuando decidió tomar alguna decisión por su cuenta, no han dejado de ponerle palos en la rueda, amagando permanentemente con tumbarle, antes y después de las elecciones de diciembre en las que el PSOE cosechó su peor resultado histórico tanto en votos como en escaños.
Pese a todo, la estrategia seguida por Sánchez y su equipo desde diciembre ha sido impecable: negarse a avalar la continuidad de Rajoy y el PP en el Gobierno, rechazar el abrazo del oso de Pablo Iglesias e intentar articular una alternativa de centro izquierda. Los números no sumaban pero la conducta responsable debería merecer premio, sobre todo en escaños dada la mayor abstención prevista.
Las encuestas tampoco le auguran mejor futuro a Rivera y Ciudadanos, el otro partido que ha actuado con responsabilidad y flexibilidad desde diciembre. Es una lástima porque a España le vendría muy bien que el sorpasso se diera en la derecha, reemplazando a un partido que incluye a la derecha extrema y que está podrido hasta la médula por otro sin herencias ideológicas nocivas, por ende mucho más centrado y constructivo y, desde luego, ajeno a la corrupción institucionalizada. Con suerte se quedarán como están, rondando los 40 diputados de diciembre, que son muchísimos para un partido de tan reciente creación pero que, a escala nacional, son irrelevantes para convertirse en partido bisagra.
Salvo que el PP suba en escaños y consiga sumar mayoría absoluta con Ciudadanos. En exclusiva, dada la ausencia de otros apoyos potenciales con la única duda de los 6 ó 5 escaños que sacará el PNV. No me cabe duda de que si resultaran imprescindibles, la derecha vasca acabaría por apoyar un eventual pacto PP+C´s a cambio, eso si, de jugosas concesiones, incluida garantía de inviolabilidad para el Cupo vasco.
Ojalá no sea el caso y ni siquiera con el apoyo del PNV el PP consiga sumar lo necesario para mantenerse en el Gobierno. En el fondo me da bastante igual si finalmente aceptan sacrificar al líder. Rajoy no es sino la cara más visible y no es factible que, de dar un paso al costado, fuera a ser reemplazado por algún joven cachorro de entre los que aceptan fajarse en los debates de La Sexta. Más bien al contrario, a Rajoy le sucedería otro señor entrado en años y de familia bien. O algún barón caciquil amigo de narcotraficantes o de la plana mayor de la Gurthel, como la mayoría de los asistentes a la infausta boda de Estado en El Escorial de la hija del ayer bienamado Presidente de honor del partido.
Pero no todo está perdido. Las encuestas de El País y El Mundo de ayer dan una horquilla de escaños al PP demasiado amplia: de 114 a 130. Para seguir gobernando, el PP tendría que conseguir los 130 máximos que le da El Mundo y además que Ciudadanos consiguiera repetir sus 40 escaños actuales (tiene grandes posibilidades de perder algunos) y que el PNV repita sus 6. Es muy probable que una o más de estás hipótesis no se dé, especialmente atendiendo a la encuesta del CIS del 6 de junio en la que la suma de intención directa de voto y simpatía eran las siguientes: PP 19,4, PSOE 18,0, Unidos Podemos 13,3 y Ciudadanos 10,1. Es decir, las predicciones de escaños son principalmente resultado de “cocina” demoscópica. Además, en diciembre fue el PP el que más “escaños últimos” consiguió y por tanto el que más habría de sufrir el efecto “D´Hont” provoado por la concurrencia fusionada de Podemos e IU.
En todo caso, incluso con mucha “cocina” de por medio, las encuestas de ayer indican que la opción de gobierno más viable es la de un pacto entre Unidos Podemos y el PSOE. No será baladí quién resulte segunda fuerza en escaños, como tampoco en votos, pero al final lo que contarán serán los escaños. De ahí que, sin llegar a taparme la nariz pero sin una pizca de entusiasmo, esta tarde haya votado – por correo – al PSOE. Como ya he dejado claro, soy muy crítico con el PSOE actual. Y también con un posible gobierno en coalición con Podemos. Pero desde luego prefiero que tal opción se materialice con el PSOE estando por delante de Podemos y, si llegara a ser el caso, a la más corta distancia detrás de Podemos.
Me resultaba mucho más cómodo y sencillo no votar, pero honestamente creo que a España ahora mismo le interesa mucho que el PSOE no sólo no se hunda todavía más sino que resista el embate de Podemos y esté en mejor situación para mitigar sus peores delirios.
Por cierto que, mientras nos excitamos mucho con nuestra repetición de elecciones, antes del domingo, el jueves concretamente, tendrá lugar el referendum británico sobre la permanencia o salida de la Unión Europea. Formalmente no nos concierne, pero la posible victoria de las fuerzas nacionalisto-populistas provocaría un cataclismo político y económico en Europa de proporciones impredecibles que nos afectaría de lleno, especialmente teniendo en cuenta nuestra grave fragilidad democrática que el marco de la Unión Europea mitiga. Esperemos por nuestro bien que el Reino Unido permanezca en la UE y que el domingo dejemos claro que el PP no puede seguir en el Gobierno.
Qué miserable utilización del vídeo de Pedro Sánchez para acusarle de racista. La «civilizada» y «centrada» Cifuentes, para empezar. Y los de Podemos a la chita callando, después.
Tiene que gobernarnos otra gente. Independientemente de cualquier otra consideración, hay demasiada corrupción en el PP. Que siguiera un corrupto incompetente gobernándonos sería un oprobio para todos los españoles.
Quienes somos de izquierdas aspiramos a que España sea un poco mejor. En realidad, aspiramos a poca cosa: que sean los ricos quienes paguen más impuestos, que los maestros se ganen la vida dignamente, que los mullahs de todas las religiones se dediquen solo a sus cartas astrales, que las mujeres puedan ser de verdad ciudadanas plenas… En fin; cuatro cosillas.
El PSOE es, en efecto, la mejor opción para intentarlo.
Hola a todos….me alegro por los que van a votar arrancandose la cabeza y pensando….jeje…
Por otro lado quiero felicitar a los activistas de GreenVox por poner una pica en FLa…ejem….una gran bandera española en Gibraltar….
Estos fachas son unos cachondos….JAJAJA…..que nervios.
Esta vez más que a un partido se vota a una posible coalición. Por ello y por el hecho que el PP no está tan necsitado como el PSOE de alcanzar un nivel mínimo, votaré Ciudadanos. Si Albert Rivera facilita otro tipo de coalición sin el PP, tampoco me importa. Soy de los que creo que a medio plazo el PP tampoco se desgastaria siendo el primer partido de la oposición. Otra cosa es el senado. Ahí si votaré al PP.
O Gran Coalición o Podemos , tertium non datur. Ahora se puede y se debe negociar un modelo estable , con / sin [ Rajoy , independientes, reformas puntuales o amplias, programas mínimos , máximos , presencia de todos , de unos , …]
Queda por ver si es verdad que existe voto oculto importante o si nos instalamos en trincheras; si al PNV y CDC se les escapa el pueblo y también si Podemos juzga sensatos y seductores los resultados.
Parece muy probable que en esta ocasión va a ser el Comité Federal del PSOE el que tenga en su mano el As de diamante para un gobierno como el descrito. Para ello Sánchez debe llegar más muerto que vivo a la reunión o, simplemente , no llegar porque ya habrá dimitido.
Y por el momento Cs y Girauta con su versión de » Mediterraneo» hacen una muy buena campaña. Veremos.