Juanjo Cáceres
Unas elecciones generales se viven con especial angustia cuando estás implicado en un espacio político y eres consciente del reto que tienes por delante. Cuando asoma la cabeza una visión de tu país retrógrada, envuelta en una ideología fuertemente reaccionaria, y cuando los partidos conservadores se suman a la fiesta sin demasiados problemas, la hora es grave y la preocupación es intensa. Porque si bien es verdad que toda esa gesticulación nacionalista que ha aterrizado en la política española, primero de la mano de Ciudadanos y más recientemente de la mano de Vox, no es más que una pantalla tras la que se oculta la voluntad de poner en marcha y sin freno las políticas derechistas de toda la vida, hay mensajes que no son precisamente ejemplares. Cuando frivolizan con la violencia de género o cuando se usa sistemáticamente la cuestión territorial diferenciando entre el «nosotros» y «ellos», están haciendo algo más: están construyendo un mal país y están echando por tierra los esfuerzos que muchos ponen para aspirar a ser un país mejor.Y con la voluntad de construir un país mejor acudimos desde Podemos a las elecciones generales. Para seguir empujando la política en la buena dirección. Para intentar que no se empobrezcan los pensionistas, para conseguir que pagar alquiler sea algo más que un sueño si tienes menos de 35 años o para que los servicios públicos tengan la dignidad y la calidad que una vez conocimos, entre tanta otras cosas. Para que la llamada revolución fiscal de Ciudadanos no convierta a Albert Rivera en el Ronald Reagan español, para que el partido de la corrupción no ponga de nuevos las manos en la administración estatal y para que Santiago Abascal, aunque haga ruido, no tenga capacidad alguna de incidir en las políticas públicas de nuestro país.
Muchos fueron los que daban por muerto a Podemos, especialmente tras sus últimas crisis internas, y más aun los que han trabajado activamente para marginalizarlo y destruirlo, incluso mediante cuerpos policiales específicamente encargados de tan innoble labor, pero al final del día, Podemos seguía estando allí, las derechas no sumaban y a Pedro Sánchez le cantaban en Ferraz «Con Rivera, no». Unidas Podemos no obtuvo un buen resultado electoral, porque perdió decenas de escaños y más de un millón de votos que en gran medida debieron pasar a engordar las arcas electorales de Pedro Sánchez, pero la gran campaña que ha hecho y el papel que ha tenido en las últimas semanas sirviendo de ejemplo y de recuerdo de que la política no es un vodevil, sino algo muy serio, no solo le ha permitido sobrevivir, sino también convertirse en un actor clave en la próxima legislatura.
¿Y por qué un actor clave? Mucho se ha hablado de la capacidad de Vox de marcar la agenda política del país, de generar titulares de prensa y de condicionar la campaña, pero la agenda de las políticas públicas, ¿quién la va a marcar? ¿Vox con su entrada fulgurante en el Congreso pero sin capacidad de diálogo con las fuerzas decisivas ni de sumar con sus aliados naturales? ¿Ciudadanos con su vocación de suplantar al PP como líder de la oposición? ¿Un PP noqueado por su fuerte retroceso electoral tras volcarse en intentar imitar a los dos anteriores? ¿Pedro Sánchez tras recibir un mandato tan claro de no pactar con Ciudadanos y de formular su proyecto de Gobierno con Unidas Podemos y otros apoyos?
Es evidente que la victoria de ayer fue del PSOE y que el protagonismo va a recaer en Pedro Sánchez, pero lo que pueda hacer y lo que no va a venir más determinado que nunca por Podemos, un Podemos que viene impregnando la agenda de Gobierno desde la moción de censura contra Mariano Rajoy y sacando al PSOE de su zona de confort. Porque si bien es verdad que el poder político se cuenta en escaños, la capacidad de influencia política no es necesariamente proporcional. Es mucho más etérea y depende de cada comportamiento y de cada decisión, como bien sabe el Partido Nacionalista Vasco.
En la noche del domingo se produjeron tres gran noticias. La primera, que la gente salió en masa a votar. La segunda, que esos votos evitaron un nuevo desastre a la andaluza. La tercera, que cuando el humo se disipó, Podemos seguía estando allí, reducido en volumen, pero consolidado como espacio político y con plena capacidad de influencia política. ¿Que no se podía, decían? ¡Se pudo y se sigue pudiendo!
Yo creo que Podemos ha hecho buena campaña en las generales, pero venia tocado de las circunstancias anteriores. Un de los problemas mas caracteristicos de la formaciones a la izquierda del PSOE -y en mas sitios, que ahí está el memorable sketch de «La vida de Brian»-, es mantener la cohesión interna y saber poner una organización en pos de unos objetivos. No es un tema menor.
España tiene una caracteristica también importante en este momento: tiene uno d los liderazgos políticos más jóvenes de Europa. Se ha notado, para bien, y para mal.
A Pablito Churchix y a Albert Riverside ,les pasa lo mismo ,acaban siendo lo mismo:
«Peros del Hortelano»…ejem.
Iglesias va a intentar tapar un mal resultado tocando poder. Está en su derecho y puede que lo consiga. Pero el dato a día de hoy es que Podemos sigue en caída libre y que Iglesias sigue sin darse por aludido. La nueva política parece que envejece mal.
Adelgazado y cohibido. Su programa económico es delirante , coherente con su fase valle bipolar y , en términos morales , mendicante. Nada de lo que dice ocurrirá. Bonnie and Clyde han sido ametrallados pero con la suerte de vivir en España , en donde los bebés nacen vivos.
Como ha intuido la vicepresidenta , poco tienen que ofrecer , más allá de sus flácidos votos .
Para su desesperación y la de sus asociados , sus actos tienen consecuencias , y la asociación de ustedes con el PSOE no es de fiar.
Por cierto , SI han sido financiados por Venezuela.
Venezuela, últimas noticias en directo: fuerzas leales a Guaidó capturan al responsable del arsenal militar del ejército venezolano
La cosa está al caer. Se demostrará el endeudamiento de Podemos y su miserable defensa de los opresores delincuentes de un país rico y empobrecido por el populismo criminal.
Se ve que Mullihan sigue recabando datos y todavía no sabe a quién votar.
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El viernes ofreció a VOX varios ministerios. Hoy dice que son la extrema derecha. Lo que hace perder 71 diputados y agarrarse al cargo a cualquier precio. Casado, le llaman.
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Pobre Venezuela. Quienes la gobiernan son unos sinverguenzas y quienes aspiran a gobernarla una pandilla de irresponsables.
Es imposible que pueda gobernar sólo con 1/3 de la cámara y reales decretos ; Podemos es una jaula de grillos y carece de un programa serio ; ERC es la histeria del macarra que salió en la noche electoral ; lo único que funcionaría sería un gobierno con Rivera.
Pues eso.
¿ Una pandilla de irresponsables ? ¿ Como en Portugal en el 74 ? ¿ Dónde están los responsables moderados mientras asesinan y torturan los “ sinverguenzas? ? ¿ Con Zapatero en un salón de mediadores de la nada ?
«Pobre Venezuela. Quienes la gobiernan son unos sinvergüenzas y quienes aspiran a gobernarla una pandilla de irresponsables.»
Comparto.
A la dictadura portuguesa la tumbó un movimiento militar con amplio apoyo de la sociedad.
Ahora, la melindrosa, cursi y acaudalada ministra de información Celaá, quiere que no haya derramamiento de sangre , jopelines !
Inútil y estúpida actitud.
¿ A qué sangre se refiere ?
« La derecha golpista venezolana vuelve a intentar ganar el Gobierno con las armas, otra vez llamando a los militares a combatir a su propio pueblo. Nuestro firme compromiso está con la paz, el diálogo y contra el golpe de Estado. No pasarán.”
Garzón , el fascista de Unidas Podemos.