ZP traidor

Permafrost La normalidad con la que títulos como éste han adquirido curso legal en sectores no precisamente marginales durante la presente legislatura es sólo un síntoma más de la degradación de nuestro discurso político cotidiano. Por un momento, albergué el ingenuo propósito de hacer un recopilatorio de los esputos verbales más carrasposos obsequiados al presidente del Gobierno por parte de nuestra selecta oposición político-mediática. Dicha empresa se reveló en seguida insensata: ni siete meses como deshollinador de hemerotecas bastarían para pasar del prólogo. Me conformaré, por tanto, con dejar breve constancia de la entorpecedora insistencia con la que al paso de Zapatero se arrojan, como pétalos al César, los cardos de la traición, felonía y demás defecciones.
 
No han sido parcos los notables del PP en estas ofrendas florales, aunque tampoco los más generosos. Muchos recordarán al Sr. Rajoy sancionando el uso consuetudinario del cariñoso apelativo consignado en el título de hoy, al acusar al presidente, en el debate sobre el Estado de la nación de mayo de 2005, de «traicionar a los muertos». Otros no han dudado en emular este edificante ejemplo desde las filas populares, aplicado con preferencia a los monocultivos de las políticas territorial y antiterrorista. Así, para Del Burgo (El Mundo, 5.3.07), Navarra es «el precio de la traición», cuando toca hablar de Navarra. Por su parte, el portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero daba por seguro que Zapatero, antes de acceder al Gobierno, ya negociaba con Batasuna, «y eso se llama traición» (EM, 26.7.06). En febrero de 2006, en el acto de homenaje a Manuel Fraga por su despedida de Galicia, éste afirmó, respecto a España, que «querer romperla es la peor de las traiciones». El Mundo (26.2.06) describía así la reacción de la audiencia: «La palabra traición -esta vez pronunciada en gallego- se repitió como un eco entre las inacabables paredes del pabellón, después de que el propio Mariano Rajoy atribuyera dicho delito político al Gobierno de España». Desde los aledaños genoveses, el hombre de confianza del PP en el CGPJ, José Luis Requero, haciendo gala de la prudencia y el comedimiento que su posición institucional de magistrado y vocal le confieren, escribía en La Razón (16.1.06) lo que parece una semblanza del auténtico vendepatrias: «el PSOE es capaz de ceder en cualquier cosa con tal de estar un minuto en el Poder. Ha demostrado con creces que carece de escrúpulos para llegar al poder […]; para servirse de él […], y para retenerlo […]. Por estar un minuto en el poder venden lo que sea, desde el Poder Judicial a la idea de España».
Pero es entre los periodistas donde esta práctica acusatoria ha alcanzado un singular virtuosismo. Apenas puedo elegir entre la cornucopia de citas, perdonen que vacile… tal vez las siguientes. En su programa de la COPE de 5.6.06, César Vidal, con su acostumbrada cachaza intelectual, declamaba el editorial del día: «Se repite con frecuencia que José Luis Rodríguez Zapatero tiene mucha suerte. Hay parte de verdad en ello. Y es que, si en vez de en la España actual, Rodríguez Zapatero y los que lo respaldan hubieran vivido en la Roma republicana, sus conciudadanos los hubieran considerado traidores a la Patria y, sin dudarlo un solo instante, hubieran ejecutado en ellos la pena que estipulaba la Lex Apuleia de Maiestate.» Que no era otra que la «pena máxima».
 
El presidente de Libertad Digital, Alberto Recarte, lo tiene también claro (LD, 30.6.06): «El presidente del Gobierno es un traidor» (además de un «mentiroso» y un «cobarde»). En efecto, ZP es un «gran traidor» (Isabel Durán, LD, 25.9.05), un «traidor constante», en palabras de Enrique de Diego (17.5.06): «Quienes han seguido la trayectoria de Zapatero […] coinciden en destacar en él como conducta constante lo que el común de los mortales conocemos como traición»; «esa costumbre de la traición [es una] especie de segunda naturaleza en él». Y es que «traición es una palabra que empieza a ligar con Zapatero como pertinaz con sequía» (I. San Sebastián, EM, 1.2.06). Existen también algunas variantes con cierto regusto histórico. Así, por ejemplo, se dice que Zapatero es un «felón» (Losantos, EM, 2.6.06): «Zapatero es el traidor de más categoría, o sea, de mayor entidad, que ha padecido España desde Fernando VII, el Rey Felón» (Losantos, Diálogo en LD, 5.6.06). «Todo gobernante que pone de rodillas al Estado frente al enemigo es un felón. Felonía es alta traición. A Fernando VII le llamaron el rey felón. Los que ahora están en el poder […] ¿Qué calificativo merecen?» (L. Hernández Arroyo, LD, 27.3.07). A veces se buscan símiles más remotos, pues ZP es un «Wellido Dolfos moderno» (De Diego, cit.). «España es sólo un cadáver. […] Ayer, Vellido Zapatero se limitó a votar la traición al pueblo español y la liquidación de España como lo que es: un progre vulgar, un socialista del montón» (Losantos, EM, 31.3).
 
Luego vienen los más técnicos. Recordemos: «felonía es alta traición». Y, por tanto, ZP es culpable de «alta traición» (Moa, LD, 15.9.05), «si semejante traición no transcurriera al nivel de las alcantarillas» (Losantos, LD, 26.9.05). «Y aunque sea duro decirlo, […] Zapatero está cometiendo alta traición contra unos derechos que él mismo juró defender ante la mismísima Corona» (GEES, LD, 18.3.07). «Zapatero ha quedado retratado ante la sociedad española como un irresponsable, un aventurero y un déspota que no vacila en merodear los predios de la alta traición. Traición a las víctimas del terrorismo. Traición a la nación española. Traición al Estado de Derecho. Traición a todo lo que significa libertad y civilización en nuestra historia» (Losantos, EM, 22.6.06). Y de ello se extraen incluso las correspondientes consecuencias jurídico-penales, ya que el Presidente incurre en un delito «por el que debería ser procesado» (Moa, LD, 15.9.05). «Hablamos de alta traición y de la necesidad de llegar a encausar por ese delito a estos gobernantes» (Moa, 20.9.06). «Un tipo [como ZP] está él mismo […] para ser procesado por alta traición a España y la más baja y rastrera de las traiciones a los miles de familias víctimas del terrorismo etarra» (Losantos, EM, 31.10.06). Hasta el insigne enigmólogo del 11-M, Luis del Pino, se atreve con sugerencias estilo Roldán: «En realidad, sí que existe una salida. Déjame que te la cuente, Zapatero, para que veas que no somos tan malos: aunque te extrañe, todavía quedan países con los que no tenemos tratado de extradición» (8.2.07).
 
¿Y adivinan qué título dio Mikel Buesa a su artículo de 19.1.06 en ABC? Efectivamente, «â€¦El traidor». Sin designarlo en ningún momento por su nombre, concluía lamentando que el presidente «nos ha traicionado, se ha pasado con todos los pertrechos al campo de los otros y nos ha abandonado convirtiendo en polvo y cenizas el sacrificio de los nuestros. Tal vez crea que así llegará a ser un gran hombre y que la historia le alabará; pero olvida que él sólo tiene un poder efímero y que, por nuestra parte, no cejaremos hasta ver satisfecha la reivindicación moral de nuestro resentimiento.» Y si el custodio del espíritu de controvertido patronímico se apunta al baile, ¿por qué habrían de abstenerse los demás elementos de la terna prodigiosa? Hete aquí que, recientemente, Savater escribía en la página de ¡Basta Ya! un artículo («Termópilas») al hilo de la última película basada en un cómic de Frank Miller («300»), a su vez inspirado en la famosa batalla. Habla de los principales personajes, los heroicos espartanos, el traidor Efialtes, todo muy genérico y sin aparentes imputaciones explícitas, salvo por las casuales referencias a que los espartanos, «afortunadamente, no creían en ninguna ‘alianza de civilizaciones'». «Eran poco dialogantes aquellos espartanos». «Si Leónidas hubiera sido partidario de dialogar con Jerjes en las Termópilas, es muy probable que hoy no tuviésemos parlamentos en Europa en los que dialogar civilizadamente…» Y termina rememorando unos versos de Kavafis en los que se acredita el honor que se debe a aquellos héroes, especialmente cuando se prevé «que al fin llegará Efialtes» (recordemos, el traidor), añadiendo, con particular modestia: «Â¡Que nos lo digan a quienes en el País Vasco pusimos nuestras Termópilas en la defensa de la legalidad constitucional y de España como estado de derecho de todos y para todos!» Uno recuerda cuando Savater escribía aquello de que «varios de quienes no lo vemos todo claro en este asunto no compartimos los planteamientos más truculentos de la oposición» (EP, 8.9.06). Que se lo explique a Rosa Díez, otra experta en desafecciones socialistas, que no parece haber entendido bien al filósofo, pues cita las Termópilas de éste extensamente en su propia columna de 29.4.07 en ABC, para apoyar consideraciones de este jaez: «Asusta que cuanto más evidente es que ETA está reorganizando sus estructuras para matar y señalando objetivos con toda claridad, más laxitud se perciba en el Gobierno y el PSOE. Llega una a pensar que si por estos fuera, en Alemania se permitiría al Partido Nazi presentarse a las elecciones». ¡Y cosas veredes!: el mismísimo Pío Moa se dejó seducir de inmediato por la prosa de Savater y reprodujo ampliamente en la entrada de su blog de 28.4.07 el referido texto del maestro, bajo el inevitable título de «Zapo Efialtes» (estaba cantado). Pero no acaba aquí la maravilla, no. La entrada del Sr. Moa del día siguiente (29 de abril) se dedica a reproducir íntegramente la famosa carta de Rosa Díez en la que ésta insta a sus «compañeros y compañeras del Partido Socialista» (sic) a salir del armario y decir lo que todos piensan en privado.
 
Qué quieren que les diga, cuando en el plazo de un par de días Rosa Díez cita arrobadamente a Savater y Pío Moa hace lo propio con ambos para señalar la deslealtad de nuestro Efialtes monclovita, me viene a la cabeza lo que Darth Vader, rendido ya al lado oscuro de la fuerza, anuncia al enfrentarse a su antiguo mentor en la Estrella de la Muerte: «The circle is now complete». Que para el caso puede entenderse zafia y libérrimamente como «cagüentó», «manda güevos» o «hay que joerse». 
 

42 comentarios en “ZP traidor

  1. A mi del PP no me sorprende ya nada pero cuando veo un reportaje de Cuatro que agrupa sus declaraciones o cuando leo un artículo de Permafrost que retrata lo exagerado y maléfico de sus exhabruptos, me acojono por unos segundos y luego renuevo mi compromiso con la izquierda. Joder que tropa que diría Rajoy, o no…
    En la línea de lo registrado por Permafrost oigo en la radio que la «denuncia» de Conthe de ayer es el mayor escándalo de la democracia española. Pero es que no tienen verguenza? Por cierto, Perma, una PD de puesta al día con las últimas veces en las que Nacho Villa haya dicho que al Gobierno de ZP le quedan dos telediarios?

  2. Sr. MCEC, es fino su jefe. Y todo porque le echaron del BBVA. Chicago años 30 queda como una zapatilla rusa a su lado. Cómo es esa siniestra trama delincuencial conocida por PSOE-PRISA, pufos sin fín. Jamás este país conociera cosa igual.

    Ah, perdón, que se me olvidaba pasar por caja: Sr. Permafrost, plas, plas, plas.

  3. ¡Qué envidia la prosa de Permafrost! No creo que haya hoy muchos periodistas en activo que puedan escribir el castellano limpio de Permafrost. Una vez más, quedo abrumado por el derroche de erudición e ironía de sus artículos. Aunque ya anticipo las quejas de Arouet, que claramente tiene una doble vara de medir con respecto a ciertos personajillos de las letras, creo que lo mejor del artículo es la comprobación fehaciente de que Savater ya está perfectamente integrado en la red espesa de la reacción, dedicada sin descanso al insulto y el ataque. El artículo de las Termópilas al que hace referencia Permafrost era delirante. Sobre todo por esa parte final en la que se hace el homenaje a sí mismo, reprochándonos a los demás (Arouet queda excluido) que no le jaleemos lo suficiente por su entrega a la lucha por la libertad frente a traidores como ZP.

    Vistos desde fuera, y puestos todos juntos, son un atajo de vanidosos ridículos y petulantes. El único consuelo pasa por constatar el ridículo que están haciendo.

  4. Es un gusto que llegue el martes, Permafrost, por leerte. Tu comentario sobre las Termópilas inmejorable. Yo completaría la lectura de esta parte final de tu artículo con el de Cercas del domingo pasado en EPS. Se complementan.

  5. Mira tú que el espíritu lo tenía presto pero, por culpa de Permafrost y Don Cicuta, la carne se me hizo débil. Y caí en la tentación de buscar a Savater y sus Termópilas. ¿Y dónde lo encontré? No me fue difícil, en casa de la señora Rosa de España. Y lo leí, pero en diagonal, cómo cuentan que Fraga lee los tochos, apresuradamente y tragándose o cortando palabras, como al hablar. Cuánto ego en el ex filósofo. Cuanta insidia al periódico que le ha dado dinero y fama. Cuánto apoyo a la derechona. O sea, cuánto apoyo a sí mismo. ¡Y qué coñazo el artículo! ¿No os recuerda las homilias dominicales de Pedro Jota, eso sí que son ladrillos, y no los del Pocero y otros «seseñadores» del ciento por uno? En un acto de humildad comienza el ex filósofo hablando de sí mismo y su fatiga en no sé qué feria del libro de ultramar, como si le doliera el dedo de tanto firmar. ¿Pero el referido humilde salvador de la Patria de vocación tardía no desempeña una cátedra en España? ¿Qué hace por allá y acullá de picos pardos este patriota de papel maché? Patriotismo también es desempeñar con eficacia y laboriosidad la profesión por la que le pagan, y más si es con fondos públicos.

    El cuadernillo en que figura «Termópilas» abre con otro panfleto del ex filósofo (éste ya no lo leí sólo en diagonal, también en horizontal y vertical, como el pasatiempo «palabras cruzadas»). A lo que iba, que me pierdo: en este panfleto señala el mitinero ex filósofo que “el rejuvenecido Alfonso Sastre, cuyas ideas políticas siempre han sido un poco peores que sus obras de teatroâ€?. ¡Bravo por el salvador de la Patria! Hace años, gobernando Felipe González, estrenó una obra de teatro, naturalmente subvencionada por el ministerio del ramo. Fue un fracaso total. Recuerdo en las páginas de hueco de ABC, una foto de un patio de butacas vacío o casi vacío con (cito de memoria) este pie, más o menos: “El paniaguado filosocialista Fernando Savater con el estreno de su obra XXX (no recuerdo el título) ha batido un récord: el de butacas vacíasâ€?. Haría bien el ex filósofo no nombrar la cinta métrica en casa del sastre.

    De Warren Puppeteer no opino por no haber entendido nada, excepto el concepto que se encierra en la palabra PRISOE, ¿la había oído o se le ha ocurrido sobre la marcha? Si se le ha ocurrido sobre la marcha, como sospecho, permítame que le felicite muy cordialmente, por los reflejos y la imaginación. Y no se nos salga de España ni para firmar libros. Uno sale por dos días pero muchas veces se quedan de por vida, como algunos artistas, gracias al público y a los empresarios que lo retienen con aplausos y un cheque en blanco. Por favor, más fuga de cerebros, ¡NO!.

  6. Se me olvidó comentar lo fuerte que resulta que Pio Moa, Rosa Díez y Savater puedan estar de acuerdo en algo…

  7. Queridos amigos y amigas:

    Impresionante el artículo de Permafrost, y coincido con Por mí que no quede en su impresión sobre el comentario de las Termópilas. Ciertamente, como dice nuestro articulista, esto no es más que una muestra superficial de toda la capa de fango con la que la derecha de nuestro país ha conseguido ensuciar la convivencia social y política con intenciones sectarias. Desde luego, soy de los convencidos en que las urnas pondrán a cada uno en su sitio, y que la misma derecha que en su día subestimó a Zapatero, hace lo propio con la inteligencia de los ciudadanos y ciudadanas de nuestra España.

    Además, yo soy de los que piensan que, por un lado, «no ofende quien quiere, sino quien puede», y que «las personas somos rehenes y responsables de nuestros actos y de nuestro pasado». Así, insultar a quienes han dado la vida, la tranquilidad y la seguridad de sus familias por tener una posición concreta y LEGITIMA sobre el proceso de fin del terrorismo, no tiene que tener más trascendencia cuando viene de quien viene. Y me refiero, claro está, al felón Mikel Buesa: a este señor que habla de traiciones y de dignidad de las víctimas, en materia de lucha cívica contra el terror de ETA, hasta hace recientemente poco tiempo, ni estaba ni se le esperaba. Mientras, otros como Jose Mari Calleja, o Gorka Landáburu, o Edu Madina, estaban dando la cara en ese frente (Gorka y Edu, además de la cara, una mano y una pierna, respectivamente). Son los ahora insultados y acusados de «traición a las víctimas y a la patria» (sic) por los mismos que jalean la grosera figura de Buesa. Pues lo dicho, cada uno tiene su trayectoria. El Presidente tiene la trayectoria política que tiene, muchos lo elogiamos y en nuestro derecho estamos de hacerlo, y otros sólo pueden hacer gala de oportunismo. Lo mismo vale con Rosa Díez. Todas las vueltas que demos al tema de esta mujer conducen al mismo lugar. La «Santísima Virgen de la Dignidad Democrática» no abrió la boca en el sentido que ahora tienen sus palabras cuando Aznar negoció con el «MVLN» ni cuendo en sus dos legislaturas murieron decenas de personas a manos de los asesinos de ETA. Incluso, como consejera de Turismo vasca, llegó a querellar una viñeta muy crítica (y tan excesiva como las que ahora adornan su web en Basta Ya) de Anyonio Mingote cuando su campaña para incentivar los encantos turísticos de Euskadi (que son muchos). No le den vueltas. Sólo piensen que a esta mujer le han bajado sus ínfulas dos derrotas internas en el PSE y en el PSOE (frente a Nico Redondo en una primarias y frente a Zapatero en un Congreso, respectivamente). Esa es la raiz del odio de esta señora frente a la dirección del partido y sus insultos. Savater me huele a lo mismo que Aznar. Ya me entienden: lo de «boicotear la elecciones en Euskadi» sólo puede ser fruto de algún exceso. Otra razón no veo.

    En cuanto al PP o al citado tema navarrico, tampoco hace falta abundar mucho. El PP es rehén de su trayectoria, sobre todo en lo que se refiere al proceso de 1998, y es muy difícil, como no sea para los convencidos, hablar con visos de veracidad y de coherencia sobre este tema. Sería largo enumerar las excarcelaciones, las ventajas penitenciarias, los diálogos en Burgos, las promesas de generosidad. Con Navarra baste recordar a Sanz hablando de la generosidad de esa Comunidad Foral con respecto al mundo de ETA en caso de que llegara la «paz» en 1998-1999. Y etcétera.

    Coincido con PMQNQ en que este artículo y el de Cercas se complementan para dar una visión de rigor sobre el clima político que mal-vivimos. Y lo que te rondaré, morena. Que esto es lo que sucede cuando se hace de la mentira y del insulto instrumento preferente de acción en ese mundo de la política. Es lo que ocurre cuando se pervierten las normas más básicas de la convivencia y de la vida institucional. Hablando de Sarko, ganador el domingo a mi pesar, ojalá hubiera un político así en la derecha española. Aunque nunca le votara, me gustaría tener una derecha descaradamente a la europea en nuestro país. La victoria de un «Sarko» español sería un síntoma de normalidad democrática. La victoria de Don Mariano en 2008, acompañado de esta «troupe», me provoca pavor.

    PD. Viendo el comentario de Warren, no puedo sino sentirme alegre y alborozado. Hay un candidato de la izquierda en Madrid, buen economista, buen Maestro (en el sentido auténticamente universitario del Magisterio), buen gestor y mejor persona, que no deja indiferentes a los más entusiastas «hooligans» de la derechona patria. Es una buena señal. Opino que si no tuviera posiblidades, le ignorarían. Y denota la intervención de Warren la buena salud de DC, ya que algunos tienen que venir aquí a «expresarse» (dejémoslo así) a pesar de que en otros lares les ponen hasta blog propio para «regenerar» la democracia. ¿Verdad?.

    Un abrazo a todos y todas. A tí también, Warren.

  8. MCEC: alguien dijo que «la política hace extraños compañeros de cama». Igual fue Don Manuel Fraga, no recuerdo. Lo que sí queda claro es que las obsesiones y los odios más personales sí que hacen nacer coincidencias que en otros momentos no se nos pasarían por la cabeza. A mí hace unos años me dicen que la que era mi compañera del alma, Rosa Díez, a la que muchos admirábamos por su gestión política en la parcela que le tocó comandar, iba a pasearse por Madrid acompañada de banderas con aguiluchos y filo-terroristas de extrema derecha como Ynestrillas, y no me lo creo ni borracho. Me dicen que una persona de la trayectoria intelectual de Savater iba a coincidir en los planteamientos del falsario fascista y antiguo terrorista Moa, y me corto las venas. Pero si algo me está enseñando la vida, en todas sus vertientes, es que no cabe extrañarse de nada.

  9. No tiene importancia, pero quien dijo que “la política hace extraños compañeros de cama� fue López Rodó. ¿No tiene importancia? O sí, pues López Rodó era del Opus y, por tanto, casto, hasta que la política se lo llevó al río. Si incluso López Rodo se fue a la cama (supongo que si quitarse el cecilio, para joder más al coyundo) gon gente desconocida, ¿qué de extraño tiene un menage à trois entre Pio Moa, Rosa Díez y Savater? Lo bueno de prodigarse en los ayuntamientos, aunque sean contra natura, es que se conoce gente. Y, a mayores, como dijo Méndel, se mejora la RAZA.

  10. No sé bien si, como dijo el padre de la genética, se mejora la raza o no. Pero de un trío calavera como este los querubines seguro nacerían con una mala hostia impresionante. Porque hay que ver la mala baba que manejan estos dos indivíduos y la tercera en cuestión cuando aparecen en cualquier foro. Miedo me da. Poniéndome teológico (perdón a ateos y agnósticos): ¿será docha criatura el anticristo que profetizaba el Apocalipsis de San Juán?.

    Un abrazo.

  11. No retrocedamos al Apocalipsis. Como, en algún pueblo levantino y recientemente, bien han declarado las pancartas y los gritos de las juventudes del PP, el Anticristo es Zapatero.

  12. Jejeje… Cómo deben andar las cosas por la bodeguilla para que un blog ajeno y considerado tan «tóxico» desate semejantes pasiones. Y no digamos ya si se trata de un simple txavalito como yo. Qué alegría, qué alborozo, cuánto perrito piloto. Por cierto, a todos los clousseau, ¿no les extraña que éste que suscribe facilitase desde un primer momento su ya conocida dirección de correo electrónico? Como suele decir otro mamporrero que sin duda conocerán: Jajaja… Qué nervios.

  13. No se apuren, me hago cargo. Con esa diaria catarata de despropósitos, yo también estaría hecho unos zorros. Ah, esperen, esperen, que ya me lo digo yo: Warren, eres un facha, pepero, franquista, fascista, extremoso de las derechas, utramontano, gótico y sanitariamente acordonado. Jajaja… Qué nervios.

  14. Warren, Warren, chavalote, aquí no estamos nerviosetes. Solo que, a veces, viene por aquí alguien como tú y resulta que por arte de birli-birloque, resulta que lo conocemos de otros lares, de esos blogs ajenos que tú dices. Y claro, decimos «tú te pareces a tal o a cual ….». Igual hasta fallamos. Pero la identificación no se hace con mala intención. En esos otros blogs «tóxicos», por ejemplo, también otras personas dan su correo electrónico y, cuando no comulgan con la línea del lugar, primero aparece el blogamaster y lo censuran, y luego le manda n al carajo a través de ese correo electrónico que han dado. Y si no hay manera de identificar, se lanzan a la búsqueda de IPs de ordenata. Nada de eso va a pasar contigo aquí.

    Por otro lado, el tono de tu palabra y la abundancia de insultos en tus argumentaciones lo dice todo. Yo te aconsejo (luego tu haces lo que quieres) que rebajando el tono de esas descalificaciones argumentes lo que te dé la gana. Y lo demás harán lo mismo. Será más divertido. Y constructivo. Aunque sé que posiblemente pierdo el tiempo aconsejándote esto.

    Finalmente, me alegra volver a leerte por aquí. Intervenciones como las tuyas a otros nos cargan de razones. Y de convicción.

    Un amigo.

  15. Gracias, Warren, por el post núm. 13: te has hecho tú solito el trabajo sucio que aquí no hacemos. Eres un solete.

  16. Gracias, Perma; haces un trabajo de remover alcantarillas tan repugnante como necesario.

    Hoy, sin embargo, creo que hay trampa. Entro al capote que otros coblogueros me ofrecen.

    Me parece equivocado y torticero el que se haya inferido de lo que escribes que existe una colusión Savater-Díez-Moa. Simplemente, creo que tal colusión no existe. Que una y otro se apoyen pro domo en una interpretación sesgada de un artículo del filósofo no quiere decir que formen parte de un mismo aparato de agit-prop. Para mí, las tres figuras tienen una entidad muy diferente. Desde la desvergüenza criminal del ex terrorista hasta los desaciertos discutibles del filósofo hay un mundo. Moa no merece más que desprecio; Díez, respeto por su pasado; y Savater, admiración por lo que ha hecho y discrepancia ante lo que hace ahora. El ego de la eurodiputada y de Savater son grandes, sí; me parece un pecado menor. Por mucho que no nos guste lo que hagan o digan ahora, no les vamos a negar a ambos un reconocimiento que merecen por tantos años de haber consagrado su vida a la lucha contra la barbarie.

    Por otro lado, Verlitas, creo que leíste mal lo que Savater dice de Sastre: entiendo que lo elogia como dramaturgo y lo critica como intelectual. Ésa es precisamente mi opinión respecto a un sujeto que ha sido más de una vez muy ambiguo en su actitud frente a los violentos.

    Abrazos para todos.

  17. Albricias, Arouet ha, finalmente y después de mucho presionarle, pagado su deuda, no sin antes descontar 6 euros de invitar al personal a mi costa. Ojalá Zaplana siguiera sus pasos incluso con descuento!
    Estoy de acuerdo en que los tres mosqueteros no son la misma cosa. Lo lamentable es que podamos incluso pensarlo habiendo diferencias tan grandes en el pasado.

  18. Arouet: discrepo contigo. Sin dejar de reconocer la trayectoria pasada de Díez y de Savater, creo que ellos son los primeros que no respetan, sobre todo la eurodiputada, esa misma trayectoria en otros compañeros, sólo porque no comparten la misma percepción de las cosas que ella. Y aún así, creo que el trato de sus compañeros de partidos y de sus correligionarios intelectuales hasta el día de hoy ha sido exquisito a pesar de los pesares. En cualquier otra formación política ya le hubiera caído a Rosa de España bien la expulsión, bien una campaña feroz en prensa, bien filtraciones sobre posibles irregularidades propias o familiares. Véase lo sucedido a Calomarde. O la que el PP andaluz le montó a Pimentel cuando se dió el piro por mor de la guerra de Irak. A Rosa las más fuertes acusaciones se las ha realizado Patxi López este finde en la fiesta de la Rosa (no de la Rosa Díez, claro), tildándola de «miserable». Pecata minuta comparado con las carretadas de estiércol que lleva ella vertiendo sobre sus compañeros sin piedad.

    En cuanto a que haya una colusión consciente entre estos tres mosqueter@s: ¿no te parece rara la recurrente y constante coincidencia en argumentos, en descalificaicones y acusaciones, en presencia física en manifestaciones?. ¿No te parece rara la expresa utilización del concepto y del término «rebelión cívica» por la eurodiputada, previamente usado por el escritor fascista Pío Moa en sus escritos y en sus intervenciones «coperas»?. Chamusquina.

  19. Por cierto, si inadecuado puede ser señalar esa colusión, ¿no es más grave señalar la colusión PSOE-ETA de modo constante y anticipando culpabilidades incluso frente a futuros (y no deseados, por supuesto) crímenes de la banda?.

  20. Arouet, no se trata de comparar trayectorias. Se trata de constatar que personas con trayectorias tan diferentes acaben confluyendo en una crítica brutal contra el Gobierno cuando el asunto del terrorismo está en vías de extinción. Creo, por otro, lado, que nadie ha hablado aquí de «colusión» (no me los imagino poniéndose de acuerdo sentados a una mesa, pero eso es lo grave: que acaben coincidiendo en una estrategia tan lamentable).

    Y ya que toca Savaterina, aquí va esta enigmática frase del último artículo que ha colgado en Basta Ya:

    «Y habrá que irse, claro. Ya no podemos hacer más. Ustedes, nuestros conciudadanos, tienen la palabra. Si refrendan electoralmente lo que hasta ahora se viene haciendo, sólo nos queda salir a la intemperie y buscar refugio dónde sea. »

    ¿Qué quiere decir esta cosa crítipica de salir a la intemperie? ¿Formar un partido nuevo? ¿Integrarse en el PP? ¿Quizá irse a dar la murga a otro país más necesitado de su lucha por la libertad, Arabia Saudí quizá?

  21. A mí, Jon Salaberria, no me gusta un pelo lo que hace y dice Rosa Díez, pero tengo memoria de lo que ha hecho. Obviamente, un pasado admirable no da coartada para justificar un presente miserable. Aún así, me resulta difícil irle al cuello. Y, desde luego, no la meto en el mismo saco que a Moa, pese a que hayan coincidido en algunos juicios o físicamente en alguna mani.

    Por otro lado, creo que la actitud del PSE respecto a la eurodiputada no es, en contra de lo que señalas, un «mérito» o una exhibición de tolerancia, sino una muestra incomprensible y reprochable de debilidad o cinismo: sospecho que habrán hecho el cálculo y simplemente les compensa más no expulsarla.

    Abrazo.

  22. Don Cicuta, no te pongas así con Savater que por lo menos esta vez no habla de suspender las elecciones o armar una gorda, sólo de buscar refugio en algún lado. Ves como hay diferencias con Moa?

  23. Mirad, amigos y amigas, que bonita noticia. Así se las gasta nuestra derechona:

    «La Junta Electoral de Ceuta abre expediente a Rajoy por pedir el voto antes de lo permitido.
    El líder del PP pidió el voto el pasado sábado para el candidato ‘popular’ ceutí.

    La Junta Electoral de zona de Ceuta ha decidido abrir un expediente sancionador contra el presidente del PP, Mariano Rajoy, con el objetivo de depurar la posible responsabilidad administrativa en la que pudiera haber incurrido.

    La Junta ha determinado además el nombramiento de un juez como instructor del caso en una pieza separada.

    Rajoy pidió el voto el pasado sábado para el candidato del PP de Ceuta a las próximas elecciones municipales y autonómicas durante una visita a la ciudad autónoma.

    La ley electoral prohíbe a los políticos pedir el voto antes del comienzo oficial de la campaña electoral, que en este caso dará comienzo el viernes.»

    Esto debe ser lo que en otros lares denominan «regeneración democrática».

  24. Para Arouet: no conozco los cálculos que habrá hecho el PSE sobre una posible o no expulsión de Rosa Díez. Ahí no sé contestarte. Pero me reafirmo en que, la respuesta del PSE a acusaciones de complicidad directa con banda armada (lo cual, de otra parte, es un delito tipificado en la ley penal), es más que delicada a esta señora a la que, como tú, no le voy a negar su pasado glorioso. Su presente apesta, muy a mi pesar.

    Un abrazo.

  25. Bueno, Cicuta; admito que nadie habló de colusión. Pero el articulista, en su citatio auctoritaris para rematar su pieza, trae a colación a los tres y recuerda las memorables palabras de Lord Vader: «the circle is now complete». Luego, el automovilista liberal afirma: «Se me olvidó comentar lo fuerte que resulta que Pio Moa, Rosa Díez y Savater puedan estar de acuerdo en algo…».

    Aunque los tres coincidan en la crítica a la política antiterrorista del gobierno, no lo hacen en la brutalidad de la crítica. Paso de Moa (no tengo el mismo estómago que Perma); Díez dice tonterías y estoy de acuerdo en que a veces derrota hacia la infamia; pero, aunque no suscriba la actual línea de Savater, yo no le leo aberraciones excesivas y sí discrepancias legítimas.

    Pero es interesante lo que afirmas (y defienden optimistas antropológicos como Calleja o el prof. Sánchez-Cuenca) de la improcedencia del tremendismo cuando el «terrorismo está en vías de extinción». Aquí puede que esté la clave analítica de la irreconciabilidad de posturas. Para algunos, ETA «estaba» al borde de la extinción, pero ha sido «reavivada» por la acción del gobierno. Para otros, sin embargo, lo que ha hecho (o pretendido) el Gobierno ha sido buscar vías para acercar un final cantado. Creo que éste sería un buen tema a dilucidar en una reflexión más pausada.

    Abrazos.

  26. Arouet, a los hechos se remita Vd para valorar si ETA está más cerca o lejos de su final hoy que hace 4 años, por ejemplo: cifras de víctimas, de secuestros, de vandalismo callejero y también de estimaciones policiales sobre el número de activistas preparados. Todas muestran un acusado descenso, más lento que el que querríamos pero descenso pronunciado y lo que es más importante, sostenido.

  27. Arouet, entiendo perfectamente sus objeciones y, de hecho, las esperaba. Francamente, me he permitido una especie de licencia artística (y fantástica, tenía que meter a Vader como fuera). Creo que el tono es lo suficientemente irónico como para que no deba sacarse de contexto.
    Yo no digo que exista colusión alguna. Pero lo cierto es que esa sensación de «cagüentó» es la que genuinamente me asaltó al ver esa especie de encadenamiento de citas que nunca hubiera esperado en un blog como el del impresentable de Pío Moa. Me produce desazón comprobar cómo en ciertos temas este radical puede llegar a considerar que sus mejores referencias son Savater y Díez. Son cosas que pasan y la culpa no es necesariamente del citado, pero no deja de impactarme. Y claro que entiendo que hay diferencias entre los tres, faltaría más.
    Lo que me preocupa, como digo en la introducción, es esa degradación del lenguaje por la que mucha gente parece coincidir en ver con absoluta normalidad que al presidente del Gobierno se le llame traidor.
    La respuesta obvia es: «pero si es un traidor, qué le vamos a hacer». Bueno yo no voy a entrar en eso.
    Saludos.

  28. Como siempre, el artículo de Permafrost es excelente. Muchas gracias.

    Discrepo en sus conclusiones. Quizás, por mi educación en colegio de curas -escolapios-, tengo cierta tendencia a dar una última oportunidad a aquél que me decepciona. Y es lo que me pasa a mí con Savater.

    Durante mucho tiempo admiré su valentía. Tenía la capacidad de decir a los vascos a la cara aquello que no querían oir. El problema está en que la realidad ha cambiado y él sigue manteniendo el mismo análisis. Comparto el optimismo antropológico que cita Arouet: el fin de ETA está próximo. Pero Savater no lo ve tan claro. Quiero pensar que en el momento que él también lo vea, se caiga del caballo como San Pablo, y acabe convencióndose de la evidencia.

    Lo de Rosa Díez es algo distinto. Creo que su problema tiene más que ver con su futuro en la política.

    Con Pío Moa no malgasto mi tiempo…

    En definitiva, que el círculo creo que no es tal círculo. Darth Vader nació predestinado al lado oscuro. Quiero pensar que Savater no está predestinado a encabezar alguna lista del PP. Aunque, quién sabe, los caminos del Señor son inescrutables…..

  29. Isidoro: yo también tengo tendencia a ser bastante indulgente y nada rencoroso con las personas y con sus decisiones. Pero en el caso de Savater y de Rosa me temo que no existen segundas oportunidades, ni ellos las van a querer. Porque una cosa es ser crítico y otra entrar en barrena atacando con las más variadas acusaciones y las más gravísimas imputaciones. Si ves el artículo de Savater en «Basta Ya», creo que te darás cuenta que estamos en un camino de no retorno. Si además este posicionamiento de estas históricas e histéricas personalidades del mundo progresista coinciden con la estrategia destructora de la derecha, el daño causado con su ¿consciente/inconsciente? colaboración puede ser irreparable. Es que ya no se trata de daño al adversario político en aras de una miserable rentabilidad electoral, es que se están cargando las bases de nuestra convivencia.

    Me gustaría ser un optimista antropológico como Sánchez-Cuenca o Calleja, pero me cuesta.

    Un abrazo.

  30. Y siguiendo con las metáforas de Star Wars recordemos aquella escena en la que el joven Skywalker le pregunta a Joda (Pujol) si el lado oscuro de la Fuerza es mejor que el lado bueno y resplandeciente. El Maestro Joda le contesta: «más rápido, más fácil, más seductor».

    Traducido a lo nuestro la postura ‘cagüentó’ es más rápida, más fácil, no requiere de pensamiento ni de elaboración, no se fija en los clarooscuros y las zonas grises. Es todo o nada. Es muy fácil.

    Seguir el camino del Jedi es más chungo y exige sus sacrificios – entre otros la duda, la contradicción, la autocrítica. Por contra el camino Sid sólo exige una fe ciega en el maestro y poco más. Eso y tener más banderas, más himnos y más coj…. que nadie y hacer ostentación de los mismos.

    Acabaré con aquella frase de la Reina Amidala cuando el Emperador se ha hecho ya con el poder de la agonizante República ante la aclamación del Senado Galáctico: «y así, entre aplausos, es como acaba la democracia». ¿Profética?

    Uyy, he acabado de un tremendismo que ni Arouet.

  31. La descripción del lado oscuro según el maestro Yoda:
    «Anger, fear, agression. The dark side of the force are they. Easily they flow, quick to join you in a fight».

    Creáme, Alexis, no me siento identificado con los sith, (ni con la claridad moral de los jedi, por otro lado, no lo olvide). Estoy lleno de claroscuros, contradicciones y matices. También de desasosiegos morales. Pero no crea que resulta evidente consignarlos en un par de páginas.
    Admito mi simplificación a efectos expositivos.
    También es una notable simplificación llamar traidor y felón al presidente. Algo poco matizado, diría yo. Quizá eso es lo que hace tales reflexiones tan atractivas para tipos como Pío Moa.
    Saludos.

  32. Eso de que los Jedi tenían claridad moral es un mito. El Canciller tenía el corazón partío, como Darth Vader que al final muere bueno y como el propio Luke, que tiene devaneos con el lado oscuro. Joda es un pillín que conoce bien el otro lado así que habrá pasado allí un tiempo. El único que se salva completamente es Obi Wan pero seguro que también tenía un pasado.
    No se a Permafrost (de dónde coño sacas la cita de Joda? tranquilizame y confirma que no la tienes memorizada) pero a mi el que más me gustó siempre fue Han Solo. Amigo de sus amigos, mujeriego, tolerante con otras etnias (Chewbaca), perezoso pero siempre leal y… me vais a matar, un conductor acojonante al mando del Halcón Solitario. Luke no es mal piloto tampoco pero siempre a base de «la fuerza» y así no tiene tanto mérito. En cambio, Han Solo hace honor a su nombre para arreglárselas cuando les persigue el Imperio.

  33. Muy cierto Permafrost, yo también simplificaba.

    MCEC

    Yo siempre he sido de Darth Vader ‘de toda la vida’. Que le voy a hacer, me atrae el lado oscuro. Será la deformación de tantos años en los escolapios – Isidoro, podríamos montar una asociación de antiguos alumnos – pero la maldad atrae. Este Anakin es personaje mucho más atractivo, con más matices que su hijo el moñón, siempre en la recta vía a pesar del calentón que tiene al final cuando se enfrenta a su padre y cumple con su destino.

    Yo a Pío Moa lo veo más en la línea del Almirante Pierre, de secundario cutrón con pocas luces. Y desde luego el inefable Buesa es magnífico candidato a ser Jabba el Hutt, esa tripilla y esa claridad en el verbo los hace homologables.

  34. El halcón es milenario, pequeño saltamontes.

    (Por lo demás, veo que el sector juvenil está compuesto por una panda de star wars freakies. Reconozcamos que después de un inicio brillante, el folletín de Lucas decayó hasta extremos insufribles de vacuidad mística. O a lo mejor es que nos habíamos hecho mayores).

    Abrazos.

  35. Pues lo cierto es que la cita de Yoda sí me la sabía de memoria. Durante un tiempo fui muy muy freak de Star Wars, pero es un tema que mejor lo dejo quieto, amigos.

  36. Yo también soy de ese ‘friquerío’ Permafrost. Eso sí, yo en versión doblada, con Constantino Romero poniendole voz a Darth Vader (cosa fácil porque como no se le veía la cara…).

    A mi las frases que más me han gustado de siempre de la trilogía original (no la chapucilla que se sacó Lucas para hacer caja – y que obviamente me tragué de pe a pa) son una de Obi Wan – Sir Alec Guinnes(1) y otra de Joda (2):

    1. ‘Quién es más loco el loco o el loco que sigue al loco’ – alguien debería comentársela a Alcaraz (y ya él que le de vueltas con Acebes),y

    2. ‘Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes’ – Esta vale para el Fiscal General y la Abogacía del Estado en su afán de buscar el sí pero no de la sí pero no ilegalización de ANV.

    Desde la benevolencia preocupada.

  37. Mi favorita es de Yoda, cuando Luke se lo encuentra en Dagobah y duda de que ese muñecajo sea un gran maestro jedi, porque él va buscando un «great warrior». Responde Yoda: «Great warrior, you say? Mmm…Wars not make one great». Que se lo digan a Aznar.

  38. Eso lo decía Yoda porque había perdido la guerra y no le habían puesto una plaza y una estatua en Coruscant. En la Galaxia ni memoria histórica ni gaitas.

    Hablando de frases y pelis, cuando querías hacemos una sesión de ‘Amanece que no es poco’. Otra peli que hace afición.

  39. Cambiando de tema, así se miente, aunque de modo inocente y con la sana intención de engrandecer a la denostada Rosa Díez, ante el primer rapapolvo verbal con cierta enjundia que recibe desde que «vió la luz». Con lo que ella ha soltado por esa boquita de piñón.

    Don Santiago Glez. publica:

    «Ella (Rosa Díez) obtuvo como cabeza de lista en las elecciones europeas de 1999 los mejores resultados que tuvo nunca el PSOE en esos comicios.»

    Una pesadilla denominada «mosquito» contesta en su blog:

    ero, ¿no las ganó el PP encabezado por la tristemente y prematuramente malograda Loyola de Palacio?.

    En 1987, cuando Doña Rosa no encabezaba la candidatura socialista, sino Don Fernando Morán, el PSOE obtuvo 28 escaños y AP 17, o sea, 11 de diferencia, esto es 7.522.706 de votos para el PSOE y 4.776.155 para AP. En definitivas cuentas, 2.746.521 votos de ventaja.

    En 1999, con Doña Rosa, la futura gaviota, en cabeza de la eurocandidatura, obtuvo el PSOE un total de 24 escaños y 7.477.823 votos, mientras que el PP de Loyola de Palacio obtuvo 27 escaños y 8.410.993 votos.

    Don Santiago y Cierra España, los resultados de 1999 fueron mejores que en las anteriores y en verdad aceptables, pero no los mejores de la historia del PSOE. La mentirijilla, aunque sea piadosa para seguir en la adoración de la figura política de esta señorona, tiene las patitas muy cortas.

    Bon dia a tots, o como se diga. ¡¡Vamos a contar mentiras, tralará¡¡

    11:29 AM

    Pero qué grotescas pueden llegar a ponerse las cosas. Cuanta comicidad vestida de crispación. Sic.

    Un abrazo.

  40. Aquí hay mucho pero que mucho loco de remate.
    Yo soy de la primera Star Wars, la segunda bien y la tercera fatal. Pero las tres últimas me recuperaron . Será que me estaba haciendo mayor de verdad y me asaltó la melancolía?
    No se como pude escribir Halcón Solitario, por supuesto que siempre lo he llamado por su nombre correcto.
    El inglés de Yoda me recuerda a algo, en la forma que no en el contenido que es muy sustancioso. Ya sé, suena como el inglés de ese Peregrín que escribía aquella carta ridícula a un periódico anglosajón!

  41. MCEC, es que lo del tal Peregrín es de traca. Su perla de hoy consiste en argumentación obsesiva contra Miguel Sebastián y los medios del grupo PRISA, adornada de adulación por el tal Conthe, el de la cara de Conthe Drácula. Gusta mucho de coronarse este Fernando. Y dormirá tan a gusto.

    Un saludo.

  42. Ya que el tema va de TRAICION, tal y como se invoca ese concepto desde la caverna vieja (y sus añadidos nuevos), aporto aquí otro punto de vista. El de J.Mª Ruiz Soroa. Es un poco largo, pero merece la pena. Es por provocar…

    «SOBRE EL ARTE DE GOBERNAR…UNA REFLEXION

    Hay palabras que asustan, palabras que nos resistimos incluso a pensar. Una de ellas es la palabra ‘traición’, estigmatizada hasta lo indecible por generaciones de pensamiento político moralista. Traicionar la confianza o las promesas es inadmisible, se afirma con virtuosa convicción, escondiendo así la ‘herida maquiaveliana’ que se abrió hace ya siglos en la práctica política. Y, sin embargo, la política democrática discurre en gran manera sobre la base de la traición: la negación de lo que hasta ahora estaba mutuamente convenido habilita el frecuentemente único método para cambiar. La democracia requiere de la traición como manera de adaptación a las necesidades de una sociedad viva que está sujeta a las constricciones del tiempo y del azar. Lo han expuesto muy convincentemente dos autores franceses, Jeambar y Rocaute, en un libro apasionante, ‘Elogio de la traición’, en el que pasan revista a las traiciones históricas sobre las que se asientan las sociedades.
    Por ejemplo, una de las allí citadas como modelo de ‘traición fundadora’ es la de nuestro Rey en el ocaso del franquismo. Pues escasa duda suscita que el calificativo que merece la conducta real para con las fuerzas que le habían llevado al trono es el de traición, por mucho que esa traición fue la que permitió inaugurar una convivencia nueva y democrática en el país. Y si vamos a las ‘traiciones superadoras’, necesarias para salir de un conflicto enquistado, ahí tenemos la de De Gaulle cuando accede al poder en 1958 y funda la V República sobre el entusiasmo de los partidarios de una Argelia francesa. «Je vous ai compris», dirá a la multitud de ‘pied-noirs’ que le aclama en Argel, para poco después proclamar la paz de los valientes y el derecho de autodeterminación de los argelinos.
    «No traicionar es perecer; es desconocer el tiempo, los espasmos de la sociedad, las mutaciones de la Historia. La traición, expresión superior del pragmatismo político, se aloja en el centro mismo de nuestros modernos mecanismos republicanos». ¿Traición sin límites, se pregunta el lector inquieto? No, el político no puede traicionar a la democracia misma, a sus reglas esenciales. Pero sí a los contenidos concretos que tantas veces se asocian equivocadamente con esas reglas. Una distinción sutil, difícil, que hace que el político camine por el filo de la navaja.
    ¿Y a cuento de qué nos trae usted estas ideas, se preguntará el lector? Pues por una razón muy sencilla: porque vivimos, aquí y ahora, un momento de traiciones inevitables, de rupturas de promesas muy queridas, de abandono de principios muy asentados, y es conveniente que lo analicemos así para poder entenderlo. Es mejor que llamemos a las cosas por su nombre. El proceso que el Gobierno ha puesto en marcha para conseguir el fin del terrorismo conlleva inevitablemente cesiones, tanto políticas como ‘humanitarias’, a favor de los terroristas y sus acólitos. La que acabamos de vivir al excarcelar a un preso es una de ellas, pero no será ni la última ni la más grave, porque el propio mecanismo de final dialogado las exige ineluctablemente: vendrán otras, desde el regreso indulgente de los jaleadores de ETA a la política legal, hasta su participación en el diseño de un nuevo marco político, pasando por otras excarcelaciones. Son traiciones a ciertas convenciones que se habían sostenido unánimemente hasta ahora, a ciertos principios de la lucha antiterrorista, y conviene verlas así, sopesándolas en la balanza con desapasionamiento y frialdad, poniendo en el otro platillo el fin perseguido, el final de un conflicto enquistado. En lugar de inflamarnos de santa indignación y salir a la calle a gritar nuestro desconcierto y nuestra indignación moral, porque me temo que ése es el camino a ninguna parte. En una de las frases más sugerentes que he leído estos últimos meses lo decía Txema Montero, aunque fuera desde otro enfoque ideológico: «El fin del proceso exige que ambas partes traicionen a sus bases sociales».
    Describir el proceso en términos de traición (más allá de cualquier enfoque moralista) nos proporciona un buen eje analítico de la realidad política, cuando lo combinamos con las reglas de oro que regulan este tipo de actos. Veámoslo.
    En primer lugar, la traición debe ser capaz de superar el rechazo moral e indignado que suscita entre tantos, debe hacerse aceptar por la sociedad. Pero, al mismo tiempo, no puede ser confesada ni reconocida públicamente, porque eso la esterilizaría de inmediato. Es un estrecho pasillo para el discurso político del traidor, que se ve obligado a disfrazar el pragmatismo con los oropeles de su contrario, el moralismo. En nuestro caso, la palabra ‘PAZ’, así con mayúsculas, es la que actúa como gozne que permite presentar como moral un discurso sustancialmente pragmático y realista. Es un término que ha jugado ese papel esencial mil veces en la historia (pensemos en la paz religiosa de Francia que justificó la traición de Enrique de Borbón, o el abrazo de Vergara de un ejército cansado) y que hoy vuelve a convertirse en comodín universal, invocado a diestro y siniestro, tanto por el Gobierno como por los terroristas. Y es que la paz es un reclamo ideológico que conecta muy bien con la sensibilidad de nuestra sociedad posmoderna.
    La traición debe evitar la fractura social entre los convencidos y los indignados, pues de otra forma podría ser peor el remedio que la enfermedad. Hoy observamos con temor cómo se está abriendo una fractura en la política española, correlativa (como no podía ser de otra forma) a la sutura de la anterior fractura política que era exclusivamente vasca. No es todavía, salvo en los inflamados ambientes de la prensa capitalina, una fractura social. Pero ahí está el riesgo, y ningún socialista, por sectario que sea, debiera dejar de reconocerlo. No todo lo que sucede se debe al ‘agitprop’ popular, existe una indignación social considerable hecha de buena fe despechada. A la larga, para superar esta fractura, le ayudan al gobernante traidor dos factores: por un lado el tiempo, y por otro la deferencia natural con que el gobernado mira todavía al gobernante; esa confianza de que, en último término, los de arriba ‘deben saber lo que hacen’. Pero cuidado, porque nuestro Gobierno está empezando a suscitar serias dudas, precisamente, acerca de su capacidad de diseño y acción inteligentes. Y el traidor no puede perder la iniciativa, no puede empantanarse en la duda.
    Y, por último, la traición debe ser coronada por el éxito, pues es su resultado el que justifica retrospectivamente el camino de ruptura que se ha seguido. Si fracasa, si el resultado perseguido no se logra, no habrá perdón para el traidor, porque el daño que habrá causado será inmenso. En nuestro caso, habrá exasperado e inflamado pasiones, habrá hecho jirones instituciones y convenciones asentadas, habrá sumido en el desconcierto y la desafección a muchos ciudadanos. El traidor debe triunfar por necesidad.
    Esta necesidad sitúa al traidor en una extraña tesitura: la de depender tanto de su propia inteligencia y astucia como de la de sus hasta ayer enemigos, de aquéllos con quienes necesita celebrar el pacto final. En la situación en que estamos, el Gobierno depende tanto de su propia habilidad como de la inteligencia de los terroristas, de que éstos sean capaces de entender que su interés pasa también por traicionar su propia historia y su propio ideario (y perdón por llamar de esta noble manera a lo poco que tienen en la cabeza). La suerte del traidor no depende tanto de aquéllos a los que traiciona como de aquéllos a los que busca afanoso. Si le fallan, será su fin. Forman así una extraña pareja de baile.
    Y de nuevo surge en este punto una duda escéptica: la de si los terroristas son capaces de la suficiente inteligencia política como para apreciar en sus justos límites la ventana de oportunidad que se les ha abierto, o si más bien intentarán agrandar desmesuradamente esa ventana por los medios a que nos tienen acostumbrados. De su inteligencia depende todo, incluida la suerte del traidor. Lo cual, como ustedes coincidirán, no es una situación demasiado agradable.

    J. M. Ruiz Soroa (EL CORREO DIGITAL, 18/03/07)»

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