David Rodríguez Albert
El Ministerio de Sanidad acaba de publicar una serie de datos bastante reveladores sobre la financiación sanitaria en España. Antes de entrar en un análisis detallado, hay que señalar que el propio Ministerio habla de gasto sanitario, cuando algunos preferimos utilizar el término “inversión”. La diferencia radica en que se entiende que el gasto supone más un destino de recursos a fondo perdido, mientras que la inversión implica un beneficio social futuro en forma de un mejor estado de salud de la población.
La inversión total en salud en España representa el 10,7% del PIB, ligeramente por debajo de la media de la OCDE, que llega al 10,9%. Si consideramos este dato de manera aislada, parece que nuestra situación es asimilable a la de los países de nuestro entorno, pero esto cambia sustancialmente cuando dividimos la inversión total entre la pública y la privada, como vamos a ver a continuación.
Según cifras del Observatorio de la Sanidad Privada 2024, la financiación privada española se sitúa en el tercer lugar de toda Europa, llegando al 3,1% del PIB, solamente por debajo de Portugal y Suiza. Pero si además sumamos los fondos destinados a conciertos con la sanidad privada, esta cantidad se eleva al 3,8%. Es evidente que el mayor peso de las aportaciones privadas va en detrimento de la inversión pública, que acaba quedando de manera más significativa por debajo de la media internacional. Por tanto, España tiene uno de los sistemas de sanidad más privatizados de Europa en cuanto a su financiación. Sigue leyendo