Arthur Mulligan
Los recientes conflictos bélicos de Ucrania y la franja de Gaza con sus crisis políticas asociadas han acentuado una tendencia ya presente en nuestras sociedades que puede describirse como un “sufro, luego existo”. Mientras el martirio es el sello de occidente en la figura de Cristo, el héroe es el equivalente laico en la figura del resistente en la Francia posterior a la liberación.
Este último es aquel que realiza algo que beneficia a los demás, en general a un número estimable de gente. El mártir, es aquel que voluntariamente da un paso al frente comprometiendo un testimonio de su creencia (con independencia de la valoración que podamos hacer de la misma). La víctima, en un sentido fuerte, es aquella que recibe un daño accidental, alguien que pasaba por allí en el peor momento, no por ser un ejemplo de antifascista, ni cualquiera de los ismos habituales y tampoco porque predique nada, como los mártires. Sigue leyendo