Carlos Hidalgo
Cuando el decepcionante presidente López Obrador se levantó un día y tuvo la ocurrencia de pedir al Rey de España que se disculpara por carta con el pueblo de México por la conquista, pensé que era una cosa pasajera. Una de las múltiples ideas que AMLO tiene para encubrir las chapuzas de su gobierno y los preocupantes avances de los narcos en el territorio de su país, algo que cuesta vidas, recursos y que no parece importar excesivamente al jefe de Estado mexicano. Ya es raro, porque a cualquier jefe de Estado electo le debería preocupar que el Estado que preside no tenga control efectivo sobre su propio territorio. No le di más vueltas, bromeé con mis amigos mexicanos acerca de que la verdadera ofensa vigente con el pueblo mexicano eran las rancheras de Bertín Osborne y me dediqué a seguir la política española, que es un no parar de dramas.
Ahora resulta que eso no cayó en el olvido. Y que mientras Sinaloa tiene ciudades enteras abandonadas, con población desplazada porque los narcos se encuentran en plena guerra civil, la sucesora de AMLO, Claudia Sheinbaum, ha rechazado invitar al Rey a su toma de posesión porque no ha cumplido con el capricho de su antecesor y mentor. Sigue leyendo