En el próximo artículo hablaré bien de las oposiciones

Senyor_G

Una vez en un reportaje por la televisión – no tanto sobre racismo como sobre inmigración en España o algo así – hubo una frase que me llamó la atención sobre la integración. Todo esto con comillas y matices. La que hablaba, quizás una socióloga o quizás alguna trabajadora de la diversidad, decía que lo de la integración no era una cosa solo de cómo los hacíamos a nuestras formas de vivir, o como les aportábamos todas nuestras virtudes, si no si pensábamos que esa mujer inmigrante nos podía aportar algo, qué podíamos aprender algo nosotros de ella. Es una cosa a la que le voy dando vueltas desde entonces en diversas situaciones. A veces la he mezclado con la idea de que cuando uno es minoría en una sociedad (soy de Izquierda Unida en Cataluña) y no es gobierno, pide que le escuchen, que le protejan sus ideas, que le hagan caso, que pueda protestar… y ya pensé ello de forma diferente cuando “los míos” (en sentido amplio) eran gobierno en Barcelona: había que aplicar todas esas cosas que pedíamos para nosotros a los otros.

Ahora que volvemos a una especie de punto 0 en esto del coronavirus y hablamos de reconstrucción, de pactos a medio e incluso a largo plazo, habría que empezar a concretar y valorar un poco cómo ha ido todo para estar preparados para hilvanar las soluciones si esta dramática situación pudiera retornar. Por la enfermedad en sí y, ya antes por la atomización electoral, se hace necesario hablar con todo tipo de gente. Sí, en una situación polarizada y con gentes en el parlamento con soluciones variopintas e incluso tensadoras de las reglas. ¿Con todos? ¿Hasta dónde? ¿De qué? ¿Con qué prioridades?

En cuanto a la valoración y la mejora para afrontar situaciones epidemiológicas como la actual, creo que habría que valorar también la del ébola e incluso la gripe aviar, no sólo la situación actual. En esos momentos el gobierno era del PP, quizás de otro PP si quieren, así que aunque solo sea por eso habría que hablar con el PP o con algunos PPes. No olvidar que, entre otras cosas, Fernando Simón es herencia recibida de ese gobierno.

En ese análisis global habría que pensar como hubiésemos reaccionado si hubiese sido un gobierno de Rajoy el que tuviésemos ahora. ¿Fernando Simón habría sido menos bueno? ¿Hubiésemos sido tan disciplinados? ¿Cómo hubiese sido nuestra crítica? Quizás revisar lo que decíamos cuando el Ébola nos daría un espejo que no nos gustaría: a una tuitera legal catalana le pasó una cosa casi increíble: borró todos sus tuits porque alguien le trajo a colación un tuit suyo de aquella época y no le gustaba lo que decía. Tan poco le gustó que pensó que le habían suplantando el perfil, pero aplicando un poco de razonabilidad, eso no tenía sentido de forma retroactiva. No siempre somos tan razonables como pensamos.

Sí, amigos, estoy de un reformista y socialdemócrata subido y aún no he acabado el artículo. Porque cuando decimos pactar y avanzar, ¿con quién lo vamos a hacer? ¿Pactamos solos? No hay que olvidar el voto que tuvieron nuestras propuestas en las últimas elecciones, aunque otros jueguen infantilmente a que si estás en el gobierno lo haces todo y lo tienes todo. Con nuestros pocos diputados hemos de demostrar que lo que hacemos sirve y mejora la situación, no que lo arreglamos todo ya. Priorizar es política. Y no picar en los anzuelos que nos pongan también, ni por nuestra izquierda ni por la derecha económica.

Tenemos que asumir que no vamos a nacionalizar todos los medios de producción, ni siquiera un cuarto, así que habrá que agradecer, a todo el gobierno que no ha faltado básicamente de nada esencial en los supermercados, pero especialmente a las empresas que han seguido funcionando. Y esos son dirigentes y trabajadores. Y ya que estoy por agradecer a los otros, también me gustaría destacar la ayuda de Amancio Ortega. Sigo pensando lo mismo de cómo deben ser los impuestos y de algunos tejemanejes fiscales, pero me parece destacable la ayuda logística de Inditex para mover materiales. Eso no es poco y no creo que la tuviésemos como estado.

Dije que no faltó nada en los supers para los que podíamos pagarlo pero me parece de interés para las empresas que todos podamos pagar lo que nos ofrecen, e incluso leí a algún algo mandatario de banco hablar bien de la renta mínima. Aunque él, a diferencia de mí, lo ve por ahora de forma temporal, me parece un avance.

Sí, hay que joderse y cuando pactas, pactas con los que no piensan como tú, y hoy venía a hablar bien de los otros, porque si no, no veo más que callejones sin salida, estéticos y folclóricos, pero nada en el día a día.

3 comentarios en “En el próximo artículo hablaré bien de las oposiciones

  1. Bueno, si nos fiamos de la mayor aprte de la historia, realmente a la izquierda con quien le cuesta mas pactar es con otras formas de entender la izquierda. Parece que ahora en los ultimos años eso se ha ido arreglando un poco. Veremos.

    Segundo, para pactar, tiene que haber alguien al otro lado que quiera pactar (me refiero a pactar de verdad) Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte como el año pasado habia dos partidos que decian querer formar un gobierno de coalición …. y todo lo que vino despues , elecciones de por medio mediante y alehop..en horas 24 HABIA PACTO.

    Cuando hay voluntad de pacto , estos se copnsiguen relativamente rapido, incluso entre gente con la que puedes estar analiticamente hablando en las antipodas, porque siempre, cuando el analisis es de buena fe, hay puntos de encuentro.
    La cuestion es que la mayoria de las veces lo que hay es, con suerte, escenificación de una supuesta aproximacion que en realidad consiste en desgastar al pactante.
    Digo con suerte porque tambien la oposición en estos lares ahora mismo anda por Europa haciendo cosas muy extrañas en el parlamento europeo.Es que estamos en lo que ocurre muchas veces, sin que nadie sea perfecto, y teniendo todos cosas por las que examinar la conciencia… las cosas son como son, y no como nos vendría genial que fueran.

  2. Los políticos que saben pactar son aquellos que les hacen creer a sus interlocutores que han conseguido lo que pretendían.
    Es decir tener un margen de posibilidades a la hora de llevar algún asunto a buen término.
    Alguien me dirá que eso es engañar o manipular,pero para mí es tener los pies en el suelo.
    A veces nos encontramos que las negociaciones sobre temas determinados no van a buen puerto,porque las pretensiones de unos y de otros ,están reñidas con la realidad de los términos posibles para llevarlas a cabo.
    Esta argumentación me lleva a afirmar que el gobierno de Peter Sánchez,se está saliendo con la suya ,porque sabe perfectamente lo que les tiene que dar a cada uno de sus interlocutores para conseguir sus propios objetivos.

    Por eso tanto el PP como ERC,están tan desconcertados e incapaces de conseguir ningún acuerdo se dedican a actuar como pollos sin cabeza….y Cs está que se sale de contento… mientras Sánchez da un paso más en sus objetivos.

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