Senyor G
En casa me han enseñado cierto escepticismo y algo de descreimiento. Eso no ha impedido la militancia y el tú equivócate como quieras de mi padre, él ya lo hizo a su manera. Pero por eso no ha dejado de tener un ABC claro, llámenlo dogmática o mejor axiomática, que sigue con los valores a la izquierda, y con a mi modo de ver una tolerancia muy humanista, de las propias limitaciones humanas y militantes.
Mi madre es especialmente escéptica. Religión y fútbol son su especialidad, y ante el morro de algunos, más morro y risas le echa ella. En cualquier caso me quedo de cuando más joven y seguidor del Barça me alegraba por aquellos trofeos de Cruyff como entrenador, no sólo yo sino también mi hermano, ella nos decía “¿pero acaso os vais a comer las gambas vosotros?”. Pues no, nosotros no nos íbamos a comer las gambas de aquella celebración, se entendía, aunque a mí me gusta más el pollo al’ast.
Ahora que soy perico, quizás por algún mismo motivo que tuvo mi padre para ser culé desde pequeño en su pueblo manchego, me quedo con otro comentario de mi hijo. A veces, él, culé, viene conmigo a dónde se reúne la peña blanquiazul del barrio a ver los partidos del Espanyol. Los hay muy críticos, en general y no dejan de quejarse de los jugadores. Algún otro peñista les hace recordar que antaño decían lo mismo de otro jugador que ahora dicen echar de menos, o que aquel jugador que ponen a caer de un burro era internacional en las selecciones inferiores de la federación. Igual lo hemos hecho malo nosotros… En ese contexto extremadamente crítico el avispado Senyoret_U que disfruta de nosotros, el público del partido, y nos disecciona, me susurra al oído “¿no deberían criticar más a los del otro equipo y animar al propio?”. Pues quizá sí, la madre que lo parió, que ahora yo pienso en la mía y ni gambas, ni primera… ni alcaldía.
Todo esto a santo de la chapa que le metí al joven apoderado foráneo por BComú sobre Podemos y la situación actual de aquel día, rebasada por todo lo de ahora. Pero mi opinión sobre Podemos es que me quedé en Esquerra Unida y aquí sigo a trancas y barrancas, y que no se puede creer tanto en líderes y organizaciones, que hay que tener cierto escepticismo, y sí, también cierta esperanza. Pero eso se mama como quién dice.
Muchos entraron con mucha esperanza en el espacio, nuevo o ampliado, y otros la recuperaron y dieron cierto salto. Se han triturado organizaciones, dirigentes y cuadros, de un lado a otro del espacio. En algunos el ímpetu fue el de la novedad, en otros el de liderar espacios como nunca habían hecho. Si algo podíamos aportar desde lo que representaba IU, eran errores, de los que se aprende, pero parece que nunca en cabeza ajena. Eso sí, seguimos, y en algunos puntos se mejoraron, en resultados tanto electorales como políticos. Ojo se han hecho cosas muy importantes en los dos aspectos. Tatuémonoslo. También errores, porque no somos ni extraterrestres ni ángeles.
De todo esto de SUMAR, empiezo con la broma de que llevo militando creo que desde el 99 y soy licenciado en matemáticas y todavía no me han llamado. Viste más haber liderado varias unidades de la izquierda. Debe ser como lo Nobel de la paz. Pero haré lo posible para que el espacio que representa logre un gran resultado, porque la alternativa a ellos será bastante dura y algunas costuras pueden volver a, cuando menos, tensarse.
Decía con unos compañeros que el artículo interesante es venir aquí a rajar duro, interesante de leer, pero siento frustrar a todo el mundo, porque siguiendo el consejo de mi hijo vamos a criticar al otro equipo. Porque en nada tendré que pedir el voto para sumar a un determinado gobierno. Soy crítico, pero si eso ya iré a decir lo que tenga que decir a las asambleas de Esquerra Unida y las de Barcelona en Comú, que no odio más que al intelectual o artista que viene a salvar a la izquierda pero que nunca se chupa las reuniones que tocan sino que lo hace desde su hoja parroquial. No digo ya el tuitero, vete a tu asamblea, explica y escucha.
Si realmente vemos un peligro en gobiernos con VOX, su programa de gobierno, estas elecciones deben ser de mínimos democráticos. Si hay quién frivolice con otras cosas pues será un frívolo. Pero sí, mientras tanto reconozco que yo hace 20 años cuando acababa la carrera y entré a cotizar, imaginaba una izquierda diferente, pero la política se hace dónde, cómo y con quién se puede, no como si el socialismo ya estuviese aquí. E insisto ha habido cosas positivas, muy positivas.
Si el interés del gobierno era hablar de economía ya tenemos a Nadia Calviño en Onda Cero hablando del pacto PP – VOX en Valencia. O sea, que lo primero que ese pacto ha generado es un vuelco en el mensaje que el gobierno de Sánchez pretendía establecer como prioritario de campaña. Se vuelve al tema de los malos que acuerdan con VOX y que quieren quitarle el gobierno a los buenos que acuerdan con ERC y BIildu.
En fin, me parece que las cosas son como son, o sea pactos de este nivel en los que cada uno sabe con quien no tiene otro remedio que acordar, deseables o no, ya que no se quiere que sea como debería ser, o sea: o bien la lista más votada, o acuerdos entre los dos primeros partidos constitucionalistas que impidan tener que ir a esas combinaciones indeseadas.
Es absurdo entender y defender que sólo yo puedo pasar de no dormir a hacerlo a pierna suelta con un gobierno Frankestein y que el contrario tiene que ser esccrupuloso al nivel de dejarme seguir así ya que él no tiene ese derecho de tratar de conformar gobierno.
No se puede blanquear partidos extremos y no aceptar otros también lo hagan. Al final es la población la que orienta esos caminos si no se actúa en la forma más deseable que lo impida, que no es la hipocresía de que, yo si, pero tu no.
España va bien ….. y así seguirá.
¡¡Ay!!..la cuestión no es esa frase recurrente que dice «no hay que blanquear los extremos» para justificar o descalificar a quien gobierna con los votos de partidos que unos consideran extremos y estos mismos ven el extremismo en los que les califican como tales.
La cuestión es las políticas ,leyes y derechos que se consiguen con la participación de los que son llamados extremos.
Si ser extremista es votar a favor de la revalorización de las pensiones según el IPC y lo más normal y como Dios manda es estar en contra.
Los de Bildu son unos extremistas de tomo y lomo y los del PP y VOX
¿Qué son?.