Pere Aragonés: el nou President

Juanjo Cáceres

No sin dificultades, Pere Aragonés ha acabado en el lugar que muchos le pronosticábamos tras el resultado electoral: primer presidente catalán de Esquerra Republicana de Catalunya tras Josep Tarradellas, esto es, más de 40 años después, y más de 90 años después que Francesc Macià proclamase la República Catalana en el advenimiento de la segunda república. Un hecho que tiene un enorme capital simbólico en un territorio donde los símbolos son muy importantes.

¿Empieza así una nueva etapa o prosigue la misma de antes? Esa es la pregunta quizás más interesante en el ciclo que ahora comienza. No puede negarse, sin faltar a la verdad, que como principal referencia institucional, Pere Aragonés ha sido un representante muy distinto a Quim Torra, sobre todo en el tono y en las formas. No obstante, durante la campaña y en esta última fase de negociación de gobierno, algunos sectores habían puesto muchas expectativas en que diera por superada la etapa de Junts en el Govern. Al final no ha sido así, como se preveía en primera instancia, y despejada esa incógnita, toca mirar bien cómo queda el ecosistema político parlamentario.

El Parlament entrante, formado como siempre por 135 representantes, aglutina 98 de esos representantes alrededor de tres fuerzas políticas: PSC, ERC y Junts. Estas tres fuerzas políticas representan de forma muy amplia el espacio ideológico comprendido entre el centro-izquierda y el centro-derecha. Aglutinan también las principales referencias en el eje nacional: independentismo y defensa del modelo territorial actual. El resto de escaños se los reparten otras cinco fuerzas que aglutinan en total el 27,5% de escaños de la cámara, las cuales representan en unos casos posiciones más “laterales” o extremas en el eje ideológico. En cuanto al eje nacional, esas formaciones restantes no expresan muchos otros matices, con la excepción del extremismo de VOX en el sector españolista.

Pese al peso primordial que las tres fuerzas principales tienen, hemos oído durante semanas propuestas alternativas que básicamente lo que sugerían era investir a una (ERC), con el beneplácito de otra (PSC), pero sin que esta formara parte del gobierno, y aprovechar así para alejar del puente de mando a la tercera (Junts), lo que a su vez facilitase la entrada en gobierno de otras dos fuerzas minoritarias (ECP y CUP). En la práctica, esto no era más que una doble pinza contra la tercera y la primera fuerza más votadas. Es pues normal, teniendo en cuenta también la presión que existe dentro del independentismo para que se formen gobiernos cien por cien independentistas, que al final el acuerdo deje el gobierno en manos de quien las deja.

Se ha hablado mucho también estos días de las disensiones evidentes que han existido en el último mandato entre ERC y Junts. También se ha dicho que ello pone en entredicho la estabilidad e incluso la viabilidad del Gobierno, pero eso solo es probable en parte. Parte de las mismas eran fruto en buena medida del talante del presidente Torra y de las tensiones propias que se han vivido con posterioridad a la aplicación del 155, a la sentencia del Procés o incluso frente la propuesta de mesa de diálogo con el Gobierno de España. Pero sigue habiendo un objetivo mayor para ambos: seguir en el puente de mando dando forma a un gobierno de vocación independentista y eso, así como el control de esa gigantesca institución que es la Generalitat, acaba siendo decisivo. Además, en esta fase final de la pandemia y con este presidente, no solo hay bastantes menos posibilidades de una gran confrontación pública, sino que además los esfuerzos de reconstrucción económica y social, tan necesarios ahora tanto para el mundo económico como para el conjunto de la ciudadanía, van a seguir manteniendo el hecho nacional en un papel menos relevante, aunque existente, en la agenda política.

Un tercer elemento a destacar de la figura del nuevo presidente y del partido al que pertenece es su capacidad de ser un atrapatodo. No tiene reparos en asumir alianzas con partidos situados en la derecha del eje ideológico, como acaba de suceder ahora en la formación de gobierno, pero tampoco para asumir propuestas políticas que todos consideraríamos muy vinculadas a la izquierda. Su abanico de posibles alianzas es ahora mismo el más amplio de todos los partidos con representación, lo que le confiere una posición central en el terreno de juego que bien podría ser la base de un largo periodo de gobierno para ERC, siempre que haga valer su actual posición dominante en el Gobierno y siempre que la cuestión nacional no produzca dinámicas de fuerte inestabilidad política y social.

Si ERC consiguiera convertirse en buen emulador del PNV, es decir, un partido más orientado a conseguir cosas poco a poco, que a seguir la vía puigdemontista del todo o nada, podría establecer un largo reinado sobre Catalunya. A ello tal vez le ayuden todo esos millones de euros provenientes de Europa en forma de proyectos Next Generation, otra de las grandes oportunidades que el presidente está dispuesto a explotar para consolidar su gobierno a largo plazo, tal y como aspiran a hacer todos los gobiernos actualmente existentes en España en el plano local, regional y por descontado en el estatal, por mucho que en la gestión de esos fondos Junts vaya a tener un papel relevante.

Visto así, si el bloque independentista consigue contener sus pulsiones internas y ciertas dinámicas cainitas, bien pudiera haber gobierno para rato, pero hay algunos aspectos especialmente frágiles de la etapa que viene que podrán ser vigilados y explotados desde la oposición. El primero y más obvio es la presión incesante de la sociedad civil independentista para conseguir avances en la cuestión nacional, más aun con los presos todavía en prisión y con los exiliados en el exilio. Una presión que ha sido importante en las últimas semanas para asegurar la formación de Gobierno y que ha tenido a los líderes de Omnium y la ANC al frente, expresando unas posiciones más propias de 2017 que de 2021. Más allá de nuevas palabras mágicas (‘embat’), existen disensiones evidentes sobre cómo seguir a partir de ahora, tanto estratégica como tácticamente, y como todas las disensiones que se publicitan, ofrecen un flanco de ataque.

Una segunda cuestión tiene que ver con la ejecución política y la agenda social. Para un partido que se posiciona en el centro izquierda es imprescindible dibujar una agenda socialdemócrata, más aun en un ciclo en que el Gobierno de España es de izquierdas. La maltrecha agenda social tiene en la sanidad, pero también en la educación y en la atención a las personas, retos complicados, tras un periodo en que se han evidenciado todo tipo de carencias, se han adoptado compromisos y se ha incrementado la exigencia social para que se dé respuesta desde las instituciones. A modo de ejemplo, a la situación dantesca de la atención primaria, se suma el déficit de médic/as y enfermer/as en el conjunto del sistema y las exigencias en potenciar especialidades como la atención psicológica en un marco de claro empeoramiento de la salud mental de la población. Asimismo, la ley de la atención pública de la salud bucodental obliga al Govern a implementar antes de finalizar 2025 un sistema de atención odontológico gratuito a población vulnerable y menores, como paso previo a universalizar el servicio. Otra ley, en este caso la de regulación de los precios de los alquileres, debe garantizar que los precios de los alquileres no sigan subiendo en zonas tensionadas, que es donde vive la inmensa mayoría de catalanes, y todos podremos ver si los precios suben o no. Y podríamos seguir hablando de las inversiones que exigen centros educativos de todos los niveles, las residencias o la gestión de la emergencia habitacional.

Todo hace pensar, pues, que la tensión entre retos de la agenda social y posibilidad de dar respuesta a todos ellos va a ser intensa y va hacer posibles no pocas críticas al divorcio entre promesas y realidades. Eso, sin tener en cuenta que todo ello quizás vaya acompañado de un incremento de la conflictividad social. Las huelgas en el sector público o las protestas de trabajadores afectados por los planes de ajuste de las grandes empresas tras la pandemia, pueden ser parte inseparable del paisaje urbano en los próximos años, especialmente cuando tras la lluvia de fondos europeos llegue la sequía de los ajustes posteriores.

Tras más de dos meses de agotadoras negociaciones para formar Gobierno, este es el paisaje que queda cuando se levanta la polvareda: un escenario que va a ser difícil de transitar tanto para el Govern como para la oposición. Los que sean más conscientes de hacia dónde debe ir la nave y tengan la fuerza para marcar el rumbo, serán quienes conquisten el futuro.

Un comentario en «Pere Aragonés: el nou President»

  1. « El Parlament entrante, formado como siempre por 135 representantes, aglutina 98 de esos representantes alrededor de tres fuerzas políticas: PSC, ERC y Junts. Estas tres fuerzas políticas representan de forma muy amplia el espacio ideológico comprendido entre el centro-izquierda y el centro-derecha. Aglutinan también las principales referencias en el eje nacional: independentismo y defensa del modelo territorial actual.»

    Como en el Paraíso , la necesidad de nombrar las cosas para no poner cara de bobo , se repite en las crónicas políticas , que parecen más agudas cuanto más nuevos palabreos y conceptos reunan.

    Comienza el artículo blanqueando la figura del doncel Aragonés , exquisito exponente del menestral catalán , un hijo de la alta burguesía catalana ( formada a la sombra de los privilegios franquistas ) , casado como cumple en ese boato tan literario con una señora perteneciente a su misma sociedad , que sea lo que fuere el caso , incorpora por nacimiento , costumbres y oficio personal , un saber estar distinto al de los fulanos que lo captaron para su secta de radicalismo pequeño burgués .

    « Quiero ser como Escocia y me gustaría que el Estado español supiera ser como el Reino Unido en 2014”, ha asegurado el candidato a presidir la Generalitat. “Sé que Escocia lo logrará y volverá a votar [en un referéndum de independencia]. Y sé que el Reino Unido volverá a hacer todo lo posible para seducir a los escoceses y evitar democráticamente la independencia”, ha continuado con el símil.
    “Y así la Generalitat, como un solo pueblo, irá a la mesa de negociación para resolver el conflicto político con España de una vez por todas” , dice el mozalbete encumbrado.

    Repetimos : “ La Generalitat como un solo pueblo ”

    En fin , parece mentira que semejantes gansadas revestidas de medallas y tamborileros inflen las meninges descuidadas durante tantos años ya.

    Si PSC, ERC y Junts representan el amplio espacio entre el centro izquierda y el centro derecha ¿ quién diablos es el centro -centro ? A lo que parece sería la derecha del PSC ( los titulares de empresas del IBEX ) la izquierda de ERC y…nadie más.

    Otro hallazgo : ¿ Qué es la sociedad civil independentista ? Aquella que presiona para obtener avances en la cuestión nacional. más aun con los presos todavía en prisión y con los exiliados en el exilio. A mi me parece que son los lugares en que deben estar , por definición.

    Pero , atención todo el mundo , con ser grave todo esto , lo importante es la situación dantesca de la sanidad , especialmente la salud mental , algo en lo que coincido con el articulista en el momento de la toma de posesión del Honorable President, animando a repetir la jugada que ha llevado al exilio a unos y a prisión a otros , dejando Cataluña tal y como la vemos , con un fascista de tomo y lomo que se complace en insultar a los españoles por el hecho de serlo , oficiando el traspaso de poderes.

    ¿ Qué puede salir mal ?

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