La Barcelona del 47 toma los cines

Alfons Salmerón

El pasado fin de semana la película española El 47 superó los 300.000 espectadores situándose entre las películas más taquilleras en lo que va de año. El film de Marcel Barrena basada en la historia real de Manolo Vital se sitúa como la primera en el ranking de las películas en Catalunya. El público ha abarrotado las salas en Barcelona y provincia desde su estreno, sobre todo gracias a espectadores sénior, y ha desbancado a películas de mucho más presupuesto como la nueva entrega del Bitelchus de Tim Burton.

¿A qué se debe ese éxito? La película remueve y agita la memoria colectiva de varias generaciones y nos interpela sobre el momento actual del país. Toda mi familia y el entorno de amistades más cercano ha visto la película. El boca a oreja ha funcionado como nunca. No conozco a nadie que no me haya dicho que El 47 le ha conmovido profundamente.

Fui a verla el fin de semana de su estreno sin demasiadas expectativas y ya me sorprendió encontrar la sala extrañamente llena. Me gustan casi todos los trabajos de Eduard Fernández y Clara Segura y conocía la historia del secuestro del 47 a través del testimonio de Javier Pérez Andújar. Aguanté las casi dos horas que dura la película con un nudo en la garganta que acabó de estallar en un caudal de emociones encontradas con la última escena. Salí de la sala con una mezcla de rabia y de orgullo. Sin duda la película me interpelaba, hablaba de mí, de nosotros. Sigue leyendo

De la derrota

Juanjo Cáceres

En los últimos días se han dado a conocer las caras de la tercera candidatura que disputará la presidencia y el resto de órganos internos de Esquerra Republicana de Catalunya, entre finales de noviembre y mediados de diciembre, de acuerdo con el mecanismo de renovación a dos vueltas previsto en sus estatutos y reglamentos.

La tercera candidatura, denominada Foc Nou, la impulsa Alfred Bosch, exconseller dimitido en su día tras la denuncia de acoso sexual en la Conselleria contra su exjefe de gabinete, no sin fuertes tensiones internas. Se han sumado al impulsor, en sus puestos más visibles, figuras unidas por la desgracia. Como candidata a presidenta Helena Solà, exconcejala de Cerdanyola, que lideró las listas del municipio en tres convocatorias electorales y formó parte del gobierno municipal durante tres años, siendo sustituida para la convocatoria de 2019 como alcaldable por Albert Turón. También, como candidato a la vicepresidencia y portavoz de la candidatura, Gabriel Fernández, exalcaldable de origen uruguayo y portavoz municipal de ERC en Sabadell, cuyo resultado electoral consistió en pasar de 10 en 2019 -no siendo él alcaldable- a 3 concejales en 2023.

Les une, pues, a todos ellos, el frágil hilo de la salida en falso y de la muerte política sobrevenida, a lo que en la actualidad responden con una propuesta de candidatura que centra su relato en el rechazo al acuerdo con el PSC, recordando una y otra vez que son los del 155 y prometiendo que, pese a todo, de obtener esa victoria interna, respetarán el pacto alcanzado. Sigue leyendo

Sangre sobre sangre

Verónica Ugarte

“Y aún con voz sombría, mi padre me dijo: ‘Pero desde ahora habrá un Estado Hebreo’. Y de pronto me abrazó, no con ternura, sino casi salvajemente. En la oscuridad, mi mano se topó con su frente amplia, y en lugar de gafas, mis dedos sintieron lágrimas. Nunca había visto a mi padre llorar, ni antes ni después de esa noche. En realidad, entonces tampoco lo vi. Lo vio mi mano izquierda”.

Amos Oz, Una pantera en el sótano

Muy posiblemente los jóvenes del Israel no sabían nada acerca de la Shoá. La mayor parte de los supervivientes que llegaron a la llamada Tierra Prometida no hablaban acerca del pasado y se centraron en la construcción del nuevo Estado. Cuando Eichmann fue capturado y sometido a juicio, esos mismos supervivientes dieron testimonio de su sufrimiento en Auschwitz-Birkenau. A partir de ese momento, la Shoá fue un elemento de estudio, de recuerdo y de alienación para todo joven judío.

Es cierto que la llamada “Solución Final para el problema judío” por Reinhard Heydrich, preparada en la llamada Conferencia de Wannsee, es el único genocidio planificado y ejecutado hasta el mínimo detalle para destruir a toda una comunidad. Eso explica, pero no justifica las reacciones de los sectores más agresivos y ultras de Israel contra el pueblo palestino. Sigue leyendo

Cavar más en el hoyo

Carlos Hidalgo

En el día de ayer el diario “El Mundo” publicó un reportaje acerca de las actividades de Pablo González / Pável Alekséivich Rubtsov, el periodista que fue detenido por las autoridades polacas acusado de ser un espía del GRU (el servicio secreto militar ruso) y que, presuntamente, habría elaborado para esa agencia un informe detallando los movimientos del fallecido Aleksei Navalny en España, especialmente el tratamiento que tuvo que seguir para recuperarse de un intento de envenenamiento con dioxinas en varios hospitales españoles.

Pese a que muchos periodistas y políticos a la izquierda del PSOE defendieron la inocencia de González/Rubtsov, los que han coincidido con él, ya fuera como corresponsales de guerra o como periodistas especializados en Europa del Este, no lo consideraban trigo limpio. Para empezar por los numerosos medios técnicos y abundante dinero del que disponía. Quien conozca la profesión de periodista sabe de sobra que dinero precisamente es de lo que no disponemos y menos si eres un periodista “freelance”, como afirmaba ser Pablo González. Para que ustedes, amables lectores, se hagan una idea: la mayor parte de los corresponsales de guerra que ven, escuchan y leen ustedes, son autónomos o falsos autónomos, que están en las zonas de riesgo sin seguro, que se pagan desde el chaleco antibalas (mucho más caros desde la Guerra de Ucrania porque hay escasez) y el casco hasta al guía local o “fixer” (que en una zona de guerra puede salir por unos 600 euros diarios), más los gastos de comida, combustible, alquiler de vehículos, alojamiento y, los más afortunados, el carísimo seguro que puedes contratar para que tus afligidos familiares puedan repatriar tu cadáver, o que una compañía privada te saque de la zona de guerra, o que alguien se haga cargo de la situación si eres secuestrado. Todo ello para que un periódico tenga la desfachatez de ofrecerte entre 30 y 80 euros por artículo en zona de guerra, o que una televisión use tu material por la cara porque lo ha visto colgado en tus redes sociales. Sigue leyendo

El cohete

Arthur Mulligan

Recuerdo de mi época como analista de riesgos en un banco la dificultad recurrente para unificar el sentido verdadero de las palabras, un sentido que fuera común – nunca mejor expresado – inequívoco y no sometido a la libre interpretación de los miembros del equipo, que permitiese a su vez huir de una rigidez castrense con la suficiente elasticidad para adaptarse sin abusos a las múltiples situaciones concretas del negocio.

Pues bien, a pesar de las advertencias, los ejemplos estudiados, operar en la misma zona en posición de renta, y dejar claramente establecidos los límites para no incurrir en desagradables situaciones, no era infrecuente observar desvíos significativos entre los diferentes equipos. No eran inocentes o debidos a circunstancias extraordinarias de difícil previsión sino que las más de las veces obedecían a un irrefrenable deseo de aumentar el volumen de negocio que les cegaba. Reaccionaban como muchos vascos al preguntarles en un restaurante cómo quieren la lubina y casi invariablemente responden ¡grande! Sigue leyendo

De Frente

Julio Embid

Soy socio del Atleti. Sí, a pesar de ser maño y vivir en Zaragoza, soy aficionado del Atlético de Madrid desde hace un porrón de años, seguramente por haber pasado mi juventud en Carabanchel y las mejores alegrías de mi vida en el estadio Vicente Calderón, donde acudíamos a millares los que gustan de fútbol de emoción. Ser del Atleti es de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Eso sí, jamás me verán decir tacos, ni insultar al árbitro o al equipo rival, ni tan siquiera al otro equipo de la capital, seguramente porque mi padre, socio del Real Zaragoza desde hace la tira de años, jamás lo ha hecho. Al fútbol uno no va a insultar o a pegarse. Se va a animar y a comerse un bocadillo frío. Y a disfrutar si gana tu equipo, y si pierde, pues la semana que viene habrá otro partido.

En el Colegio Mayor de Madrid donde estuve hace 23 años estudiando, tuve un compañero de habitación que era ultra de un equipo de fútbol. Sólo leía una revista llamada Superhincha o Superultra o algo así donde hacían reportajes a peñas ultras de equipo de fútbol tapando la cara de los protagonistas en las fotografías o con bufandas y pasamontañas para que no sé les reconociese. Un día le pregunté que si no hacían nada malo, ¿por qué llevaban la cara cubierta? “Para no tener problemas con la policía. Con las otras peñas sí queremos tener problemas”. Lo más curioso es que en aquella España pre-móviles con internet y pre-whasap las quedadas para hostiarse antes de los partidos de fútbol se hicieran mediante anuncios en esa revista o en foros de internet. Mi compañero de habitación que más de un lunes vino con el ojo morado de algún desplazamiento de su equipo decía siempre: peor han quedado los otros. Sigue leyendo

Disculpas a México

Carlos Hidalgo

Cuando el decepcionante presidente López Obrador se levantó un día y tuvo la ocurrencia de pedir al Rey de España que se disculpara por carta con el pueblo de México por la conquista, pensé que era una cosa pasajera. Una de las múltiples ideas que AMLO tiene para encubrir las chapuzas de su gobierno y los preocupantes avances de los narcos en el territorio de su país, algo que cuesta vidas, recursos y que no parece importar excesivamente al jefe de Estado mexicano. Ya es raro, porque a cualquier jefe de Estado electo le debería preocupar que el Estado que preside no tenga control efectivo sobre su propio territorio. No le di más vueltas, bromeé con mis amigos mexicanos acerca de que la verdadera ofensa vigente con el pueblo mexicano eran las rancheras de Bertín Osborne y me dediqué a seguir la política española, que es un no parar de dramas.

Ahora resulta que eso no cayó en el olvido. Y que mientras Sinaloa tiene ciudades enteras abandonadas, con población desplazada porque los narcos se encuentran en plena guerra civil, la sucesora de AMLO, Claudia Sheinbaum, ha rechazado invitar al Rey a su toma de posesión porque no ha cumplido con el capricho de su antecesor y mentor. Sigue leyendo

El maltrato de la Formación Profesional en España

Dávid Rodríguez

De todos es sabido que la Formación Profesional (o ciclos formativos) ha sido históricamente una opción de segunda división para el alumnado que finalizaba la educación secundaria obligatoria. Tradicionalmente, aquellos que se consideraban más “capacitados” se matriculaban al Bachillerato para luego acceder al sistema universitario. En cambio, los que eran tomados como menos “aptos” para el estudio se refugiaban en la opción de la Formación Profesional, cuyo prestigio dejaba mucho que desear.

Afortunadamente, desde el Ministerio de Educación y desde algunas Comunidades Autonómicas se ha realizado un gran esfuerzo para reivindicar los ciclos formativos, tratando de homologarnos a lo que en otros países ya existía desde hace décadas, es decir, la libre elección del alumnado entre dos opciones perfectamente válidas. De esta manera, se ha disparado la matrícula en la Formación Profesional, hecho que en principio es una buena noticia, pero llegados a este punto nos estamos encontrando con un nuevo problema: la falta de plazas públicas y la consiguiente privatización del sistema educativo en esta etapa. Sigue leyendo

De las trampas… inmobiliarias en particular

Juanjo Cáceres

Palabras clave: vivienda

Aquello de “no hacerse trampas al solitario” es una expresión usada en ciertos entornos, que apela al autoengaño. El autoengaño tiene dimensiones individuales y también las tiene sociales, pero en cualquiera de sus formas, representa una de nuestras mayores debilidades para formular premisas lúcidas, realizar valoraciones o para interpretar una situación dada.

Uno de los grandes exponentes del autoengaño colectivo es la cuestión de la vivienda. La dimensión de las falacias que la envuelven es tan grande, que para ser capaces de desnudar los problemas y abordar soluciones reales, debemos deconstruir todo un entramado de ideas, confusiones, intereses, verdades a medias y falsedades sobre las que discurre la que sin duda es, junto al empleo, la principal fuente de preocupación para la mayoría de personas adultas con las que convivimos en sociedad.

Quizás lo primero que hay que señalar es que resulta oportuno hablar a la vez de empleo y de vivienda, porque son vasos comunicantes. La principal vía de fuga de las rentas que obtenemos como trabajadores consiste en sufragar una vivienda en una de sus dos modalidades claves de uso: hipoteca o alquiler. Asimismo, las dos principales variables de desigualdad que sufren las personas son, por un lado, tener un trabajo o pensión -y por lo tanto una renta mensual- o no tenerlo, y por el otro, tener que pagar una vivienda para vivir o no tener que hacerlo. Se ha afirmado con insistencia que nadie debería dedicar más del 30% de los ingresos mensuales en pagos mensuales por disponer de vivienda, pero la realidad es que los costes de hipoteca o de alquiler en zonas muy tensionadas, se acercan fácilmente al 100% del valor de una nómina. E incluso cuando no es así, lo del 30% resulta absolutamente ridículo con amplias capas de la población incapaz de sostener un hogar o necesitando para ello un porcentaje muy elevado de sus ingresos mensuales. Sigue leyendo

Tocar otro suelo, tocar otro viento

Verónica Ugarte

Emigrar es un dolor. Intenso. Inmenso. Se rompe con lo conocido. Rompes con la familia, las amistades, la cultura, las calles que conoces desde que eras un crío… No se hace por gusto. Ese sacrificio encierra buscar una vida mejor, oportunidades que sabes que no tienes ni tendrás en donde naciste.

La situación política y económica no mejora. Desde la llamada “Década perdida” Iberoamérica no levanta cabeza. Excepto países como Chile, la nota de corte da un suspenso en cuanto a seguridad, vivienda, educación, trabajo…

Las economías sumergidas son las que logran que una familia tenga los ingresos para cubrir facturas justas, pero lejos está de poder tener vacaciones. Eso que en España es un derecho, allá es un milagro. Sigue leyendo