Lluís Camprubí
Mucha gente en España se está preguntando las razones de -y a dónde nos lleva- esta estrategia de crispación y polarización que está siguiendo el tronco central de la derecha y la extrema derecha. Y más cuando este nivel de tensión no parece lo habitual en países de nuestro entorno. De hecho, parecería necesario más que nunca un clima político consensual para afrontar el gigantesco reto para la crisis sanitaria y para la socioeconómica. Además, no parece positivo, en un tiempo con tantas incertidumbres, ansiedad y preocupación hacia el futuro, añadir tensión política a toda la vivencia dramática que experimenta el grueso de la población. En este sentido, Enric Juliana citando a Narciso Michavila (en su rol de sociólogo electoral de referencia para los conservadores), destaca que la estrategia de crispación tan desacoplada de la necesidad de sosiego que demandan amplísimos sectores de la sociedad y que no es reflejo (de momento) de la tensión social existente, puede ser contraproducente para los intereses de la derecha.
Sin embargo, existen distintas razones, hipótesis y motivaciones que impulsan a las derechas (algunas de ellas con el debate no resuelto) a seguir esa vía, al margen que las consideremos poco leales al interés general o incluso poco efectivas para sus intereses particulares. Una primera podríamos encontrarla vinculada a la ventana de Overton. Es decir, a través de ir presentando y proponiendo posiciones más extremas, poder ir estirando hacia su zona del eje de conflicto político la ventana de lo que es percibido mayoritariamente como aceptable o al menos como plausible. También en la batalla ideológica subyace una segunda motivación: hacer lo necesario para que para la mayoría de la población, las soluciones y grandes consensos futuros no decanten hacia lo público y lo comunitario, ni estén vinculados a más cotas de igualdad, fraternidad o cooperación. Perciben -seguramente con razón- que está en disputa un cambio de “ethos”. Además, en clave electoral aparece la función de desgaste de la coalición de gobierno a través del ruido, la crítica hiperbólica (fuera de toda mesura) y el fango sin tregua con la lógica que algo de la crítica siempre va sedimentando y, a la vez, desalojando del debate aquello que sea constructivo. Y, complementariamente, con la culpabilización y desresponsabilización selectivas se pretende nublar un balance objetivo y matizado de la acción de gobierno y evitar un posible efecto de “rally ‘round the flag” (apoyo y agrupación alrededor del gobierno en tiempos de crisis exógena) si impera la concordia.
Todas estas razones -cuestionables- pesan más (de momento) en la lógica de la derecha democrática que ha optado por la crispación y polarización que no las razones del sentido de Estado, de la necesaria unidad en tiempos de crisis y del consenso social. Además, las encuestas (aunque con el relativo valor que puedan tener en un momento tan incierto) apuntan que se ven favorecidas las opciones del PP y que no se traduce aparentemente en rendimiento electoral para VOX.
Sin embargo, al margen de las encuestas electorales inmediatas, se puede decir que quien se beneficia a largo plazo y como proyecto de esta polarización es la fracción de la derecha extrema y el conjunto de la extrema derecha. Éstas operan con una lógica y una estrategia distinta, la de la aceleración. Es decir, que el aumento de la tensión y la polarización -necesariamente inducidas- sequen los espacios y consensos centrales de la sociedad, así como la convivencia civil y la concordia social, de manera que la tensión y la confrontación aumenten -con incidentes violentos incluidos- y haga necesario para todo el mundo alinearse en su bando o en el opuesto, lo que acabaría llamando a la reacción autoritaria. Esta estrategia de la aceleración (o de la tensión) recuerda de alguna manera la táctica seguida por la extrema derecha y el “anti-comunismo” en la Italia de los 70’s, intentando -de momento de forma burda- promover actos violentos que fueran atribuibles a su enemigo. Estos días hemos conocido intentos en los entornos de VOX -cuando las manifestaciones automovilísticas- de promover (en clave falsa bandera) falsas convocatorias de supuestas movilizaciones que pretendían atacarles, de forma similar a como lo está haciendo el supremacismo blanco en EE.UU. Todo ello hace que uno se estremezca cuando hay sectores liberales y democráticos que acompañan esta polarización, los cuales de forma irresponsable y con un irreal sentido de las propias capacidades, se justifican diciendo que ya cortarán el gas cuando por interés electoral no lo necesiten. No hace falta decir que el monstruo llega un momento que se hace incontrolable.
Si intentamos proyectar cómo pueden ser los próximos meses, el escenario es altamente preocupante. Lo más probable es que la pandemia reaparezca, sea en forma de segunda y sucesivas olas, o en forma de continuo irregular y disperso de brotes. Y la crisis económica y social puede ir haciendo mella en las expectativas materiales de presente y de futuro y en el ánimo de amplios sectores de la sociedad. Cabe saludar -eso sí- la prevención que supone el Ingreso Mínimo Vital frente a las situaciones más desesperadas. En ese caldo, si los discursos del odio encuentran voceros y amplificadores, la tensión social y la polarización ciudadana pueden ir en aumento haciendo irrespirable el ambiente y dificultando cualquier agenda de ampliación de derechos.
Así pues, la pregunta es ¿qué deben hacer las fuerzas progresistas en este sentido? Una primera respuesta inmediata parece lógica, y es no caer en las provocaciones ni contribuir a la polarización. Teniendo además la herramienta del gobierno, parece poco oportuno pelear en las formas y condiciones que lo plantean los reaccionarios y tampoco parece razonable contribuir a la crispación ambiental, a la polarización social y a la solidificación de trincheras. En segundo lugar -aunque sea goloso- es fundamental no caer en sus discusiones y agendas (es cierto que a veces es difícil). No hace falta recordar lo importante que es fijar sobre lo que se discute, y por lo tanto sobre lo que no se discute. También reactivamente, en tercer lugar, habrá que poner muchas capacidades para distinguir (no es nada fácil “en vivo”) lo que pueden ser necesarias “batallas ideológicas” para generar/desplazar hegemonía de lo que son evitables “guerras culturales” que contribuyan a la polarización. Y finalmente, y seguramente lo más importante, en clave proactiva, tres tareas que deben hacerse simultáneamente: pensar y construir los nuevos consensos sociales, mientras se gobierna efectivamente y se impulsa a la vez un clima de concordia.
¿ Qué tiene de progresista Podemos ? Desengáñese , puede animarse con Tezanos y sus crispaciones. Están en el uso de su fuerza. Pensar y construir los nuevos consensos sociales , ha dicho . Será para la nueva normalidad.
Amazon Prime.
Serie Varg Veum :Temporada 1
Episodio 6
Perros enterrados no muerden
La tensión racial está al rojo vivo en Noruega desde la muerte en manos de la policía de un joven de raza negra.
Una miembro de la cúpula de un partido político de derechas,acude a Varg Veum porque está siendo acechada…
La derecha está tan nerviosa como Mr Mulligan.
Vamos por el buen camino y estamos consiguiendo lo que nos proponemos.
Y eso duele.
Ya se oyen repique de «campañas» para que, la presidenta de la Comunidad de Madrid Días Al Uso,adelante las elecciones.
Parece que lo ha hecho muy bien …jeje.
No se si se habrán dado cuenta de un pequeño detalle que creo que a muchos de ustedes ,incluso a Mr Mulligan,habrán pasado por alto:
La derecha española está empeñada en culpar a FRANCO de la pandemia en Madrid por permitir una concentración de feminazis…..ejem…jeje
Hoy le he echado un vistazo a El Mundo para ver como estabamos y me he quedado de estatua de sal gorda.
Aquí les dejo algunas muestras:
Covid 19.
.¿Son peligrosas las manifestaciones contra el racismo? Un virólogo lo ha calculado.
«Fue terrible ver a Italia pedir ayuda a Venezuela porque la UE no movía un dedo».
Pandemia .
Las secuelas de los niños: salieron después que los perros y vieron cómo los bares abrían antes que los colegios.
Opinión Económica.
Los mandamientos para invertir en bolsa y no perder dinero
Contabilidad B.
La ‘trama Púnica’ financió con un millón en negro al PSOE de Simancas.
«A lo que aspira Pedro Sánchez es a tener a sueldo a la mayoría del electorado»
Luis María Ansón.
Búsqueda.
El rastreador cree que el cocodrilo de Valladolid es una nutria.
…….
No les pongo las noticias sobre la nueva estrategia que va a desarrollar a partir de hoy del líder del PP. Casado «El Displicente»,porque no tardará Cayetana en desmentirla.
¡¡¡Cómo está ,El Mundo!!!…..
Al final, ¿Alguien sabe en qué ha quedado Núñez de Balboa? ¿Resuelto con las terrazas?
¿El PP es conservador o neoliberal? ¿Todas las derechas son iguales?