Laertes
Jordi Evole mola, y punto.
Operación Palace no supone un baldón en la Evoleana moloneidad, y punto.
Si hay algún elemento tan capullo como para pensar que aquello presentaba una teoría mínimamente plausible –en este país ya no cabe un tonto más, pero eso no es culpa de Évole- es su problema, y el de sus padres, o sus parejas, y punto.
Si alguien, en cambio, piensa que Operación Palace caricaturiza el enorme descreimiento que “una generación”-qué pesadez de término- siente hacia ciertos fundamentos presuntamente indiscutibles de nuestra sociedad, ahí digo que tiene un punto.
Operación Palace es el exabrupto tras la típica conversación de arreglar el mundo dónde a algún partícipe se le calienta la boca. Análogo. Dos puntos:
- Uno: porque Évole lleva en su Salvados dando un domingo sí y otro también, ejemplos de cómo este país nuestro tiene cantidad de ámbitos que no funcionan de manera práctica; ni de manera ética; ni siquiera de manera que se perciba la defensa de unos valores o principios superiores. Nos ha enseñado con imágenes y palabras ese objeto teórico que otros llaman “crisis institucional”, dicho sea de paso, menos plúmbea y demagógicamente que muchos autonombrados intelectuales.
- Dos: que mejor que resumir todas las tentaciones demagógicas es la madre de todas las conspiraciones. Una traca final tipo “señores, la realidad es mentira y esta democracia es Matrix”. Me gusta su vuelta de tuerca, y me gusta porque al final dice que lo es. Me gusta porque así a lo mejor la próxima vez que alguien oiga una idiotez manifiesta, tiene presente lo fácil que es vestir a la mona de seda, pero que mona se queda
Me ha llamado la atención, no obstante, cómo el rebote con Operación Palace ha estado bastante sesgado por edad. Se parece a la síntesis de los desacuerdos que cada vez más frecuentemente percibo entre las personas más o menos de mi edad –entre 30 y 40- y las personas que ya tienen de 55 para arriba. Aunque este no sea el manifiesto representativo de una generación, ni yo el portavoz de nadie –la cantidad de conciudadanos míos a los que no respeto en absoluto crece y crece -, apunto:
No se cree en lo del Rey como garante de algo. No se cree en la Monarquía como sistema especialmente bueno para nada. No se cree –lo siento- que el mundo se vaya a abrir porque seamos una república. No nos lo cuenten mas, no nos cuenten lo de los militares o el baño de sangre inminente de la Transición. Vale que lo justificaba entonces, pero no ahora.
No se cree en que los partidos políticos representes ideologías. No se cree en su integridad intelectual –estupenda realpolitik-. No se cree en que tengan realmente control para arreglar nada importante. Para qué vamos a mencionar lo que se cree -injustamente- en la moral de los que a la política se dedican. La democracia la tenemos por garantizada, imprescindible, solo, de verdad, es que tiene que ser algo más que esto.
No se cree que la Constitución sea algo más que una norma escrita que se puede cambiar como todas las demás. ¿Consensos cuasi planetarios? Venga ya, si se ha enmendado unas cuantas veces cuando ha convenido.
No se cree, en general, en un futuro que no traiga sino nuevas y sofisticadas putadas. No se cree que vayamos a tener pensiones, ni sanidad, ni escuela pública, ni trabajo, ni salarios, ni vida en condiciones. Aunque seas plurititulado y políglota. Encima de esto, el remate es que te echen en cara tu falta de compromiso con ciertos valores. Entiendo que a alguno le resulte molesto.
Yo no lo llamaría descreimiento, sino un muy entrenado escepticismo.
Porque los +55 han visto cosas, no se puede negar, pero los 30-40 también hemos visto unas cuantas, con el debido respeto. Y lo que nos queda.
Pues todo lo anterior Évole lo ha entendido y lo cuenta bien. Está en contacto con ese palabro alemán –zeitgeist- de esta época. O sea que el debate en torno a Operación Palace es otra forma alotrópica de conflicto intergeneracional, oigan.
A lo mejor el desacuerdo entre los adultos maduros y los adultos jóvenes es una constante biológica, o histórica y andamos descubriendo el Mediterráneo a estas alturas. O sea que artículos como este se escriben, o se piensen, al menos una vez cada 15 años, en todos los idiomas de la tierra, en todos los lugares del mundo. Como en un comic con los bocadillos en blanco, mismas actitudes, contenidos diversos dependiendo del contexto. La humanidad no muy distinta de ñus cruzando el Mara, la vida como sucesión de roles, la identidad no existe y tal. En cuyo caso, vaya pérdida de tiempo.
O a lo mejor no, y resulta que por la lupa de Évole amplificamos la trama del tejido sociológico de este principio de siglo XXI español. ¿Quizás es que no hemos terminado el siglo XX todavía y hay que alumbrarlo entre todos?
A saber.
¿Que «por la lupa de Évole amplificamos la trama del tejido sociológico de este principio de siglo XXI español»? ¿Y eso cómo se come?
O sea que, a falta de mejores ideas, redescubrimos la brecha generacional como explicación de la frustración social. Ya me imagino, dentro de unos diez años, leyendo artículos de gente despotricando sobre los treintañeros de hoy siempre quejándose de que les deben y no les pagan, con lo buenos que son, «plurititulados y políglotas» y todo eso, qué coñazo de gente. Me los imagino riéndose de que a esa generación se le cayera la baba con la gilipollez de Matrix.
Pero, todo esto ¿qué tiene que ver con la patochada de Évole? Al fin y al cabo, de todas las cosas que no han funcionado en este país en las útlimas décadas el periodsimo se lleva la palma. Lo del último «Salvados» es un ejemplo más (y la generalizada reacción corporativa en su defensa, más de lo mismo). No hay que darle mayor importancia, no se la merece.
Y punto.
De acuerdo con la afirmación de que el esperpento de Evole no podía tomarse en serio y que el que era un esperpento se hizo evidente a los pocos minutos de empezar O.P. Los senyores G, J y otros señores con otras letras pasamos una entrañable velada comentando lo absurdo de la trama y su pretensión de quedarse con el público.
Me desmarco respecto al papel didáctico del programa. Personalmente considero que no sirvió para nada, que no fue mas que una boutade dirigida a captar la atención de la audiencia quedándose con ella. Como ejercicio para aprender que no nos podemos creer todo lo que nos dicen es inútil, ya que la credibilidad de Évole se basó en traicionarse a sí mismo como fuente de confianza en la que creen cientos de miles de personas. Me temo qu el problema de la credulidad de las personas ante los medios o ante los mensajes que circulan responde a razones bastante más complejas y no se resuelve mediante lecciones facilonas del profe guay del instituto. No obstante, estoy de acuerdo en que la experiencia no desdibuja los éxitos precedentes del programa, que no son tantos como se dice, pero algunos son, son muy remarcables, como la recuperación del asunto del Metro de Valencia.
«Al fin y al cabo, de todas las cosas que no han funcionado en este país en las útlimas décadas el periodsimo se lleva la palma. Lo del último “Salvados” es un ejemplo más (y la generalizada reacción corporativa en su defensa, más de lo mismo)»
Ahí ha estado fino el señor Barañain. Y aquí casi que más:
«Me los imagino riéndose de que a esa generación se le cayera la baba con la gilipollez de Matrix»
¡Ay Jordi ,la que has liao!
Me recuerda esto un incidente que tuvimos en Civitalek allà en Ganimedes,cuando en una reunión rutinaria de «Los Guardianes de la Verdad Suprema»…..
Antes de seguir relatando el incidente he de decirles que la democracia en Ganimedes es sinónimo de fluctuación mental ya que impide al ganimediano ejercer su plena libertad expositiva ,de ahí ,que en pueblecitos como el mio ,Civitalek ,sea necesario para garantizar nuestra integridad mental que los mas locuaces formen parte de nuestra única institución política ,»Los Guardianes de la Verdad Suprema»,constituida por los vencedores de un aclamado show televisivo ,»Estrujate la cabeza » ,patrocinado por «Vayven» una bebida gaseosa que se bebe con pajita y que estimula el desequilibro mental ,de ahí su nombre.
Les tengo que añadir para que entiendan de que material están hechos nuestros sueños ,que al aire que respiramos no le llamamos aire ,como ustedes,si no «PARADOJA»……lo pillan ,¿vedad?
Muy bien ,Dicho esto vayamos al incidente que les quiero relatar::
«Los Guardianes de la Verdad Suprema».se reunieron para establecer como «Verdad Suprema» si era necesario, o no ,que se siguieran reuniendo para guardar algo que no les servia para nada a los Civitalekianos.
No se sabe que decisión tomaron ,pues desaparecieron todos ,ante las miradas atónitas de los que les veíamos por televisión.
Hubo revueltas,la gente se echò a la calle y se divirtió de lo lindo ,fue un pim pam pum de alegría extrema ……JAJAJA…..que nervios.
Cuando despertamos al dia siguiente desperdigados por todos los parejes que puedan ustedes imaginar ,nos volvimos todos a casa para seguir viendo la televisión ,nuestro único instrumento para conocer la realidad.
Ante mi doy fe.
AC/DC
firmado :JAJAJA…..que nervios.
«Me resolvió muchas dudas Santiago Carrillo, con una explicación sensata, en una tarde de rara sinceridad en casa de nuestro amigo Teodulfo Lagunero. Detrás del 23-F, según me contó, hubo una trama política aprobada por el rey para sustituir el gobierno de Suárez por otro de unidad nacional presidido por Alfonso Armada. Como justificación de esa medida, en la que estuvieron de acuerdo algunos personajes seleccionados de la UCD, el PSOE y el PCE, se pensó en una intentona militar que legitimase ante la opinión pública una solución de urgencia. Milans del Bosch pensó en utilizar a un golpista de verdad, el teniente coronel Tejero, como anzuelo. Así se cruzaron dos golpes, uno blando, que perseguía una democracia con recortes y tutelada por el rey, y un golpe duro que iba contra la democracia de forma total. La estrategia se rompió cuando Tejero, enterado en el congreso de la solución pactada, se negó a un Gobierno de partidos y exigió la línea dura. El teniente coronel se les fue de las manos a los conspiradores y, de esa forma paradójica, evitó el éxito del golpe blando. Aunque parezca un chiste, me dijo Carrillo, fue Tejero quien salvó a la democracia de un ridículo venenoso para el crédito de los partidos.
Cuando vi la farsa de Évole, no me conmovió lo que tenía de mentira, sino lo que había de esperpentización de la verdad. Valle-Inclán inventó el esperpento porque la España oficial de la Restauración borbónica era una mentira, y deformando lo que ya estaba deformado, es decir, la España oficial, aspiraba a establecer de nuevo la verdad de la España real. El programa de Évole, pese a sus buenas intenciones, ha hecho lo contrario: ha deformado una explicación sensata de la verdad para hacerla compatible con la farsa de la España oficial».
http://blogs.publico.es/luis-garcia-montero/914/el-23-f-el-rey-y-el-esperpento/
A mí no me gustó lo de Evole, ya lo dije el otro día. Será la edad. Y punto.
Otra cosa: ¿alguien puede dar una explicación de qué pintaba Rato en la cena de empresarios con el Príncipe? Ya sabíamos que no tiene(n) pudor… pero hasta ese punto….
Tengo que hacer un inciso o lo que algunos terrícolas consideran como un Off Topic
En Ibza ha ocurrido algo curioso por llamarlo de alguna manera,para una mente civitalkiana como la mia:
El partido popular se ha dedicado en estos años de su mayoría absolutista a dejarnos a todos en pelotas picadas.
aprovechando esta coyuntura se desato una campaña contra las prospecciones petrolíferas ,en la que indignados represaliados por el régimen popular no dudaban en mostrarse como su madre les trajo al mundo.
El partido popular de Ibiza ni corto ni perezoso tomò el testigo y enseñándonos los cojones que tienen se puso al frente de la pancarta para decir NO,Eivissa diu NO…..a la herencia de Ziluminatius,poniendo en un brete al Ministro Soria que no puede justificar lo equivocado que estaba Ziluminatius.
Y entonces ,me pregunto a mi mismo y a ustedes también:
¿Cómo puedo dormir por la noche si no paro de pensar que esta marea azul la sobrevuelan Las gaviotas de Hitchcock?…..ejem.