Si comparar es odioso, no hablemos de los sueldos

Senyor G

Mi padre ya está jubilado desde hace unos años, también de debates sobre si pasar a alguien en la autopista por el carril de la derecha es adelantar, o simplemente rebasar. Un clásico junto a las comparaciones de sueldos que me explicaba, que “nosedonde se cobra más que en la SEAT” le decían según me explicaba y aprovechaba para enseñarme que así no se podía comparar. Por una parte porque le decían el sueldo neto por paga, pero el interlocutor no le decía cuántas pagas, así que para él estaba claro que aquella otra gente de la que le hablaban no cobraba más que la SEAT. No sabría decirles cuántas pagas tenían o tienen en la SEAT pero eran más de 16, porque les hacían prorrateos.

Sí, parece obvio, pero oigo todo tipo de cosas que a veces me dejan desnortado. En mi sector profesional, la consultoría informática se lleva bastante lo que se llama “freelance”, un autónomo en el sector informático. Alguna vez alguien se admiraba de lo que pueden cobrar. Y será verdad, doy por supuesto que mis interlocutores saben que eso es en bruto y que luego hay que descontar impuestos, pero no sé si cuentan que de esas facturas tienen que descontar las vacaciones no pagadas, cuando no tienen clientes, el tiempo de buscar nuevos proyectos e incluso de gestiones para cobrar. No sólo es el trabajo propiamente informático sino contar con otros imponderables y gestiones para las que también hay que valer.

Mi padre, militante de CCOO en diferentes épocas y momentos, también podría hablarme de otros conceptos de sueldos como es el diferido. Son cosas de las que no oigo hablar tal que así en mi sector político. Por ejemplo las pensiones o tener médico. Estas cosas también me vienen a la cabeza cuando me dicen que en tal país se cobran unas cantidades importantes (una vez tienes la formación que has recibido en nuestro país) pero sin contar sanidad, educación y ese tipo de cosas. Es verdad que en otros aún te sale más barato la vivienda, pero a veces estas comparaciones también cuestan y me pierden.

Mi padre me explicaba ya esto del sueldo cuando yo tenía una edad, pero en el mismo sentido me explicaba que cuando entró en la SEAT no cobraba precisamente más que de la pequeña empresa de la que venía, pero pensó que en una empresa con tanta gente como la SEAT no sería fácil que cayese. Y por ahora tiene razón. De hecho los grandes aumentos salariales fueron con las movilizaciones por la democracia del final de franquismo, como una forma de intentar contenerlas. Es decir mi padre valoró como parte del sueldo en un primer momento cierta fiabilidad y estabilidad de la empresa a la que iba.

He visto que en mi sector, hay también ofertas que implicarían coger el coche, que pagan pongamos como 6.000 € más, pero a mí no me compensarían por el tiempo y porque tendría que comprarme un coche y mantenerlo. Con lo cual lo comido por lo servido. Sin contar los nervios de conducir, sudo auténtica peste, sólo comparable a cuando he tenido que intervenir en alguna asamblea de mi organización política para llevar la contraria a lo grande. También he escuchado en mi sector que en tal consultora cobraban mucho más que en la mía, pero luego te enterabas que hacen horarios largos y con fines de semanas donde no está regulada la compensación. Un sector éste donde se puede llevar camisa y corbata y no tener cobertura sindical y lo que representa, aunque es verdad que como mi padre me explicaba de los 70’s, puedes irte a otra empresa con relativa facilidad. En cualquier caso, muchos compañeros ven como bien pagado oír una cantidad en total, pero lo que toca es contar pagas y luego ver cuántas horas se hacen, porque igual la sorpresa es que mirando por hora y teniendo en cuenta la estabilidad familiar, es una ruina. Y también otro tipo de “remuneraciones”, como formas de trabajar, flexibilidad y autonomía.

Porque en breve se volverá al tema de los sueldos en los ayuntamientos y cargos políticos, y volveré a pensar lo que pensé cuando vino la última nueva política sobre los sueldos. Que hablaban de cantidades netas y había que suponer que eran 16 pagas. Y se entablaban discusiones en redes sobre ir a comparar con el sueldo más bajo que se pudiese uno encontrar o con nosequién que decía trabajar sin contrato. O cada uno por los suyos. Pero si se supone que hablamos de trabajos de 40 horas semanales y que tienen estipuladas compensaciones por horas extras, trabajo en fin de semana o incluso nocturno, pues igual habría que argumentar que no se pueden comparar con la dedicación que requieren algunos cargos públicos de los partidos a los que voto, que las discusiones de hace siete años no parecían tenerla en cuenta.

Que sí, que el objetivo es ir hacia sociedades igualitarias y a igual trabajo igual salario, pero no comparando en cuanto a hora, no voy a hablar de otras cosas, peras con manzanas. Y sí, digo unas cuantas obviedades y muy ligadas a mi sector clase-medianero, pero hay que decirlas y saber parar con seriedad ciertos debates.

2 comentarios en “Si comparar es odioso, no hablemos de los sueldos

  1. Gracias por el post.
    No se si he logrado dar exctamente con el punto. ¿Que cuando comparemos salarios no debemos solo comparar netos y brutos sino las condiciones en ques e reciben ? Estoy de acuerdo.
    Especialmente horarios, que creo que es donde más se estira la cosa. Ojo a otras condiciones .
    Bien es cierto que hay un concepto nuevo, que mucha gente parece valorar y considerar un tojekn social: poder decirles a los demás, con el orgullo del martir, que tu trabajas más que nadie por menos que todo el mundo

  2. Laertes, a veces me lío, todo esto viene de las discusiones de sueldos de hace unos años con «la nueva política» y como contaban algunos lo que es un sueldo. En contraposición, mi padre obrero de la SEAT hasta hace unos años y teóricamente menos ilustrado tenía más claro que es el sueldo.

    Muchas gracias como siempre por sus comentarios e interés.

Deja una respuesta