Chuchango
En 1993, Jerónimo Saavedra (PSOE) presidía el Gobierno canario, con un Vicepresidente de la Agrupación Tinerfeña Independiente (ATI), Manuel Hermoso. Sin previo aviso, este vicepresidente presentó una moción de censura contra su propio gobierno. Contaba con los votos justos para salir presidente, pero cuando se acercaba la votación, se dio cuenta de que faltaban dos diputados. Lo mejor fue cómo encontraron a uno de ellos, Honorio García Bravo, diputado autonómico en aquel momento del Partido de Independientes de Lanzarte (PIL), según cuenta el periodista canario Juan Luján¹. Supieron que estaba en un hotel en Madrid, y cuando abrió la puerta de la habitación al supuesto servicio del hotel, le dieron un piñazo, como suele decirse en Canarias, y lo acompañaron «amablemente» al aeropuerto. Hay que decir que allí estaba escondido porque Saavedra le pudo haber prometido manga ancha con sus chanchullos, por los que más tarde sería condenado (y siguió; ahora él y su hijo están imputados en la operación Unión, esa en la que también está un familiar de la Casa Real).

Si se me permite el homenaje a Cercas, en la anatomía de este piñazo se condensa la historia de CC. Gracias a la moción de censura traicionera y matona, los restos del aparato franquista, la izquierda nacionalista y los empresarios que crecen en las riveras del poder político fraguaron un Frankenstein contra natura que sigue vivo, con continuas idas y venidas de grupos políticos, hasta el punto de que la política canaria de después de la Dictadura probablemente sea la más rica en siglas no sé si de España o «del mundo entero y parte del extranjero».

El grupo más importante de los que configuró esa alianza fue ATI, y sigue siendo el grupo más fuerte dentro de CC. Este partido combinó los restos del franquismo, que habían pasado por la UCD con parte del activo movimiento vecinal de los 70, dando un populismo de derechas chicharrero (es decir, de la capital de Tenerife). Por su herencia franquista, por no decir de la conquista (la parlamentaria en la Carrera de San Jerónimo, Ana Oramas, presume de ser de una familia que lleva unas 15 generaciones en Tenerife), mantienen el conchabeo con los «empresarios» de la recalificación, la subvención y las licencias. Por su pasado de movimiento vecinal, han contado de gran apoyo en barrios populares. Un populismo que no cuesta mucho catalogar de fascista, todo hay que decir. Lea cualquier domingo el editorial de El Día, órgano oficioso del pensamiento de ATI y periódico de mayor difusión en Canarias. Verán al «editorialista malabarista» decir que si se mezcla «la raza blanca con la negra» (sic), la blanca se echa a perder o, literalmente, que hay que bombardear la Universidad de La Laguna, por estar llena de ecologistas y canariones (naturales de Las Palmas).

Además, casualmente, cuando empezó a aflorar la corrupción de CC en Santa Cruz de Tenerife, Zerolo, alcalde de la capital (implicado en los casos de corrupción Teresitas, Forum Filatélico y Parque Marítimo), y El Día se dedicaron a defender la independencia de Canarias. Esto no es un problema para el PP, que defiende la unidad de España en Europa y pacta con un partido con tendencias secesionistas en África. Pero ya digo, lo del independentismo de CC tiene mucho de «sarpullo de corrupción».

Lo que sí está en el ADN de ATI es el insularismo caciquil. Esto es la búsqueda de la hegemonía chicharrera sobre Canarias: volver a una única capital en Santa Cruz de Tenerife (la actual está compartida con Las Palmas de GC), y controlar todas las decisiones de relevancia económica sin contar con los intereses de las otras islas, especialmente de la otra isla capitalina, Gran Canaria. Lo que nunca le ha faltado al entorno ideológico de ATI es el odio visceral a esta otra isla, Gran Canaria. Como prueba, se llegó a realizar una manifestación con unas cien mil personas (cuando en la isla vivían poco más de medio millón) para impedir que se crease una universidad en Gran Canaria.

Al origen de CC también contribuyeron la Agrupación Herreña Independiente (AHI) y la Agrupación Palmera de Independientes (API), partidos que han tenido una historia estable y parecida a la de ATI. En las islas occidentales no capitalinas, la historia de los partidos insulares es mucho más atribulada. No hace falta ser muy marxista para pensar que esta diferencia obedece a que el crecimiento económico ha sido lento en las islas occidentales, pero ha estado disparado en las orientales (la población de Fuerteventura o Lanzarote se ha más que duplicado desde 1991, mientras que en La Gomera, La Palma o El Hierro ha permanecido más o menos estable).

En esa moción de censura también estuvieron Asamblea Majorera (AM, de Fuerteventura) y el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL). Asamblea Majorera fue una de las patas de izquierda de CC. Se fraguó al calor de los movimientos sociales en contra de la presencia (asfixiante) de la Legión en la isla y de otras luchas sociales. La derecha franquista de la isla se afilió al PP, pero su líder, Domingo González Arroyo («el Marqués»), acaba de fundar un nuevo partido, Partido Popular Majorero (PPM), debido a las tensiones con Soria.

En cuanto al PIL, sería un partido más parecido a ATI, si no llega a ser por su líder natural, Dimas Martín, que hace que el PIL se parezca más al GIL. Para que se hagan una idea, en el primer momento de la operación Unión contra la corrupción en la isla conejera, había cierta confusión entre los no entendidos, pues se decía que había siete detenidos y ocho personas en prisión… Porque el cerebro del chanchullo era Dimas Martín, que lo dirigía todo desde la cárcel. Tanto AM como el PIL tuvieron escisiones en los 90, el Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL), creo que en el primer caso, más bien porque ser de izquierdas cerca de ATI es complicado, y en el segundo, porque el líder natural no hacía más que entrar y salir de la cárcel (ya tiene cuatro condenas firmes, pero no ceja el señor).

En La Gomera no cuajó una opción insularista. Bueno, a lo mejor sí, pero es el PSOE, que tiene una implantación muy fuerte en la isla, con Casimiro Curbelo de «líder nato» desde un tiempo remoto. En Gran Canaria, el declive de la UCD no condujo a una opción insular, sino que siguió como CDS, con la fuerza suficiente como para que Canarias fuese la única comunidad autónoma con presidente del dicho partido (si no me equivoco). Cuando se hundió el CDS, se reconvirtió en lo que actualmente es el Centro Canario Nacionalista (CCN), uno de los partidos que se integró en el nacimiento de CC, aunque se salió en 2002, y en la actualidad cuenta con algunos concejales, y con sospechas de financiación ilegal. Su actual líder, Ignacio González, es un ex-dirigente del PP, que salió del partido tras su relación con el «caso Bango» (apaleamiento de una militante del PP). Su padre está implicado en el pelotazo de Las Teresitas, en Tenerife.

La otra pata de izquierdas de CC, además de AM, era Iniciativa Canaria (ICAN), con mayor implantación en Gran Canaria. En este grupo convergía lo que había sido el movimiento de izquierda nacionalista en las islas, con fuerte implantación en los movimientos vecinales y en los «cristianos de base», como se decía antes, e Izquierda Unida (ICU, en Canarias). El líder de este sector, José Carlos Mauricio, es un orador excepcional, como pudo demostrar a su paso por el Congreso de los Diputados. Y es tan buen «vende madres» como buen orador. Primero vendió a la gente de izquierdas a la derecha más rancia de las islas, y posteriormente vendió a la gente de Gran Canaria a ATI. Pero como en las buenas pelis, al final tuvo su castigo. Se presentó por las siglas de CC al ayuntamiento de Las Palmas de GC en 2007, una ciudad con un censo electoral de unas 300.000 personas, y obtuvo unos 4.500 votos… todavía estamos esperando que dé la rueda de prensa para comentar los resultados…, ¡qué risa la de aquel día, oiga! (Impresiona mucho ver la foto del momento en que el PCE aceptó la bandera española, porque este señor estaba sentado a la derecha de Carrillo; llegó a estar en quinielas para Secretario Gral. del PCE). Así se explica que en algún momento la derecha paleta madrileña atribuyese a CC ínfulas subversivas.  

Todavía me queda algo más de siglas, Nueva Canarias (NC), aunque me dejaré muchas otras en el tintero, por no agobiar (y porque yo mismo me hago un lío). Román Rodríguez, el presidente canario en la anterior legislatura, llegó a presidente por la cuota «canarión de ICAN», y eso a la noble ATI le sentó fatal. Que alguien de la otra isla, y con algo de sensibilidad progresista, estuviese al frente de Canarias, no gustó. Un momento que ilustra este desagrado fue la manifestación contra el tendido eléctrico de alto voltaje en la corona forestal del Teide, Vilaflor. Un movimiento popular, que en un principio no contaba con más apoyo que el de los ecologistas, pero que consiguió sacar a la calle a 100.000 personas (en una isla de unas 800.000), según la policía local. Unas horas después, Román Rodríguez se presentó ante los medios de comunicación para anunciar que se suspendía la obra. Cuando se acercaron las elecciones autonómicas, ATI, con el apoyo de Mauricio, rompió el pacto de reparto de cuotas de poder en el seno de CC, lo que llevó a la salida del ICAN canarión, con una trifulca de estas de cambiar cerraduras de las sedes. Este nuevo partido ha conseguido cierta fuerza en Gran Canaria, pero no en otras islas, y es de los más perjudicados por el sistema electoral canario (por Gran Canaria, al Parlamento autonómico, CC obtuvo un diputado con unos 21.000 votos, mientras que NC no obtuvo ninguno con 46.000).

  Volvamos al «piñazo seminal», y veámoslo como un momento de esta sopa de siglas. Con el sistema electoral canario, que sobre-representa a los partidos insularistas de las islas pequeñas, el PSOE lo tiene muy complicado para gobernar en solitario. Por tanto, necesita pactar o lograr unos resultados excepcionales. Y pactar allí supone hacerlo con señores como Don Honorio, como hizo Saavedra. Don Honorio estaba en un partido insular, dispuesto a venderse al mejor postor, ya fuese porque se librase de la cárcel, ya fuese porque no le gusta que le den piñazos.

Y así sigue la política canaria, con los insularistas metidos hasta las cachas en diversas historias de corrupción, pactando y rompiendo pactos según el mejor postor (lo de Lanzarote, hábitat de Don Honorio, estos días no es más que nuevo episodio). Otra posibilidad sería pactar con el PP, poniendo la cabeza de Soria (ya les hablé del personaje) y de los protagonistas de las tramas corruptas de «Faycan», «Góndola» y «Eólo» como precio, de forma que CC no se aproveche del sistema electoral canario para estar siempre en la presidencia del gobierno, aunque no haya hecho más que perder votos desde hace varias elecciones.

Visto lo visto, no es extraño que en las manifestaciones populares en Canarias se coree «Coalición inmobiliaria» o «Unidos por Canallas»… Que conste que son la tercera fuerza en las elecciones autonómicas, con el 24,4% de los votos, por debajo del PSOE (35,0%) y del PP (25,5%).

Nota: ¹ Los artículos en los que cuenta esta historia han sido eliminados de Internet (sitio de www.canariasahora.com), sin que sepamos cómo ha sido posible.