Guridi
Desde los tiempos en los que se gestaba la infausta Ley Sinde, emergen periódicamente profetas de las redes que se golpean el pecho, vociferando el fin de los tiempos y propagando sin pudor ideas como que el gobierno de Zapatero pretendía acabar con la Democracia. La democracia entendida como webs de enlaces, que obtienen lucro por dar gratis el trabajo ajeno. España tiene un serio problema con la piratería. No ahora, sino desde hace tiempo. En España también tenemos un serio problema con las llamadas “entidades de gestión”. Tampoco desde ahora, sino desde hace mucho tiempo.
En España se da la paradoja de que, cada vez que se toca el himno nacional (la Marcha Real), hay que pagar al oscuro compositor al que Aznar encargó unos arreglos. Y, a la vez, nuestro mercado cultural es restrictivo, caro y escaso porque la piratería impide que sean rentables más del 80% de los discos, libros, películas o series de televisión que producen. No sólo en este país, sino en el resto de países del mundo. Los ocasionales “taquillazos” o “best-sellers” compensan en ocasiones lo ruinoso de dedicarse al sector cultural. Pero no todas las pequeñas editoriales tienen un “Harry Potter” o “Juego de Tronos” al que agarrarse, ni todas las productoras son capaces de lanzar su propio “Ocho Apellidos Vascos” cada año. Ni todos los conciertos son rentables, ni todos los que descargan una película van después a comprarla.
Como tantos problemas de este país, esto nunca se ha querido abordar en el momento en el que era fácil arreglarlo. Y ahora nos encontramos en una situación francamente complicada. Imaginad un Corte Inglés en el que nunca se hubiesen instalado cámaras, ni arcos antirrobo desde que se fundó. Que, desde hace incontables años, se hubiera conformado con poner unos guardias en la puerta; muy poco efectivos, pero que dieran una paliza de muerte por cada hurto que pillasen. A la vez, los precios de estos grandes almacenes subirían cada vez más, al mismo ritmo que sus pasillos estarían llenos de personas que tratarían de llevarse todo lo que no estuviese clavado al suelo. La Policía y las autoridades estarían igualmente divididas entre proteger a los ciudadanos de las palizas de los “seguratas” y en evitar que la gente entrase a los almacenes a robar, en lugar de a comprar.
Pues eso es lo que ocurre hoy en día con la cultura en España. Hay culpa para repartir por todas partes. Y los intentos de regulación actuales son torpes y mal recibidos. Las entidades de gestión y las operadoras de telefonía son mezquinas y avariciosas. A la vez, tenemos a respetados abogados, columnistas de lo electrónico y líderes de asociaciones sin socios que viven holgadamente de defender que robar está bien.
Cuando se ha intentado consultar a todas las partes para llegar a un acuerdo razonable, lo único que se encuentra son caras largas y posiciones maximalistas. Unos creen que hay que defender la cultura con métodos de los primeros años del siglo XX y otros, creen que los artistas pueden vivir del aire o del mecenazgo.
Cada legislador que se mete en esta zona pantanosa, recibe insultos, odio y amenazas en lugar de consejos o posturas que sirvan para llegar a un acuerdo. Son pocas personas en cada una de las partes y no quieren repartir las sustanciosas ganancias que reciben de mantener el Status Quo actual. Ni las adineradas entidades de gestión, ni los llamados “gurús” quieren renunciar a sus tertulias televisivas, chalets en Majadahonda y a vivir de gratis, en general.
Tanto la defectuosa Ley Sinde, como la actual “Ley Google” podrían haber sido mucho mejores si los legisladores hubieran sido mejor aconsejados. Y ambas se van a mostrar terriblemente ineficaces en los objetivos que pretenden conseguir.
Entiendo que al PP no le importe demasiado, dado que tienen una concepción de la cultura propia de las clases altas del franquismo, esos tiempos en los que para ser considerado intelectual, debías ser un ñoño como Ansón o Pemán, un ocioso de buena familia o bien, ser un ingeniero de Caminos con pretensiones. Lo demás era degeneración y subversión. Al PP no le importa legislar estos temas a golpe de decreto y atar corto a los autores con un mercado agonizante, subvenciones escasas e impuestos abusivos. Como tampoco le importa que la gente no pueda ir al cine o al teatro, porque todo el mundo sabe que el que no tiene dinero es porque lo malgasta o porque no trabaja.
El caso del PSOE es un poco más sangrante. Los socialistas siempre han sentido un vínculo especial con las gentes de la cultura y de la prensa, de la misma manera que han sentido que su deber es hacer la industria cultural más viable, más accesible, más libre y más autosuficiente. Sin embargo, se encuentran en mitad de un fuego cruzado. Para los que no quieren evolucionar, es flojo con la piratería y, para los que creen que cultura es citar de memoria episodios de series sobre traficantes de drogas, el PSOE es el partido que pretende meter en la cárcel a todo aquel que posea un ordenador.
El portavoz de Cultura del PSOE en el Congreso de los Diputados es una de las mejores personas que conozco. Para alguien como él, es dolorosamente incomprensible que le llenen el e-mail de amenazas, en lugar de peticiones de cita para charlar del tema con un café. El café será de comercio justo y, además, invitará él. Tal vez, sólo tal vez, si alguno de los furiosos internautas estuviera dispuesto a convencerle, en lugar de insultarle, podrían surgir una serie de interesantes charlas, en las que hasta sería posible encontrar soluciones razonables y no una serie de chapuzas legislativas, que no contentan a ninguna buena persona.
Se llama José Andrés Torres Mora. Lee todos sus mails y no racanea su tiempo, su bonhomía, ni su atención. Pedidle que os invite a un café.
No sabes Guridi, cuan de acuerdo estoy con tu retrato y tu planteamiento. También de la semblanza que haces de Torres Mora, orador como los que ya no hay. Un atisbo de civilización y lucidez en esta decepcionante colección de simplezas en las que se ha transformado la política nacional.
Amén a todo. Incluso a lo del café con J. A. Torres Mora, que me parece uno de los diputados más interesantes, de los que dignifican la institución y la polïtica.
Divertido artículo el de hoy tras la escritura del cual el articulista se habrá quedado tan Villa (si hubiese sido del PP hubiese puesto Pancho, pero como es del PSOE Villa queda más adecuado al superior nivel cultural de quien no ha necesitado ser ingeniero de caminos con pretensiones para entender la realidad del pais, en su diversidad política, en el tema que nos trae.
Yo, como votante del PP en excedencia, estoy clasificado como ñoño emulador de Pemán, cosa en la que el articulista acierta, ya que, diariamente y a la misma hora, lo emulo y me tomo mi buen Tío Pepe con tapa diversa, ya que en esos momentos siempre soy » el «de-vino» impaciente».
Hoy, en El País, escribe Ramón Jauregui un artículo (“Señor Juncker, queremos otra Europa”) en el que valora positivamente -”un signo de esperanza”-, el papel que puede desempeñar Juncker:
“(…) En este panorama, la elección de Juncker como presidente de la Comisión por el Parlamento Europeo es un modesto signo de esperanza. Viejo zorro en el bosque institucional europeo, Juncker ha ofrecido un programa posibilista de moderada ambición (…) Es un programa serio, prudente, enfocado al corto y medio plazo (dos o tres años). Pero excesivamente técnico: una serie de proyectos complejos, difíciles e importantes no suman una visión de futuro para Europa. Falta ambición política: la unión fiscal y la unión política ni siquiera se mencionan. Quizá, recién estrenado, Juncker no pueda hacer otra cosa (…).”
http://elpais.com/elpais/2014/07/24/opinion/1406210581_117038.html
No parece que el voto negativo a su “investidura” por parte de Jauregui y sus compañeros sea lo que va aportar la ambición política que echa en falta (un voto, además, que se decidió antes de conocer su programa). Una de las cosas que no ha aclarado Sánchez es si a partir de ahora, en coherencia con su voto, los eurodiputados socialistas españoles van a estar en la oposición a Juncker o, solucionado el gesto de estética doméstica, van a actuar con sensatez y responsabilidad.
Pero lo más interesante hoy, en las páginas de opinión de El País es el articulo de Victor Lapuente sobre las primarias y otros experimentos (“¿Cada cuánto tiempo hay que regar el PSOE?”). Entre sus muchas observaciones lúcidas, esta:
“(…) expandir el número de electores no tiene por qué aumentar la fiscalización de las cúpulas de los partidos por parte de los militantes de base. En palabras del politólogo Richard Katz, las primarias pueden dar la apariencia de democracia, pero sin su sustancia: abrir el partido puede ser incluso una estrategia de la élite del partido para quitarse de encima el control que ejercen los siempre molestos cargos intermedios. Las primarias pueden así desembocar en un sistema cesarista (Politikon, La urna rota, 2014), en el que las bases se limitan a elegir, o más bien a ratificar, a un líder liberado de contrapesos internos (…)”.
http://elpais.com/elpais/2014/07/14/opinion/1405361775_054909.html
Me ha gustado porque expresa muy bien algo que yo, más torpemente, quería decir ayer cuando criticaba que Sanchez retara a los eurodiputados críticos con su orden de votar no a Juncker a exponer su disconformidad ante la base en cualquier agrupación.
Como apoyo a la cultura os paso el video de la consejera de cultura en el gobierno socialista de Andalucía.
Esperemos que haya surtido efecto positivo la acción que se llevó a cabo en el mercadillo. En Madrid ya se consiguió un fuerte avance cultural con la reposición del anuncio del Tio Pepe en la Puerta del Sol. ……. Pemán descansará tranquilo.
http://www.youtube.com/watch?v=14j9r5MkS34
Por si alguna vez el articulista tiene necesidad de refrescar el concepto «zeñorito andalú» y en el que establecer las diferencias entre los claros y genuinos representantes del término, lógicamente siempre gente del PP, le paso la imagen de lo que se puede entender como «abnegado currante», en este caso del PSOE, posible representación gráfica de la antípoda del «zeñorito» . Antonio Fernandez y su imagen puede servir como ilustración de abnegado currante. Para convertirse en «zeñorito» tendría que aistir a un curso de formación y aprender, ente otras cosas, a portar el sombrero.
http://sevilla.abc.es/andalucia/20140724/sevi-alaya-acusa-junta-conceder-201407241534.html
Confieso que en el tema de la ley de Propiedad Intelectual ya me he perdido, y mira que lo he intentado. Lo que he leído me parece un disparate. Además es un tema recurrente del nuevo talibanismo de izquierda, instalado en el gratis total, para expulsar del templo a todo discrepante. No me extraña lo de Torres Mora. Me parece, en cualquier caso, que se está intentando poner puertas al campo. O directamente privatizando el campo. Ayer uno de los expertos, en la SER, era incapaz de responder a muchas dudas. Claro que sólo era un experto.
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Leo que la Señora «primariasabiertas» se va a incorporar a la ejecutiva de Sánchez. No cabe duda que lo que más unifica es el poder.
En efecto este es un tema complejo y delicado, en el que es inevitable el caer en reduccionismos, lo que hace muy difícil su solución. Hay tantas cosas… Me gustaría comentar algunas pero no tengo ni demasiado tiempo ni demasiada inspiración en este momento…
Se culpa en el texto a la pirateria de impedir la rentabilidad de diferentes productos del sector cultural. Discrepo. En el caso de los libros el formato electrónico tiene un impacto aun moderado sobre el mercado. Por el contrario observamos desde hace décadas una auténtica inundacion de títulos por parte de editoriales de todo tipo. El juego consiste en comercializar muchos más libros de los que pueden vender, con la esperanza de soterrar a la competencia y si es posible dar algún pelotazo. A pesar de todo el negocio del libro si se desentiendo del formato digital tiene futuro: que dejen de vender versiones digitales y la gente que quiera leer comprará libros en papel, como toda la vida. Ah… pero queremos las ventajas de la digitalidad (difusión rapida, notoriedad, etc) y vender mucho de todo… Todo no puede ser. Y tampoco puede ser por lo visto disponer como en Francia de una oferta amplia de libros low cost, formatos de bolsillo accesibles para todos que completen la oferta y permitan comprar mas libros con el mismo dinero. En libros de no ficción por disciplinas la oferta es ridícula. Casos como los libros de divulgación científica o de historia son sangrantes por la escasez de oferta en bolsillo (el primero algo menos que el segundo).
La piratería al único sector que realmente amenaza objetivamente es a la música, ya el libro en papel ofrece una experiencia distinta que puede ser comercializada y el cine tiene en las salas su gran baza. Si libro o cine no funcionan, no es por culpa de la pirateria. Por su parte la musica ya ha implementado soluciones de pago tipo Spotify que permiten empezar a ofrecer alternativas a la descarga si uno es realmente consumidor de música, porque no hay que confundir el consumidor genuino con el que tiene un producto porque lo descarga gratuitamente. Por lo demás, es que no hay que olvidar que la música tenía tras la llegada del CD un negociazo: un soporte con una calidad excepcional dificilmente reproducible. Gracias al mismo mandaron al vinilo a la basura, asi como a la cinta de toda la vida (que todo el mundo se copiaba y no pasaba nada, especialmente cuando empresas del negocio como Sony tambien se dedicaban a venderlas), pero oh sorpresa, un dia se despertaron y descubrieron que los usuarios podían duplicar archivos musicales en formato digital y distribuirlos a gran escala. «Ladrones», «Piratas», les llamaron, y ahí quedó ese deleznable mote, que por cierto en tiempos zapateriles fue ampliamente utilizado en las campañas antidescargas. Y el tiempo pasa, aquí estamos y yo ya me voy.
Pujol y familia mantienen el morrazo hasta para presentar esa confesión en pro de la «expiación» de sus pecados. ¡Y qué agenda tan complicada la suya que no han encontrado un momento bueno para regularizar sus dineros ocultos! Lo único que ha quedado claro es el poco olfato del patriarca -el padre de don Jordi-, que, según la confesión, reservó el dinero para que la señora Ferrusola y sus hijitos no quedaran desvalidos… pues desconfiaba de que el inquieto Jordi se ganara la vida dedicándose a la política. No supo sospechar el buen hombre lo rentable que iba a ser a esa familia enarbolar la senyera. Y la cara de tontos que se le debe -o se le debería-, estar poniendo a tanto nacionalista catalán.
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Si ayer viernes destacaba un lúcido artículo en El País de Victor Lapuente sobre los cambios que experimentaba el PSOE (elección directa del secretario general y primarias abiertas), hoy merece la pena destacar, por lo contrario, uno que firma un tal Matt Browne -investigador de no sé que think tank-, sobre «La renovación en el PSOE» que es todo un compendio de obviedades, perogrulladas y alguna que otra invención por parte de alguien que ya empieza calificando a Sánchez como… «carismático» (¡?). Claro que luego dice conocerlo o sea que igual hasta son amigos. Invoca unos inverosímiles paralelismos con la resurrección del Partido Demócrata americano y el P. Democrático italiano, de la mano de Obama y Renzi y termina evocando aquella época de renovación que, según él, supuso la tercera vía de Blair/Giddens. ¡Pues que bien! (¡que manera más tonta de llenar páginas en El País!).
De los creadores «España nos roba» llega «no he tenido tiempo en 34 años de regularizar mis cuentas en Suiza».
( Mas y Rajoy ya tienen un tema para hablar : Suiza )