La iniciativa de Ginebra: una ventana a la esperanza

Antesala 

Una buena parte de los ciudadanos del Israel de nuestros días nació en tierra santa. Otros lo hicieron en algún campo de refugiados, en el camino entre una Europa derruida por las bombas y la tierra prometida. Difícilmente podremos encontrar familias enteras que hayan sobrevivido a los campos de exterminio nazi. Sin embargo, o quizás por eso, los ecos del holocausto resuenan en cada rincón del país. David Grossman se refirió al Israel de los años 50, en el que nació, como un lugar de susurros, de silencios y de gentes gritando en medio de sus pesadillas. La sociedad israelí de nuestros días es un producto de este pasado terrible y de una sucesión de guerras, de atentados terroristas y de amenazas a su propia existencia, que ha dotado al carácter de los israelíes de una profunda angustia, de un estado permanente de alerta, de la sospecha de que, en cualquier descuido, algún enemigo al acecho podría abalanzarse sobre ellos para borrarles de la faz de la tierra. 

 

La mayoría de los Palestinos nacieron en algún lugar de Judea y Samaria, muchos de ellos lejos de la tierra de sus padres, en campos de refugiados, en el exilio forzado por la diáspora ocurrida tras la destrucción de sus aldeas durante el Plan Dálet. A pesar de ello, o puede ser que por eso mismo, una de sus ensoñaciones más recurrentes es el retorno a un hogar que, en muchos casos, ya no existe más que en títulos de propiedad polvorientos, guardados en el cajón de los tesoros familiares. Mahmoud Darwish definió el drama de los palestinos como el de una nación que sólo es lenguaje, un pueblo cuyo único sustrato son las brasas de la cólera. La nación palestina es el resultado de la sucesión de humillaciones ocultadas en los archivos confidenciales de la alta seguridad del Estado de Israel, de la aplicación implacable de acciones de castigo que se proclaman en consonancia con ideales de justicia, de la propia negación de su condición de pueblo durante años. Todo este padecimiento ha hecho del palestino un pueblo infinitamente paciente, que aguarda el momento en que otra justicia se abra paso en una tierra que será la de sus hijos.

 

Uno de los puntos de colisión de estos dos pueblos forjados a sangre y fuego es el del retorno de los refugiados. Los palestinos despojados de sus pertenencias, sus hijos y los hijos de sus hijos reclaman sus propiedades más allá de la línea verde, proclamando que el tiempo corre a su favor, que un día volverán a poblarse las aldeas de los árabes desposeídos por las tropas de Ben Gurion. Pero tal afluencia de refugiados, que podría ser de hasta cuatro millones, daría lugar a un cataclismo demográfico, desjudaizando el Estado de Israel y amenazando su existencia misma como hogar del pueblo judío. 

 

Las conversaciones de Camp David del año 2000 fracasaron por asuntos como éste, en el que las demandas irrenunciables de ambas partes son incompatibles. Arafat se desmarcó de las conversaciones aludiendo que cualquier acuerdo que no contemplara el retorno de los refugiados se encontraría con la oposición de su pueblo. Por su parte, a Barak se le reprochó que tomara sus decisiones en clave de política interna, permanentemente alerta a los efectos que cualquier concesión pudiera tener sobre la estabilidad de la coalición que sostenía su gobierno. 

 

Quizás este aspecto ejemplifique uno de los principales escollos en cualquier negociación entre palestinos e israelíes: la recurrencia a la opinión pública como espada de Damocles, el derecho de veto otorgado a dos pueblos cegados por las pasiones desatadas por un conflicto de elevada carga emocional. Cualquier acuerdo que tenga vocación democrática, o de mera supervivencia, requiere el respaldo mayoritario de las sociedades de ambos lados. Pero ocurre que los gobernantes son particularmente sensibles a las reacciones del pueblo, encarnado en muchas ocasiones sólo por facciones minoritarias, que representan a muy pocos, pero que gozan de elevado impacto mediático. Cada posición que se presenta como inalienable, cada demanda que se plantea como irrenunciable, está rodeada por la sospecha de ser una mera táctica para alterar el poder de negociación de las partes o para dilapidar cualquier posibilidad efectiva de acuerdo. Mientras exista la percepción de que es posible obtener una resolución diferente, en la que una parte salga mejor parada a costa del contrario, las opiniones públicas la exigirán y, en consecuencia, esas demandas se incorporarán al pliego de condiciones irrenunciables de los negociadores, dificultando -si no haciendo imposible- cualquier atisbo de acuerdo. 

 

Por ello es preciso preparar a la opinión pública. Se ha de trasmitir la idea de que es necesario transigir en algunos aspectos a cambio de concesiones en otros ámbitos, que la paz sólo es posible si se hacen renuncias dolorosas, que la solución final no será plenamente satisfactoria para ninguna de las partes, sino sólo la mejor que se puede acordar entre ellas. Pero el éxito de un proceso negociador también requiere que se elimine el efecto del escrutinio del pueblo sobre los detalles del acuerdo, presentarlo como un todo inmodificable, sujeto a la aprobación de la población en su totalidad y sólo en su totalidad. Sólo así se puede evitar que pequeñas demandas en el curso de la negociación desencadenen una espiral de beligerancia entre las partes, alentada por algún grupúsculo aislado que, como ha ocurrido en numerosas ocasiones, pueda dar al traste con un acuerdo definitivo.

 

La iniciativa de Ginebra, respaldada por políticos e intelectuales, palestinos e israelíes, al margen de sus respectivos gobiernos, propone un marco de acuerdo de paz definitivo, en línea con la propuesta de Camp David, tras el que se acabaría el conflicto y que pondría fin a las demandas de ambas partes. El borrador propone la existencia de dos Estados contiguos con reconocimiento mutuo, la transferencia a Palestina de Jerusalén Este, la gestión compartida de los Santos Lugares de Jerusalén, la anexión a Israel de los asentamientos de Cisjordania cercanos a la línea verde a cambio de territorios de las mismas dimensiones y de la misma calidad en la franja de Gaza, el desmantelamiento del resto de asentamientos, la solución y archivo definitivo de la causa de los refugiados mediante indemnizaciones y la garantía de seguridad que proporcionaría la desmilitarización del Estado Palestino y un despliegue de fuerzas internacionales de interposición. El grupo de Ginebra presentará a las partes una propuesta de fronteras que se habrá de aceptar -o rechazar- en su totalidad, pero no modificar. De esta forma, se conseguiría evitar que las pretensiones de unos pocos puedan dar al traste con un acuerdo integral.

 

El borrador tiene la virtud de haber interferido en las agendas políticas de los gobiernos, preocupados en exceso por cálculos electorales. Pero, asimismo, el grupo constituido para impulsar el acuerdo está tratando de imponer una agenda propia en el discurso público, preparando a las sociedades israelí y palestina para las concesiones que se habrán de hacer y, sobre todo, demostrando que existe un espacio para el acuerdo, un lugar común que pueda ser aceptado por estos bandos enfrentados desde el origen de sus existencias. 

 

Ni los más optimistas habrían pensado que Hamás llegara a reconocer a Israel o que un Primer Ministro israelí manifestara que se equivocaron al pensar que podrían construir un Estado judío democrático y sin violencia, que pudiera vivir en armonía con sus vecinos, o que los colonos deberían replantearse su existencia en una tierra, Judea y Samaria que, junto a Jerusalén, habrá que legar a los palestinos. Estas palabras, en el marco del acto de recuerdo a Rabin de hace unos días, han tenido lugar en un momento en el que el Presidente Peres anunciaba en la ONU la voluntad de Israel de retomar las conversaciones de paz. Las próximas elecciones a la Knesset, en febrero próximo, volverán a pendular en torno al conflicto. Y la opinión pública israelí favorece la vuelta a la mesa de negociaciones. Es éste un momento inmejorable para tratar de solucionar un conflicto que lleva infligiendo dolor a dos pueblos desde que se reencontraron hace ya algo más de sesenta años. Confiemos en que no se cometan los errores del pasado y podamos ver un acuerdo de paz definitivo y duradero.

 

 

 

 

 

 

14 comentarios en “La iniciativa de Ginebra: una ventana a la esperanza

  1. Felicidades por el artículo. Yo creo que se perdió una oportunidad de oro en las conversaciones de Camp David en el 2000. Y creo que en esa ocasión Arafat tuvo que haber sido más pragmático. Efectivamente el asunto más difícil fue el retorno de todos los refugiados. Israel sólo aceptaba el retorno al territorio del futuro Estado palestino, aunque se admitiría que un número reducido regresara a Israel en el marco de la reunificación familiar. A cambio se recompensaría a los refugiados con dinero de un fondo internacional de $30.000 millones que serían recaudados para tal fin.
    En el resto se pusieron más o menos de acuerdo.
    La cuestión palestina es muy muy compleja, tiene demasiados actores, hay demasiadas heridas y desconfianzas. La iniciativa de Ginebra es una reedición de Camp David en el 2000. No soy muy optimista, la verdad. Pero habrá que intentarlo.

  2. ¿Hay alguien ahi?
    Es comprensible que tengamos todos un cierto escepcticismo ante la enesima reedición del proceso de paz palestino-israelí, pero hombre, de ahi a dejar el contador de comentarios en uno, no me parecen maneras.

  3. Plantear un tema de política internacional y darse una desbandada es todo uno. De repente, todos los blogueros están ocupadísimos con sus diversos quehaceres. Bueno, igual no soy la más indicada para hacer este tipo de comentarios, pero bueno, allá va el tercer comentario del día. ¿Alguién da más?
    Estoy de acuerdo con lo que plantea Antesala, aunque igual añadiría una cuestión que no me queda muy clara: ¿qué va a pasar con los refugiados palestinos? Vale, pongamos que no pueden volver a sus tierras de origen porque supondría un problema demográfico my serio. Pero a estos cuatro millones en algún sitio hay que «meterlos». Por lo que sé del tema, muchos viven en campos de refugiados, en condiciones muy precarias. Eso habría que abordarlo de un modo u otro. Tampoco se pueden quedar en esos campos toda la vida.

  4. Y allá va el cuarto comentario del día. Para que no parezca domingo…
    Bueno, tan sólo quería hacer una mención a lo sucedido ayer en India… me matizo a mí mismamente: lo que sucedió ayer y lo que está pasando ahora. Es terrible, tanto por el número de muertos como por la incierta situación de los rehenes, entre los cuales hay algún español según creo.
    Y como nota aparte, el hecho de que estuviera en uno de los hoteles la presidenta de la Comunidad de Madrid. Tuvo suerte.
    Resulta un tanto inquietante que de tanto en tanto aparezca un grupo de terroristas y monte una cacatúa de ese estilo. En este caso, lo que más me ha llamado la atenció, al menos po rlo que tengo entendido, es que están luchando en el hotel militares indios contra los terroristas. Eso sí que suena un tanto inusual. De todos modos, insisto, preocupa la suerte de los rehenes.

  5. Un artículo excelente! Sólo echó en falta una referencia a un elemento que considero indispensable para que la paz ya pergeñada, llamese iniciativa de Ginebra o Parámetros de Clinton según lo negociado post-Camp David en Taba, pueda materializarse.Creo que la desconfianza entre ambas partes es tan profunda que no se atreveran a dar los pasos necesarios sin la asistencia de la comunidad internacional en forma de garantías sólidas sobre el cumplimiento forzado de las concesiones de la otra parte. Con Obama al mando dichas garantías no son impensables.
    Los obstáculos son muchos pero la paz es tan posible en Palestina como en cualquier otro lado siempre que haya voluntad política y se cree la confianza.

  6. Un quinto y acabo… Es que he visto que le han dado el Premio Cervantes a Juan Marsé. No sé qué valoración les merecerá a los blogueros. No he leído mucho a Marsé, pero lo poco que he leído me ha gustado: escribe con fuerza, con gancho, y sus historias son realmente interesantes.

  7. Era el sexto del día. Parece que los blogueros despiertan de la siesta. Sí, es verdad lo que dice Mimo Titos: el artículo de hoy es excelente. Felicidades, Antesala

  8. Es una lastima que un articulo tan bien elaborado por Antesala,se vea diluido como un azucarillo, por la actualidad mas inmediata.
    Incluso he llegado a pensar ante la carencia de comentarios,que Ignacio Sanchez-Cuenca tenia sus razones para pensar que detras de ciertos nicks se encuentran personalidades relevamtes en nuestra politica.
    Decia nuestro apreciado profesor:
    ***
    «Efectivamente, como muchos sospechaban, el alias Pormiquenoquede corresponde al mismísimo José Luis Rodríguez Zapatero.»

    Comprenderan que no haya venido ,hoy esta muy ocupado con su «Nuevo paquete de medidas».
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    «Barañain es María Teresa Fernández de la Vega.»

    Mira por donde la estoy viendo ahora junto a PMQNQ en el Congreso escuchando al portavoz del PNV.
    ****
    «Sicilia es el nombre falso de Pedro Solbes.»

    En este caso I.S.C.,como yo mismo demostre,se equivoco,Sicilia no es Pedro Solbes es ,segun el mismo afirmo, Alfonso Guerra.
    El ha tendido tiempo de venir ,leer el articulo y pegarle la bronca,sutilmente a sus compañeros en el gobierno….jeje.
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    «Detrás del nombre de Pratxanda se esconde Carme Chacón. Fernando, sí, el de la bombilla, es Bibiana Aído en sus momentos de máxima inspiración. Miguel Sebastián es Miguel Sebastián.»

    Como veis todos estan sentados en sus respectivos asientos azules…en el Congreso de los Dipus.
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    «Ricardo Parellada, aunque no se lo crean, es Magdalena Álvarez. Tras Don Cicuta se agazapa Alfredo Pérez Rubalcaba. Mimo Titos, como su propio nombre indica, es Miguel Ángel Moratinos.»

    Mas de lo mismo,teniendo en cuenta que hoy El ministro Moratinos esta de un lado para otro…aunque creo que Mimo Titos es otra personalidad relevante y que no comprendo como no ha venido a darnos su opinion…ejem.
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    «Magallanes, agárrense, es Gordon Brown, que se ha colado en el foro.»

    Por supuesto esta muy atareado bajandoles el IVA a los subditos de la Reina…¡¡¡God save the Queen!!!

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    «Y Amistad Cívica es el Padre y el Espíritu Santo (el Hijo sigue siendo ZP).»

    Como veis estoy viendo aqui en las alturas como mi amado hijo se gana la confianza de los populares con su nueva bateria de medidas para paliar la crisis y el desempleo…¡¡Aleluya ,Ziluminatius!!…cantan el coro de angeles que rodean a mi Espiritu Santo.

    Dentro de unos dias celebrareis el nacimiento de mi hijo Jesus,que luego los humanos le convirtieron en Cristo para alterar la convivencia en las escuelas españolas.
    Pero mas alla de essos problemas espureos propios de un sentido religioso desencajado de la curia romana,quiere felicitar a la Virgen Maria por haber hecho de su pensamiento palabra y obra ,un deseo anelado por ella misma ,que era solucion de los problemas de la humanidad.
    Me dio otro hijo y ese es El,al que admiro y al que mando todo mi apoyo ,como Dios manda.
    Mi hijo,Ziluminatius…¡¡Aleluya ,Ziluminatius!!…cantan el coro de angeles que rodean a mi Espiritu Santo.

    Determinacion es la palabra que tienen grabada en su frente…aunque en el hemiciclo del Congreso se sigan diciendo que sus medidas economicas no tienen ni pie ni cabeza….JAJAJA….que nervios

    Asi que no te sientas frustrado por los pocos comentarios,apreciado Antesala,seguro que lo que tu has escrito esta en sus agendas mas inmediatas.

    Gracias por tu articulo.

  9. Por una parte se puede considerar malo poca gente comentando, pero por otra es una oportunidad para seguir el debate. A veces con tantos comentarios y tan cruzados me pierdo. El tema; complejo, repetitivo, antiguo, violento, vinculado a la mala conciencia europea… hace que sea difícil opinar. Para empezar si miramos hacía atrás el estado de Israel no tiene demasiado sentido, pero a estas alturas alguna solución tendrán que encontrar, ¿no? Para empezar hablar de acuerdos con Israel, o con mediadores internacionales hace reír, o llorar, ¿Israel ha cumplido alguna de las resoluciones de la ONU que le afectan? ¿Cumple sus acuerdos con Palestina o alguno de sus representantes? Por ejemplo, ha sido Israel quien rompió el último alto el fuego que tenia pactado con Hamás. Por otra se habla de paz y queda bien ¿pero puede haber paz con un estado Palestino inviable en el que los colonos se quedan las mejores tierras e Israel controla los recursos de la zona como el agua? Podía seguir así, mis simpatías son claras con el pueblo palestino, pero el tiempo juega en su contra, los hechos consumados es lo que acaba valiendo. Por cierto, aparte del apartheid israelí con los palestinos, ¿como se puede hablar de los arabes de nacionalidad israelí? sería difícil calificarlos de ciudadanos. Creo que no tiene sentido un estado judío, como no tendría sentido un estado cristiano, por lo menos no es un sentido religioso. El futuro-futuro, más allá del futuro, es un estado “multiconfesional” que integre todos los territorios, no sé si el primer paso sería una federación o que. Y mientras pues se seguirá discutiendo, los Palestinos luchando como les dejan e Israel con toda su maquinaria bélica apoyada por el Imperio y con actuaciones dignas de… ¿cómo calificar las venganzas a los familiares de los luchadores palestinos sin ofender demasiado?

  10. En pleno ambiente de estar inmersos en una depresión global con miles de desempleados en todos los países, Antesala nos recuerda que existe el problema de la inalcanzable paz entre Israel y Palestina y que, además, hay un nuevo plan Ginebra que podría ser la levadura que permitiría empezar a levantar esa paz. Ante todo, me parece genial la definición del pueblo israelí actual: «La sociedad israelí de nuestros días es un producto de este pasado terrible y de una sucesión de guerras, de atentados terroristas y de amenazas a su propia existencia, que ha dotado al carácter de los israelíes de una profunda angustia, de un estado permanente de alerta, de la sospecha de que, en cualquier descuido, algún enemigo al acecho podría abalanzarse sobre ellos para borrarles de la faz de la tierra.» Es muy difícil asi que sus líderes puedan convencerles de que hay que ceder, que no puede haber una paz en la que ellos se queden con todo lo que han conseguido por las armas y que los palestinos se resignen a aceptar una paz sin ninguno de los puntos básicos que exigen. Tiene razón Mimo Titos cuando afirma que «la desconfianza entre ambas partes es tan profunda que no se atreverán a dar los pasos necesarios sin la asistencia de la comunidad internacional en forma de garantías sólidas sobre el cumplimiento forzado de las concesiones de la otra parte. Con Obama al mando dichas garantías no son impensables.» Pero claro, eso exige otro caso de tropas de la ONU o de la OTAN sustituyendo el actual muro (retranqueado hacia Israel por supuesto). Repetir lo de la separación de Servios y Albanokosovares o de surosetios y georgianos mediante tropas de observación. O lo de los libaneses Hesbolanos e Israel. Pero si Israel ha aceptado esto último ha sido porque las tropas de intersección están todas en territorio libanes, Israel no ha renunciado a un solo ápice de su territorio. Bueno, lo que está claro es que ningún plan Ginebra es posible sin la intervención de EEUU. Y, curiosamente, tambien aquí, la paz en Israel tiene repercusiones electorales, dada la facilidad con la que los americanos de ascendencia judía asumen las tesis mas intransigentes. A este respecto, cito unas frases de un excelente artículo del Herald Tribune de hoy, escrito por Aaron David Miller. Dice: «En los últimos 16 años (8 con Clinton y 8 con Bush) hemos dejado que nuestras relaciones con Israel se hayan desequilibrado. Esto ha perjudicado la credibilidad de EEUU, particularmente en orquestar la paz entre árabes e israelies. Varios factores han sido los causantes. El primero nuestra tendencia a dejar que los israelies tengan demasiada influencia sobre nuestra estrategia y tácticas en la dirección de un posible acuerdo de paz. Principalmente, el decisivo impacto que un apabullante primer ministro israelí suele tener sobre un presidente de EEUU. Es lo que yo llamo «el lobby judio número uno». En efecto, Ehud Barak convenció a Clinton para que la reunión de Camp David fuera un «o aceptais ahora o nunca más», y Ariel Sharon convenció a Bush para que la hoja de ruta para alcanzar la paz lo diseñara él. Demasiadas veces hemos acabado siendo el abogado de Israel y no el árbitro entre ambas partes. Una cosa es proteger la seguridad de Israel y otra permitir que los israelies secuestren nuestra visión de cómo alcanzar la paz.» ¿Habrá escrito este artículo justo ahora que Obama tiene que escoger un nuevo Secretario de Estado? El autor ha sido consejero de anteriores Secretarios de Estado sobre negociaciones de paz entre Israel y Palestina. Obviamente, no con mucho éxito.

  11. Joer…..
    Como para el cálculo de las medidas económicas anticrisis se hayan utilizado los mismos parámetros que los usados para calcular las plazas de avión necesarias para rescatar a los afectados por la crisis de Bombay, vamos dados. Aparentemente el avión solo disponía de la mitad de plazas que personas a evacuar. Dicen que el resto volverá en un avión enviado por Francia, que aún no se sabe donde está ni cuando llega, según comentan los afectados.
    Aznar respira aliviado, …………… esta vez la culpa es de Sarkozy.

  12. Ahora, esta mañana, aquí en la oficina, leyendo los comentarios sobre la situación de Israel, la guerra permantente entre Israel y Palestina, lo que debe ser vivir en Palestina, o en Israel, lo que debe ser haber estado estos días en Bombay y pensando un poco en nuestra historia, española, europea y mundial, quizás lo raro realmente es la paz, aunque nos intentemos convecer de que somos otra cosa.

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