Ignacio Sánchez-Cuenca
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Discúlpenme que hoy no les hable de Zapatero, ni de Rajoy, ni del Manifiesto por la lengua común, ni del referéndum de Ibarretxe, ni de la crisis económica, ni de pirronadas pirrónicas… Hoy me propongo hablar, más bien, de la mano invisible. Y no de la Adam Smith, sino de una todavÃa más misteriosa, callejera y discutidora.
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Déjenme que les explique. A tenor los artÃculos y comentarios que se escriben en este foro, muchos parecen pensar que un blog es un orden espontáneo neguentrópico. Osease, que un blog es causa sui y que nadie interviene en su construcción y mantenimiento. Todo el mundo cree que el blog en el que participa es suyo y, por eso, cada uno dice lo que le da la real gana.
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Sin embargo, tras un momento de reflexión, muchos se dan cuenta de que alguien, o mejor dicho Alguien, está detrás del blog, manejando las teclas entre calores no menos infernales que los de una sala de máquinas de un barco cochambroso. Porque en el fondo saben que hay Alguien ahà detrás, con harta frecuencia los blogueros se vuelven exigentes y puñeteros: piden a la mano invisible que censure no sé qué comentario soez, o que por favor corrija el rumbo del blog, cada dÃa más pedante y menos pegado a la palpitante actualidad.
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La mano invisible tiene una paciencia a prueba de bombas. Ha resistido los ataques cibernéticos más viles y pirrónicos. Ha aguantado las impertinencias de tarados que se dejan caer por aquà de vez en cuando. Ha buscado articulistas por todo internet. Hay incluso algún articulista que no está a sueldo de Zapatero (les juro que no soy yo), muestra innegable de la falta de sectarismo que anima a Alguien. Ha pagado religiosamente el coste de poner esta página en marcha, y de arreglarla cuando llegan las dificultades técnicas (y les aseguro que no se trata de precios microeconómicos, como dirÃa el siempre añorado merluzo pirrónico). Se ha quedado sin dormir a la espera de que algún articulista especialmente estreñido consiguiera sacar alguna cagarruta literaria. En fin, detrás de todos nosotros está siempre la mano invisible, insomne, infatigable, de Alguien.
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Los que escribimos artÃculos en este blog, recibimos de vez en cuando un misterioso correo de Alguien poniéndonos fecha de entrega. Nadie se atreve a objetar nada, salvo causa de fuerza mayor. Alguien es tan persuasivo que ha llegado a agotar a algunas de las plumas más brillantes de España, como la de Permafrost. Si por Alguien fuera, Permafrost, que es uno de sus favoritos, escribirÃa a diario, aunque tuviese que desatender don Perma sus obligaciones laborales y familiares más ineludibles. Con todo, estoy seguro de que Alguien encontrarÃa también un huequito para su venerado Averlas, que antes escribÃa unos artÃculos únicos en el vasto océano de la red y ahora, por desgracia, no.
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Recibir un mensaje de Alguien siempre provoca sobresalto. ¿Me pedirá un artÃculo para el puente de la Virgen de Agosto o me dará unas merecidas vacaciones? Alguien ojea entre los comentaristas y, atendiendo a inescrutables criterios, de repente asalta a alguno y le pide un artÃculo. No creo que ningún otro blog del mundo funcione asÃ. Casi todos los blogs están organizados a mayor gloria de su creador. Alguien ha preferido situarse en segundo plano y dedicar todas sus energÃas a buscar articulistas variados.
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Confieso que me gustarÃa conocer a Alguien. Me imagino a una persona de cierta edad, con bastante experiencia y de una generosidad y entusiasmo ilimitados. Estoy convencido de que debe tener un gran sentido del humor, de otra manera no se entiende tanto fervor por el blog. No sabrÃa decir, sin embargo, si se trata de hombre o mujer, aunque por su discreción y falta de protagonismo pega más que sea mujer. De lo único que estoy seguro, en cualquier caso, es que a Alguien le apasiona la polÃtica, lo cual, reconocerán, tiene su mérito.
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Gobernar un blog no es tarea sencilla. En principio, se trata de un foro abierto, en el que cualquiera puede colarse. Pero en la práctica, puesto que el número de participantes habituales no es tan alto, el blog evoluciona hacia una conversación entre viejos conocidos, con gente que entra y sale, pero con un núcleo duro más o menos estable. Por eso mismo es tan delicado tomar decisiones cuando asoma sus narices un desconocido que viene con intención de reventar el debate entre los participantes. ¿Qué hacer en ese caso, respetar la sacrosanta libertad de expresión o tratar de mantener la conversación en curso? Es como si un grupo de amigos mantiene una animada discusión en algún lugar público y se sumase un pelmazo dispuesto a reventarla como sea. ¿Se debe respetar el derecho del pelmazo a decir lo que le venga en gana o es mejor cortarle para que no se rompa la discusión?
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Son decisiones difÃciles, que Alguien ha manejado con gran habilidad. No tiene sentido ser completamente rÃgido con respecto a la libertad de expresión, pero tampoco censurar alegremente. Aunque es difÃcil encontrar el término medio, Alguien tiene olfato y sabe hasta dónde se puede llegar.
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En fin, mi agradecimiento hacia Alguien es enorme. Ha construido un blog en el que es un placer participar, leer, aprender y también reÃrse con fuerza el dÃa en que los participantes están inspirados. Es verdad que el blog tiene algo de ciclotÃmico. Atraviesa rachas en las que los comentaristas parecen arrebatados y rachas de desánimo y flojera. Cuando, por los motivos que sean, se dan las circunstancias adecuadas, el blog se convierte en uno de los espacios más divertidos e instructivos que conozco.
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Gracias, Alguien, seas quien seas.
PMQNQ, debo confesar que tanto lo del «orden espontáneo neguentrópico» de ISC como lo de «el murciélago y el pulpejo» de Polonio, me han dejado entre intrigado y preocupado. La verdad, no sé que decirle.
A propósito de la información que nos trae Averlas: Impresionante la manÃa de algunos polÃticos por inventarse una biografÃa distinta a la real. E impresionante, sobre todo, su capacidad para engañar al personal. Yendo, además, de modelo de honestidad, desprendimiento y no sé cuántas cosas más.
No me extraña, Locoide, que no sepas qué decirle. Yo he ido al diccionario a buscar lo del pulpejo y no salgo de mi asombro. Respecto al orden espontáneo neguentrópico, directamente me dejó sin habla. Pero qué se puede esperar de un blog sobre alguno de cuyos comentaristas Bruce Springsteen parece tener poderes realmente fuera de lo común….
Aunque tarde, tambien admiro la tenacidad de Alguien, esa mano invisible que en vez de sostener los mercados, permite que al amanecer aparezca un nuevo artÃculo en DC. Como ISC, me «imagino a una persona de cierta edad, con bastante experiencia y de una generosidad y entusiasmo ilimitados». Pero si mucho mérito tiene Alguien, no es solo por sustentar al blog, sino por haber sabido escoger a tan buenos colaboradores y por su capacidad para, sin látigo ni premio, exprimirles dÃa tras dÃa sus buenos artÃculos. La variedad temática de los artÃculos es otro logro de Alguien y su pléyade de colaboradores.
SÃ, todo lo que queráis, pero no ha sabido conservar a uno de nuestros mejores bloggers, por la nÃmia razónd de que le han hecho una oferta mejor.
Solo porque le ofrecen ser ministro, y va Alguien y deja escapar a Miguel Sebastián. Si es que si no nos damos a valer…. asà no se puede eh?
Y ahora me voy a poner puñetero.
Imagino que no leerá mucha gente, pero igual lo repito mañana
A verlas nos ha traÃdo unas declaraciones interesantes de RodrÃguez Ibarra sobre el referente ético Rosa DÃez.
Pues hay más cosas que relacionan a Rosa DÃez con RodrÃguez Ibarra. Una de ellas es Joxeba Pagazaurtundúa.
Ese cadáver del que se ha apropiado Rosa DÃez, que desde que lo mataron resulta que era su cómplice polÃtico, su amigo y casi su amante. Pues será desde que lo mataron. Os cuento por encima. Cuando a Joxeba lo hicieron abandonar su puesto de agregado en la Ertzantza y volver a su pueblo, a Andoain, donde lo mataron, él sabÃa que se ponÃa en el punto de mira. ¿qué hizo, pidió ayuda a Jauregui, que intercedió ante Atutxa para que le dejaran permanecer en su puesto en la Ertzantza. Fue Ramón Jauregui quien intentó buscarle una salida a Joxeba. Desde luego no fue Rosa DÃez, que en aquel momento guardaba grandes amistades entre sus socios nacionalistas.
Pero además, cuando Joxeba intentó presentar unas enmiendas al documento polÃtico del Partido Socialista a nivel federal, resultó que no fue delegado por su agrupación, asà que le pidió a un compañero que era delegado que las defendiera por él. Rosa DÃez era delegada en aquel congreso federal. ¿Sabéis a quien le pidió que defendiera esas enmiendas? a Juan Carlos RodrÃguez Ibarra.
Eso sÃ, a Juan Carlos Rodriguez Ibarra le avala una trayectoria de décadas ganando congresos y elecciones, no tiene que auparse sobre cadáveres para aparentar lo que no es. Pero a veces hay que darle en el hocico a estos carroñeros para que dejen de colgarse medallas que no les pertenecen.
Por cierto, SÃ. Rosa DÃez fue uno de mis Ãdolos en mis primeras ideas polÃticas. Pero es que en aquella época, mis Ãdolos eran Rosa DÃez, Maradona y Mario Conde. Coño, acusadme de que no tengo punterÃa, qué se le va a hacer!!!