La nueva burbuja politológica

Julio Embid

En el año 2001, no tuvo lugar la Odisea en el Espacio que nos propuso en los años 60 el maestro Kubrick. Al contrario, la carrera espacial seguía parada y pasarán muchas décadas hasta que se reactive completamente. Por mi parte, ese año completé el bachillerato y decidí comenzar la licenciatura de Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad Complutense. Los motivos eran dos: me gustaba la política y me quería marchar de casa, de Zaragoza a Madrid. Si hubiera habido Ciencias Políticas en la Universidad de Zaragoza, tal vez me hubiese enrolado como legionario en Melilla.

De todas maneras esta carrera no era lo que querían en mi casa, ya que hubiesen preferido que hiciera Económicas o Empresariales. No les quedó más remedio que aguantarse ya que obtuve buenas notas y siempre he sido austero en el gasto.  Nos decían en aquel entonces que aquella carrera “de letras” no tenía ninguna salida, y que mejor hubiera sido que hubiésemos estudiado Ingeniería Informática que eso sí tenía futuro. Creo que 20 de mis 30 compañeros de bachillerato en el Instituto se matricularon de Ingeniería Informática. Más de uno todavía no ha terminado y la mayoría tampoco tienen un puesto de trabajo asegurado.

Cuando llegué allí, noté que era un microclima diferente (en verano asado de calor y en invierno helados de frío), con gente diferente a la que le gustaba la política y discutir de política. Muchos de los jóvenes de provincias que allí acudimos descubrimos todo en esa facultad y la verdad es que hoy no me arrepiento en absoluto de haber escogido esos estudios. Un compañero mío decía que esa facultad era una burbuja y que estábamos completamente de espaldas a la sociedad y que le dábamos valor a cosas que a la mayoría de la gente se la traían floja. La proporcionalidad electoral, los modelos democráticos participativos o las teorías clásicas liberales y marxistas, no estaban entre los principales temas de conversación con los amigos, más preocupados por Mijatovic y Rivaldo aquellos días.

Todo cambio para aquella generación de alumnos de Políticas con la Guerra de Iraq y con las manifestaciones en contra de la intervención española de aquellos días de 2003. La verdad es que da igual el periodo, los universitarios, siempre encontrarán un motivo razonable por el que salir a las calles. Para los politólogos la política era importante, pero es que siempre lo iba a ser. Sin embargo, el cambio social y político, sólo es sustancial si viene precedido de un cambio económico y un deterioro en las condiciones de vida de las personas.

Así, tras el estallido de la crisis en 2008, y el movimiento del 15-M en 2010, la política entró en las conversaciones de la mayoría de las personas. Las televisiones sustituían sus programas nocturnos de concursos y cotilleos por tertulias políticas donde cuatro o cinco periodistas o ex políticos discutían sobre todos los temas posibles. Luego fueron sustituidos por licenciados en Ciencias Políticas o politólogos, que por lo general, hablaba con un poco más de criterio, rigor y credibilidad.

Leo esta semana en El País que desde el curso 2009/10 hasta el 2014/15, la caída ha sido de casi un 2%. En parte por motivos demográficos, en parte por el desmedido aumento de las tasas universitarias. Sin embargo, en Ciencias Políticas que el número de estudiantes matriculados en Ciencias Políticas ha aumentado un 41% y no porque haya hoy más puestos de trabajo. Las tertulias de la tele están copadas por dos docenas de personas que ocupan todos los canales de televisión.

Creo que nos volvemos a encontrar otra nueva burbuja como la de las tiendas de móviles, los cybers, las tiendas de cigarrillos electrónicos o las tiendas de accesorios para cupcakes. Mucha gente se apunta a un carro que dentro de cinco años nadie sabe dónde estará.

Yo no desanimo a nadie a hacer lo que quiera y a estudiar lo que le dé la gana. Al contrario. Yo siempre lo he hecho. Sin embargo sí reconozco, que de mi promoción, salvo aquellos que fundaron un partido político de color morado y hoy están en el Congreso y media docena de privilegiados como yo que supieron encontrar faena sobre lo estudiado, la gran mayoría deambula en puestos de trabajo que no tienen nada que ver con la Ciencia Política o estudia unas oposiciones que nunca salen. Mi único consejo para aquellos jóvenes que van a hacer la selectividad y van a escoger una nueva carrera es que hagan lo que hagan le echen pasión y ganas, aunque sea helicicultura (Cría del caracol en cautividad).

 

6 comentarios en “La nueva burbuja politológica

  1. Escribe Embid que «Las televisiones sustituían sus programas nocturnos de concursos y cotilleos por tertulias políticas donde cuatro o cinco periodistas o ex políticos discutían sobre todos los temas posibles. Luego fueron sustituidos por licenciados en Ciencias Políticas o politólogos, que por lo general, hablaba con un poco más de criterio, rigor y credibilidad.»
    De verdad lo cree así?
    Me sorprende. La presencia de unos cuantos politólogos en tertulias televisivas no ha hecho mejorar en nada la calidad del debate público en nuestro país, que nunca había caído tan bajo. Por supuesto, ello no es culpa de los politólogos en exclusiva ( sí de algunos que yo me sé) pero no puede decirse que el rigor y el conocimiento de causa florezcan en nuestros televisores.
    A su vez, sería digno de análisis lo que estudian hoy en nuestras universidades los alumnos de CCPP, como ha sido el reclutamiento del profesorado ( en la U del País Vasco, tremendo, un montón de viejas glorias del izquierdismo antidemocrático se colocaron ahí , sin tener que competir ni demostrar sus competencias) y si es casual que haya salido de la Complutense esa impresentable partida de chavistas telegénicos.

  2. Da el post para un experimento practico de generacioens superpuestas. Yo acabe la carrera cerca de cuando Julio Embid la empezaba. Cuando yo empecé a estudiar las carreras de moda eran las ingenierías porque tenían paro cero y notas de corte bastante altitas. Sinceramente creo que tb ahí hubo algo de burbuja en esas épocas, que -a mi entender- no es independiente de curiosos fenómenos como porcentajes de suspensos impresionantes o alargamiento reseñable del número de años para acabar.
    En mi caso me alegro mucho de haber estudiado lo que estudié -Economía- porque descubrí una vez dentro, que me encantaba.

    Sin embargo tengo una buena cantidad de amigos ingenieros que tras haberse comido unas carreras áridas y feas (como supongo que es cualquier carrera que no guste ) hoy no tienen una posición laboral diferencialmente buena y se sienten bastante primos.

    Algo positivo veo yo en la burbuja politológica, si la hubiera. Las carreras de letras siempre han estado denostadas. Yo diria que al menos los aspirantes a politologos que entren hoy a estudiar no entran con expectativas de paro cero, o de estar forrados en el futuro, lo cual algo llevan adelantado respecto a algún que otro ingeniero, industrial,de caminos o informático.

    Recomiendo a los futuros politólogos que hagan lo que les guste, que lean mucho, que se entreguen a su profesión y que tengas espaldas anchas y paciencia. Como los economistas, su objeto de estudio es algo sobre lo que opina todo el mundo y hay que lidiar , sin desesperarse, con exhibiciones constantes de cuñadismo.

  3. Me ha gustado el post de Julio Embid , un brevísimo relato de formación y sobre todo su pasión por lo que emprende, a pesar de que un cierto esprit de corps embellezca sus conclusiones.
    Los politólogos y » analistas » de las cadenas ( todas ) se comportan como auténticos evangelistas , más populares, más parroquianos, hasta el punto de ser conocida su opinión antes de hablar.
    Es cierto que existe una concentración de periodistas , de sesgo conservador en su mayoría , sin una sólida formación , con un discurso generalista de cafetín y cuya presencia cumple la misión de los personajes en las series de la HBO : acostumbrar al espectador a una pasividad critíca que termine en un indiferentismo moral.

  4. Hombre, yo no diría que los ingenieros informáticos tiene problemas de paro la verdad. Habrá un montón de ramas y especialidades como en todo, pero ahora mismo en muchas consultoras informáticas pagan a sus trabajadores por traer un CV y que la persona fiche por la empresa. No nos pasemos, «laboralmente» hablando las ingenierías y carreras de ciencias tienen un reconocimiento destacable, aunque eso no lo sea todo a la hora de decidir los estudios.

    Ahora sí que noto que los partidos están saturados de politólogos.

  5. Señor Pablo Franco su comentario final de ayer no me hizo ninguna gracia, y que usted acuse de trazo grueso a los demás, eso sí que tiene guasa.

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