Manuel Lobo
17 días quedan para la sesión de investidura de Pedro Sánchez, la cual la ha convocado sin acuerdo con ningún otro grupo.
Podemos que sería el socio natural con el que sumar síes suficientes, se ha enrocado en los sillones y si “Gobierno de coalición”, asunto con el cual el PSOE no se siente cómodo.
Publicaba Pablo Iglesias un artículo con un trasfondo táctico interesante, pidiendo que esta sesión de investidura lo haga presentando un gobierno de coalición con sillones en el Consejo de Ministros para los morados. Esta iniciativa pretende superar la coartada de Pedro Sánchez de insinuar que esa coalición provocaría rechazo en formaciones que podrían votar si o abstenerse.
Esta investidura, con las condiciones de Pablo Iglesias, podría darse… creo plausible que se lograran las abstenciones necesarias para que salga adelante… pero ¿qué pasaría después?
A mi juicio, esta estrategia deja en manos de Podemos la posibilidad de bloquear medidas legislativas y acuerdos de mayor calado con otros grupos… si, si, hablo de Ciudadanos o del PP, que estoy seguro estarían completamente cerrados a acuerdos con Podemos.
Hace bien el PSOE en resistirse a la estrategia de Podemos si quiere afrontar una legislatura en la que hacer política en mayúsculas y lograr, como en otros periodos de gobiernos rojos, avances sociales de calado: acuerdo por la educación, por la muerte digna, reformas constitucionales, pacto de estado de vivienda, consensos amplios en política exterior o grandes reformas laborales, fiscales o de la Administración Pública…
Pero además en la vida política hay otros muchos debates políticos donde tienes que negociar a múltiples bandas y creo que ahí Podemos, si causa recelos y claro, ERC y BILDU, hasta el momento no han demostrado el sentido de estado que pueden tener otros partidos regionalistas y nacionalistas, en fin que el Congreso puede ser un infierno…
Pero claro, asumir este mensaje, los de Podemos lo van a desvirtuarlizar y lo transformarían en “¡¡¡el PSOE vira a la derecha y pacta con ellos!!!”, cuando la realidad hace necesario grandes pactos nacionales que estén consensuados por mayoría suficiente para evitar, lo que está pasando en Madrid con la llegada de Almeida.
La guerra estos días no va a ser una negociación programática, que sería lo más lógico y lo que todos deberíamos esperar. En su lugar vamos a ver una guerra de guerrillas mediática sobre quien es más culpable de no llegar a un pacto, si unos por no aceptar un gobierno de coalición o los otros por estar pidiendo sillones en logar de medidas políticas…
No se ustedes, pero en mi circulo de amigos, tengo unos cuantos podemitas y seguro que vamos a tener conversaciones divertidas sobre este asunto… Veremos quien vence si, en los simpatizantes de Podemos, el mensaje de Pablo Iglesias empieza a no caer tan bien como debiera y ese mensaje lo capten sus dirigentes. En caso contrario, en noviembre tendremos elecciones y las elecciones las carga el diablo…
Estemos atentos al ping-pong de este juego…. El saque lo hizo Pedro con la fecha de investidura… lo ha devuelto Pablo pidiendo investidura de gobierno de coalición… seguro que, en breve, veremos el siguiente golpe. Pero, sinceramente, espero que sigan jugando al ping-pong y no pasen al boxeo… porque entonces seguro que pierden ambos.
¡Felices Vacaciones!
Si algo ha demostrado Iglesias es que ni amigos ni rivales pueden confiar en él. La propuesta de Sánchez para que nombre “ independientes de prestigio ” , por ejemplo Carmena o Monedero , es una solemne sandez , sobre todo viniendo de un candidato a Presidente autor de una tesis doctoral poco prestigiosa además de la imposibilidad práctica de que Pablo acepte sellar una alianza con la mayor humillación posible hacia su persona y , por extensión al grupo que encabeza, imposible de disimular detrás de unos independientes equivalentes a Margarita Robles en sus varios quinquenios de independiente del PSOE.
El jefe de Podemos tiene un severo problema de carácter y ha dilapidado su capital político y su credibilidad ¿ por qué ahora Sánchez osaría ser arrastrado -y con él su partido- en la caída de Pablo Iglesias ?
Ni siquiera la fórmula portuguesa de un gobierno psicosocialista sostenido por una extrema izquierda en torno a un programa ultraliberal con el consentimiento de la UE es apetecible para lo que resta de Podemos.
Y queda lidiar con la sentencia del Procés en otoño. Demasiado para un Sánchez que gira en un contexto hostil. Existe una posibilidad razonable pero que carece de ofertas conocidas. Lo probable es la convocatoria de nuevas elecciones.
Pienso que la estrategia de Pablito Churchix ,es un error en si misma,porque cierra toda posibilidad de que sea refrendada por sus bases ,dada la incapacidad política de defender la propuesta que le lanza Peter Sánchez.
Lean entre líneas…ejem.
Pablito juega esperando el Si de ERC y Bildu.