Guridi
Voy a recordar algo que tal vez no se haya recordado lo suficiente: Susana Díaz maniobró y presionó todo lo que pudo para colocar a Pedro Sánchez como Secretario General del PSOE. En su día no le cuadraban los tiempos, ni el método de elección y optó por colocar a un tipo vacuo como Sánchez, antes que dejar que Madina fuera elegido Secretario General.
Díaz sabía, como sabíamos muchos, que Madina sería algo más que una figura efímera y que la figura del vasco era de lo más sólido que tenía el PSOE. Así pues, Susana habló con el resto de “barones”, entre ellos presionaron para que el vasco no pudiera ganar en votos, le hicieron la campaña a Sánchez con recursos del Congreso y de Ferraz y, de paso, impulsaron la candidatura de Tapias, para dividir el voto más ideológico, frente al voto “aparatero” que representaba Sánchez.
Que Tapias era un submarino de Sánchez lo saben todos, hasta él, que aún se permite dar beatíficos discursos y redactar irrelevantes manifiestos, siendo consciente -como lo es- de que no llegaba a los avales para presentarse y Ferraz obró el milagro. De hecho, miembros de su campaña no han tenido reparos luego en reconocer ambas cosas: que trabajaban para Sánchez y que los avales aparecieron a última hora, vía Andalucía.
Lo que Susana Díaz hizo en aquel momento fue poner un mal secretario general al frente del PSOE a sabiendas. Y no le importaba, porque pensaba que era un paso más para llegar a ser la primera secretaria general del PSOE y, de paso, se quitaba a un molesto competidor.
Lo peor es que gente consciente de todas estas maniobras aún diga que “Madina no ganó porque no lo quería lo suficiente”. No: Madina perdió porque los barones y Susana deseaban irracional y furiosamente que no ganara.
No les importó hacer mal al partido y, de paso al país. España merecía otro líder de la oposición y durante más de un año hemos sufrido un liderazgo con evidentes carencias, cuyo comportamiento y estrategias se parecen más a los de un concursante de “Gran Hermano” que al representante de millones de españoles de izquierdas.
Tanto mal hicieron, que hasta ellos mismos empezaron a reconocer el error al ver la magnitud del desastre que se estaba avecinando. El PSOE no ha dejado de caer desde entonces. Y no es sólo debido a la aparición de nuevos partidos, también lo es porque su líder y su equipo son de una banalidad corrosiva, que no han dejado de dañar a la centenaria organización desde que él y su equipo pusieron un pie en Ferraz.
Ahora, tras unos malos resultados pero con un parlamento que se presta a toda clase de combinaciones, Susana Díaz vuelve a agitar el árbol. Como pasó antes, Susana no se plantea si hace bien o mal al PSOE y al país. Sólo se plantea cesar a Sánchez para ponerse ella. Susana, en su perseverancia, no sólo es ciega ante la delicadísima situación del PSOE, sino ante la delicada situación española. Que un país herido de muerte por la crisis, amenazado por el separatismo, desencantado con la corrupción y harto de unos políticos autistas, vea que el único interés de la Presidenta de Andalucía sea liderar el PSOE, es terrible. Como terribles son las discutibles maniobras y chismes propagados por Sánchez y su equipo, dispuestos también a hacer que el PSOE caiga antes que caer ellos mismos. Son ellos quienes difunden la especie de que Díaz quiere hacer caer a Sánchez para pactar con el PP. Una mentira recibida y multiplicada con alborozo por Podemos, que huelen la sangre y quieren el “sorpasso” al precio que sea.
¿Qué hacer entonces? Pues lo mejor es que Díaz se replantee los efectos provocados por su ambición y piense en el bien común antes que en sus legítimas aspiraciones personales. De momento, se ha ganado que los votantes socialistas la rechacen desde Despeñaperros para arriba. Susana no obtendría mejores resultados que Sánchez.
Y hay una cosa que resulta evidente para los votantes y ex-votantes del PSOE: Susana puso a Pedro mediante clásicas maniobras de “aparato” y del mismo modo lo quiere eliminar. Y así no se hacen las cosas.
Sinceramente creo que aún no es el momento de la presidenta andaluza. Lo más lógico sería dar a Pedro la oportunidad de intentar formar gobierno con el actual reparto de escaños, algo que es evidentemente imposible, pero que puede dejar claras las intenciones de Podemos de sabotear, en lugar de buscar alternativas al PP.
Luego, Susana Díaz debería colaborar con el resto del partido (especialmente con Fernández Vara y Javier Fernández) en situar al frente del PSOE a alguien capaz de pensar en alguien más que en sí mismo. A alguien que votantes y militancia perciban como representante de todos y no de unos pocos. Alguien que represente a unos ideales y no a una cuota de poder orgánico.
Incluso a quienes como yo tenemos una opinión manifiestamente mejorable de Susana Díaz nos ha sorprendido la enorme torpeza como ha movido sus fichas tras el 20D. Se le han visto demasiado las costuras de sus ambiciones en un momento donde España necesitaba una respuesta de mayor altura. Uno asiste entre asombrado y cabreado a este suicido en directo que protagoniza el PSOE. Parece que Sánchez ha decido suicidarse por la vía de Podemos ( incumpliendo su promesa de que nunca pactaría con esta tropa) en la esperanza de que eso le salvará ante sus compañeros. Puede ser. De este PSOE uno puede esperar todo. La decadencia de este partido empezó hace tiempo pero incluso en los peores momentos mantuvo sus señas de identidad. Parece que Sánchez ha decidido mezclar la realidad de las propuestas socialdemócratas ( que eso debería ser el PSOE) con la ficción de las propuestas populistas de Podemos. Y ya se sabe lo que pasa cuando se mezcla ficción y realidad: gana la ficción por goleada. Siempre. Normal que Iglesias esté encantado de la vida ante tanto despropósito socialista. Qué pena,
Lo que Pedro Sánchez dijo en campaña sobre pactos con Podemos. Curioso que unos le pidan que cumpla su promesa de no pactar con el PP ( coincido) pero que incumpla su promesa de no pactar con Podemos. El efecto CUP de nuestra entrañable izquierda. Luego se preguntarán por qué gana la derecha.
http://www.elmundo.es/espana/2014/09/21/541df726268e3efa198b4575.html
Muy de acuerdo con Guridi en su crítica a las maneras de Susana Díaz y con Polonio.
Guridi apuesta por buscar a “alguien que represente a unos ideales y no a una cuota de poder orgánico”. Bueno, visto lo visto, lo primero tendría que ser definir qué ideales son esos. No creo que tal cosa sea algo evidente para el conjunto de la base social de la izquierda y de los socialistas en particular, sobre todo si nos referimos a algo más que a grandes palabras (e incluso a esas). Tras su periplo portugués, Pedro Sánchez, por razones que se desconocen y que al parecer nadie en su organización parece interesado en exigirle, insiste en considerar “progresista” tanto a Podemos como a la golpista ERC (por no hablar de Bildu y otros con los que tendría que cocinar su delirante “mayoría de cambio y diálogo”). Ya me gustaría a mí conocer qué entienden por “progreso” Pedro Sánchez o cualquiera de los miembros del comité federal de su organización.
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La gran mentira
Ramón Vargas-Machuca en El País (7.1.16) http://elpais.com/elpais/2015/11/20/opinion/1448051250_777258.html
“(…) Hoy tras unas elecciones generales nada concluyentes, el PSOE resulta decisivo. Dicen que debe elegir entre arruinar a España o caer en la irrelevancia. Logrará ambas cosas si se alía con un Podemos nada fiable y sólo creíble en su determinación de suplantar al PSOE (…)”
El artículo en realidad trata del gran embuste del “derecho a decidir” invocando el cual “no hay choque de trenes sino un asalto a la democracia, víctima en este ocasión de una estrategia oportunista e irresponsable, improcedente legalmente y profundamente inmoral”.
De ahí que concluya con un ruego hacia sus compañeros de partido: “Por favor, ténganlo en cuenta a la hora de pactar”.
No parece que vaya a tener éxito en su petición el exdirigente federal del Psoe (de cuando en el comité federal de esa organización había gente valiosa y con criterio propio). Pedro Sánchez y su tropa no conseguirán su propósito, por supuesto, pero tratarán de fijar la imagen de que eso se deberá a la intransigencia de Podemos y los otros (¡que si no es por eso, vaya guay que habría resultado una mayoría socialista/comunista/bolivariana/nacionalista/golpista! ¡un auténtico dream team para el progreso de los españoles!) y forzarán nuevas elecciones para contribuir así un poco más al progreso de este país tan afectado –dicen- por el sufrimiento y con tanta emergencia social …
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Vargas Machuca coincide en las páginas de El País con otro ex dirigente federal socialista, Octavio Granados, con un artículo críptico ya desde su mismo título (“Los minutos de la basura”). Es tan críptico que hasta se ve obligado a aclarar que no está defendiendo a Pedro Sánchez, respecto a cuyo equipo deja la apreciación en mi opinión más valiosa:
“(…) No le voté; su equipo me parece una mezcla de buena gente y de otra mediocre; su campaña no me ha gustado, y creo que ha dejado el relato del legado del gobierno de Rodríguez Zapatero en manos del PP y de Podemos (desastre y recortes), sin hacer un balance serio; al PSOE le sobra autoritarismo y el mantenimiento de una fe ciega en la promoción interna (…)”.
http://elpais.com/elpais/2016/01/06/opinion/1452074515_905467.html
Los intríngulis apartarios me provocan ataques de caspa, pero me gustaría contribuir con algunas reflexiones:
1. Ahora parece obligatorio que cualquier opinión sobre el PSOE empiece con algún estacazo a Sánchez. El articulista de hoy habla de un dirigente «vacuo», «mal Secretario General», «de una banalidad corrosiva»… Francamente, no sé si es para tanto. Y no sé si es muy coherente descalificar de manera tan virulenta a Sánchez para concluir que «lo más lógico sería dar a Pedro una oportunidad de intentar formar gobierno». Yo creo que Sánchez ha heredado una organización en descomposición y lo tenía muy difícil en cualquier caso. De sus decisiones públicas (desconozco las posibles marrullerías internas), la que me parece peor ha sido el fichaje de la comandante -no así la de Lozano, que entiendo puede encajar dentro de cierta estrategia de apertura del partido a talento, digamos, regeneracionaista. Por lo demás, y aunque algunos hubiéramos preferido a Madina, lo que le he escuchado a Sánchez en la campaña me ha parecido en general bien. Y resulta que tiene una posibilidad, muy remota (en esto y en la opinión sobre las escasas perspectivas nacionales de Díaz, coincido con el articulista), de gobernar.
2. Ésta es la clave del momento. La derecha va a hacer todo lo posible para evitar que Sánchez gobierne. Es fácil caricaturizar a Podemos como una bicha venenosa, pero yo creo que es un fenómeno complejo e interesante, sin duda progresista, con rasgos claramente negativos -populismo personalista-, pero otros positivos y que involucra a mucha gente valiosa. El artículo que aporta un comentarista no refleja «promesas de Pedro Sánchez de no pactar con Podemos»: primero, entrecomilla como si fueran textuales supuestas declaraciones; segundo, esas declaraciones hablaban de no pactar políticas dañinas, pero yo interpreto que no excluían concertar medidas progresistas. Aparte, se suele reprochar a Podemos su ambición de «sorpasso»… que, tratándose de un partido político, es lo más lógico del mundo. La cuestión es si esa ambición se persigue a cualquier costa (por ejemplo, impidiendo un gobierno de izquierdas para no beneficiar a un PSOE percibido como rival) o si se traduce en actitudes constructivas y responsables.
3. La «mayoría de cambio y diálogo» que propone Sánchez, no es algo, como dice otro comentarista, «delirante», sino lo que, en mi opinión, sería más conveniente para el país. Entre otras cosas, porque además es la opción mayoritaria del electorado. ¿Con qué mimbres construirla? Con PSOE, Podemos, la marca actual de IU y la abstención benevolente de alguna fuerza nacionalista consciente de que ese bloque puede comprender y gestionar mejor la realidad plurinacional de España. Es muy difícil, sí, pero no del todo imposible.
4. ¿Cuál es la alternativa? Sobre esto parecen callar nuestros comentaristas de la derecha, pero se infiere de lo que dicen que prefieren mantener a la incompetencia corrupta en el poder a través de alguna suma no menos compleja que la anterior, pero con el PP como factor clave. Yo no creo que eso fuese bueno para España, aparte de que parece imposible.
En resumen; la cosa está muy complicada y oscila, creo yo, entre un gobierno difícil de la izquierda o disolución y elecciones anticipadas, que es lo que me parece más probable.
Leyendo a Guridi,no cabe duda que Mr Alguien es su candidato ideal.
Asi que enhorabuena al conductor de Debate Callejero.
Si de este blog han salido ministros,¿por que no un secretario general del PSOE?.
¿Cuando empezamos la campaña contra Susana Diaz?
Yo me apunto….JAJAJA….que nervios..
Permitanme que les insista…quizas lo mejor que debemos hacer en esta situación de perdida de criterio politico que está sufriendo la sociedad española en su conjunto,no queda otro remedio que esperar a que Fernando convenza a los populares para que permitan gobernar al PSOE ….ya me encargare yo,de quemar las pajas mentales de los podemiscitas.
Por cierto,entrè a comentar un articulo laudatorio hacia las virtudes de Podemos en las paginas de opinion » Puntadas sin hilo», por Arturo González, y este eliminó mis comentarios porque me consideran un Troll….ejem…..jiji….hay que ver que piel tan sensible tienen los que se han subido al carro de Pablito Churchix.
Eso de la libertad de expresión en los medios es una falacia.
Pero aun así soy comprensivo con aquellos que no son capaces de aceptar el punto de vista de un extraterrestre caido del cielo,que ellos quieren conquistar.
Ejem…snif.
Saludos. Dos apuntes muy breves.
Voté a Madina en su momento. No obstante creo que se equivocó y que no se movió lo bastante rápido y lo bastante bien en su momento. Es una impresión desde fuera.
Creo que Susana Diaz es la política mas «killer» de la nueva generación de líderes. Si se compara con Sánchez, Grarzón, Iglesias, Saenz de Santamaría y Rivera, es la más cuajada y con más instinto. Como ha apiolado en Andalucía a Podemos ha sido como ver a un equipo de profesionales jugar con alevines. Eso si, creo que también, con todo lo que ello implica, es lo más parecido a Esperanza Aguirre que tiene el PSOE, sí, para lo malo.
REN: No sé de donde deduce que la “mayoría de cambio y diálogo” que propone Sánchez, es “la opción mayoritaria del electorado”. No conocemos -ni usted, ni yo, ni Sánchez, ni nadie-, ninguna opción mayoritaria del electorado, solo sabemos los diputados que ha obtenido cada uno de los partidos contendientes. La suma de PSOE+Podemos+IU es de 161 diputados. La cuestión no es solo que para gobernar necesite algo más que “la abstención benevolente de alguna de alguna fuerza nacionalista consciente” de no sé qué, pues si no, ya me dirá cómo le salen las cuentas …(por cierto, quienes serían esos benevolentes ¿se refiere a los 17 diputados de los secesionistas catalanes? ¿a los del PNV junto con los de Bildu?). No, la cuestión vuelve a ser: ¿de donde saca que un invento político semejante –si es que se consiguiera construirlo-, es 1º) algo que merezca la pena levantar (y supongo, consolidar), 2º) una opción de progreso, cambio y diálogo y 3ª) la opción mayoritaria del electorado?
Se equivocan aquellos que ponen el numero de escaños para que se forme un gobierno y comience la legislatura.
Quizas les sea dificil entender esto,pero la formación de un nuevo gobierno no depende del numero de escaños que lo respalden.
Sino del fin para el que se lleve a cabo…y una cosa si que es cierta ,los votantes han dicho que no quieren que gobierne el Partido Popular.
Contesto a las preguntas de Javier.
Opino que la opción de cambie es mayoritaria en el electorado, como ya expliqué, porque tuvo una cifra sustancialmente mayor de votos.
El que valga la pena el esfuerzo de articular esa opción dependerá, obviamente, de las políticas que se pacten. A mí me parecería suficiente si a) se retomase un diálogo sobre Cataluña; b) se hiciese un esfuerzo serio contra la corrupción; y c) se buscase una salida de la crisis con mayor justicia social.
Pienso que el PP no puede ni quiere a), b) o c), de manera que creo que se equivocan quienes quieren q se mantenga.
Pero no se preocupe, porque me temo q el asunto es casi imposible.
Ren, si es la cifra de votos lo que hay que considerar y en base a ello determinamos que porque el PP no obtuvo una respuesta mayoritaria eso quiere decir que se voto que haya cambio, por
el mismo concepto y al haber obtenido el PSOE menos votos habría que deducir que el electorado no quiere que el PSOE vuelva.
La adaptación de la maldición en clave de gobierno sería: «Quiera Dios que busques acuerdos y los consigas».