No seáis malos. No seáis tontos

Econcon

Desde hace ya unos años, que no desde siempre, ha triunfado en todo el mundo y especialmente en la economía española, un sector empresarial dedicado a ofrecer servicios a empresas, concretamente a ofrecer capital y trabajo especializado a otras compañías.Este es uno de los principales hábitat de ese espécimen que muy poco ingeniosamente hemos dado en llamar como “mileurista”. Suelen tratarse de personas con poca experiencia laboral, de cualificación media y alta, que se encuentran trabajando en grandes empresas cuyos servicios son cobrados a precio de oro mientras ellos perciben un sueldo de m… bueno, digamos que de una materia bastante menos noble. ¿Quiere esto decir que las compañías de servicios son malas malísimas? No. A nadie le extraña que la Compañía A o B subcontraten el catering para una recepción en lugar de tener cocineros en plantilla, o que alquilen los servicios de un equipo de informáticos para instalar un nuevo programa de gestión en lugar de tenerlos eternamente en nómina para usarlos de vez en cuando.

Aunque es menos inmediato, sigue habiendo explicaciones razonables en términos de eficiencia, cuando se usan estos servicios en casos de necesidades permanentes, aunque sólo lo sean en fracciones pequeñas de la jornada o ligadas con funciones que no tengan que ver con la actividad principal del negocio. Si la Compañía A se dedica a los servicios financieros, puede preferir contratar los servicios de una empresa especializada para limpieza o seguridad (tareas que necesitan un número de horas muy limitado al día y que no le reportan ningún beneficio directo) en lugar de tener a algunas personas directamente en plantilla. Lo mismo puede ocurrir en negocios muy pequeños o nacientes con los servicios de administración o contabilidad. Aunque la necesidad es permanente y fundamental para el desarrollo del negocio, sería ineficaz la contratación de un contable que trabajase pocas horas al mes. Ni le interesa a la empresa ni al contable.

Lo que ya no es tan transparente a la lógica, e incluso es muy complicado explicar desde la micro clásica, son casos como éste:

Supongamos que la Compañía A, que se dedica a las telecomunicaciones, no contrata directamente prácticamente ni a un “teleco” y que, además, mantiene de forma permanente a un alto porcentaje de su plantilla “alquilada” a otra compañía para hacer labores que le son fundamentales para el desarrollo de su propia actividad. Esta situación lleva produciéndose desde hace bastante tiempo y no está ligada a ningún pico o circunstancia especial de la producción. La Compañía A no ignora que está pagando por los trabajadores unas cantidades altísimas y que, en realidad, esos trabajadores perciben salarios mucho más bajos que los que percibirían de estar en plantilla.

No es un caso irreal, podrían ponerse varios nombres a “A”.

La canónica y directa teoría microeconomía nos dice (grosso modo) que el precio que la Compañía A estará dispuesta a pagar por estos trabajadores sería, como mucho, igual al ingreso que le reportasen. Como puede haber necesidad de prescindir rápido de algunos trabajadores y A quiere ahorrarse el coste de despido, estaría incluso dispuesta a pagar, a la compañía que se los aporta, los salarios equivalentes más una cantidad de dinero que relacionase el coste de despido con la probabilidad de que éste se produzca realmente; esta cantidad adicional tendría que ser más baja que lo que le costase el despido de los trabajadores afectados si tuviese que hacerlo ella, si no, no compensaría.
Para que el mecanismo no se nos caiga por el lado de los trabjadores alquilados, debemos asumir que éstos están percibiendo un sueldo acorde con su productividad, porque si no, se la estarían vendiendo a otro empleador que si la pagase. (Mercados competitivos, que se llama)
No obstante, como se decía al principio, A está pagando por cada trabajador alquilado una cantidad que multiplica varias veces el coste de tenerlo directamente dentro de la Compañía. Esta cantidad es muy superior a la suma del salario más la prima de ahorrarme el despido, además suele superar con mucho lo que cuesta un trabajador contratado. Se nos fastidia la explicación. Tenemos que sumar entonces más argumentos. Quizás si A piensa que estos trabajadores alquilados, aparte de la flexibilidad, le están aportando una “superproductividad” mayor que la del trabajador normal, le merezca la pena pagar tanto por ellos. Por lo visto, la compañía de servicios le provee unos trabajadores de una calidad asombrosa, por los que merece la pena pagar grandes cantidades, recordemos, de forma cuasi permanente.

Estos “supercurritos”, por su parte, están aceptando unos salarios misérrimos comparados con lo que “A” paga por ellos. Ello podría explicarse desde la teoría si la compañía que los reclutó hubiera asumido unos largos y costosos procesos de formación que los hubiera transformado de entes poco empleables en “supercurrelas”, y que una vez fuera de esta compañía, volvieran a su primitiva condición de trabajadores de baja productividad. Tal situación explicaría un reparto como el observado.

Vaya por dios, resulta que el fenómeno mileurista es hijo de la falta de flexibilidad y de la insuficiente formación del trabajador nacional. Menos mal que se dispone de las eficientes compañias de servicios que asumen riesgos y forman a nuestros trabjadores, percibiendo por ello sus bien ganados beneficios.

Sin embargo, hay dos realidades incómodas que ponen en cuestión este esquema.

Un mileurista no aporta “superproductividad” a la Compañía A. Un trabajador no puede ser a la vez un bulto sospechoso que no vale dos duros (según le paga la empresa de servicios) y un premio Nóbel en ciernes (según lo que la Compañia A paga por él). Si es lo primero, no vale lo que cuesta, si es lo segundo , alguien vendria a llevarselo tarde o temprano. A mismo, mejoraria contratando directamente al trabajador, en cambio, no lo hace.
Las compañías de servicios, a su vez, no obtienen su personal entre gente poco formada o difícilmente empleable y no asumen largos y costosos periodos de formación que los transforman en superhombres. La realidad es que reclutan el personal entre personas jóvenes con buena formación inicial y, que tras darles poco menos que una corbata y una etiqueta con un par de apellidos anglosajones detrás, los venden a alto precio.Los rendimientos percibidos no se corresponden con los gastos en formación asumidos por una y otra parte, y esta situación persiste.
Entonces… ¿Que está pasando?. ¿Son “malas” las compañías de servicios?¿ “Tontos” los mileuristas? ¿Es parva e ineficiente la Compañía A?. No es muy razonable suponer esto, hay más que decir.Digamos.

Las compañías de servicios se han encontrado con una abundante oferta de jóvenes bien formados y titulados, que vienen de un contexto socioeconómico donde el paro es el fantasma que mas asusta. Ellas, a su vez, poseen una no desdeñable red de contactos y una cierta capacidad de “rating” de la mano de obra que venden. Usan este poder para apropiarse de rentas que no les corresponden . Aunque decir “Malas” es mucho, «buenas» tampoco las describe bien.
Los jóvenes en cuestión desconocen su verdadero valor en el mercado, forman parte de un colectivo relativamente abundante y no tienen mucha capacidad de hacerse percibir como “distintos” dentro de esa abundancia. Piensan que si aceptan percibir menores rentas durante un cierto tiempo, al final les reconocerán como estupendos y maravillosos.Además el coste de esperar sin trabajar contra ir ganado un dinerillo…en fin.  Tontos, no son, un poco cándidos a veces sí. Para creer en una vida mejor después del sufrimiento constante ya están las religiones, creo yo. También se percibe una enorme reticencia a la sindicación, a los que consideran entes antediluvianos, y si me apuras, dependiendo de con quien hables, antediluvianos y corruptos. Sin embargo parecen confiar más en las empresas capitalistas, que, no olvidemos, tienen como propósito ganar la mayor «pasta» posible, cada uno es cada cual, y a la vez, hijo de su época.

La Compañía A, por su parte, conoce perfectamente la situación. Sabe que el tipo en cuestión ni vale la millonada que paga por él ni merece la miseria que le pagan, pero le da un poco igual. Acepta pagar esa renta no sólo por la ganancia en flexibilidad (que obviamente existe, pero no explica la enorme diferencia entre el salario de los contratados y el coste del servicio), sino porque lógicamente, debe compensarle de alguna otra manera. Ahí van dos sugerencias (el que se le ocurran más, que las diga).
a) Es mucho más fácil “vender” internamente a tus cuadros directivos la adquisición de un servicio que un engorde de las plantillas. A ver quien es el guapo que asume la responsabilidad de contratar a X trabajadores para que luego la cosa no salga bien. Los costes de la operación son ciertos desde la hora uno, los beneficios futuros….son eso..futuros.
b) “El reverso tenebroso de la fuerza” me dice que puedo obtener más productividad de mi plantilla haciéndoles trabajar más horas sin pagarles y manteniendo unos amenazadores niveles de precariedad. Llamemoslo blanco o negro, pero entre incentivar y acojonar, sale mucho mas barato acojonar. (Disculpen mi francés)

No me puedo mojar aventurando cuánto porcentaje del sobreprecio del trabajador alquilado obedece a estas dos razones, pero el hecho es que ambas existen. Cuando, por ejemplo, se llega a jarrar públicamente el pellejo de una empleada por quedarse embarazada sin que a nadie se le mueva ni un músculo de la cara, significa que en la cultura empresarial patria ser “un reverendísimo hijo de..” en lugar de adoptar otros caminos honestos, es una estrategia de gestión de recursos humanos aceptable.

No pretendo con las anteriores líneas abjurar de que retocar la norma del mercado laboral pueda llevar a una asignación más justa. Quizás sea el momento de plantearse si el coste de despido debe ser generalizadamente igual para todos los trabajadores, e incluso, si éste debe existir cuando hay unas buenas redes de protección al desempleo. Es cierto tambien que la existencia de varios tipos de contratos con diversos costes de despido,produce necesariamente comportamientos estratégicos. Lo que pretendo es poner de relieve el hecho de que, aunque con la teoría económica se puede explicar casi cualquier cosa, ciertas situaciones dejan una sospechosa sensación de que se está usando un vocabuario tecnico como eufemismo.No deben asumirse como “naturales”,»justificables» o “virtuosas” muchas situaciones que provienen directamente de las partes menos buenas de la condición humana.

Hago mía la frase que los empleados de Google escribieron en la pizarra a los primeros managers externos que contrataron justo antes de su primera reunión. “Don´t be evil” –No seáis malos-. A la que añado, «Don´t be foolish» -No seáis tontos-. Posiblemente sólo con esto nos ahorremos muchos quebraderos de cabeza y palabrería en el futuro.

24 comentarios en “No seáis malos. No seáis tontos

  1. Lo mejor seria que el empleado cobrara su despido con el primer sueldo, es decir 1000€ + X ,asi la empresa A tendria al empleado M durante un periodo de tiempo sin tener que preocuparse por el despido….¿no?,

    Para cuando un monografico sobre las jubilaciones anticipadas…

    Tengo 50 y ya me he cansado de currar:
    ¿Que puedo hacer?

  2. ¿Es que no hay nadie a estas horas que me de una solucion urgente?
    ¡I don’t like mondays!

  3. La contratación indirecta a través de empresas de servicio tiene su fundamento principal en: Por un lado tratar de no dar caracter de continuidad a un puesto de trabajo que se pretende, o se desea, que no sea fijo. A evitar que en situaciones de menor actividad se tenga que mantener a trabajadores, que siendo contratados a través de empresas de servicios, cuesta menos, psicológicamente hablando, despedir, mientras que si están en plantilla, si es con contrato temporal hay que esperar que éste expire y si ha alcanzado el caracter de fijo habría que indemnizar, con una cantidad baja, ya que su antigüedad es asimismo baja, pero, y no se olvide el articulista de eso, que no lo toca en su artículo, de la conflictividad que puede generarse en el resto de la plantilla, por solidaridad, cosa que en el caso del contratado a través de empresas de servicios no ocurre. Tambien se podría dar el caso de que un empresario contrata a través de empresas de servicios a un muy pequeño número de trabajadores, que, aunque le cuestan caro, no perciben ellos emolumentos altos y son ejemplo para el resto de empleados fijos y que pueden considerarse más afortunados, por comparatividad, lo que puede generar menores demandas de aumento de sueldo en el resto de la plantilla. Otro motivo es el de evitarse el costo de una empresa de contratación de personal, esperando que la de servicios le sirva como sistema de conseguir personal cualificado, usándola como sistema de usar y tirar hasta que se consigue a alguien válido y al que se contrata ya directamente y con intención de que forma parte de la plantilla fija.
    En definitiva, a mi entender, todo viene motivado por el histórico y endémico problema de la dificultad para reducir plantilla en momentos de menos actividad. Si se modificase el sistema actual eliminándose el alto costo del despido, tanto en dinero, tramitación, conflictividad etc. etc. Las contrataciones vía terceros serían muy pocas y solamente en los casos para lo que éstas están inicilamente pensadas de situaciones muy eventuales.
    El costo de 40 días por despido improcedente,(20 en algunos caoso) más salarios de tramitación y previsible conflictividad aparejada, es una losa que ningún empresario desea tener y el simple hecho de poder evitar el hecho de tener que dar explicaciones a unos y otros, incluido el contratado, tambien juega a favor de la contratación indirecta.
    Enfín, que no es más que la perversión de un mal sistema que venimos arrastrando desde ¿Franco? ¿porque es lo único que se mantiene en la legislación laboral de esa época no?
    Hay quienes entienden que son unos derechos conseguidos que no se pueden perder. Yo considero que se pierde más tratando de defender puestos de trabajo que, por necesidad de producción, son prescindibles, que forzando a mantenerlos, o a indemnizarlos muy fuertemente, cuando esos recursos deben estar disponibles para modernizarse tecnológicamente y afrontar etapas de mayor crecimiento. Los años 80 y debido a las rigideces del sistema fueron los de mayor destrucción del tejido empresarial antiguo y en los que las multinacionales hicieron su agosto comprando empresas españolas a precio de saldo.
    Un buen sistema de percepciones dignas por desempleo y mayor o total flexibilidad laboral beneficiarían más a los trabajadores que a los empresarios y mejoraría los índices de productividad considerablemente.
    Venga, aguanto la caña.

  4. Muy interesante la cuestión que discute Econcon. La verdad es que no me atrevo a ofrecer ninguna explicación alternativa, por puro desconocimiento del fenómeno. No obstante, sí me gustaría señalar que este comportamiento tan extraño de las empresas españolas encuentra su reflejo en otros ámbitos. Por ejemplo, ¿por qué las grandes empresas españolas son tan reacias a invertir en I+D? ¿Por qué no piensan en el largo plazo? ¿Por qué son tan miopes o cortoplacistas los empresarios españoles? En otro orden de cosas, ¿por qué las empresas no se deciden a racionalizar sus horarios y jornadas? ¿Por qué se incentivan jornadas extenuantes que tan sóo sirven para reducir la productividad? Y ya puestos, ¿por qué son tan cafres tantos jefes de recursos humanos?

    En fin, que el país da lo que puede dar. Sería raro que los empresarios fueran, en promedio, mejores que los políticos, los escritores, o los taxistas. La media nacional sigue siendo una media mediocre, aunque vayamos mejorando.

  5. En país de funcionarios- y tan funcionarial- donde el ideal de muchos jóvenes es aprobar una oposición “para tener un sueldo seguro”, hablar de temas de flexibilidad del mercado laboral y productividad es como mentar a la madre. Añadamos una legislación más preocupada por los derechos del trabajador ocupado que por buscar trabajo al desocupado y unos sindicatos que se siguen moviendo en una jerga social que poco o nada tiene que ver con el mercado y el siglo XXI : ¿qué es eso de un contrato indefinido o la seguridad en el empleo? Reductos de un pasado que muere. Queramos o no.

    Acierta Fernando cuando pone el origen de la cuestión en la rigidez del mercado laboral, pero una vez hecho el diagnóstico el problema sigue siendo el tratamiento. ¿Cómo compaginar, de alguna manera, los derechos adquiridos con la flexibilidad necesaria para ser competitivos? ¿O es que no se pueden compaginar ya? ¿Existe la fórmula?

    Mi empresa acaba de conseguir fabricar el componente de una pieza industrial para un país árabe. Dicha pieza la componen otros cuatro componentes más que serán fabricados en otros cuatro países distintos, cada uno de ellos con legislaciones laborales diferentes y hasta sin legislación laboral en algún caso. ¿Cómo ser competitivos en este mercado global?

    Áteme esa mosca por el rabo. Please.

    (Buen artículo, aunque con final abierto)

  6. Hola Econcon, me parece muy apropiado tu artículo (aunque no hables de los parados…)
    Otra razón para los contratos de las ETTs que no mencionas podría ser no tener que pagar la Seguridad Social, o me equivoco? por algún motivo muchas empresas pagan la mitad del salario en dinero negro, debe ser que la diferencia del pago a la SS de un salario a otro es muy alta y a la empresa y a los empresarios les sale más rentable ser ratas. Porque hay que ser rata.

  7. Hay que ver cómo son algunos votantes de IU. Tiene mérito votar a un partido así, denostar a los sindicatos y defender la desregulación del mercado de trabajo.

  8. Bueno, Econcon se lanza al tema de «Economía de recursos humanos». No está mal despues de los dias pasados dedicados a la política. Despues de describir la situación normal de contratación «outsourcing» con empresas que se dedican a alquilar curritos, Econcon pasa a considerar el caso anormal pero por lo visto bastante general de empresas que contratan curritos de empresas dedicadas a alquilarlos, nada menos que para la actividad principal de la empresa arrendataria. Econcon da 2 explicaciones de esta aparente irracionalidad y pide que le ayudemos a encontrar mas. Fernando acude enseguida con mucho conocimiento del tema y señala certeramente que si el coste del despido fuera menor o mas flexible disminuiría mucho el fenómeno. Asimismo, señala que al coste del despido, hay que añadir el clima de subversión que se crea en la plantilla cuando van a despedir a compañeros injustamente. En cambio siendo «alquilados» no se genera esa solidaridad.
    No entiendo muy bien la segunda razón de Econcon, dice «puedo obtener más productividad de mi plantilla haciéndoles trabajar más horas sin pagarles y manteniendo unos amenazadores niveles de precariedad». Es decir, creo que supone que habiendo cohabitación de personal de plantilla y alquilados con diferencia grande de sueldo, los primeros van a sentir la espada de damócles del despido mas cercana y están dispuestos a hacer horas extra sin cobrarlas para compensar.
    Aunque entre Fernando y Econcon han casi agotado las explicaciones posibles, aporto la siguiente:Creo en la inercia de los estilos de «jefes de recursos humanos». En épocas de fuerte crecimiento económico, en que tienes que robar especialistas a la competencia o tienes miedo a que te los roben si no cedes en aumentos desorbitados de sueldo, se impone ofrecer contratos indefinidos(entrar en plantilla) como forma de reducir esta incertidumbre. Por el contrario, en épocas de estancamiento economico, despues de tener que arrostrar el coste de muchos despidos, se impone «nunca jamas» meter gente en plantilla. Y claro, como todo en la actividad económica, hay un lag o desfase en la conducta del jefe de personal, que depende de los cabreos del Director Gerente. Este último, tambien tarda un poco en darse cuenta del punto de inflexión del ciclo.

  9. Una curiosidad laboral 🙂

    ¿Cuántos de quienes escriben en este blog- y otros- lo hacen desde un ordenador y conexión que pagamos todos y en horario laboral que también pagamos todos? ¿Se mide esa [no] productividad? ¿Y ese coste para el Estado? ¿Existe algún control sobre el particular? ¿Cómo habría que definir esa conducta? ¿Qué dice la socialdemocracia sobre la cuestión?

  10. Me ha gustado mucho el artículo de Econcon. Tengo muchos amigos en esa situación de mileurismo de consultora. Sólo me gustaría añadir una cosa. Lo que cuentas no es sólo predicable de la empresa privada, también de las Administraciones Públicas.

    Conozco casos – algunos de ellos sangrantes – en los que la Administración subcontrata actividades core (perdón por el anglicismo). No la limpieza o la vigilancia de edificios sino, por ejemplo, la tramitación de recursos administrativos. Funciones propias de autoridad pública (que es la razón de que existan funcionarios)

    Y a veces ni si quiera a una consultora que al fin y al cabo tiene su equipo de gente (mal o peor pagada) sino que llega a contratar – en fraude de Ley – a personas que deben darse de alta como autónomos y que trabajan en las propias dependencias de la Administración. Codo con codo con funcionarios de carrera que hacen las mismas tareas y que tienen un salario y una protección laboral y social a años luz de la del subcontratado (que, por ejemplo, no tendría ni derecho a la baja por maternidad).

    Y eso lo hace hoy la Administración Pública. ¿Por qué? Porque es más caro crear las plazas – de funcionario o de laboral – y de este modo la Administración se ahorra una pasta. ¿Con qué cara exige luego a las empresas que reduzcan la temporalidad, que sean buenas y que no exploten al común?

    Ale, otra mosca que atar.

  11. De todas maneras, la proporción de personas contratadas a traves de empresas de contratación temporal es baja y se suele utilizar en sectores y puestos muy definidos como son, por ejemplo, los vigilantes jurados o empresas con muchos puestos de telemárketing, o servicios asimilados, como los de telefonía. La pequeña y mediana empresa no suele utilizar mucho ese sistema de contratación, salvo en casos muy puntuales y generalmente como sustituciones temporales de personal administrativo con bajas prolongadas, como pueden ser los períodos de lactancia en caso de nacimientos.
    Es relevante tambien que en las empresas que usan este servicio profusamente, como es el caso de empresas de elemárketing, uno de los argumentos es la inexitencia de bajas laborales y el costo vinculado a las mismas, ya que si se produce la baja, el empresario recibe un sustituto inmediato, o no paga el servicio durante la baja. Tambien en temas de adaptación a nuevos sistemas informáticos se suelen apoyar en personal contratado a traves de empresas intermediarias, ya que es más fácil y productivo el formar al personal propio, a través de gente joven y con conocimientos informáticos actualizados, que enviar al personal propio a cursillos externos que interfieren más en las acividades del día a día.
    Pero, por encima de todo, está el temor, basado en experiéncias anteriores, de tener una plantilla que pueda resultar excesiva en tiempos de menor producción. 40 días por año trabajado, más gastos de abogado, tiempo, conflicto etc. es una barbaridad, en un pais en el que se crea el empleo al ritmo que el nuestro y en el que se promete seguirá creciendo a pesar de la desaceleración económica que se vive. Además, se añaden otras rigideces, anómalas en cualquier pais avanzado, y en los que la movilidad funcional y geográfica, es un factor de incremento de productividad, tanto por el sustituyente en el puesto que alguien deja vacante, como en el puesto en el que este último se incorpora. Sin embargo aquí se premia la inmovilidad con trienios y quinquenios y no digamos si encima se incorpora la adecuación lingüística.
    Enfín, a ver quien le pone el cascabel al gato.

  12. Alexis, en el sector público existe algo peor que la subcontratación de servicios y es la subcontratación de responsabilidades [políticas]. Lo vivimos cada vez que hay una huelga en una subcontrata (como la de limpieza en metro de Madrid) y el político de turno, responsable del área, dice que la cosa no va con él, que es un problema entre la empresa contratista y sus trabajadores. Con lo cual la responsabilidad del político frente al ciudadano queda también subcontratada (cuando existen problemas, evidentemente). Existen empresas municipalizadas donde lo único de propiedad pública es ya el político de turno que decide las subcontrataciones (el resto, incluidos los ciudadanos, estamos subcontratados).

    (El colmo de los colmos es cuando Gallardón dijo que la corrupción del área de urbanismo del ayuntamiento que él preside se iba a solucionar subcontratando los servicios prestados a empresas privadas. Supongo que sería para que se siguiera robando sin molestarle)

  13. Gracias por el artículo, Econcon. A mí me pasa como a don Cicuta, que sé poco y todo desde mi propia experiencia.

    Yo he sido mileurista hasta hace 4 meses -de hecho, mi última nómina en la Universidad Complutense fue de algo más de 900 euros y era un contrato con una administración pública….-. ¿Por qué me pagaban tan poco? Porque mucha gente piensa que la investigación no es un trabajo, sino pasar el rato. Así que miré a mi alrededor y vi a gente de mi edad, desarrollando trabajo cualificado y con sueldos de 500-800 euros. ¿Por qué les explotaban? Porque parece ser que la alternativa es el paro o un trabajo donde te van a pagar lo mismo.

    Mi intuición me dice que hay pocas empresas españolas que se concentren en generar valor añadido y muchas en ganar dinero rápido. De hecho, si uno hace 5 años tenía 5 millones de euros no sé qué era más racional: comprar suelo y construir pisos o poner a 5 tipos a investigar en busca de una patente. ¿Qué generaba menos incertidumbres?

    Parece ser que en este país hay que pasar por el «valle de lágrimas» del casi-mileurismo. No sé si en otros países OCDE sucede lo mismo. ¿Alguien tiene algún dato?

  14. Despues de leeros…solo me queda volver a repetir mi grito angustiado:
    ¿Para cuando un monografico sobre las jubilaciones anticipadas?

    Tengo 50 y ya me he cansado de currar:

    ¿Que puedo hacer?

  15. Muchas gracias Econcon por el muy interesante artículo. Sólo quiero hacer dos objeciones. Una es que al concentrar el asunto en el personal cualificado mileurista se pueden perder de vista algunas dimensiones del problema. Los, digamos, telefonistas ni son personal muy cualificado ni ganan mil euros, ni de lejos, y su forma de contratación habitual es una ETT, que factura el doble de lo que ingresa el telefonista (aunque eso incluye las cargas a la SS). Otro es que afirmas que el coste de contratación/despido no puede explicar esa diferencia. No digo que no tengas razón, pero me gustaría saber qué datos respaldan eso.
    Puede que la «cultura empresarial» sea mala, y la «cultura» de recursos humanos perversa, pero yo no sé si la cultura explica tantas cosas, y no estoy seguro de que poner ahí el hincapié sea lo que nos vaya a ayudar a mejorar.
    La segmentación del mercado de trabajo no es privilegio de España, en Italia, por ejemplo, están igual o peor, y algo parecido sucede en Francia. La pauta, como es bien conocido, es más o menos esta: trabajadores consolidados de una cierta edad tienen sus trabajos muy protegidos y bien pagados, los jóvenes (y mujeres) tienen trabajos más precarios y la redistribución y extensión de la protección ocurre en el ámbito familiar. Cuando se tiene. Es algo bastante reaccionario.
    Hay muchas complicidades en esta pauta: los sindicatos, la «cultura patriarcal», los horarios, la Iglesia, la calidad de la Universidad y de la FP, los precios de la vivienda, los cheques frente a las guarderías, los frenos a la movilidad territorial, qué se yo.
    Yo no creo que los empresarios lo prefieran así, no creo demasiado en el poder disciplinador de las malas condiciones de trabajo (sí,más bien, en las ganancias de eficiencia de las buenas condiciones). El problema fundamental se da, me parece, entre trabajadores: padres frente a hijos, hombres frente a mujeres, funcionarios frente a no funcionarios, organizados frente a no organizados.
    Tampoco creo que los empresarios pertenezcan a ningún coro celestial, pero mi modelo es el danés: que paguen impuestos para cubrir un seguro de desempleo y una formación universales, y despido libre si quieren.

  16. El empresario no quiere el despido libre como sistema de abaratar costes, sino como defensa de la productividad. El empresario estaría encantado de que los costes de la cancelación del contrato estuviesen incorporados en el sueldo, como un plus de cancelación. No les importa pagar más, cincluso al personal que sabe que nunca va a cancelarle el contrato, porque le es necesario, por carga mínima habitual de trabajo, y en muchos casos porque la capacidad del operario le jutifica el mantenerlo en cualquier circustancia. El empresario simplemente quiere que se convierta en algo normal el que una empresa adecúe su fuerza laboral a las necesidades del momento, sin más complicación. La productividad, en los casos en que la marca el operario y no la linea de trabajo automatizada, es totalmente dependiente del individuo y es perverso el que hoy existan, fundamentalmente en medianas y grandes empresas, operarios que defienden su menor capacidad o voluntariedad con coacción a los compañeros noveles. Es frecuente eso de ¿A donde vaz, tío? ¿Te crees que la empresa es tuya, o nos quieres dejar en evidencia? Hay empresarios que abusan, no lo dudo, pero hay mucha más falta de profesionalidad y malos hábitos en los niveles más bajos y los mandos intermedios, que suelen haber salido de la propia plantilla y con la que tiene excasa capacidad y voluntad de imponerse por lo poco rentable que le resulta en todos los niveles, empezando por el afectivo, evitan cualquier tipo de problema.
    Direis que soy tremendista, pero es una realidad lo de la baja productividad y excasa motivación y no tanto porque el empesario no esté dipuesto a retribuir más adecuadamente al productor eficaz, sino porque en muchos casos se ve obligado a pagar al estilo «café pa tós» como sitema de evitar complicaciones con quienes, ni entienden ni les interesa entender y menos que lo entiendan los compañeros, que hay una relación productividad/remuneración que permite que los más capacitados y/o voluntariosos sean retribuidos en consecuencia.
    Alguno habla en el blog de la falta de inversiones empresariales en I+D pero, hoy por hoy, los empresarios de empresas medianas no ven interesante incrementar el gasto en ese capítulo, porque saben que no es por ese lado donde tienen el freno en la productividad, lo que convertiría el gasto en algo poco rentable.
    Enfín. es una opinión.

  17. Hola. Pinceladas adicionales.

    Que el coste de despido es un factor que afecta negativamente a la contratación directa, ya estaba dicho. Lo relevante aquí es que la empresa cliente da a la empresa de servicios una cantidad comparativamente tan alta que no es racional pensar que solo responde a este concepto. Obviar que el ser «malo», pagar en negro, torcer la ley, intimidar, discriminar, presionar etc son conductas cotidianas y humanas, no ayuda a mejorar nuestro analisis sino que constituye una omisión de variables relevantes.

    ¿Despido libre y gratuito? Sobre el papel si se surte de una adecuada red social de servicios….el trabajador en teoria no saldria perjudicado. Tambien es verdad que si, mañana por la tarde se aprueba el despido libre y gratuito , al dia siguiente por la mañana no nos vamos a encontrar con contrataciones masivas, sino con despidos masivos de trabajadores de una cierta edad, con mejores condiciones salariales y que son dificilmente empleables. Entonces el liberalismo se nos olvidará convenientemente a todos (como siempre) y pediremos una fuerta actuación estatal para solucionar el problema. ¿Hay soluciones mixtas?, si, por mi, estupendas.

    ¿Simplificación de modelos de contratación? Podríamos ir a un modelo de un contrato. Indefinido con un coste de despido digamos de evolución lineal con la edad, para lo demás ya estarían las ETT (a las que no hay que meter en el saco de las empresas de servicios porque están sujetas a un régimen jurídico bastante más estrecho).

    No obstante, sigue siendo extraño muy extraño que en España desde el 90 mas o menos tengamos una temporalidad global del 30%. Se ha pasado por ciclos recesivos y por un ciclo expansivo de mas de 12 años… y esta nunca ha bajado del 25%. La conflictividad laboral ha sido pequeña, los sindicatos han adoptado una posición sumamente responsable… se ha reformado numerosas veces la normativa laboral..y aqui se ha movido todo el mundo menos esa terca cifra. Señores, aqui haya mas cosas. Podemos llamarlo de dos maneras «a lo fino» podemos decir que en general la empresa española sobreestima la posibilidad de despido y sobredescuenta intertemporalmente el coste futuro, o «a lo basto» que no se contrata directamente porque no les da la real gana. También podemos decir que los trabajadores son malso malísimos y que no lo haen bien (parece mentira, con esos sueldazos y esas condiciones de contratación que hay, que malos , que malos) e incluso en el caso de la persecución a las mujeres en edad fértil, podemos culparlas por … uhmm por tener ovarios, las muy viciosas.

    Cada palo debe aguantar su vela, insisto. Para una mejora global de las condiciones del mercado laboral español es hora de que empiecen a añadirse otros elementos al discurso amen de los ya conocidos “despido libre” “país de vagos” y “son los empresarios los crean empleo” (por supuesto, los currantes son los que se lo llevan crudo). Es hora de hablar tambien de flexibilidad de horarios, de productividad, de equiparación salarial, de huida de la precarización…por ejemplo. Es hora también de empezar expulsar de la practica cotidiana conductas que repugnan a la ética.

    Vamos, digo yo.

  18. Pues sí Econcon, muy bien. Ahora sólo falta mandarle una fotocopia a Zapatero para que se ponga a ello y si no lo hace, así «a lo basto»… ¿será porque no le da la gana?
    ¿qué se necesita para poder llevarlo a cabo?

  19. Hoy estoy asombrado de la capacidad de Econcon de escribirnos sobre un tema fundamental en economia …si Ceferina es una pluma clara y diafana con su mirada de la politica llena de vida cotidiana…considero a Econcon nuestra Ceferina particular cuando se habla de economia…una pluma clara y diafana…
    Y ya que nuestro articulista Miguel Sebastian…suena como nuevo ministro del gobierno de Zapatero..le rogaria que hablara con Econcon y le concediera una secretaria…que bien podria ser de informacion publica de los hechos economicos que hay que realizar…(si no lo digo reviento)..ejem

    Me han gustado mucho los articulos «monopolizantes» de Fernando y de todos los demas..sobre todo el entremes 7 Don Cicuta
    «Hay que ver cómo son algunos votantes de IU. Tiene mérito votar a un partido así, denostar a los sindicatos y defender la desregulación del mercado de trabajo».

    ¿Se habra dado cuenta , el aludido , del tartazo propinado?…jeje

    Por otro lado me solidarizo con El que me mira detras del espejo…el sabe que todos los dias me hago la misma pregunta ante el ,cuando me levanto:

    ¿Para cuando un monografico sobre las jubilaciones anticipadas?

    Tengo 50 y ya me he cansado de currar:

    ¿Que puedo hacer?

  20. Gracias, Econcon, por el artículo.

    Refuerza mis perplejidades sobre el mundo de los sindicatos. Confieso que no procedo de la tradición de los luchadores de clase. Por eso, desconozco profundamente la realidad sindical. Para mí, se trata de organizaciones misteriosas, míticas, de fraternidades de honrados padres de familia con pañuelos rojos anudados al cuello y camisas blancas sucias bajo chalecos desgastados: son los héroes de Novecento, de Germinal, de la Patagonia Rebelde. Pero sospecho que algo habrán cambiado en nuestros días. Veo al vidrioso Fidalgo y me da que pensar. En resumen, mi pregunta es: ¿qué papel juegan los sindicatos en todo esto?

    Abrazos para todos.

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