Aitor Riveiro
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? Las copas de vino que me tomo, déjeme que las tome tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘no puede ir usted a tanta velocidad’, ‘no puede comer hamburguesas de tanto’ o ‘se le prohÃbe beber vino’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad». Quien asà habla no es Paco, el borracho desaseado que, acodado en la barra y con un palillo en la boca, arregla el mundo inspirándose en un ‘jotabecola’ mientras desnuda con la mirada a la quinceañera que entra a ver si le dejan comprar tabaco.
No. Quien asà habla es don José MarÃa Aznar López, ex presidente del Gobierno de España, presidente de Honor del Partido Popular, presidente de FAES y consejero del mayor grupo mediático del mundo.
Asà que, según don José MarÃa Aznar López, conducir a 200 kilómetros por hora por la Castellana es “libertadâ€?; en eso “consiste la libertadâ€?. Como buen amante de la libertad que soy, creo que es mi deber ofrecer a don José MarÃa Aznar López otros ejemplos de lo que es la “libertadâ€?, para que no tenga que repetirse el dÃa que le concedan otra medalla, lo que esperemos ocurra muy pronto: don José MarÃa Aznar López se merece muchas medallas.
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? Las rayas de coca que me meto, déjeme que las esnife tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘no puede usted esnifar cocaÃna’, ‘no puede fumar marihuana’ o ‘se le prohÃbe consumir MDMA’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad».
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? Los AK-47 que he comprado, déjeme que los compre tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘no puede usted poseer un AK-47’, ‘no puede comprar balas explosivas’ o ‘se le prohÃbe disparar por la ventana’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad».
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? Los impuestos que pago, déjeme que los pague tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘tienes que pagar impuestos’, ‘no puede irse del restaurante sin pagar’ o ‘se le prohÃbe colarse en el metro’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad».
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? El carbunco que yo produzco, déjeme que lo produzca tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘no puede usted producir carbunco’, ‘no puede comprar agente mostaza’ o ‘se le prohÃbe mercadear con uranio enriquecido’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad».
«Â¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mÃ? Los residuos tóxicos que produzco, déjeme que los produzca tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie. A mà no me gusta que me digan ‘no puede usted producir residuos tóxicos’, ‘no puede cambiar el aceite del coche en el campo’ o ‘se le prohÃbe prender fuego a un bosque’; déjeme que decida por mÃ, que en eso consiste la libertad».
¿Demagogia? SÃ. Espero que don José MarÃa Aznar López sepa asà identificar un acto de demagogia, se dé cuenta de lo absurdo e irresponsable que es y se retire definitivamente del centro de la vida polÃtica. Millones de españoles se lo agradeceremos eternamente.
Yo es que en esto de los pegamentos me estrené ayer con mi chasco por lo de Segolène, por eso todavÃa no llevo nada en el coche de camuflaje. Espero que en el 27 nos veamos en otro sitio que no sea Leroy Merlin. Si no, voy a tener que prepararme y elegir entre el cemento y el tablex.
Siento mucho salirme del guión y no añadir otra opinión más al incalificable comportamiento verbal de Aznar. Lo que éste ha buscado -y al parecer ha conseguido- ha sido, a mi juicio, desviar la atención de la gente, en visperas de elecciones, del papel desempeñado por el PP, a través suyo, en la guerra de Irak y en el embuste del 11M.