Prevenir infartos

Marta Marcos

Me voy a desviar un tanto de la actualidad más rabiosa, de las listas y las tontas de Batasuna y afines, del juicio del 11M o de las crispaciones varias que se expanden hoy por España. Son temas muy importantes, y de ellos hablamos a menudo. Pese todo, me voy a centrar en un pequeño artículo que publicó ayer El País (¡cómo no!). Es sobre un apasionante estudio publicado por la Universidad Católica San Antonio de Murcia. En dicha investigación, de riguroso valor científico, al parecer, se afirma lo siguiente: “Lo que más protege al hombre de riesgos vasculares es estar casado con una mujer que tenga dinero, cierto nivel de estudios y que no trabaje fuera de casa.�

La noticia es breve y no entra en detalles, con lo cual, yo me he quedado sumida en un mar de profundas dudas, todas ellas existenciales. Tal vez, ustedes me puedan ayudar a iluminar mi femenina cabecita.  En primer lugar, no entiendo muy bien lo de “tener dinero�. No sé si la mujer ha de ser rica por su casa, con lo cual la mayor parte del sector femenino sin compromiso de este país lo íbamos a tener un poco chungo si queremos que nuestros futuros maridos no mueran de un infarto. Tal vez haya que trabajar duramente, llevar una vida modesta y recatada, antes de casarse, con el fin de contar con unos ahorrillos. Todo sea por el hombre de la casa. También puede que sea que el dinero deba provenir del marido, claro. Pero, ¿y si se muere del infarto por el esfuerzo realizado por ganarlo? 

Después, está el asunto del “cierto nivel de estudios�. No sé muy bien si se refiere a lo que estudiaban en los tiempos de nuestras abuelas o bisabuelas: bordados, francés y piano, o tal vez se refiera a algo de más calado. Tal vez se refiera al graduado escolar para las que estudiamos el legendario EGB (eso que para los más jóvenes suena como de los tiempos del paleolítico superior), o al actual título de la ESO. En cualquier caso, me inclino por un nivel de conocimientos suficientes para no avergonzar al marido (y que no le dé un infarto), pero sin pasarse, no vayamos a humillarle con nuestra sabiduría (algo muy poco femenino, y que sin duda también le produciría un infarto). Por último, el estudio afirma que la mujer no debe trabajar fuera de casa. De nuevo, me entran las dudas. A lo mejor, contra todas las apariencias, este es un estudio acorde con los tiempos y, en realidad, esté hablando del teletrabajo. Sin embargo, es posible que en realidad hable de estas tareas tan poco valoradas pero que equivalen a un porcentaje sustancioso del PIB: las tareas del hogar y el cuidado de los niños.En fin, como ya comprobarán, este estudio me deja desconcertada, y me plantea muchas más dudas. No voy a entrar en los dos siglos de lucha por los derechos de la mujer, ni a hablar de las mujeres maltratadas aquí o de las que son como objetos en tantos países. Me han pedido que sea breve. Tan sólo dos preguntas más, por si alguien quiere pensárselo: ¿qué es lo que nos puede prevenir el infarto a las mujeres?¿Y qué pasa con los homosexuales?

 

 

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