Relatos de verano (último)

Melinda

5. Don Elías en la playa

 Era a mediados del mes de junio y ese año estaba haciendo calor, por lo que Don Elías fijó enseguida la fecha para pasar unos días en la playa con su mujer y sus dos nietos pequeños.  

– Justina, mañana salimos a las 7:00. Ten a los chicos listos a esa hora porque hay que salir  temprano- le dijo Don Elías a su hija, la víspera del viaje.

 Madrugar era lo habitual para Don Elías; pero cuando iba de viaje – especialmente, si iba al sur-,  su costumbre era salir mucho antes del amanecer para que no le cogiera el sol de plano. Esta vez sólo iban a Gijón, pero el estado de las carreteras hacía que el trayecto durase unas cuantas  horas. Algo antes de la hora señalada, Saturnino, el chofer, se disponía a bajar las maletas y algún bulto al coche, de forma que a las 7 en punto partían los cinco rumbo al norte. Don Elías delante, en el asiento del copiloto y Doña María detrás, con sus nietos, Juan y Marta.

 -¡Saturnino!, toque la bocina- instaba Doña María al conductor cada vez que el coche se aproximaba a una curva, frecuentes en aquel trayecto. El chofer  obedecía cual autómata, pero era reticente a quedarse con la copla y volver a hacer sonar el claxon en la curva siguiente, antes de que se volviera a oír el tono cada vez más exasperado e impertinente de Doña María.

 Por fin, pasado el mediodía, el Gran Paige verde oscuro llegaba al hotel Hernán Cortés, reservado por Don Elías días antes. La llegada era motivo de gran regocijo para los nietos: un conserje ayudaba a Saturnino a descargar el equipaje y, después de merodear un poco por el Hall, subían a las habitaciones en un ascensor pequeño, pero muy coqueto, y siempre con un joven y apuesto ascensorista dentro, que llevaba un gorro alto de botones, como en las películas. Marta respondió sonriendo al saludo amistoso del ascensorista y algo surgió de inmediato entre la niña y el joven, que Juan percibió y observó divertido, y que, más tarde, fue motivo de múltiples subidas y bajadas en ascensor del trío en cuestión, sin motivo declarado o aparente.

Por las mañanas, los chicos estaban ansiosos por acabar el desayuno y llegar a la playa cuanto antes. La inmensidad del mar y aquella playa enorme de fina y apretada arena amarilla, como otras del norte, era una novedad envolvente que les llenaba de excitación y gozo y les incitaba a una actividad frenética de carreras y juegos en la arena, adentrándose también en el agua. Pero con Don Elías, y aunque resultara paradójico, todo había que hacerlo “como Dios manda”, incluida la estancia en la playa: trajeado y con sombrero, el abuelo se sentaba cerca del agua en una silla plegable que alquilaba y, cuando consideraba que los chicos se adentraban demasiado en el mar, se ponía en pie y agitaba en el aire su gran pañuelo blanco. Ante aquella señal, ellos debían retroceder de inmediato, y así lo hacían, porque eso era lo pactado de antemano. En cualquier caso, los baños eran cortos. Cuando el pañuelo volvía a agitarse, y ahora de forma continuada, significaba que había que salir zumbando. Después, era Doña María quien se ocupaba de ayudar en el secado y cambio de vestimenta para quitarse el bañador mojado y no coger frío. Pero ambos podían contribuir a sostener una gran toalla a modo de provisional tenderete.

Uno de aquellos días el periódico local traía la noticia de un extraño y siniestro accidente en el muelle de Gijón, el Musel: una persona conocida de la ciudad de Don Elías, y propietario de minas, se había caído al mar dentro de su coche, mientras maniobraba marcha atrás en el muelle. Cuando se descubrió el coche en el fondo del puerto, el minero se había  ahogado.

Como era natural, la noticia captó la atención de los abuelos, que se quedaron consternados e hicieron llamadas telefónicas para intentar aclarar el sentido de aquella muerte inesperada.

Cuando Don Elías instó a Saturnino a llevarles a todos al Musel, por la tarde, a inspeccionar con sus propios ojos el lugar del accidente y ver si realmente podía tratarse de un accidente o de un suicidio –como se rumoreaba a media voz por todas partes-, los nietos sintieron por primera vez el regusto del morbo cuando el chofer maniobraba en el muelle  a la manera que lo habría hecho Gabino Prieto, el ahogado, mientras Don Elías descubría para sí que no se podía haber caído al muelle, sino que, probablemente, se había suicidado. 

 

6.  Imágenes de posguerra: El paseo a la escuela

Juan y Marta tendrían unos siete y cinco años cuando empezaron a ir solos a la escuela. Iban por la calle  Renueva, una calle estrecha y con aceras pequeñas, que empezaba a continuación de una plaza con una fuente de muchos caños, donde las criadas y otras gentes llenaban sus cántaros y botijos, al atardecer, todos los días. En su casa había un cántaro con agua fresca que se volvía a llenar en la fuente, cada vez que se vaciaba.

Apenas había tráfico en la calle  Renueva, por lo que, en ocasiones, cuando el zapatero remendón con mono azul y gafas de culo de vaso – que se decía que había enloquecido-, salía de su tenducha, gritándoles amenazadoramente, los niños corrían despavoridos, calle arriba, por medio de la calzada, y no paraban hasta dejar aquella calle estrecha y llegar al cruce con la muralla. Allí, se abría el horizonte y se sentían  a salvo. Subían la cuesta y cruzaban la plaza donde estaba el decrépito Instituto Femenino Juan del Enzina –en el que más tarde estudiaría Marta el bachillerato, compartiendo aulas con personajes que bien podían haberse sacado de una película de  Fellini–  que lindaba, pared con pared, con el edificio de la cárcel. 

Marta era la pequeña, pero, si en aquella carrera desenfrenada a Juan se le  desataban los cordones de un zapato, era a ella a quien acudía para que le hiciese una nueva lazada. Juan poseía otras habilidades que hacían las delicias de los adultos, y que él ejercitaba también con orgullo ante ellos:

 -A ver, Juan,  -podía decirle Don Elías cariñosamente ante alguna visita- demuéstrale a Marcelino lo bien que se te dan las matemáticas. Este chico es un fenómeno, ya verás-, añadía. Y, a continuación, Don Elías decía un número al azar: por ejemplo, el 23, a modo de orden de salida. Juan, al oírlo, empezaba muy ufano aquel recital numérico con la mayor naturalidad:  46, 92, 184, 368, 736…., y, así, podía estar unos cuantos minutos sin pararse a pensar, recitando de carrerilla, como por arte de magia, aquellas sumas mentales que parecían no tener fin y que llegaban a muchos dígitos. Marta se sentaba cerca observando a su hermano y sintiendo, como todo el mundo, una gran admiración por él.

Para llegar a la escuela aún había que recorrer  un par de callejuelas más y, por fin, se llegaba a la casa de la Srta. Salomé, que era una de aquellas maestras represaliadas por Franco, que se había quedado sin plaza, aunque podía sentirse afortunada  por haber salvado el gañote, como decía el padre de Marta.  La escuela era parte de su casa y allí aprendieron a leer y sumar, y restar y multiplicar y hasta dividir, los nietos de la burguesía republicana en aquella ciudad, cuyos padres eran profundamente laicos.

Un día, al salir de la escuela, Marta oyó vocear a un vendedor de periódicos, que gritaba con un fardo bajo el brazo:

-El Caso. Con la noticia de una niña secuestrada-.  ¿Qué sería aquello de “secuestrada”? Cuando Marta lo descubrió sintió pavor.

25 comentarios en “Relatos de verano (último)

  1. ¿Cómo que último? ¿Me voy a quedar siempre en la incertidumbre, sin un cuadro general del destino de Marta, Celso y don Elías?

    ¿Y ahora qué hago? ¿Me convierto en nihilista, como Don Cicuta?

  2. A mí lo que más me intriga es si Juan sigue teniendo esa capacidad asombrosa para doblar cantidades mentalmente.

    Y qué fue de Celso, y de Marta, y de don Elías y doña María, y de Saturnino, claro, con ese afán por no tocar la bocina en las curvas.

    Y mi más sincero homenaje a la señorita Salomé, como maestra republicana represaliada.

  3. Yo lo que quiero saber es qué llevó a Gabino Prieto a suicidarse en el muelle y, ya puestos, por qué tuvo que llevarse el coche consigo. Y quién coño era la niña secuestrada?
    Enhorabuena, por el contenido y por el continente!

  4. A propósito de la trágica muerte del bebé Ryan, les cuelgo esta noticia, referida al gerente del Gregorio Marañón, aparecida ayer en el diario Público:

    «Un gerente que protagonizó en 1990 la ‘noche negra del Marañón’
    Antonio Barba, afín al PP, trató de ocultar una negligencia en el hospital

    El director gerente del Hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba, que el lunes acusó a la enfermera que se equivocó al alimentar a Rayan sin esperar a una investigación, sabe bien qué significa que su nombre aparezca en la prensa como consecuencia de un fatal error médico.
    Hace 19 años murieron dos personas en los pasillos de un desbordado servicio de Urgencias del Gregorio Marañón. Tal fue el descontrol que se vivió en las Urgencias del centro la noche del 22 de enero de 1990 que aún se la recuerda como la noche negra del Marañón. Barba ejercía como jefe de guardia del centro. Como tal, firmó un parte judicial asegurando que uno de los dos fallecidos ingresó ya cadáver. La sentencia consideró que el doctor incurrió en una falta muy grave, porque el paciente ingresó con vida. La justicia también acusó a Barba de dos faltas graves, por no haber investigado por qué el paciente estuvo dos horas sin atender en los pasillos y por no tomar las medidas necesarias para resolver la situación caótica que se vivió aquella noche.

    Dos años sin ascenso
    La Comunidad de Madrid, gobernada entonces por el socialista Joaquín Leguina, le inhabilitó durante dos años para todo tipo de ascenso. Seis años más tarde, Barba, afiliado al PP, fue nombrado director general de Salud del Gobierno regional, presidido entonces por Alberto Ruiz Gallardón. Ocupó el puesto hasta el año 2000. Barba es especialista en Medicina Interna y Comunitaria, empezó a trabajar en el hospital Gregorio Marañón en 1973, donde formó parte del Comité de Empresa.»

  5. Me uno a esa petición que hacen Lobisón, PdF y PMQNQ a Melinda:¡¡queremos más!! ¡Queremos conocer el destino de los personajes del relato! ¿Qué es eso de «Ãºltimo»?

  6. De ayer: de traca las aportaciones de Niño Becerro y Roberto Centeno (al que por su apellido es inevitable vincular, como bien sugería AC, con el origen del LSD) que nos colgaba Jergón. Y enternecedor su mención al carácter de «catedrático universitario» de alguno de estos personajes como argumento de autoridad.

  7. Joder con el gerente del Gregorio Marañón… Lo raro es que Jergón no le haya propuesto como modelo. No militará ahora en UPyD? Pa mí que aunque sea en la intimidad, debe sentirse próximo

  8. Hola,

    Qué entrañables recuerdos se presentan leyendo estos relatos veraniegos. A mí me viene a la cabeza con fuerza uno de mi abuelo, también.

    Era principio de verano, mis padres estaban de viaje y yo había quedado al cuidado de las personas que trabajaban en casa pero bajo la supervisión de mis abuelos, que vivían en el piso de abajo. Mi abuela tuvo que ausentarse a la casa de verano, en la montaña, para prepararla para acoger a la familia poco después, entre otras cosas dar vuelta a los colchones con Adoración. La noche anterior, mi abuelo, con gran regocijo, me dijo medio al oído que al día siguiente iría a recogerme al colegio al mediodía y me llevaría a comer a un restaurante de lujo en el que preparaban unos callos inmejorables.

    Yo me acosté muy excitada con la idea de que mi abuelo me fuera a buscar al colegio, cosa muy poco normal en aquella época y pensando en cómo resolver lo de los callos que en principio me daba mucho asco. Como no tenía ningún miedo a mi abuelo y era una niña bastante mimada, me dormí convencida de que convencería fácilmente a abuelito de que yo quería comer gambas y pollo.

    Me desperté más temprano de lo habitual y sin ninguna pereza, me arreglé más que otros días y llegué al colegio de las primeras. La mañana se me hizo eterna y estuve mas distraída que nunca, pero al final, cuando salí de clase corriendo, allí estaba mi abuelo con los brazos abiertos para darme un beso, elegantísimo y sonriendo. Me monté en el Opel Kapitan y llegamos al restaurante en un pis pas. Yo ya había ido más veces a restoranes con mis padres pero aquel me impresionó. Jerónimo, el propietario nos recibió y trató francamente bien.

    Mi abuelo me sugirió que comiera callos pero que podía pedir lo que a mi más me gustara, no lo dudé. Pedí gambas y callos. Disfruté tanto de aquella comida y de su compañía, que, a partir de ese momento, los callos son uno de mis platos favoritos.

  9. También sería interesante saber si Juan sigue sin saber hacerse la lazada de los zapatos…. quedan muchas incógnitas sin aclarar para que Melinda suspenda sus relatos así porque sí.

  10. LLegan los calores del verano y Agosto se acerca.
    Es tiempo de retomar el tiempo perdido.

    Es tiempo de reposición.
    No se si El Que Os Mira se decidira a seguir con su saga marciana….pero aqui os dejo el prologo de la 1ª temporada de “El Viaje a Marte de Amistad Civica»

    Cronicas Marcianas desde el otro lado del espejo.

    ¡¡Una historia apasionante desde la mirada de El Que Os Mira!!

    El Que Os Mira dijo: 3 Agosto, 2008 a las 16:18

    Cronicas marcianas:

    ¿Os he dicho que los marcianos son seres mimeticos camaleonicos y nomadas por conviccion?.

    Creo que algo os he contado,pero os aclarare los terminos ,para que podais comprender en que Marte me encuentro en estos momentos.
    Según los estudios realizados por los lugareños marcianos, con los que tome contacto al llegar a Marte,demuestran que el brinco que di desde la Tierra ,fue de un impetu tal que la velocidad desarrollada,hizo que los pliegues temporales -espaciales se juntaran en un punto en el que todo era posible y por lo tanto he ido a parar a un mundo marciano alternativo,ya que no todo en Marte ha sucedido en la misma esfera temporal.

    No se si lograreis entender el quid de la cuestion ,pero lo que si es cierto es que Amistad Civica ya estuvo aqui en 1918.
    ¡Si! no os quedeis con la boca abierta,os estoy dando una exclusiva galactica en pleno verano terricola….y eso no lo podeis considerar como un vulgar culebrón de verano,para mantener la audiencia.
    Ya se que a muchos de vosotros os entrara la risa porque pensareis que Amistad Civica debe ser el abuelo matusalen ,por lo menos….pero todo tiene su explicacion cientifica.

    La respuesta esta en las paradojas temporales y el libre albedrio temporal que suelen crear los llamados “agujeros de tornillos”.
    Cuando un agujero de tornillo se autodesarrolla,todo es posible.
    Los marcianos tienen el convencimiento cientifico de que un agujero de tornillo con autodesarrollo travieso se introdujo en el espacio temporal de un blog terricola ,un lugar para el encuentro y el debate democrático,que ¡oh sorpresa! era Debate Callejero.

    Por increible que parezca ,¡es cierto! y a las pruebas me remito.

    Los marcianos tienen una cualidad poco comun en la Tierra ,jamas se equivocan en los resultados de sus estudios cientificos,jamas.¿que como lo puedo afirmar con tanta rotundidad?…pues no se …pero el aire que se respira al estar a su lado me permite poder hablaros desde Marte y sin traje espacial,gracias al desarrollo tecnologico que les permite a sus cuerpos generar aire a su alrededor.
    En fin ,vayamos a la noticia sobre los estudios del viaje a Marte de Amistad Civica ,alla por el año 1918.
    Por lo visto el agujero de tornillo entro en Dabate Callejero y atrapo temporalmente a algunos de sus colaboradores habituales que lejos de quedarse alucinados con ese fenomeno ,se adaptaron sin ningun tipo de problema a los papeles que el libre albedrio les habia asignado.

    Tengo en mi poder un documento grafico en el que podreis ver la vida de estos blogueros durante su paso por el espacio temporal de 1900.

    Un documento grafico que desarrolla los planes de Amistad Civica , cuyo ídolo es Cristobal Colón (aunque le atribuye erróneamente la intención de dar la vuelta al mundo), para viajar a Marte. Para ello,en colaboracion con el profesor estelar Von Verlitas ,el profesor Ignacio El Cuencas y un tal Franco Enamorado, en sólo dos años logra construir una nave, el Excelsior, y logra captar como voluntarios a un puñado de arriesgados expedicionarios sacados de Debate Callejero, uno de ellos,Franco Enamorado, comprometido con una joven llamada Marta (podreis saber como comenzo Franco con su historia de siempre mandarle un millon de besos….jeje).
    Boicoteado por el escepticismo de un viejo científico,Don Cicuta, quien se despide con sarcasmo de la tripulación pidiendo que le envíen una carta a Venus.
    Tras varios meses de viaje, con un intento de motín incluido, la nave llega a Marte, donde aguardan un sequito de Lendakaris y una pleyade de hombres y mujeres vestidos totalmente de blanco, los hombres con túnicas que recuerdan al mundo clásico grecolatino, pero con extrañas cofias de una tela como de ala de mosca; las mujeres, como las hadas campestres, con diademas de flores.
    Tras años de guerras y sangre, Marte ha construido un mundo civilizado donde no hay armas de fuego, ni delitos (o si los hay, se superan con la toma de conciencia y no encerrando al infractor en la cárcel) y donde el amor se vive desde la pureza.
    El capitán Amistad Civica se enamorará de estos ideales y en especial de una de las doncellas, a la que traerá en el viaje de vuelta.
    Este documento grafico,los marcianos de este mundo paralelo al que he llegado ,estan haciendo todo lo posible para que os lo pueda mandar lo antes posible y valga la redundancia….espero que no se partan el culo…porque como ya os dije,los marcianos cuando se parten el culo crean interferencia en las comunicaciones….jeje.
    Ahora podreis entender porque desaparecia momentaneamente Debate Callejero y no podiamos acceder a el….os acordais…¿verdad?…jeje.

    Los lugareños marcianos son unos cachondos.
    En recuerdo a la trayectoria astral de Amistad Civica,el documento grafico del que hos he hablado esta producido por:
    L.S.D.“Lucid Space Domain” (Dominio Lúcido Espacial).
    ¿A que son unos cachondos?….jeje.
    Ah por cierto ,el documento grafico esta dedicado a ADSL… ¿?….

    Saludos desde Marte y buenos deseos de toqueteos varios de los lugareños marcianos.
    ¡Adeu!….hasta la proxima y no olvideis en mineralizaros y vitaminaros como mandan los canones de La Hormiga Atomica.

    Por Mi Que No Quede dijo: 3 Agosto, 2008 a las 19:19

    Ahora se entienden todas las cosas raras que pasan en este blog (Debate Callejero), EQOM.
    Ese agujero de tornillo con autodesarrollo travieso que se introdujo en el espacio temporal de Debate Callejero ,lo explica todo.
    Y ahora se entiende también ese principio borgiano del artículo del 1 de agosto: “Fiel a la tradición (que comenzó el año pasado)”.

    Gracias por la crónica.

    “El Viaje a Marte de Amistad Civica 1ªparte”…enlace:

    http://es.video.yahoo.com/watch/3235224/9129375

  11. Bueno, bueno, tranquilos, tiene razón Amistad: habría que haber puesto: Fin de la 1ª temporada. Fue un error. La historia seguirá a su debido tiempo. De todas formas, os puedo adelantar algunos datos: Juan siguió sumando de aquella manera tan anómala durante algún tiempo más; después, su sabiduría matemática se encauzó por otros derroteros. Respecto a si aprendió a hacer lazadas en los zapatos, sí, aprendió (aunque su trabajo le costó). Marta, a su vez, demostró ya a tan corta edad, en Gijón, lo enamoradiza que era y siguió siendolo durante bastantes años. Pero el mejor es el personaje apenas esbozado, Marcelino, ante quien recitaba Juan a petición de don Elías. Marcelino era un maestro de Avilés, casado con una pariente de don Elías, que lo visitaba formalmente una o dos veces al año. Era un personaje algo ridículo por lo pedante y ampuloso, y don Elías, que se reía un poco de él por toda aquella pedantería, disfrutaba viéndolo asombrarse de aquella manera tan exagerada y ampulosa ante la sapiencia de su nieto. Todos hemos conocido a Marcelinos en nuestras vidas, pero ha habido un líder político -maestro también de profesión- muy petulante y del Antiguo Testamento que a mi me lo recordaba sobremanera.

  12. Perdón, PdF, se me olvidaba que con su impetuosidad característica le acosan unas inquietantes preguntas: la niña secuestrada no se sabe quien era: era una noticia de El Caso que oyó Marta un día nublado al salir de la escuela porque la estaba voceando un tipo que vendía periódicos por la calle. Podía ser hasta falso. Ella no supo más; pero supo bastante porque aprendió lo que era ser secuestrada.
    Respecto a las posibles causas que pudieran haber inducido a Gabino Prieto a suicidarse en el Musel, hasta el día de hoy todo fueron y son conjeturas sin base real alguna. Hay que considerar, por otra parte, que eran otros tiempos y que como no había en España libertad de expresión, no solo se ahogaban las personas, sino las noticias a veces, también, cuando las autoridades no querían que se investigaran. De este caso dejó de hablarse pronto y eso era mala señal, pero ni siquiera se sabía por qué.

  13. Llama la atención en estos relatos de familia de la llamada burguesía republicana, el despliegue de poderío económico en una época en la que la mayoría de los españoles pasaban hambre real.

    Hoteles, servicio doméstico, coches de importación, vacaciones en la playa… y luego esa manera tan paternalista, propia de las clases altas, de ver y tratar al proletariado, el pintoresco zapatero, loco y miserable, el ascensorista tan gracioso disfrazado de botones, siempre disponible para la diversión de los niños, el tipo que voceaba los periódicos, el tal Jerónimo, del restaurante, tan servicial con el señor del Opel Kapitan…

    Supongo que de haber no haber ganado la guerra Franco, las mariscadas y el Don Elías, los restaurantes y los hoteles, se habrían trocado en, suponiendo que los milicianos anarquistas no hubieran dado buena cuenta de todos ellos en alguna cuneta como manda cualquier revolución social digna de ese nombre, trabajo en las eras o en las fábricas socializadas, ranchos compartidos, campos de reeducación etc, etc…

  14. ¿A qué experto ha consultado hoy, don Multinik? Se arma usted unos líos siempre….

  15. Si, claro Jergón. Se echa de menos a un Pol Pot que hubiera puesto las cosas en su sitio

  16. Este multinik, con la confusión que le caracteriza, ¿tendrá claro siquiera quien ganó la guerra? Lo digo por ese «de haber no haber ganado la guerra Franco» que le delata.

  17. Hombre, la izquierda de verdad, no la de salón, de haber ganado la guerra, no creo que hubiera visto con buenos ojos mantener el ritmo de vida altoburgués de algunos, por mucha ilustración librepensadora y republicana que atesoraran en sus bibliotecas y gabinetes.

    Y no hace falta irse a Camboya, en el París revolucionario, los sans-culottes se hartaron pronto de ser mera carne de cañón al servicio de la burguesía de Francia ansiosa de suplantar al clero y la aristocracia en el poder político. Pronto descubrieron que la guillotina cortaba las cabezas de los abogados, notarios y ricos comerciantes igual de bien que la de los duques y los príncipes.

    http://www.youtube.com/watch?v=YyGizgIUNJk

  18. Jergon no hace falta que lamentes la pérdida de la guerra por la izquierda (la de verdad, claro, como soleis decir); parece mentira que no sepas que Franco y los suyos se encargaron cumplidamente de exterminar a esa burguesía republicana e ilustrada, que tanto bien le habría hecho al país.

  19. ¡Viva Robespierre! -grita Jergon en un alarde de defender la «izquierda de verdad» que quita el hipo- diría yo. ¿Donde milita Ud. Jergón? Porque yo diría que el MCL, aquel que se autoglagelaba a principios de los setenta, le queda a Usted corto, y si me apura, hasta el mismísimo Pol Pot.
    De haber ganado la guerra, otro gallo nos hubiera cantado en esta España de hoy, en la que todavía está costando tanto defender a las víctimas de aquella masacre que fue el franquismo. ¿Es usted franquista, por cierto? Porque si no lo fuera, nunca atacaría a aquella burguesía republicana que no fue defendida ni por los gobiernos de Francia ni por los de Inglaterra en su momento. Lea usted hoy, por favor, a modo de ilustración, nada más, el artículo de José Álvarez Junco en El País, sobre lo que pasó y está pasando hoy en Villalpando, a modo de ejemplo.
    El protagonista del relato costumbrista que yo he escrito hoy tenía un Grand Paige, que efectivamente era un coche de importación, pero es que malamente podría haber tenido un coche nacional porque en aquellos años aún no se fabricaban coches en nuestro país. El primer 4-4 de fabricación española aún no circulaba en la época de mi relato, Jergón. Y don Elías había adquirido su coche de segunda mano porque durante la guerra, y hasta bastante después, en España no entraban coches de importación.
    Mi protagonista, eso sí es cierto, no era un obrero. Era un empresario que todo lo que construyó lo hizo con su esfuerzo y su trabajo, y sí era librepensador y republicano. Y todo ello a mucha honra. Lo que hace falta es no ROBAR. Eso que hoy está tan a la orden del día entre unos políticos que todos conocemos y que están tan faltos de principios democráticos «de verdad» que no dudan en desprestigiar nuestro sistema político y nuestras instituciones con tal de mantenerse en el poder atacando a los jueces que pretenden investigarlos.

  20. Y además, como bien dice PMQNQ, Jergon se ha delatado con lo de «haber no haber ganado la guerra». Igual se cree a estas alturas que la ganó la República. ¿Pero donde vives Jergón? Si es que no te enteras. Que la ganó Franco, ayudado, ayudadísimo por los Nazis, que entre otras cosas bombardearon Guernica ¿Lo sabías?

  21. No le deis mas vueltas,Jergon,es simplemente una secuela de las enseñanzas de su lider espiritual,Rosa Hype ,la mas hype de todas las hypes del mundo mundial.

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