Julio Embid
Hace 110 años juntos, el Dos de Mayo de 1808 los ciudadanos madrileños se enfrentaron de madrugada a las tropas francesas del mariscal Murat. Por la mañana, el capitán general Negrete dio la órden a los soldados españoles de permanecer en los cuarteles y no intervenir en las escaramuzas que se estaban produciendo en los alrededores de la Puerta del Sol, Lavapiés y la Plaza Mayor. Sólo dos capitanes de artillería,el sevillano Luis Daoiz y el cántabro Pedro Velarde, decidieron sacar a las tropas del Cuártel de Monteleón en el futuro barrio de Malasaña, entonces al norte de Madrid y comenzó la carnicería. Se calcula que más de 500 madrileños murieron ese día por la represión y los fusilamientos del invasor francés.
Desde que existe autonomía y Estatuto en la Comunidad de Madrid, el Dos de Mayo es celebrado como la fiesta regional. Al igual que la Diada catalana del 11 de septiembre o la fiesta castellanoleonesa del 23 de abril, las autoridades celebran una derrota militar, ante la total indiferencia de la población local. Mientras en Cataluña se celebran actos oficiales por toda la comunidad y a Villalar acuden los castellanos más motivados y algún político despistado más, en la Comunidad de Madrid se celebra una entrega de premios en la Puerta del Sol y poco más. La tradición dicta que no existe mejor lugar para celebrar la fiesta regional madrileña que en Cullera o en Gandía, porque la bendita casualidad hizo que tras el Primero de Mayo, festivo, día del Trabajador, la fiesta madrileña haga que cada año los ciudadanos puedan coger un bonito puente en mitad de la primavera para ir a la playa, o a donde cada cual estime oportuno.
Este año, la fiesta de la Puerta del Sol del Dos de Mayo será diferente. Primero porque no hay Presidenta de la Comunidad de Madrid. Cristina Cifuentes dimitió a raíz de una filtración interna de un video guardado oportunamente durante siete años dónde se le veía mangando unos cosméticos de un supermercado. Toda la polémica anterior, con la publicación de la noticia acerca de su ficticio máster de Derecho Autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos de Móstoles así como la falsificación de sus notas y actas, a la ya expresidenta le resultaba indiferente. Segundo, porque el presidente en funciones y muy posiblemente presidente interino para el año que queda de legislatura, el consejero de Presidencia Ángel Garrido resulta completamente desconocido para la gran mayoría de madrileños.
Resulta grotesco que el partido socio de gobierno junior de la Comunidad de Madrid: Ciudadanos, diga que va a mantener un gobierno del Partido Popular, presidido por Garrido seguramente, como resultaba igual de grotesca la órden del general Negrete instando a los soldados españoles a no participar en la matanza de las tropas francesas sobre la población civil en 1808. Creen que es una estrategia óptima para intentar ser primera fuerza política el año que viene y que nada cambie para que todo siga igual. Quizá algunos nos sintamos indignados ante esta infamia de corrupción que dura década y media. El problema es que para una notoria cantidad de madrileños su principal preocupación mañana será el atasco en la A3 en la «Operación Retorno» volviendo de la playa.