LBNL
Probablemente no. Al menos no se me aparecen con claridad los motivos por los que nada vaya a cambiar. Empezando por la pandemia, desatada con Ómicron, en España y gran parte de Europa, pero menos letal – aunque bastante más contagiosa – que en olas anteriores gracias no a la menor agresividad de esta variante sino a la alta tasa de vacunación. Y siguiendo por la economía, que sigue tirando, a medio gas, padeciendo la carestía de la subida del coste de la energía en todo el mundo y en Europa en particular, y las limitaciones provocadas por el Covid, bien en forma de bajas laborales o problemas de suministros desde Asia. Para acabar con la política, en la que preveo que Casado seguirá disparando a diestro y siniestro sin tino alguno, Ciudadanos seguirá empequeñeciéndose y Podemos versión Yolanda seguirá ilusionando mentes y corazones que posiblemente consigan detener su hasta ahora imparable descenso electoral. Cuando toque porque por mucho que murmuren los que desean un adelanto, sigo convencido en que Pedro Sánchez agotará la legislatura. Y luego la revalidará aunque eso, por supuesto, ya veremos. Pero allende nuestras fronteras veo grandes nubarrones y rezaré varios padres nuestros durante la semana para que la reunión Biden-Putin del día 10 salga bien, por la cuenta que nos trae.
1 – COVID – ÓMICRON
El viernes y sábado pasados en Francia se registraron 200 mil infecciones/día y en España 100 mil. En Sudáfrica dicen que ya han pasado el pico Ómicron. Veremos. Pero es evidente, vistas las cifras de hospitalizaciones, que quitando los más vulnerables por edad y/o salud, la gravedad aparente de la enfermedad es infinitamente menor que la de olas anteriores. Digo aparente porque uno de los factores más ignotos del Covid es su faceta “persistente” o crónica. De la que no se sabe por cuánto tiempo ni con cuánta intensidad. Algunos estudios sugieren que 1 entre 6 infectados padecen Covid persistente, otros que hasta la mitad, aunque no discriminan entre la gravedad de los síntomas a largo plazo.
Como todos, sobre Covid solo sé que no se nada, que ya es bastante. Leo, me informo e interpreto. Hasta la fecha mi interpretación parece válida: no me he contagiado pese a realizar varias actividades de riesgo (viajes en avión, reuniones masivas en espacios cerrados…). A base de portar disciplinadamente y sin importarme ser de los pocos que lo hacen, una mascarilla FFP3 (o FFP2, tanto da), de esas que protegen al que la porta aparte de a los demás. La buena noticia es que cuatro viajes en avión después de Ómicron, y los 8 aeropuertos consiguientes, la FFP3 parece contener esta variante igual que las anteriores. Esperemos que siga pudiendo dar testimonio optimista en las semanas a venir.
2 – ECONOMÍA
En 2021 ibamos a remontar la reostia y se quedó en menos de la mitad, o así porque no recuerdo los datos. Pero no ha estado mal viendo el hundimiento de 2020. Y ya veremos en 2022 pero de momento ya hemos ingresado – en la cuenta del banco – 10 mil millones de euros a fondo perdido de Bruselas. Principalmente para revolución digital y medio ambiental pero el dinero es fungible. Así a bote pronto 10 mil millones son dos meses de paro según las cifras que recuerdo de antes de la Gran Recesión. Es decir, que el Gobierno puede destinar a otras cosas lo que iba a destinar a paro de aquí a marzo, que no es moco de pavo. Y quedan 60 mil millones. En otras palabras, si Pedro Sánchez no es reelegido Presidente demostrará ser el tipo más tonto del mundo. Lo que sería una desgracia para España porque implicaría haber sido incapaces de gestionar una ayuda de tamaña magnitud, con otros 70 mil millones en créditos disponibles por si hicieran falta.
Ómicron y variantes sucesivas pueden seguir importunando la recuperación económica pero mientras sigan llegando millones de vacunas desde Bruselas – en paralelo a los millardos – hay causa para el optimismo.
3 – POLÍTICA
El otro día leí un titular de que hasta la FAES se posicionaban en contra de Casado respecto a su negativa a la reforma laboral. ¡La FAES! Puede que el titular fuera torticero pero es revelador. La izquierda quería derogar la reforma laboral de Rajoy, la derecha mantenerla intocable y el gobierno, con Yolanda – vigilada por Nadia – al frente, ha conseguido un término medio: reforma que implica la recuperación de la ultraactividad (si caduca el convenio sigue rigiendo hasta acordar uno nuevo) y vuelve a primar el convenio sectorial sobre el de empresa.
Los PYME empresarios – alguno tenemos por aquí – argüirán que, en su caso, la primacía del convenio sectorial sobre el de empresa puede ser contraproducente. Y es posible que así sea. En algunas empresas. En otras es la garantía frente a la explotación del jefe que puede poner fin a contratos precarios (aunque sean indefinidos) sin coste a la menor conflictividad profesional particular.
Pero nada de esto es del interés de Casado. No sé muy bien de qué va más allá de que va a la contra. Incluso de FAES, Cayetana, Ayuso y Vox, pese a tratar de abanderar en anti Sanchismo sin pausa. En fin, qué le den que cada vez le queda menos. Aunque probablemente más que a la pobre Arrimadas. Pensar que esta mujer encabezó una vez la lista más votada en Cataluña… Y luego salió por patas, siguió a Rivera a pies juntillas hasta que él salió por patas y ahora… En fin…
Y llegamos a Yolanda, cada día más elegante, más guapa, más dialogante, más simpática y más eficaz (vid reforma laboral). Yo no la votaré pero me encantaría que una mujer así, de izquierdas pero flexible, gobernara España. El problema son sus bases. Que, o mucho me equivoco, o harán imposibles esos sueños de grandes mayorías aquí y allá prescindiendo de los partidos que no dejan de ser obstáculos… Ya digo que me encantaría pero no lo veo. Especialmente si el ex gurú Redondo se suma al empeño (Quita bicho me la imagino diciéndole).
Y acabamos con el denostado Pedro. Odiado, despreciado, lamentado, vituperado… pero audaz donde los haya y, al parecer, eficaz hasta la médula. Esperemos que también en la gestión de los miles de millones que nos llueven de Bruselas. En mi larga vida nunca he visto una oportunidad así: ¡70 mil millones gratis! Dijo Alfonso Guerra al término de los 13 años y pico de gobierno que a España no la reconocía ni su madre. El cambio que podemos pegar ahora es de magnitud similar o superior. Esperemos que sepamos gestionarlo.
PD: Lo de Biden-Putin queda para el lunes que viene, mientras tanto oremos.
“ Y llegamos a Yolanda, cada día más elegante, más guapa, más dialogante, más simpática y más eficaz (vid reforma laboral). Yo no la votaré pero me encantaría que una mujer así, de izquierdas pero flexible, gobernara España. ”
Y por qué , por la base , que no es flexible , se le hinchan los tobillos y todavía no ha aprendido a utilizar la pala para el pescado .
La eficacia moral se ha contaminado , al parecer , de cara corindón, y donde dije digo digo Diego .
¡ Qué comienzo de año , que risas , il faut amusé la gallérie !
Es increíble hasta donde ha filtrado el edulcorante discurso de Pedro Sánchez , un amigo para sus amigos ( solo seis preguntas ) mientras calla un PSOE perdido en tiempos que ni vivieron ni les importa un pimiento.
¡ Fondos , por favor , solo fondos y que continúe el baile !
Y de la inflación que me dices, colega.
La reforma laboral no va a tener mucho efecto en las Pymes. Entre otras cosas porque, en el empleo, que es donde se pretende influya favorablemente, va a influir poco. O eso me parece a mí.
Las plantillas están en mínimos, y está por ver de que manera va a crecer la contratación para adecuarse al esperado crecimiento, si es que este se produce en el nivel que se espera, que lo dudo. Hemos pasado de una época en la que la flexibilidad era inexistente, lo que hacía que, en las etapas de crisis, las empresa sucumbían, eran absorbidas por multinacionales, o capeaban el temporal como podían a costa de gaster el dinero necesario para invertir en nuevas tecnologías en matener las plantillas cuyo coste de reducción no podían asumir. La perdidad de competitividad con relación a los paises avanzados y tambien con los de mano de obra barata ha sido la losa que se ha tenido que soportar durante muchos años.
La reforma laboral de Rajoy, la crisis financiera y ultimamante la del Co-vid, que en términos de actividad y empleo no tiene nada que ver con la financiera en la que la caida de la actividad fué a plomo, los ERTE y los cierres de empresas con lo que se ha equilibrado producción y consumo, hacen que la recuperación parezca que se va adesarrollar como un resorte, cosa que va a suceder hasta un nivel cercano al previo a la crisis, pero que presumo se va a estancar sin que el ansiado retorno al pleno empleo, o cerca, se produzca.
En la industria, que es donde se tendrá que cimentar una recuperación de empleo estable y bien pagado, no se hacen números de cuanto personal necesito contratar para responder a un posible crecimiento en la demanda, sino cuanto y en que tecnología necesito invertir, no solo para no incrementar plantila, sino para reducir la existente o no suplir la bajas que se vayan produciendo. Cada vez va a ser mayor la cifra a invertir per cápita para que se genere la necesidad de un nuevo puesto de trabajo.
El funcionariado, la hostelería, la agricultura, el servicio de mensajería y de distribución de compras on-line irá por otro camino, pero considerar que, salvo en el funcionariado, los empleos van a ser estables en esos sectores, es una quimera. No veo yo que la figura del «fijo discontinuo» termine siendo una solución. Mas bien creo que terminará siendo una fuente de conflicto.