Voces transtemporales

Juanjo Cáceres

A menudo se menciona a Podemos, a Sumar, a Pablo Iglesias y a Yolanda Díaz como siglas y personas que parecen mostrar más dificultades de la cuenta para alcanzar acuerdos. Muchos aseguran no comprender por qué no existe aún una vía de entendimiento entre todos ellos, como si fuera una cosa inexplicable y no una prueba más de que existen pocos misterios de la vida, pero sí mucha vidilla cuando surgen misterios. ¿Y cuál es el misterio aquí?

Pablo Iglesias y Yolanda Díaz son lo mismo, pero viven su existencia con casi diez años de diferencia. Pablo Iglesias existe única y exclusivamente en un universo cuyo calendario marca permanentemente 2014 y es desde ahí desde donde habla a Yolanda Díaz y al resto de la humanidad. Por su parte, Yolanda Díaz vive y ha vivido siempre en 2023. Esa voz suya de este 2023 es la misma que hemos oído todos desde el día en que Pablo Iglesias anunció que se marchaba a las trincheras madrileñas para enfrentarse a Ayuso, en ese lejano febrero de 2021. Y como las normas de la física son siempre iguales, la voz de 2023 de Yolanda, que ya existía en 2021, será también la misma voz seguiremos oyendo en 2024, 2025, 2026…

No es fácil establecer diálogos entre voces que hablan con tantos años de diferencia, como cualquier aficionado a series sobre viajes en el tiempo sabe perfectamente, pero ello aún se vuelve más difícil cuanto más se aleja cronológicamente el tiempo de las voces, del tiempo en curso. En un homenaje a la tradición predictiva maya, podemos afirmar que estamos a finales de marzo de 2023 y que por lo tanto estamos casi llegando al epicentro de la voz de Yolanda Díaz, que es un lugar que alcanzaremos este domingo cuando diga que será candidata a la presidencia del Gobierno, con esa solemnidad de los que presumen de tener un secreto perfectamente guardado, pero que en cambio todo el mundo conoce.

Podemos es el eco de la voz de Pablo Iglesias y Sumar el eco de la voz de Yolanda Díaz. Si como él, viviéramos todavía en 2014, no dudaríamos de la fuerza de la voz de Pablo, de cómo es capaz de convertir en círculos y representación institucional a grupos de personas que poco antes no eran nada de eso. Pero en 2023 es la voz de Yolanda la que suena con más fuerza; la que le permite, a modo de estrella de rock y como Pablo hizo también en su día, ir haciendo giras de conciertos en recintos con aforos milimétricamente calculados, para que sea imposible que puedan acceder todas las personas que se congregan para escuchar su voz y su banda de rock, de nombre Sumar.

Con una presencia permanente en los 40 Principales y rozando ya el disco de platino, las lejanas palabras de Pablo le suenan a Yolanda como las de un viejo rockero que alza su voz para decir “lo que se hace ahora no es música”, sin otra esperanza que poder comparecer una vez más en un recinto abarrotado donde cantar sus viejos éxitos. Pero lo cierto es que aquella que se encuentra en la cima de su popularidad no necesita voces del pasado que alienten las ventas de sus discos, todo lo contrario: necesita estar sola en la cresta de la ola. Aunque no sin nerviosismo, porque al fin y al cabo, ¿qué es lo que más teme un tenista cuando alcanza la primera posición del ranking de la ATP? El momento en que deje de ser el primero del ranking de la ATP.

Yolanda tiene voz y también tiene ojos. Cuando sus ojos miran hacia 2014, 2015, 2016 o 2017, ven el auge y posterior deterioro de Podemos, la creación de una tardía coalición con Izquierda Unida en el primer semestre de 2016 y la crisis errejonista. Cuando miran hacia 2018 y 2019, ven a Pablo Iglesias convertido en vicepresidente segundo y verdadero segundo hombre fuerte del Gobierno. Pero cuando miran hacia 2020 y 2021, el paisaje es distinto, todo parece haber cambiado. Es ahí donde se puede apreciar perfectamente cómo desde las entrañas de un espacio que en 2016 estaba desahuciado, Izquierda Unida, emerge con cada vez más fuerza una voz: la suya. Una voz cuyo volumen sigue creciendo hasta llegar el año 2023 y ocupar su actual posición de privilegio, arropada por músicos de una banda que temían no grabar ningún disco más en su vida. Es por eso que para lo que Yolanda y Sumar es magia arcana conjurada por los imperecederos consejos de sabios que siempre hablan al oído a los elegidos, para Pablo y Podemos no es más el dramático giro de un guion malvado, elaborado en las entrañas de ese espacio compartido que empezó a andar en 2016. Y es que no hay relato magia sin caballeros, brujas, venganzas, duelos y traiciones.

El plan de la voz de Yolanda es perdurar más allá de este año con la misma intensidad. El de la voz de Pablo no diluirse del todo antes de lanzar al estrellato una nueva voz, que algún día cante con un timbre más fuerte que Yolanda. En esas circunstancias parece que todo se vuelve una cuestión de matar o morir. No hay término medio. La cuestión crucial es saber elegir el lugar y el momento del enfrentamiento final: ¿unas elecciones municipales y autonómicas en las que las candidaturas de Podemos sufran otro varapalo?, ¿Una tensión extenuante hasta que se inscriban las candidaturas de las elecciones generales, a la espera de que la presión interna haga saltar del todo la olla de presión de Podemos?, ¿O renunciar a la muerte mediante un gesto conciliador, pero asumiendo el riesgo de dar continuidad a los intensísimos conflictos del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el grupo parlamentario de Sumar y a la guerra fratricida?

Vista la realidad con telescopios universales y debidamente analizados esos dilemas, todo se vuelve más comprensible en tiempos de declive del rock and roll.

 

 

4 comentarios en “Voces transtemporales

  1. Uno que tiene a Frank Zappa en un pedestal tan alto como en el que tengo a Ziluminatius,pues que quieren que les diga cuando se compara a Pablo Iglesias como un viejo rockero .
    Pues me entra la risa,en todo caso se le podría comparar con Leonardo Dantes y su «Baile del pañuelo».
    Me reitero en mi opinión :
    El error de Yolanda Díaz es no haberse afiliado al PSOE cuando Pablo Iglesias se fue del gobierno y la nombró como su alternativa y no es porque no la vea capaz de conseguir un proyecto político como SUMAR ,sino porque visto lo visto,los ataques de Podemos hacia Yolanda Diiaz son los mismos que los que vierte Podemos hacia el PSOE.
    Pensar que Pablo Iglesias puede ser el factor fundamental para que gane la izquierda.

  2. Yolanda Díaz , en su revalorización política , debe todo a dos dedazos de libro : el de Pablo Iglesias primero y el de Pedro Sánchez más tarde.
    Nadie sabe de su transversalidad algo más que la cursilería que exhibió en su puesta de blanco en el Congreso .
    Su mastodóntico abigarramiento en la formación de equipos multidisciplinares y superferolíticos aún por descubrir será el parto de los Montes .

    Pero no , el Jefe es Pablo Iglesias y , visto desde fuera , hace muy bien en defenderse como gato panza arriba .

    O primarias en MI ordenador o ¡ guerra !.

    Pienso que será guerra .

  3. Perlas de oriente para desubicados :

     “ El PNV sumará mañana sus votos, incluido el del lehendakari Iñigo Urkullu, a los de Podemos y EH Bildu para abogar por una reforma de la Constitución española que incluya como «cuestiones nucleares» una consulta para sustituir la Monarquía parlamentaria por una República y el reconocimiento del «derecho a decidir de los pueblos» de España. ”

    Pues que bien con los pueblerinos.

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