Millán GómezÂ
Por enésima vez un barco con mercancÃas peligrosas surca sin la menor seguridad las costas gallegas sin que las autoridades competentes demuestren firmeza y claridad de ideas para resolver situaciones de este calibre. Un carguero holandés llamado “Ostedijkâ€? se encuentra en estos momentos a escasamente una milla y media de la isla Coelleira, frente al municipio de O Vicedo, en plena costa de Lugo, comarca que se conoce oficialmente como “A Mariñaâ€?. Me tranquilizan las declaraciones que en la tarde de ayer pronunció Xosé LuÃs Méndez Romeu, Conselleiro de Presidencia de la Xunta de Galicia, cuando confirmó que “no hubo ningún vertido, ni siquiera accidental, al marâ€? y que los informes técnicos afirmaban que “no existÃa riesgo algunoâ€? de contaminación. Se agradece notablemente que el gobierno gallego actúe con transparencia y máxima cautela, al igual que durante la crisis de los incendios y de las riadas.
Uno que es gallego y aún por encima veranea en O Vicedo le duele de corazón esta situación. A un servidor se le vienen a la memoria las lágrimas de tanta gente en Galicia que vive por y para el mar cuando el Prestige naufragó frente a la costa gallega. Era increÃble e inenarrable ir por aquella época a la Costa da Morte a manifestarte en contra de la incompetencia que manifestaron en esta materia los gobiernos de Aznar y Fraga y mirar a los ojos de los lugareños que te agradecÃan con una mirada cómplice y agradecida tu apoyo ante semejante desastre ecológico. Era absolutamente emocionante darle la mano a aquella gente que simplemente viéndole sus manos uno se daba cuenta de que se habÃan dedicado al mar tantas y tantas horas a lo largo de su vida. Con razón decÃa el histórico galleguista Castelao que los marineros representaban la “clase nacional gallegaâ€?.
Parece que Galicia es un cementerio de elefantes, una autovÃa por donde los barcos más inseguros y peligrosos surcan a sus anchas sin el menor impedimento. La larga e incesante sombra de la marea negra (expresión prohibida por el PP en su momento, dicho sea de paso) provocada por el petrolero Prestige fue la quinta que afectó a Galicia desde 1976. La historia se repite con demasiada frecuencia, tanta, que pone de manifiesto la negligencia de las autoridades competentes al permitir que el tráfico marÃtimo de mercaderÃas peligrosas continúe navegando al frente de las costas gallegas, poniendo en peligro el hábitat y la economÃa de las rÃas gallegas.
Los gallegos y, muy especialmente los que viven en la costa de Galicia, están muy irritados ante la marginación histórica que tienen nuestros polÃticos con Galicia y su maravillosa costa. Es indignante que los habitantes de A Mariña lucense sigan reclamando en vano mejoras en infraestructuras, más industrias, mayores servicios sociales y una mejor calidad de vida y en cambio, nuestros gobernantes sà sepan a dónde hay que llevar un barco cuando no saben qué hacer con él. El barco estaba al sur de la ciudad de A Coruña y teóricamente iba hacia Valencia, pues lo ponemos en O Vicedo que ya están acostumbrados a que sus reivindicaciones caigan por enésima vez en saco roto y asunto arreglado. Los que pagan la incompetencia de los polÃticos son los mismos que cuentan por horas y más horas sus desplazamientos para recibir cualquier tipo de asistencia.
Un ministro de la época de Felipe González desconocÃa que Lugo tenÃa mar. Aceptó su ignorancia muy cerca del mismo mar que no conocÃa saboreando, cómo no, un exquisito plato de marisco extraÃdo del mismo mar que ese buen hombre no sabÃa ni que existÃa.
Lugo y Galicia tienen mar, pero nuestro mar, que es patrimonio de todos y entre todos deberÃamos cuidar, no es un basurero, señores.
Por último y cambiando de tema, me gustarÃa expresar desde estas lÃneas mi más sentido pésame a la familia de Idoia RodrÃguez Buján, primera mujer española muerta en misión internacional. Idoia, natural de Friol (Lugo) e hija de un militante del PSdeG-PSOE y amigo Ãntimo de José Blanco, murió cumpliendo su sueño de ser militar. En cambio, hay otros muchos gallegos procedentes, muy especialmente, de la Galicia rural y vÃctimas del desprecio que nuestros polÃticos han dispensado hacia el medio rural gallego en los últimos años, que han encontrado en el ejército una asequible salida laboral. No se puede construir una Galicia que viva al margen de su sector rural.
No se puede privilegiar a la Galicia urbana frente a la rural. Todos los ciudadanos gallegos, independientemente de si vivan en Vigo, Compostela, Outeiro de Rei o Melide, tienen el mismo derecho a acceder a un nivel de vida digno donde haya facilidad de acceso al mercado laboral. Las conocidas como “dos Galiciasâ€? han sido un rotundo fracaso y actúa correctamente la Xunta de Galicia priorizando, por encima de cualquier otra preocupación, la regeneración del empleo y tratando, en segunda instancia, de impedir el masivo éxodo de lo rural hacia las ciudades. En una entrevista que la revista económica Capital realizó al Vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, el periodista le preguntó a Quintana que qué bienes le gustarÃa recuperar para Galicia y el Vicepresidente respondió, con mucha coherencia, que le “gustarÃa que todos los gallegos que emigraron tuviesen la oportunidad de volver a su tierraâ€?.
Me consta que muchos gallegos del rural no han soñado con ser soldados ni sienten hacia España un especial cariño. Un servidor tiene actualmente a uno de sus mejores amigos, a uno de esos que nunca falla, que siempre está ahà alegrándote un poco más la vida realizando una labor humanitaria en Afganistán. Estoy convencido de que es un gran soldado y que se siente feliz cuando ayuda a gente que está sufriendo. Es un chico cariñoso que siempre piensa en los demás, con unas capacidades atlética admirables y sobresalientes y que, a buen seguro, está en Herat realizando un magnÃfico trabajo. Desde que llegó a aquel paÃs asiático allá por el mes de octubre vivo asustado pendiente de las noticias que llegan de allÃ. Cada vez que la prensa informa sobre un accidente, un atentado… en Afganistán estoy con el corazón en un puño ansioso de saber que Guillermo está bien. Seguro que Guille estará triste porque ha perdido a una compañera. Un abrazo, amigo, te esperamos en un par de semanas en tu casa, Cospeito.