¿A quién votar?

LBNL

Es inevitable no sentir cierto desinterés ante la repetición de unas elecciones que podrían haber sido interpretadas más habilmente por nuestros electos para acordar alguna forma de gobierno. Lo más que llegaron a acordar fue una campaña electoral más breve, que también contribuye a la frialdad electoral imperante. Tampoco ha habido ningún cambio importante en los programas electorales ni relevos en los cabezas de lista y las encuestas pronostican resultados parecidos en términos de bloques izquierda/derecha. Así las cosas, no son pocos los que dudan de si ejercer su derecho al voto y optar por alguna de las opciones ofertadas. Pero como me dijo el admirado Javier Pradera en 1989 cuando yo manifestaba mis escrúpulos ante las opciones de aquel entonces, lo de votar no es como lo de buscar pareja. Cuando se busca pareja buscamos la mejor de las opciones y siempre podemos seguir buscando. Cuando se vota, en cambio, más vale contentarse con la menos mala de las opciones porque te van a asignar pareja aunque decidas votar por una opción marginal, en blanco o abstenerse.

Dado el fracaso de liderazgo democrático que supone que una democracia representativa tenga que que repetir las elecciones – por segunda vez, además, en cuatro años – sería concebible que algún cabeza de lista hubiera dado un paso al costado.

Sánchez podría haberlo hecho por haber perdido las elecciones de diciembre de 2015 y junio de 2016 y no haber conseguido una mayoría suficiente en las de abril de 2019. Pero las ganó con más de 30 escaños de ventaja sobre el segundo partido y es el Presidente de Gobierno en funciones por lo que su retirada habría resultado irresponsable.

Casado podría haberse retirado tras cosechar el mínimo histórico del PP en las elecciones de abril con solo el 16,69% de los votos y 66 diputados. Pero quedó segundo y en las elecciones autonómicas y locales de mayo subió al 20,15% de los votos y enjuagó su segunda derrota estrepitosa tras conseguir gobernar en Madrid, de nuevo de la mano de la ultraderecha, como en Andalucía. Y no hay que olvidar que fue elegido en el primer proceso de elecciones primarias del PP en julio de 2018, es decir, hace menos de año y medio.

Habría sido bastante natural que Rivera y/o Iglesias hubieran dado paso a un “camarada”. El primero nunca consiguió cumplir las expectativas generadas. Recordemos: 13,94% y 40 diputados en diciembre de 2015, 13,06% y 32 diputados en junio de 2016, 15,86% y 57 diputados en las de abril cuando se le escapó el “sorpasso” y bajón a solo un 12,18% de los votos en las europeas de mayo. Rivera pretendió liderar la regeneración democrática con un partido de centro izquierda en lo “moral” y de centro-derecha en lo “económico” pero en abril decidió optar por reemplazar al PP, al albúr de la movida del Procés animado por su primer puesto en las autonómicas catalanas y la corrupción y disensión interna del PP. Estuvo más cerca que nunca pero volvió a fracasar. El bajón de las europeas reflejó la sinrazón del cordón sanitario a la supuesta “banda de Sánchez”. El partido se le amotinó y solo en septiembre a muy última hora volvió a desdecirse ofreciendo la abstención a Sánchez a cambio de unas “exigencias” ridículas.

Las encuestas anticipan la desbandada generalizada entre los que querían que Ciudadanos hubiera sido de no haber tenido un líder tan liviano en lo intelectual como populista en sus métodos y extravagante en sus modales. Anticipemos: Ciudadanos no es la opción menos mala.

Iglesias es un caso parecido, tanto por expectativas defraudadas como por su responsabilidad en la repetición de las elecciones, quizás mayor que la de Rivera porque si bien este último dejó claro – por muy absurda que fuera la postura – que no pactaría con Sánchez, Iglesias se negó – de nuevo, como cuando votó en contra de los presupuestos de Sánchez – por no parecerle suficiente la oferta. Para valorar lo de las expectativas conviene recordar a Iglesias afirmando que iba a ser el próximo Presidente del Gobierno antes de las elecciones de diciembre de 2015 al albur de la debilidad del PSOE liderado por Pedro Sánchez. Se quedó en un mero 12,67% de los votos y 42 escaños. En las elecciones de junio de 2016, tras declararse incompatible con Ciudadanos y votar en contra de la investidura de Sánchez, volvió a fracasar en el “sorpasso” de izquierda quedándose en el 13,42% de los votos y 45 escaños. Entremedias dio aquella delirante rueda de prensa “improvisada” en la que desgranó las vice-presidencias y ministerios que le corresponderían a Podemos, incluido Defensa y el CNI. Su apoyo a Sánchez en la moción de censura de Rajoy no tuvo recompensa electoral y en las elecciones del pasado mes de abril bajó al 11,97% de los votos y 35 escaños, para seguir bajando hasta el 10,07% de los votos en las europeas de mayo.

Lo que no le importó para negarse a apoyar un gobierno de izquierdas desde el Parlamento. Quería vice-presidencias y ministerios. Y pensó que Sánchez acabaría bajándose del burro. O bien erró el cálculo o antepone el interés partidista al general. O más bien ambas cosas. Sánchez tiene su cuota de responsabilidad en la repetición de las elecciones, evidentemente. Pero también en haber evitado que un partido desunido e irresponsable en las cuestiones de Estado como el acomodo constitucional de Cataluña, por ejemplo, llegara al Gobierno. No quiero ni imaginar las declaraciones de los ministros podemitas ante la violencia callejera indepe, o sus dimisiones por “principios”. Con las cosas de comer no se juega y Podemos es, a dia de hoy, un acicate para acordar medidas progresistas y un aliado natural contra la involución pero no un socio de gobierno. E Iglesias es todo menos de fiar. Anticipemos de nuevo: Podemos no es la opción menos mala. Todo lo positivo que tiene Podemos lo tiene Más País, pero sin rémoras.

Hasta Abascal podría haber encontrado razones para dejarlo. En Abril consiguió entrar en el Congreso aunque no con la fuerza que prometía. En diciembre de 2018 VOX consiguió un 10,97% de los votos en las elecciones andaluzas de diciembre de 2018 y consiguió influir en el gobierno resultante. En las elecciones generales de abril consiguió irrumpir en el Congreso pero se quedó en el 10,26% de los votos, lejos del crecimiento prometido pese a la crisis del Procés. Y pese a la circunscripción nacional única que debía favorecerle como a todos los partidos pequeños, en las elecciones europeas de mayo, pinchó quedándose en un mero 6,21%. A decir de las encuestas, la violencia callejera indepe puede llevarles a subir con fuerza, lo que sería una pésima noticia para el país.

Descontando a Vox – asumo que no habrá ningún votante potencial entre los lectores de DC – la cuestión quedaría entre PSOE, PP y Más País. Errejón es un tipo majo y de izquierdas pero yo no puedo evitar recordar sus homenajes a Chávez. Era jóven, me dicen, pero yo a su edad entonces no decía y sentía estupideces semejantes. O me informaba mejor antes de hablar. Y no soy nada extraordinario. Otro gallo cantaría si la cabeza de lista de Más País hubiera sido Carmena, la abuela sensata capaz de domeñar los peores instintos ideologizados de la caterva de exiliados de Podemos que conforma MP. Como no ha sido así, opino que Más País solo puede ser la opción menos mala para los votantes de izquierdas de menos de 30 años.

Con independencia de su edad los de izquierdas deberían optar por el PSOE y los de derechas por el PP. Son las opciones ideológicas menos malas, también por la conveniencia de salir del bloqueo. A decir de la encuesta de 40dB para El País ayer el 62,4% de los votantes del PSOE en abril repetirá su voto como también lo hará el 68,8% de los votantes del PP. A primera vista, los datos son favorables al PP pero también es cierto que el PSOE, ahora que empieza la campaña de verdad, incluido el debate a cinco de esta noche, tiene más márgen de mejora. Lo que puede no ser poco teniendo en cuenta que el 30,8% del electorado prefiere a Sánchez como Presidente del Gobierno frente a un magro 12,7% que opta por Casado según la encuesta de GESOP para El Periódico también publicada ayer.

¿Pero qué hacemos con los votantes de centro? Si, tengo varios amigos que se dicen de centro. De centro, centro, remachan. Cuando escarbas, resulta que han votado más veces al PP que al PSOE y que han ido pululando por UPyD y Ciudadanos y ahora se ven en la tesitura de votar por un Sánchez que consideran tacticista y falto de principios, lo que sienten es un peligro para el tema catalán, y un Casado al que perciben como un niñato esloganista al frente de un partido manchado por la corrupción y sin escrúpulos para pactar con la carcundia ultramontana.

Volvamos al principio. Recordemos que se trata de elegir la opción menos mala y que votar en blanco implica aceptar que te elijan la pareja. En estos términos, mi voto está claro. Claro no, clarísimo. Pero no soy de centro, centro… Como no podrán seguir diciendo los que dicen serlo que lo son si aceptan implícitamente la alianza con el tardo-franquismo.

4 comentarios en “¿A quién votar?

  1. Sigo pensando que quien quede segundo permitirá que gobierne el primero. No se crean a quienes pronostican sumas a derecha o izquierda. No dan y las que dan no serán, Vuelve el bipartidismo tras el fracaso clamoroso de los nuevos partidos. El éxito de VOX, si se confirma, espero que deje una única buena noticia: la jubilación de Iglesias, Garzón y Rivera.

  2. ¿Y por que no de Sanchez en el packde dimisionarios? (Ya que nos podemos a pedir dimisiones). Si ses parecen los resultados a los que decia el CIS, va a tapar bocas a mansalva, la primera la mia, que nunca vii claro esto de convocar elecciones. Pero como salgan los que indican los sondeos…

    Por si acaso, ya que se abre la porra dimisionaria, de ser los resultados los de los sondeos, yo añado a los profetas del vaciamiento de Ciudadanos en dirección al PSOE, o a los promotores de la «macronización», por no haberse sabido bajar de un carro que tuvo una efimera vida. Si fallar es un derecho, la humildad es una obligación.

    Deja con muy mal cuerpo el rechazo casi odio q profesa Iglesias al PSOE, desde luego, pero a mi personalmente de duele mas el que profesan ciertos sectores del PSOE a P´s, Toda la comprensión y realpolitic que se usa para pactar a derechas y toda la mordiente, la garra y la tenacidad que se usan para atacar por tierra mar y aire a P´s parecen estar cambiadas de posición. Otro gallo cantaria, que dice el refrán. Independientemente de los multiples defectos de todos los demás, cuando las cosas van mal, pues no está de más ver que podria hacer uno tb para mejorar el panorama, o que podria haber hecho de otra forma. Desde el preludio de las elecciones de abril ha habido multiples desnortes: la mocion de censura desnortó a Rivera, Casado se desnortó haciendose la foto de Colón, Rivera se desnortó en los pactos trifachitos tras las autonómicas, Iglesias se desnortó al pedir entrar en el gobierno y lluego no aceptar, y Sanchez se desnrotó pensando que iba a salir la estrategia de la presión con Ps para conseguir los votos para la investidura sin nada mas.

    Parece que en la política española no hubiera adultos, ni en los lideratos de los partidos, ni en los gabinetes estrategícos, ni casi en ninguna parte.

  3. Hablando de dimisiones.
    Quien tiene que dimitir es el que no consiga ni un escaño.
    Los demás con que organicen otras nuevas elecciones es suficiente….ejem.

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