MCECEl asesinato a tiros en Beirut hoy, vÃspera del dÃa de la independencia del LÃbano, del Ministro de Industria Pierre Gemayel ha puesto el LÃbano en estado de alerta máxima. Gemayel, cristiano, era miembro del movimiento anti-sirio formado tras el asesinato del ex-Primer Ministro Hariri y sobrino del ex Presidente Bachir Gemayel, cuyo asesinato en 1982 a manos de agentes sirios, a los pocos dÃas de ser nombrado, desencadenó la matanza de Sabra y Chatila por parte de las falanges cristianas que dirigÃa. Bachir fue reemplazado en el cargo por Amin Gemayel, padre del hoy asesinado Pierre. Â
Saad Hariri, hijo del difunto ex Primer Ministro sunita y lÃder del frente anti sirio, ha acusado a Siria de estar tras el asesinato de Pierre Gemayel. Siria, que hoy ha restablecido relaciones diplomáticas con Irak tras veinticinco años de ruptura, se ha apresurado a condenar el asesinato de Gemayel calificándolo como una agresión a la estabilidad de su vecino. Hezbolá también ha condenado el atentado y ha señalado que sus autores también pretendÃan atentar contra la estabilidad del LÃbano.
Francia, Reino Unido, Javier Solana, EEUU, España y otros han condenado ya el atentado sin entrar en la cuestión de la autorÃa pero reafirmando el apoyo al Gobierno libanés y a la independencia, integridad territorial y soberanÃa de ese paÃs, abundando en la intencionalidad intimidatoria del crimen y reclamando una investigación completa para llevar a sus autores a la justicia.
Cabe recordar que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dejó ayer vista para aprobación la creación del Tribunal Internacional para esclarecer el asesinato de Hariri. Una vez aprobado, el Estatuto del Tribunal será remitido de vuelta al LÃbano para su aprobación definitiva por el Parlamento, procedimiento que se prevé muy conflictivo dada la posibilidad de que el Presidente Lahud (cristiano pro sirio) y en menor medida el Presidente del Parlamento Berri (chiÃta) intenten bloquearlo.
La cuestión del Tribunal Internacional propició la crisis polÃtica libanesa hace una semana. El bloque polÃtico pro-sirio (Hezbolá, Amal y el ex-general cristiano Michel Aoun, con el apoyo del Presidente Lahud) ha anunciado manifestaciones y actos de protesta pacÃficos para los próximos dÃas, advirtiendo de que no pedirá autorización del Ministerio del Interior dada la «inconstitucionalidad del Gobierno» tras la dimisión previa de todos los ministros chiÃtas (el artÃculo 5 de la Constitución obliga a que todas las comunidades del paÃs estén representadas en el Consejo de Ministros).
El bloque polÃtico anti-sirio (encabezado por Siniora con el apoyo de sunitas, drusos y parte de la comunidad cristiana) afirma que el Gobierno sigue siendo legÃtimo al haberse rechazado las dimisiones y rechaza el ultimátum de Hezbolá y el resto de la comunidad chiÃta de reclamar para sà el tercio más uno de las carteras ministeriales que le darÃa la capacidad de veto dentro del Gobierno.
Tras el asesinato de Gemayel se han registrado algunos incidentes violentos y algunos intentos de marchar en manifestación de protesta hacia el palacio presidencial, contenidos por las fuerzas de seguridad libanesas. La crisis seguramente reforzará al Gobierno a corto plazo, limitando el margen de la oposición (Hezbolá y su aliado cristiano Michel Aoun), que habÃa anunciado manifestaciones pacÃficas contra el Gobierno en los próximos dÃas.
Pero con independencia de si ha sido ordenado desde Damasco o decidido en Beirut, el atentado de hoy confirma que hay fuerzas en LÃbano con la voluntad y la capacidad para oponer resistencia violenta a los intentos de normalizar la situación polÃtica en el paÃs. Lo que no augura nada bueno para la seguridad del contingente español de casi 1.100 militares en el sur del LÃbano desde el final de este verano.