Juanjo Cáceres
El pasado domingo se celebraron unas elecciones que nadie pedía y tuvieron como resultado un escenario que nadie deseaba: la extrema derecha duplicó su representación en el Congreso y España se convirtió en un lugar peor. Con el país empantanado en un conflicto territorial y sumido en un bloqueo político en cuanto a lo que a la formación de Gobierno se refiere, que coincide a su vez con un importante bloqueo institucional en Cataluña, la nueva convocatoria electoral ha propulsado al populismo de derechas. Este se ha hecho fuerte propiciando la aniquilación de Ciudadanos y reforzando a Vox, su versión más extrema, que ahora mismo le pisa los talones al Partido Popular.
Hoy Vox es la tercera fuerza en España y Ciudadanos ha sido arrollado del panorama político. Esas son las dos grandes consecuencias del 10 de noviembre. La apuesta de Pedro Sánchez por una repetición electoral fortalecedora ha sido un fracaso: el PSOE reduce representación, Podemos conserva un espacio importante pese a su retroceso y la operación de Más País se resuelve con el sonoro fracaso que muchos esperábamos tras asistir al proceso de formación de sus candidaturas («Errejon…consigue con ello pasar de ser alguien capaz de disputar el espacio del cambio a Podemos a tener que sufrir mucho para sacar una representación que no sea de mínimos, más allá de recortar votos a Pablo Iglesias«). De esta experiencia el PSOE debería de aprender dos cosas: que no está en condiciones de sumar un número de votos que le lleven más allá de la representación que ya tiene y que Podemos sigue siendo una realidad política mucho más sólida que el partido de Rivera, al que hace muy pocos meses muchos le suponían la capacidad de dar sorpassos.
Mientras en España avanza la extrema derecha, los que progresan en Cataluña son los partidos independentistas. Las fuerzas independentistas con representación pasan de 1.512.179 votos en el mes de abril, equivalentes a un 36,69% del voto catalán, a 1.642.063 votos, equivalentes a un 42,59%. Dicho sector no solo crece en número de votos tras la sentencia, incluso si añadimos al recuento de los votos obtenidos por el Front Republicà en el mes de abril, sino que logra un avance significativo en valores relativos: el voto independentista total supera así el 40% en las elecciones generales, mientras que la suma PSC – PP no alcanza siquiera el 30%.
Estos datos son claves para hacer un análisis ponderado del escenario resultante y para plantear los ejes de un acuerdo de gobernabilidad, cuyo debate en profundidad lleva demasiado tiempo pendiente. Más aun cuando el resultado de Vox es en buena medida resultado de la polarización en que ha entrado la vida política, pero también una consecuencia de la falta de respuestas por parte de las instituciones a los retos que tenemos pendientes: superar el conflicto territorial, revertir los recortes sociales que todavía golpean con fuerza a las clases menos favorecidas, abordar los cambios necesarios en nuestro modelo económico para adaptarnos a una inminente nueva era de mitigación obligada de nuestros impactos ambientales o de robotización del empleo, revertir el desequilibrio territorial y la España vaciada…
La política estatal lleva demasiado tiempo en manos de la teatralidad, por lo que es hora de tomarse las cosas con la altura de miras y responsabilidad exigible. En un escenario de máxima fragmentación del Congreso, con un total de 17 fuerzas políticas representadas; en un contexto en que surgen nuevas propuestas con representación, como «Teruel Existe», que se convierten en primera fuerza en su provincia y son fruto de la renuncia a afrontar los grandes retos de fondos; en un momento en que la protesta se vuelve permanente en Cataluña y no se proponen cauces políticos para darle salida, necesitamos hacer política encontrando puntos de encuentro que sumen mayorías suficientes. Y el equilibrio de fuerzas existentes da más que de sobras para abrir, sin miedo alguno, una etapa de gobierno progresista plural, construido sobre el diálogo y el acuerdo político.
Con la extrema derecha llamando a la puerta, toca a las fuerzas más propositivas del hemiciclo, sean o no nacionalistas, aunar esfuerzos. Habiéndole negado la ciudadanía a Pedro Sánchez el respaldo que este pedía en forma de aumento de escaños, su obligación es pactar con los espacios que le resulten afines y que su militancia ha señalado con dos mensajes en voz alta ante la sede de Ferraz: «Con Casado no», «Con Iglesias sí». El acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos es la piedra angular sobre la que construir ese gobierno progresista, que forzosamente deberá ser apoyado o completado por un conjunto de partidos con menor representación, ya sean regionalistas o nacionalistas, los cuales deberán garantizar un voto favorable o la abstención ante el mismo.
El desbloqueo de la política española tiene ya un único camino transitable. No tomarlo solo puede tener como resultado un incremento de la tensión política y social de funestas consecuencias.
Verá Juanjo , en efecto la ciudadanía no respalda la petición de Pedro Sánchez y tampoco lo ha hecho-yo diría que en mayor medida- con la de Pablo Iglesias.
La explicación nada tiene que ver con que sean “gentuza “ al decir de Polonio ,,porque de la misma forma que no existe la entelequia de la memoria histórica y sí una ley que lleva su nombre , la ciudadanía no vota en bloques, votan ciudadanos, llenos de prejuicios, temores y otras emociones, la mayoría de sesgo negativo, como las que se pudieron oír entre el grupo de abanderados socialistas que clamaban por Barrabás. Voces arcaicas que no podían ocultar la frustración en la victoria.
Desde luego que no existe una senda progresista como nos quiere hacer ver, y encima que ésta sea la única , al modo del título de las memorias de Dolores Ibarruri “ El único camino ”.
Existe una vía de progreso que necesita formaciones con sentido de Estado. No de un nuevo Estado , sino de éste en el que es posible celebrar elecciones ; no el de Viva Cartagena cantonalista que revive en Teruel existe , ni en las mareas ni en los Soldados del Destino , etc
Hay que reconocer que Rivera, al menos, ha tenido la vergüenza torera de dimitir, el ejemplo no cunde.
Pues día 1 y ya se va desbloqueando! Y de que manera.
Ahora no sé si nos debemos dirigir cómo compañeros o camaradas unos a otros.
Venga….ya tenemos preacuerdo para un gobierno.
¡¡Ya está la derecha cavernaria,gritando al cielo!!.
¡¡¡Ladran ,luego cabalgamos!!!.
Tenía razón Guridi cuando escribió que Sánchez carece de principios y que su única ideología es el poder. Hoy lo ha demostrado sobradamente. Lamento haberle votado.
Lo siento Polonio,pero se acabaron las tonterías.Aqui de lo que se trata es de no perder más tiempo y dejarse de tacticismos políticos.
.A los perros del hortelano hay que ponerles un collar bonito y una caseta agradable para que los demás podamos comer.
Si eso es carecer de principios…..pues vale…seguro que Guridi estará hoy brindando con agua mineral…jeje.
Todavía no sabemos de qué se trata , cuáles son los detalles más allá de los abrazos , sonrisas y buenas intenciones progresistas.
Lo que sí es verdad es que Sánchez nos mintió sobre su insomnio y que como buen arribista quien mejor le comprende es otro arribista. Ambos narcisos se arrojan flores.
No pinta nada bien.
Entre tanto continúa el desafío catalán campando por sus respetos .
El preacuerdo entre PSOE y UP ,120 + 35 ,es un 155 como Dios manda….jeje.
Reconozco que esta no me la esperaba….
Polonio, haber votado a Errejón como dijiste.
A quien tenga twitter le invito a seguir el hastag #FachAndFurious
con las mejores reacciones de «liberales» «gente de ni izquierdas ni de derechas» «gente de sentido común» etc etc etc.
Sobredosis de schadenfraude si pueden soportar altas dosis de vergüenza ajena.
Polonio, al margen de todo lo demás, solo aclarar que Pedro Sánchez dijo en su día que no dormiría si alguien de Podemos ocupara una cartera de las llamadas de Estado. Y parece que no las van a ocupar.
Deportivamente felicito a Pablo Iglesias, sin duda el gran triunfador de este acuerdo.
Fue peor: dijo que un gobierno de coalición con Podemos no dormiría él ni el 95% de los españoles. Y añadió que el gobierno de coalición con Podemos es inviable.
Ha llevado a los españoles a unas nuevas elecciones con un argumento que le ha durado 36 horas. Lo que era malo para el 28A es bueno para el 10N. Y dos huevos duros, Pedro.
Lo habitual en este tipo de coaliciones fe gobierno es que en las siguientes elecciones uno de los dos, cuando no los dos, se hunda. Ya veremos quien.
…Pero…¿que se esperaban que sucediera ,despues del resultado de estas elecciones?.
¿Largas horas de discusiones bizantinas en todas las tertulias?
¿Encerrar eternamente en la televisión a Ferreras,hasta que hubiera gobierno in extremis?
Hoy el Rey dormirá tranquilo….y disfrutará de sus vacaciones en Cuba….jeje.