La dichosa visita a Ceuta y Melilla

Mimo Titos

Nadie discute que el Rey tiene derecho a visitar Ceuta y Melilla. Como tampoco nadie bien informado debería discutir la legitimidad histórica de la pertenencia de ambas ciudades al Reino de España. Y sin embargo muchos pensamos que era perfectamente viable – y por tanto muy deseable – evitar la crisis con Marruecos provocada por las visitas de los Reyes. Ceuta y Melilla son ciudades españolas a todos los efectos. Históricamente las dos se integraron en España en momentos y por caminos diferentes, pero en ambos casos lo hicieron antes de que Marruecos existiera como tal. Es decir, nunca pertenecieron a Marruecos y por tanto Marruecos no puede exigir su devolución. Como no cabe tampoco establecer una analogía jurídica con Gibraltar, enclave arrebatado por la fuerza a la Corona española. Y sin embargo es obvio para Marruecos, para la comunidad internacional y para gran parte de la opinión pública española, que Ceuta y Melilla son anomalías históricas y que su localización como enclaves en el norte de África rodeados de territorio marroquí es título de legitimidad suficiente para la pretensión marroquí de integrarlas en su territorio.

Podríamos entrar en consideraciones de orden práctico como podrían ser el coste de mantener ambas ciudades como parte de España – ambas son ciudades francas para reducirlo – o la conveniencia de desprenderse de ellas por sus elevadas tasas de criminalidad, sin parangón en el resto de España, especialmente en cuanto a tráfico de droga y lavado de dinero.

Sin embargo la cuestión principal es la voluntad de sus poblaciones, abrumadoramente favorable a seguir formando parte de España, incluida la población musulmana, cada vez más numerosa. Es normal que así sea porque el diferencial de renta y servicios públicos es tremendamente favorable a España, incluidos factores que solemos dar por sentados, como la independencia judicial, pero que en Marruecos distan mucho de ser una realidad. Además, ambas ciudades viven fundamentalmente de la presencia del ejército español y del comercio con Marruecos, amparado en su condición de puertos francos, factores ambos que decaerían inmediatamente si se integraran en Marruecos.

En democracia la gente manda y ningún gobernante español podrá segregar estas dos ciudades contra la voluntad de sus poblaciones. Y sin embargo nuestro ordenamiento ha reconocido implícitamente la anomalía que suponen al no haberlas dotado de sendos estatutos de autonomía. La práctica de nuestros dirigentes políticos también la reconoce: Zapatero ha sido el primer Presidente de Gobierno en ejercicio en visitarlas (Suarez lo hizo en campaña electoral como Presidente en funciones) y la visita de Alfonso XIII en 1927 era la única Real hasta la fecha (al parecer Niceto Alcalá Zamora realizó una visita en 1933).

¿Qué razones concurrían para que el Rey visitara Ceuta y Melilla esta semana rompiendo una costumbre respetada desde hace 80 años? ¿Eran tan urgentes tales razones como para llevar a cabo la visita sin sopesar detenidamente los pros y los contras para nuestra relación con Marruecos y tratar de mitigar estos últimos?

No se me ocurre ninguna buena razón aunque sí algunas malas. Es posible que a alguien se le haya ocurrido que el baño de masas era una buena forma de reparar las concurrentes campañas contra el Rey por parte de los independistas catalanes y de la COPE. Puede ser, pero sería mejor solucionar ese problema sin crear otro. Según algunos periódicos Zapatero le habría dicho a la Ejecutiva del PSOE que el Rey le había manifestado su deseo de llevar a cabo la visita y que en vista de la ausencia de consecuencias de su propia visita, el Gobierno habría dado su visto bueno. En tal caso estaríamos ante un manifiesto error de cálculo. Agravado por las manifestaciones del Gobierno sobre un supuesto acuerdo tácito con Marruecos para discrepar sobre la visita pero sin abrir una crisis bilateral. Agravado también por circunstancias complementarias como la admisión a trámite por Garzón de una querella contra ex altos cargos marroquíes por abusos de Derechos Humanos en el Sahara. Y como la coincidencia de la visita con el aniversario de la Marcha Verde. Realmente es difícil encontrar un momento peor. Y en consecuencia la crisis está ahora abierta, como demuestra la llamada a consultas al Embajador marroquí en Madrid.

Es posible que dentro de unas semanas el Embajador vuelva y que la voluntad coincidente de ambos países permita pasar página. Pero no lo tengo nada claro y ya se sabe que es más fácil abrir la caja de Pandora que cerrarla por mucho que Marruecos y España tengan ambos mucho que ganar si las relaciones son buenas y siguen desarrollándose como lo han hecho durante esta Legislatura.

España depende de Marruecos para mitigar la inmigración irregular (se ha reducido en más de dos tercios), la amenaza islamista y el tráfico de hachís y crecientemente de cocaína. Y Marruecos necesita el creciente comercio e inversión española, señaladamente para poder convertir el litoral del norte en zona turística y portuaria de primer orden, sobre la base del AVE que transitará por el túnel bajo el Estrecho. Pero mucho me temo en estos momentos todas estas cuestiones han pasado a ser secundarias para Marruecos.

En los últimos tres años y medio Marruecos ha respondido muy positivamente a la política activa de asociación del Gobierno Zapatero. Un componente de tal respuesta había sido hasta ahora la postergación de su reclamación sobre los «dos presidios» por decisión personal del Rey Mohamed VI. Ahora va a ser mucho más difícil controlar las efervescencias nacionalistas en el Parlamento marroquí, que ya ha registrado la propuesta de llevar el tema al comité descolonizador de la ONU. Especialmente porque, a decir de voces cercanas al Palacio Real, el Rey «está dolido». Y, añado yo, seguramente sorprendido y confundido por la falta de tacto, inteligencia y profesionalidad demostrados por España al adoptar una decisión innecesaria con una urgencia absolutamente inoportuna.

Si verdaderamente había razones de peso para plantear la visita debería haberse aprovechado alguna efemérides señalada, haberla planificado con tiempo y haber explicado la necesidad de la misma al socio marroquí, con diálogo, tiento y paciencia, para tantear su reacción y moderarla en lo posible. Al menos ello habría permitido la preparación adecuada frente a una eventual reacción negativa que, por lo que se ve, no estaba en absoluto prevista. Lo cual es una pésima señal sobre cómo se tomó la decisión de llevar a cabo la visita.

Ya decía al principio que pese a la legitimidad histórica de la pertenencia a España de ambas ciudades, yo sería favorable a explorar fórmulas de integración, asociación, confederación, doble pertenencia, etc., que con la anuencia de ambas poblaciones, permitieran desactivar la anomalía histórica que supone mantener enclaves en otro país y hacerlo en beneficio mutuo. Pero es que, sinceramente, creo que la dichosa visita ha sido un error también desde la perspectiva del numantinismo español más cerrado. Porque hace una semana nadie se planteaba la españolidad de ambas ciudades mientras que ahora la cuestión está sobre la mesa. Y no digamos al otro lado del Estrecho. Mal negocio cuando se consigue debilitar justo lo que se pretende afirmar, además de poner en peligro uno de los logros más importantes de la Legislatura en política exterior, cual era la recuperación de las relaciones bilaterales con Marruecos.

68 comentarios en “La dichosa visita a Ceuta y Melilla

  1. A ver… Si, estoy loco pero nada tiene que ver con lo que he escrito, mal por lo que no se me entiende.

    La Constitución del 78, y los primeros estatutos, tuvieron un consenso que jamás se volverá a repetir. Había que salir de una dictadura y aceptábamos lo que sea. De acuerdo? Si no aceptamos cambios porque el apoyo ha de ser el mismo o superior, podemos tener esta constitución hasta el 2078 por lo menos.

    No creo que ninguna ley pueda tener el mismo consenso que entonces como ningun programa de TV puede tener los share que tenía TVE en los 70. Y no hablo de independencias, insisto.
    Hablo, p. ejemplo de República.

    Y esa táctica es la que usa el PP para bloquear los cambios, para quedarnos en el 78 y no tener una Consti del XXI.

    Y ahora denme calmantes. Con Jhonny Walker, por favor

  2. Perma, estar rodeado es una cosa y ser una isla en territorio de otro estado es otra bien distinta. No seria una anomalía una Andorra británica? O más aun, un treviño británico o portugués?

    Estoy más de acuerdo con las críticas de pratxanda y arouet sobre la ambigüedad de nuestro título de soberanía sobre C y M.

    Finalmente, no creo que esta crisis vaya a ser el fin del mundo, pero sí creo que lo que esta pasando no estaba pactado. O hubo error de cálculo o la cosa se descontrolo por garzon y demás. Por cierto, garzon no tiene planes de investigar las atrocidades y crimenes de guerra españoles durante la ocupación de Marruecos?

  3. Ocupación de Marruecos dice ud. Mimo Titos?
    Será abertzale, aquello fué una protección. protectorado lo llamaban.

    Yo sugeriría a Garzón que pida los documentos necesarios a los archivos militares. Los cuales no suelta prenda. No se pueden consultar fondos de hace 90 años! A ver si conorden judicial.

    Fuente: Abrazo mortal / Sebastian Balfour

  4. 51 Pratxanda..prefiero darte una buena tajá de queso de cabrales pa untar el peaso pan que ma traio la Maria y prueba este vinito que te va a quitar el hipo de ser tan guapo.
    Una cosa es que La constitucion no satisfaga los planteamientos secesionistas y otra que el partido Popular sea un partido inmobilista totalmente anclado en el pasado.
    Pero no quieras darle la culpa al partido popular dasela a los millones de españoles que les votan..por cierto tristemente superiores a los que se quieren secesionar…

    ¿Alguien piensa que una Constitucion esta para dividir?

  5. #54

    Sinceramente no nos entendemos. O no te entiendo.

    Yo no pretendo decir lo que tu afirmas que escribo. No hablo de secesionismo alguno.

    Hablo de no mitificar el amplio consenso del 78 (que hoy no se daría) por las circunstancias especiales, para no cambiar la constitución. Es el argumento de muchos inmovilistas.

    Por 25 pesetas, leyes que no ha llevado el PP al TC.

    99 a 1 es ya una división, pero aceptable para una Constitución. De acuerdo?

    y 90 a 10?
    y 75 a 25?

  6. Pratxanda: si crees que en mi exposición defiendo la misma estrategia que el PP, pos fale. Pero te digo que el mismo argumento vale también para la reforma constitucional neofranquista que proponen ciertas fundaciones de derecha y algunos miembros del propio PP, o bien para la «Regeneración Democrática» que propone UPD.

    Decir que tras la Dictadura teníamos que aprobar cualquier cosa, me parece una falta de respeto a los ciudadanos y ciudadanas, que demostraron una gran serenidad y una gran responsabilidad en aquellos momentos de cambio y zozobra. Y lo aprobado no fué cualquier cosa: la Constitución de 1978 recoge en su texto lo mejor de la tradición jurídico-constitucional europea, establece un fantástico catálogo de derechos fundamentales y libertades públicas, así como se adelantó a los tiempos en materia de nuevos derechos sociales sin precedente en textos de similar entidad. Ha sido y es todo un referente para muchos países que hacen su tránsito a la democracia.

    En cuanto al Estatuto de Guernika, por enésima vez digo, en su día supuso el mayor nivel de autogobierno conocido en una región europea sin Estado, e incluso hay declaraciones de los dirigentes nacionalistas de la época que afirmaban que culminaba su programa histórico de máximos.

    Que a estas alturas de la película no sean posibles consensos del 90% o del 80%, pos fale. Pero me niego a creer que nos tengamos que resignar con consensos de la mitad + uno. Busquemos consensos del 65% por lo menos, lo más amplios posibles para que una mitad de la sociedad no tenga que vivir fuera de las normas de juego como ciudadanos de segunda.

  7. Una matización más para Pratxanda: amigo, la defensa que desde aquí hago de la mitad no nacionalista de la Comunidad Autónoma Vasca frente al hegemonismo soberanista de Ibarretxe y su Plan (el I, el II, y los que vengan con la misma intención), la he hecho también de la mitad nacionalista, y en un foro no tan agradable como éste, en concreto en los blogs de más allá, donde mi «alter ego» fué masacrado por defender que no se podía excluir a los nacionalistas de la vida democrática ni arrojarlos al mar, como algunos pretendían allí, y por rechazar una reforma electoral ad hoc con esa misma intención, la de recortar su representación política. Ni Ibarretxe puede convertir a la mitad de sus administrados en ciudadanos de segunda clase ni ninguna reforma política ni electoral, ni ninguna maniobra manipuladora en Tribunales puede expulsar de la vida política a la otra mitad.

    No veas, pues, en mí a un feroz españolista, que no lo soy. Si quieres ver a uno, cómprate las «Cartas a un joven español» (para que no se haga manoletinas) de Ánsar.

  8. Nota:

    Blogs de «más allá» = Blogs de «Basta Ya», fundamentalmente, y otros similares.

  9. No exactamente: Digo que coincidís en el argumento. No tocar porque no hay el mismo consenso (solo en NO TOCAR; NO REFORMAR los estatutos o la consti) . Nada que decir de tu ultimo párrafo

    Qué hacer si un 58% quiere reformar el estatuto. O proclamar la república. O que la Constitución especificque que la capital sea Toledo.
    No lo se, pero tengo miedo que un 30% con 141 diputados en el parlamento pueda boicotear eso y otras cosas. No es facil, lo se. Pero no podemos estar, en mi opinión, sacralizando el 78 hasta el ´fin de los días.

    No pretendo faltar al respeto a nadie, pero había que salir de una dictadura y era preciso aprobar lo que se iba consiguiendo para llegar a una democracia. De ahí el amplio consenso. Mucho fué lo que se consiguió. Pero tambien está reconocido que hubo presiones militares a los constituyentes.

  10. 59 Pratxanda..Niego la mayor.
    Los democratas de este pais si que quieren TOCAR la CONSTITUCION DEL 78..LOs que no la quieren tocar son los franquistas .
    Los independentistas quieren su propia constitucion como ESTADO no Como NACION y no quiero entrar en discusiones vizantinas (de vicente) sobre lo que es una Nacion y lo que es un Estado.

  11. Tremendo el vídeo que ha colgado Pratxanda. ¡Cómo mienten! Cómo no se les caerá la cara de vergüenza. La idea de que gente que miente así pueda llegar a gobernar me espanta. ¿Cómo no está dimitida toda esta gente? No se entiende.

  12. Pratxanda: en la etapa constituyente hubo presiones, sí. Pero te digo que los constituyentes las capearon con valor. Si hubieran cedido a presiones del estamento militar de la época, no existiría el Título Octavo de la Constitución, ni la libertad sindical, ni la libertad religiosa, ni la iniciativa popular, etc ….

    El vídeo me lo han enviado esta tarde a mi correo. Coincido con PMQNQ en 62. Pero esa gente no ha dimitido por una sencilla razón, o dos, a saber y a saber cuales: cinismo infinito y desvergüenza supina.

  13. #61

    Amistad Cívica, me rindo!
    Hay universos paralelos, cada uno de nosotros esta doblado en dos debates callejeros simultaneos, pero nuestras intervenciones estan cambiadas.

    Me contestas a cosas que no pretendo haber escrito. Uf!

    PMQNQ: A Zaplana la cara no le cae porque las cremas faciales se la aguantan. Se que no va a gustar pero Zaplana está inmenso. Olviden las consideraciones éticas, olviden los muertos.

    Creían que su mejor actuación fué cuando dijo: ( en referencia al creanme que no hay armas… ) «Aznar no dijo eso», no lo dijo nunca» Brutal, no?

    Pues creo que se superó enl as intervenciones de los días en que fue publicada la sentencia.

    «El PP nunca ha abonado la teoría de la conspiración» Inmutable, impasible. Que peaso actor! Qué Goya al mejor secundario!

  14. Me alegro, por otra parte, amigo Pratxanda, de haber entrado en los blogs de BY. En aquella época uno de ellos lo patroneaba Jose Mari Calleja, periodista de tronío y hombre de bien donde los haya, al que aburrieron a base de insultos y descalificaciones. Y gracias a mis incursiones allí, conocí a gente estupenda que ahora intercambia sus impresiones y sus argumentos aquí en DC. Doy gracias a Basta Ya porque gracias a ellos conocí Debate Callejero. No hay mal que por bien no venga.

  15. De un confidencial, no precisamente afín al PSOE (elsemanaldigital.com):

    Eduardo Zaplana no está para muchas bromas. La sentencia del 11-M le dejó en especial mal lugar, como principal valedor de la llamada «teoría de la conspiración». Así que durante unos días ha decidido retirarse de la circulación y embarcarse en un viaje privado a Estados Unidos. Dicen que con su hija mayor, aunque versiones hay para todos los gustos.

    Pero ni por ésas se libra el portavoz del Partido Popular en el Congreso de estar en la primera línea de batalla. Sin estar de cuerpo presente, este miércoles también ha sido en parte protagonista de la actualidad. Y muy a su pesar. El veterano periodista Alfredo Grimaldos ha presentado en sociedad su libro Zaplana, el brazo incorrupto del PP, de Foca Ediciones y Distribuciones.

    No se dejen engañar por el título, porque la publicación no podría ser más crítica con el popular. El periodista repasa su carrera política, usando métodos -siempre según el autor- más que cuestionables. Primero en la Alcaldía de Benidorm, a la que accedió a pesar de su participación en las cintas del caso Naseiro (grabaciones que destaparon una trama de concesión de licencias a constructoras a cambio de comisiones para financiar el partido) y gracias al voto de una concejala tránsfuga, Maruja Sánchez (tras una moción de censura). Más tarde en la Presidencia de la Generalitat Valenciana y en el Gobierno de José María Aznar, como ministro de Trabajo y portavoz del Ejecutivo.

    «La obsesión por el poder político y la búsqueda del enriquecimiento económico personal han sido las dos constantes de la carrera de Eduardo Zaplana», se llega a decir en el libro. En él aparecen amigos del político que, supuestamente, han salido muy beneficiados de su gestión -o más bien «saqueo», según el autor- al frente de las instituciones. Entre ellos, el cantante Julio Iglesias o el constructor Francisco Hernando, más conocido como «El Pocero». «Turbias tramas de servidumbre e intercambio de favores con dinero público», que lo llama.

    El prólogo, del también periodista Javier Ortiz, tampoco se queda corto. «Zaplana es otro género de político español muy típico. Tiene tan claros sus objetivos personales como nebulosos sus postulados ideológicos. Está en la Dirección del PP porque las cosas le vinieron dadas de una determinada manera, pero podría haber llegado a hacer carrera en el PSOE (o al menos intentarlo) si se le hubieran preentado de otra», escribe Ortiz. En otras palabras: no son precisamente sus convicciones ideológicas lo que le mueve.

    El momento de la publicación está medido al milímetro. No en vano, el autor recuerda que, tras la sentencia del 11-M, se enfrenta a un «futuro incierto» por haber llevado la voz cantante del PP en este peliagudo asunto. Y tampoco es que esté sobrado de amigos en el partido dispuestos a echarle un cable, según señaló Grimaldos en la presentación. Más bien le sobran enemigos

  16. Basilio Baltasar escribe en El País un artículo doblemente meritorio: se le entiende todo a la primera (no es necesario leerlos dos veces) y es pedagógico (ofrece nombres propios -lo que serían las negritas- y presenta ejemplos).

  17. 66 Jon Salaberria

    Si el libro es de Grimaldos seguro que merece la pena. Grimaldos, compañero y amigo, es además una excelente persona. Y de izquierdas de toda la vida. No confío en que el libro aparezca en Babelia. Y menos en El Cultural, claro.

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