Mañana el Estado palestino

LBNL

Este jueves 29 de noviembre la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobará con toda probabilidad una resolución que propone que Palestina sea reconocida como Estado no-miembro observador. Hasta la fecha, la ONU venía reconociendo desde noviembre de 1974 a la OLP como “entidad no estatal observadora”, lo que daba derecho de voz pero no de voto. A partir del jueves tampoco tendrá derecho de voto (al no ser admitido como Estado miembro). Pero lo importante para los palestinos es su reconocimiento como Estado.

En realidad lo que importa es que sea la Asamblea General de la ONU la que les reconozca carácter estatal porque son legión los países que en algún momento de las últimas décadas decidieron reconocer a Palestina como Estado independiente. La OLP los cifra en más de 100 y trabaja activamente para conseguir que el jueves sean al menos 150 –de un total de 193- los que apoyen la propuesta.

El reconocimiento de la estatalidad auto proclamada por parte de otros países es una condición sine qua non en el derecho internacional. Basta recordar el caso de Kosovo, no reconocido todavía por unos cuantos (incluida España), o el de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM o FYROM en inglés) que para conseguir ser admitida hubo de transigir respecto a su nombre por la oposición de Grecia y del resto de la UE solidariamente.

Ahora bien, hay otras condiciones esenciales que Palestina no cumple, especialmente la de controlar un territorio propio, por lo que el paso que dará la Asamblea General mañana tiene connotaciones fundamentalmente simbólicas. Para empezar, la resolución se votará el día del 65º aniversario de la aprobación por parte de la misma Asamblea General (sólo 57 miembros entonces) del Plan de partición de la Palestina británica en dos Estados: árabe y judío. Más importante, la resolución hará referencia a las fronteras anteriores a la guerra de los seis días de junio de 1967 en la que Israel ocupó Gaza y Cisjordania.

Esto último no afectará al control que Israel, la Autoridad Nacional Palestina y Hamás tienen sobre Cisjordania y Gaza respectivamente. Pero sería muy importante porque las resoluciones del Consejo de Seguridad en las que se basaron la Conferencia de Paz de Madrid y luego el Proceso de Oslo – la 242 de 1967 y la 338 que la reafirmó en 1973 tras la Guerra del Yom Kippur – piden que las partes se retiren a sus posiciones anteriores a la guerra y negocien bilateralmente un tratado de paz. Desde entonces, Israel arguye que la versión en inglés de la resolución 242 no prejuzga que la “línea verde” anterior a la guerra deba ser necesariamente la frontera internacional definitiva. Tanto la UE como Rusia como el Cuarteto de Oriente Medio (EEUU, UE, Rusia y ONU) se han referido desde entonces en múltiples ocasiones a la necesidad de negociar las fronteras definitivas “a partir de” las anteriores a junio de 1967 con “ligeros ajustes” acordados bilateralmente. Que la Asamblea General de las Naciones Unidas ratifique que la línea verde es la frontera supondría un apoyo muy importante para la posición negociadora palestina.

Aún así y con independencia del número final de países que la apoyen, el reconocimiento tendrá pocas consecuencias prácticas, al menos a corto plazo. Israel y Estados Unidos, se oponen firmemente. Israel denuncia que acudiendo a Naciones Unidas, la OLP está volviendo a las andadas. Los acuerdos de Oslo de 1993 establecieron el marco bilateral para la solución del conflicto. Lo que los palestinos deberían hacer es sentarse a negociar con Israel, algo que vienen condicionando desde hace varios años a que Israel detenga la expansión de sus asentamientos en Cisjordania. De hecho, Netanyahu estableció una moratoria de 10 meses hace algún tiempo pero los palestinos la rechazaron por no ser completa (Netanyahu permitía la construcción de más viviendas en el interior del perímetro de cada asentamiento) y las negociaciones directas no se reanudaron. Según Israel, ahora los palestinos estarían recayendo en su tendencia histórica de tratar de forzar concesiones israelíes por medio de la presión internacional, desandando el camino de Oslo, al que Israel amenaza con dejar de sentirse vinculado.

La posición de EEUU es menos rotunda. Para empezar, como ya hicieron el año pasado cuando solicitaron al Consejo de Seguridad su admisión en la ONU como miembro de pleno derecho, los palestinos se refieren al discurso del Presidente Obama ante la Asamblea General en 2010, en el que se refirió a la necesidad de que ambas partes llegaran a un acuerdo de paz definitivo en el plazo de un año que permitiera la creación de un Estado palestino independiente. El año pasado, EEUU ejerció su derecho de veto, de ahí que en esta ocasión los palestinos recurran a la Asamblea General y rebajen su demanda a ser admitidos como Estado meramente observador. Como el año pasado, EEUU se opone porque considera que el recurso a la ONU obstaculizará la reanudación de las negociaciones bilaterales, que es el único foro del que puede salir la resolución definitiva del conflicto.

Pese a que es consciente de su derrota, Israel ha maniobrado activamente en las últimas semanas para conseguir devaluar cualitativamente el reconocimiento. La Asamblea General es el órgano más democrático de la ONU porque todos los países están igualados: un país, un voto, y ninguno tiene derecho de veto, a diferencia del Consejo de Seguridad. Sin embargo, no todos los países tienen el mismo peso específico. Por ello, Israel se ha empleado a fondo con los 27 de la Unión Europea que, una vez más, no sólo han sido incapaces de consensuar una posición común sino que se dividirán en tres grupos: a favor, en contra y los que opten por la abstención.

Ayer mismo Rajoy dio a entender que finalmente y desoyendo las presiones del sector más aznarista del PP, España se inclinará por apoyar la resolución, junto a Francia, Irlanda, Bélgica, Finlandia y otros. En el campo contrario, menos numeroso, Países Bajos, Italia y Chequia entre otros. Alemania todavía no ha anunciado su voto y espera al resultado de las últimas gestiones diplomáticas del Reino Unido, que trata de convencer a los palestinos de suavizar la resolución a cambio de que cuente con un mayor apoyo europeo.

Además de antigua metrópoli, Reino Unido es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y se presume que su mediación cuenta con el visto bueno norteamericano. En general, la UE consigue suavizar las resoluciones planteadas por los palestinos o sus aliados árabes y, a cambio, las apoya mayoritariamente, o se abstiene dejando aislados a Israel, EEUU y algunos aliados habituales en estas lides como Micronesia y ocasionalmente algún país centroamericano.

Pero en esta ocasión los palestinos no parecen dispuestos a rebajar sus planteamientos. Se niegan a aceptar el compromiso que les pide Reino Unido de, una vez aprobado su nuevo estatus no solicitar su asimilación en las demás instancias internacionales y, muy importante, no aceptan renunciar a una eventual denuncia de Israel por crímenes de guerra ante el Tribunal Penal Internacional. Todo lo más, dan a entender, podrían aceptar limitar sus denuncias a casos futuros.

Israel no ratificó el TPI y por tanto queda fuera de su jurisdicción. Con dos excepciones. La primera, si el Consejo de Seguridad remite un caso al TPI, algo que EEUU no permitiría para Israel con su derecho de veto. La segunda es que el TPI sí tiene competencia sobre los ataques, vengan de quien vengan, a un Estado que sí se ha adherido al mismo. El pasado mes de abril el Fiscal del TPI rechazó la declaración unilateral por la que la Autoridad Palestina se había sometido a la jurisdicción del TPI precisamente por no tratarse de un Estado. Pero recordó que para aquellas entidades cuyo carácter estatal es dudoso, el uso establecido es que el Secretario General de la ONU acepte su ratificación atendiendo en particular al criterio de la Asamblea General sobre su estatalidad. Los palestinos ya han anunciado que intentarán de nuevo su adhesión al TPI tras el voto favorable de la Asamblea General. Si finalmente lo consiguieran, Israel podría verse sometido a la jurisdicción penal universal, que impediría salir del país con garantías a sus mandos militares e incluso políticos.

Es obvio que sería mucho mejor que israelíes y palestinos retomaran las negociaciones directas y acordaran la paz definitiva. Como ya he relatado muchas veces, a diferencia de lo que mucha gente cree, su conflicto no es muy diferente de los demás y las soluciones están todas pensadas, negociadas y escritas en numerosos borradores; valga la referencia únicamente a los denominados “parámetros de Clinton”. El problema no es las raíces del conflicto, territoriales, étnicas o religiosas, sino la falta de voluntad de ambas partes de asumir las concesiones que la paz implica con respecto a sus postulados maximalistas. Y también la falta de confianza mutua, bien justificada en ambos casos, que hace indispensable no ya la mediación internacional sino garantías internacionales férreas de que se cumplirá lo pactado, incluida muy probablemente una fuerza militar de interposición entre ambos.

Netanyahu tiene elecciones en enero y es presa de su propia ideología y de la de sus socios políticos, todavía más escorada hacia la firmeza. Abu Mazen lleva años con su mandato presidencial caducado y a las limitaciones de actuación que Israel le impone en Cisjordania se le suma la completa falta de control sobre Gaza, dominada por un Hamás cada vez más soliviantado.

Con un panorama tan poco esperanzador sobre el terreno, es posible que la decisión afirmativa de la Asamblea General mañana jueves ayude a desbloquear la situación a medio y largo plazo pese a los problemas adicionales que puede conllevar.

7 comentarios en “Mañana el Estado palestino

  1. D. LBNL, muchas gracias por su artículo! Me parece bien, dos Estados. Poc à poc….. 🙂

    Con su permiso pongo un video sobre la Reserva Federal de los USA y el sueño americano. Lo recomiendo fervientemente:

    http://www.youtube.com/watch?v=PEH6ZnTqAB8

    «El 4 de Junio de 1963 el presidente Kennedy firmó una orden ejecutiva 11110. Esta orden ejecutiva permitía al Tesoro de los USA el derecho de emitir dinero sin la Reserva Federal (quienes por la cara cambiaron la ley para ser los únicos pudientes de emitir dinero y por tanto los únicos para manejar el cotarro mundial). El Plan de Kennedy era desmantelar la máquina de la Reserva Federal. Seis meses después alguien asesinó a Kennedy en Dallas y nunca se supo por qué. El nuevo presidente Lyndon Johnson eliminó la orden de Kennedy. Y desde que Kennedy se enfrentó a ellos, nadie más se ha atrevido a meterse en los poderosos secretos de la Reserva Federal…………………………..»

  2. Yo también delego en el articulista. Explica muy bien toda la situación, haciendo un análisis ponderado y sensato. Algo que se ve poco cuando del conflicto palestino-israelí se trata.

    Una preguntilla: ¿cuál es ahora mismo la situación de los Laboristas?

  3. El pulso de la sanidad madrileña a la Comunidad de Madrid es serio, aunque el gobierno de González no se quiera dar por aludido. Sobre todo, destaca la unidad de todos los colectivos, y la implicación de los médicos, un colectivo que no suele ser especialmente beligerante:
    http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/11/28/madrid/1354102303_271590.html

    Es cierto que todo eso causa trastornos (hacerse unos análisis, como tengo que hacerme yo, se puede convertir en una carrera de obstáculos), pero por mi parte, lo veo perfecto. Como poco, están viendo que lo que pensaban hacer sin más, no les va a resultar tan sencillo.

  4. Ya puede decir el senador del PSOE y exalcalde de Tordesillas lo que quiera. Es que sólo con lanzas es una salvajada, qué más da que no usen cuchillos….
    ——
    Eah, yo a lo mío, que en cuanto opino un poco de Cataluña por aquí me pueden decir que soy de Intereconomía y si digo algo a favor de los palestinos (aunque sean menores de cinco años) me pueden tildar de antisemita (es que hay que ver con algunos comentarios de ayer)…

    Así que aquí a lo mio y allá va un link más sobre un tema que debería interesarnos a todos:
    http://www.eldiario.es/zonacritica/sanidad_privatizacion_huelga_6_73552667.html

  5. Pues no lo entiendo Marta porque los de intereconomia suelen ser pro israelíes furibundos. En realidad no, en realidad tienen un poso de anti semitismo barnizado con filosofía neo con pro Israel que prima sobre el anterior. Pero si escarbas un poco son pro israelíes pese a tener prejuicios anti judíos.

    En todo caso, el laborismo israelí anda de capa caída. Por varias razones. Una, porque los palestinos han defraudado las esperanzas de los izquierdistas utópicos de que en cuanto Israel les tratara bien se harían sus amigos. Otra, porque la economía israelí va bastante bien. Los mileuristas lanzaron un movimiento a lo indignado pero lo cierto es que hay mil oportunidades de emprendimiento junto a una clase media cada vez menos media alta y más media media o media baja.
    En este contexto, surgen regularmente líderes promisorios de centro (Lapid, de nuevo Olmert) que ofrecen continuidad económica y mayor moderación (realismo) en el tema palestino. Y le quitan votos al laborismo.
    Labour tiene ahora una lideresa bastante limpia de corrupción que recuperará escaños, pero probablemente nunca vuelvan a ser el partido de unión nacional que eran antes. En parte porque el país ya no es filo socialista y está organizado como tal, y en parte porque ya no es mayoritariamente azquenasi, es decir, los judíos procedentes de Europa oriental ya no dominan a los sefardíes, orientales y especialmente a los venidos de la ex URSS.

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