«One Day» de David Nicholls

Frans van den Broek

Es sorpresivo recordar que muchas de las grandes novelas del siglo diecinueve y comienzos del siglo pasado –es decir, lo que se considera la época dorada de la novela clásica- fueron serializadas, esto es, publicadas como parte de un proceso cultural dependiente de la comercialización del producto. Tolstoi y Dickens y Dostoievski, cuyas obras requieren de atención morosa y discernimiento literario, publicaron de este modo y hasta pudieron, mal que bien, hacerse de una vida. Otro era el público al que se dirigían, por supuesto, y mucho más limitado el mercado, pero me pregunto si alguna de sus obras sería aceptada en el mercado actual. Tal vez sí, vista la publicación exitosa de clásicos modernos como “Vida y Destino” de Grossman y otras novelas de igual exigencia lectora, pero no puedo zafarme de la sospecha de que más de un editor echaría los manuscritos a la basura u obligaría a sus autores a un serio recorte o reescritura del mismo (exigencia que algunos lectores actuales aprobarían, sin duda y por la que es posible argumentar sin remilgos). Con recorte o reescritura, empero, el contenido de dichas novelas no deja dudas sobre sus intenciones artísticas, que trascienden con mucho la motivación comercial y se proponen metas allende el universo personal del escritor. Algunas se proponen incluso reflejar la existencia en todas sus dimensiones, desde las intimidades del hogar hasta la hecatombe de la guerra, o desde los campos penales siberianos a los casinos europeos. Muchos escritores de aquella época pretenden reflejar la sociedad entera, sin dejar nada sin explorar, sobre todo aquellos sectores sin voz ni lustre literario, marginados u olvidados. No son pocos los que se atreven con las grandes preguntas metafísicas, con la existencia o inexistencia de Dios y sus consecuencias para el hombre, el problema del mal, la condición trágica o jubilosa del hombre. ¿Cómo se comparan con aquellas novelas las de hoy, las que logran premios y cifras de ventas abultadas, las que son leídas por un público diez, cien, mil veces mayor?

 Me he hecho esta pregunta tras leer la novela “One Day” de David Nicholls, ahora consagrada con una adaptación para el cine que se estrena en estos días (y que no he visto, ni creo que vaya a ver). Prefiero no revelar la trama de la novela para no arruinar el placer lector o espectador de nadie, pero tampoco es que haya mucho que revelar. La novela cuenta la vida de dos personajes principales, Dexter y Emma, en un solo día durante veinte años, el 15 de julio. Esta fórmula estructural es atractiva, aunque no sea novedosa. A decir verdad, la trama no la justifica: bien podría habernos contado la vida de estos personajes durante el tiempo antedicho, sin que el día escogido o el hecho de concentrarse en un día añada nada a la narrativa. A lo más brinda una ilusión de equilibrio argumentativo que, a mi entender, resulta más una constricción que una ventaja. Pero tampoco estorba, por lo que narrar una semana, un día o un mes cada año es en realidad indiferente. Quizá a mi desconocimiento de las tradiciones británicas se le escape el significado simbólico del día, St. Swithin´s day, pero como no se trate de algo esencial al destino de los personajes creo que es posible prescindir del mismo para su disfrute o interpretación.

 La historia comienza el día de la graduación de los personajes, en su último día de universidad. Se conocían desde antes, pero sólo aquel día acaban juntos en la misma cama, para un poco de jolgorio erótico, pero sin llegar al pleno acto sexual. Además, jóvenes y libres como son, deciden separarse sin compromisos y promesas. Pero resulta que la vida contribuye a hacerlos amigos, y es la historia de su amistad lo que ocupa la mayor parte de la novela, por lo que se trata de vidas paralelas que se cruzan a veces en momentos claves de la narración. Dexter es un miembro de la clase acomodada y es, a todas luces, un hedonista irresponsable sin mayor idea de qué hacer con su vida. Emma procede, en cambio, de la clase trabajadora (o lo que esto significa en Gran Bretaña en los años ochenta) y es leal a ideas revolucionarias moderadas. Dexter acaba trabajando en la televisión y Emma en diferentes trabajos más o menos innobles, pero lo que ella quiere ser es escritora. Los destinos de ambos siguen trayectorias cruzadas en más de un sentido, pero me guardo de elucidarlos. Lo que me interesa comentar es lo que mencioné al comienzo. El libro de Nicholls es, a las claras, un ejercicio comercial y egocéntrico que quiere adornarse con algunas referencias políticas y sociales. ¿Pero a quién le interesa el destino de un pijo engreído, guapo, narcisista y medio tonto? ¿Y el destino de una rebelde desencajada, guapa, inteligente y moralista? Ciertamente no al que escribe. Me costó unas trescientas páginas el comenzar a interesarme, y esto por habituamiento más que por el contenido. Hay escenas conmovedoras, no cabe duda, y la historia de los últimos veinte años se refleja bien en la novela, pero es difícil identificarse con personajes con los que no se puede tener simpatía alguna, ni siquiera aquel tipo de simpatía mórbida que nos producen personajes oscuros, malvados o fantásticos. Por el contrario, la propia banalidad de los personajes y su flagrante intrascendencia, antes que reflejar la nuestra y servirnos de reflexión ética o estética, conspira en contra de tal identificación. De acuerdo, todos somos unos mediocres, pero ni la ejecución formal ni la elección del tema justifican que a uno se lo recuerden con estas páginas.

 Uno de los aspectos más irritantes de la novela es la naturaleza artificial de los diálogos. Cuando hablan Dexter y Emma, salvo quizá al final, no pueden emitir una sola frase que parezca normal. Todas tienen la enseña del intelectual de segunda clase que no puede parar de tratar de impresionar al prójimo con comentarios supuestamente inteligentes o irónicos o sardónicos. Es probable que la juventud de finales de los ochenta y de los años noventa con educación universitaria en Gran Bretaña hablara así, no lo sé. Pero si así fue, pues me alegro de no haber vivido dicha época en tal lugar. Una cierta dosis de pedantería y arrogancia juvenil son inevitables al tratar de la evolución vital de recién graduados con cierto trasfondo cultural. Pero Nicholls parece enamorado de su época juvenil (él mismo confiesa haberse apropiado de los modos de hablar y de las expresiones o bromas de sus amigos de aquel entonces) y, además, de sí mismo, obviamente proyectado en sus personajes. Dexter y Emma representan, me imagino, dos polaridades del universo cultural y político de la Gran Bretaña de aquellos años, pero al encarnarse en personajes tan acartonados pierden fuerza narrativa y se convierten en módulos especulares del autor, no de la sociedad que quiere reflejar. La historia es también una historia de amor, y como tal funciona un tanto mejor, pero no sin pasear al lector por todos los clichés actuales a que nos han acostumbrado los libros de autoayuda o las Oprah Winfrey de cada cultura. No es irrelevante decir que, sin embargo, la novela entretiene y se lee sin dificultad, pero esto no sorprenderá a nadie: últimamente, de eso es de lo que se trata, de no fastidiar al lector ni estorbarle la consulta de su facebook, la actualización de su twitter o el champán de la inauguración. Siempre nos queda el recurso a los clásicos, por supuesto, aunque uno quisiera encontrar siquiera ocasionales fulgencias clásicas en las novelas contemporáneas que ganan todos los premios y atraen a todos los públicos. Si esto es lo que busca el lector, no le recomiendo que lo busque en esta novela. Quizá la película le ahorre las cuatrocientas páginas que me costó comprobarlo.

11 comentarios en “«One Day» de David Nicholls

  1. Supongo que David Nicholls diría a leer el artículo de Frans y su crítica sobre la novela: …….. ¡yo también te quiero!

  2. Buenos dias Frans van den Broek,caballeros callejeros y cabelleras al viento:
    No se por qué ,hoy me imagino a Frans haciendo la autopsia al libro “One Day” de David Nicholls,como una forense de CSI ,ante un cadaver literario….jeje.
    En fin,gracias Frans por diseccionar un libro que nunca estara en la biblioteca de mi casa,cosa que levanta mi gran admiracion por usted,en tiempos de crisis hay que ahorrase leer cuatrocientas páginas de pedanteria.
    Claro está que ,Frans no pudo evitar que ayer por la noche ,tuviera que escuchar a uno de los politicos mas pedantes que ha dado España,sí ,me refiero a Gallardón en El Debate a Cinco de TVE.
    Gallardon me recordaba a ese tipo de personajes que como bien describe Frans,»no pueden emitir una sola frase que parezca normal. Todas tienen la enseña del intelectual de segunda clase que no puede parar de tratar de impresionar al prójimo con comentarios supuestamente inteligentes» que llevan al bostezo.
    Todo con ese aire de santurron que le envuelve…pareciera que levita cuando habla .

    Mas tarde ampliare mi comentario,hoy tengo una cita con Alfredus,voy a comer con él …ejem….y otros 470,entre ellos los 300 que van a pelear contra las encuestas.

    Alfredus,hoy vendra de dar un mitin Menorca ,comera en Ibiza,marchara a Mallorca y esta noche volvera a Madrid para ser entrevistado en Antena 3.

    Bueno ,les dejo,el cosquilleo en mis tripas me está abriendo el apetito….JAJAJA….que nervios.

  3. Yo creo que «la naturaleza artificial de los diálogos» , que Frans reprocha a la obra de David Nichols es, en realidad, una característica del género. Es decir, que en la mayoría de las novelas -clásicas y actuales, con pretensiones y sin ellas-, los diálogos tienden a ser artificiales. No por su contenido sino por la forma en que se expresan: es decir, la gente no habla -salvo si lee un discurso preparado previamente-, como aparece en las novelas. Y eso ocurre tanto si se trata de reproducir el habla de gente culta y con contenido más o menos denso, como si se simula una conversación callejera espontánea. Hay excepciones, claro, y es tan raro ese logro que cuando se consigue que el dialogo novelado suene real ese hecho es muy destacado en las críticas elogiosas del producto. Me suelen gustar los comentarios literarios de Vargas Llosa y recuerdo uno, hace años, referido a una novela del peruano Jaime Bayly, en la que destacaba entusiasmado cómo el autor había conseguido recrear el habla popular limeña, lo que le parecía un logro extraordinario. Los diálogos parecían veraces. Creo que es algo inusual en la novela.

  4. Espero que ,Barañain,destaque mi facilidad para hacer que «el habla de mis Dos Neuronas» parezca un logro extraordinario, con unos dialogos veraces,algo inusual en las novelas…y supere en alguna medida a Jaime Bayly…..jeje.

  5. Que Alfredus este poniendo toda la carne en el asador aun a riego de su salud para ganar las elecciones ,transmitiendole moral y sobre todo etica a los socialistas españoles,nadie me lo podrá negar y hoy he sido consciente de su determinacion y ganas de pelea.
    Nos ha confesado que hoy iba a ser el primer dia de campaña que le han puesto un plato caliente para comer ,en vez de un sanwich…..jeje.
    Vino de Menorca y tan pronto como terminó la paella se fue pitando para el aeropuerto con destino a Palma de Mallorca.
    Esta noche lo veremos en una entrevista en Antena 3.

    Em fin,la vida de un candidato a la presidencia del gobierno durante las elecciones es un trajin de alli pa cá que no veas.

    Por favor ,dadle un buen caldito de pollo todos los dias….o se nos va a quedar en los huesos…..jeje.

  6. Sobre un video polemico:

    Una persona muere en el Hospital de Sant Pau porque no había médico que la operase ni ambulancia que la trasladase

    La realidad supera la ficción: El anuncio coincide con la retirada de un vídeo electoral del PSC que vinculaba la muerte de pacientes con los recortes en la sanidad pública.

    Hoy los socialistas catalanes han retirado un vídeo electoral que vinculaba recortes con muerte de pacientes. Las críticas de los profesionales del sector y de la propia candidata, Carme Chacón, han provocado la retirada del vídeo. Sin embargo, la ficción supera la realidad. Una mujer ingresó el pasado día 29 de septiembre en el Hospital de Sant Pau a la una del mediodía. Falleció a las 22 horas. Según la familia, la muerte se debió a la falta de un médico para operarla y la ausencia de ambulancias para trasladarla a otro centro hospitalario.

    http://www.elplural.com/politica/una-persona-muere-en-el-hospital-de-sant-pau-porque-no-habia-medico-que-la-operase-ni-ambulancia-que-la-trasladase/

  7. El odio y la venganza es el material con que crea castillos en el aire el Partido Popular.
    Par muestra un boton de lo que se avecina en una España dominada por la caverna mediatica…esa que pide libertad de expresion para soltar las mas bridas infamias y que a la hora de informar denigran y ocultan todo aquello que tiene una seña socialista.:

    “La dirección regional del PSOE de Castilla-La Mancha quiere trasladar a la opinión pública su más profunda indignación ante la manipulación informativa en la que está cayendo de manera progresiva Castilla-La Mancha Televisión (CMT), la televisión pública autonómica, y que está teniendo su máximo exponente en el tratamiento absolutamente sectario, a favor del PP”. Enunciado del comunicado que los socialistas han hecho público para denunciar el veto que de forma incompresible ha llevado a cabo el director de Telecospedal, Nacho Villa, quien omitió la presencia de Rubalcaba en los informativos de máxima audiencia.

    http://www.elplural.com/politica/indignacion-socialista-por-la-censura-de-%e2%80%9ctelecospedal%e2%80%9d-del-mitin-de-rubalcaba-y-bono-en-toledo/

    No quiero ni imaginarme por un momento ,»la purga politica» que harán los populares en RTVE si llegan a gobernar.

  8. Muchas gracias por los comentarios. Muy interesante aquello de que, en el fondo, todos los diálogos novelísticos son artificiales. Esto es verdad, en la medida que la ficción es ficción, por tanto, artificio. Pero los diálogos pueden dar una mayor o menor sensación de verosimilitud. De manera artificiosa, sin duda, pero allí está el arte del buen novelista, el hacernos olvidar que estamos ante una elaboración imaginatival. En fin, que los narratólogos lo diluciden, que a mí me sobrepasa. Un abrazo a todos y fuerza con la crisis.

  9. Echo en falta a Don Teoura.

    ¿Se sabe si en el caso Campeón hayan podido detner al empleado de la gasolinera? …… no vaya a sé que haya relación con su ausencia y tengamos que llevarle la tarta al trullo.

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