Otra verdad incómoda

Andrés Gastey

 

Algunos le han reprochado al ex Vicepresidente verdescente de los Estados Unidos, Al Gore, la supuesta falta de consonancia de su prédica ecologista con sus comportamientos cotidianos; otros le achacan que haya transmutado la relativa pasividad de sus mandatos en activismo vacuo cuando ya no tiene más poder que el de su palabra persuasiva; no falta, por último, quien le acuse de haber manipulado los datos de la realidad para forzar las interpretaciones que están en la base de su oscarizado documental “Una verdad incómoda”. Por mi parte, yo le tengo simpatía a Gore; me basta con imaginarme lo diferente que hubiera podido ser el mundo de hoy si se hubiera resuelto de manera distinta el contubernio de Florida en las presidenciales estadounidenses del año 2000.

 

Volviendo a su cruzada ecologista, creo que el documental de Gore tuvo cuando menos el mérito de hacer comprensible y cuantificable la amenaza que supone el cambio climático. Aunque, salvo coprófilos y coprófagos (que los hay), todos intuimos que la contaminación no es buena, transformar una convicción difusa en información susceptible de inspirar un programa político de acción para afrontar un problema de envergadura mundial es, me parece, algo muy valioso.

 

La intención de estas líneas no es, sin embargo, darle una nueva vuelta al debate sobre el cambio climático: no pretenden ni denostar la escuela negacionista (que, como es sabido, tiene entre sus grandes gurús a un afamado empleado de Rupert Murdoch) ni, ahora que el grajo vuela bajo en España, reafirmarles a ustedes en su tal vez desfalleciente fe en el calentamiento global. Lo que querría hoy es proponerles una reflexión sobre otra verdad incómoda, relacionada con las drogas ilegales.

 

Creo que todos podemos coincidir es que la situación actual es catastrófica. Los índices de consumo de estupefacientes (salvo, tal vez, la heroína) aumentan. El problema de salud pública que se ha generado en las sociedades con muchos usuarios de drogas ilegales, como la española, es enorme. La delincuencia asociada a las drogas ilegales golpea a los países opulentos y destruye a los países menos favorecidos. Baste recordar tres ejemplos dentro de este rubro. Es conocida la incidencia del narcoterrorismo en la perenne inestabilidad colombiana. También vienen de lejos los complejos vínculos entre narcoeconomía y realidad política en Afganistán. En estos últimos meses ha cobrado mayor notoriedad la virulenta narcoguerra civil que está librándose en México; ha llevado al Presidente del país (¡al propio Presidente!) a reconocer que la mitad de la policía mexicana no es de fiar.

 

Convengamos también en que las cosas no tienen pinta de ir a mejor.

 

Por un lado, la panoplia de sustancias psicotrópicas se ha diversificado. Continuará haciéndolo. Al  tradicional refinado o destilación de materias primas naturales de las que se extraen los principios activos estupefacientes se han sumado los procesos industriales para fabricar las más variadas drogas sintéticas, o “de diseño”, a base de la combinación de sustancias químicas puras. Por otro lado y como queda dicho, la demanda no disminuye. Así como, por ejemplo, se observa en algunos países, España entre ellos, una esperanzadora curva decreciente en el consumo de algunas drogas legales (tabaco), el número de personas que acceden a las drogas ilegales sigue aumentando. Ello proporciona el combustible que alimenta el lucrativo negocio del narcotráfico, con las consabidas consecuencias.

 

Hemos, por tanto, fracasado a la hora de combatir la droga. Y, cabe subrayarlo, este combate se ha llevado a cabo hasta ahora a través de la proscripción. En efecto, a lo largo del siglo XX se fue ilegalizando el consumo, la tenencia o la compraventa de un cada vez mayor número de narcóticos.

 

Desde su inicio, la ilegalización ha planteado serios problemas en todos los órdenes. De tipo metodológico, primero, porque la arbitrariedad de la distinción entre drogas legales e ilegales es palmaria, como puso en evidencia el oscuro período de la prohibición del alcohol en los Estados Unidos (“y como allí no beben por la Ley Seca/ y sólo a los enfermos despachan vino/ yo pagué a precio de oro una receta/ y compré en la farmacia vino español”, que cantaba la Britney Spears de mis tiempos). De tipo filosófico, sobre todo, porque es muy difícil de defender que el Estado ha de legislar sobre lo que uno puede o no puede introducirse en el cuerpo, si lo hace en uso de su libre albedrío y sin perjuicio directo a terceros (nada que ver con el libertarismo alcohólico al volante que propugnó el ya citado empleado de Murdoch).

 

Desde una perspectiva utilitarista, estas objeciones podrían, tal vez, haberse soslayado si, aún sacrificando en parte la coherencia del sistema o incluso el espacio de la libertad individual, el paradigma prohibicionista hubiera tenido éxito. Pero no ha sido así. No sólo el problema del consumo de las drogas se ha incrementado a lo largo de estas décadas, sino que muchos pensamos que la prohibición ha contribuido a agravarlo en algunas de sus dimensiones. El volumen del negocio que se deriva de la combinación de demanda creciente e ilegalidad es enorme. Los flujos descontrolados de dinero que origina corrompen, desestabilizan y asesinan.

 

Así que la otra verdad incómoda que debemos afrontar es que, aparte de las objeciones de tipo filosófico que puedan oponérsele, la ilegalización de las drogas no sólo no sirve, sino que es parte de problema. La anagnórisis sobre los efectos de la contaminación que para muchos supuso el documental de Al Gore tiene su correlato respecto a las drogas en innumerables obras de ficción de recio sabor documental, desde la impresionante película Traffic hasta casi cualquier novela negra contemporánea.

 

Debemos, pues, cambiar el paradigma.

 

Pero el inmovilismo tiene muchos partidarios. Están, primero, los negacionistas que, como respecto al cambio climático, rechazan que la situación actual merezca corrección: dejar las cosas tal y como están es su, en mi opinión, suicida preferencia.

 

Una versión más sutil y prevalerte del negacionismo es la que, reconociendo que el modelo actual es insatisfactorio y que no se sostiene ni por sus resultados ni por sus fundamentos filosóficos, afirma la inconveniencia de que los Estados tomen medidas individualmente: a falta de una especie de Protocolo de Kyoto para la regulación transnacional del mercado de los estupefacientes, sería preferible el mantenimiento del statu quo, incidiendo, si acaso, en la desincentivación de la demanda a través de la educación.

 

Desde luego, esto último es necesario. Y no voy a desmentir que, al igual que sucede respecto al cambio climático, la acción internacional concertada sería la opción más deseable. Si las naciones pudieran ponerse de acuerdo para no sólo despenalizar el tráfico y consumo de sustancias psicotrópicas, sino para regularlo como una actividad económica más que genera productos con riesgo para la salud del consumidor (siguiendo de cerca los marcos existentes para el tabaco o el alcohol), buena parte de los problemas asociados a las drogas entrarían en vías de solución inmediata, o al menos de encauzamiento. Ahora bien, no nos engañemos: ese consenso internacional no se alcanzará en un futuro previsible.

 

La falta de ese gran acuerdo no impidió a una vanguardia de países asumir por su cuenta en Kyoto compromisos muy importantes en pro de una causa global como es la lucha contra el cambio climático. Tal vez nos correspondería, también en el terreno de la autorización regulada de las drogas, empezar un camino hacia la normalización, un camino al que, estoy seguro, las naciones acabarían sumándose; si no por convicción, sí por necesidad.

 

Hay verdades que no son sólo incómodas, sino políticamente tóxicas. La reinstauración de la República, llegar a un acuerdo con Marruecos sobre el futuro de Ceuta y Melilla o la regulación del consumo de drogas son causas perfectamente razonables que ningún partido político con opciones de gobierno en España abrazará. Pero a veces algún líder visionario es capaz de asumir como objetivo aspiraciones que generaciones precedentes consideraron quiméricas. Que España dedique al final de esta legislatura el 0,7 % de su PIB a Ayuda Oficial al Desarrollo entraba en esa categoría. Por tanto y en contra de lo que dijo aquél, non lasciamo ogni speranza.

72 comentarios en “Otra verdad incómoda

  1. Digo yo …que si Esperanza Aguirre tiene pruevas de que zapatero financia a terroristas ,los habra puesto en conocimiento de la justicia…como representante de los ciudadanos que la han escojido…como buena patriota…digo yo

  2. No, no es Marujita Díaz. Es más joven, es rubia, y sobre todo, es muy amiga de Jiménez Losantos. Esta mañana, este hombre la llamaba la Thatcher española y la ponía por las nubes. No es Rosa Díez.
    Hasta aquí puedo decir.

  3. Tengo un par de ideas o tres al respecto. ¿Podría ser Alcaraz travestido? ¿La de los tacones con calcetines deportivos? ¿O la que acude a los sitios ora con peluca, ora ataviada como si fuere a una fiesta de Carnestolendas?

  4. Después de ver el 52, estoy en que se puede tratar de Peranzaguirre, la cólera de Rajoy. Sin duda. O sea, mi segunda opción. Aunque Rosetta es también muy amiga del jodobaíco, que de hecho, hasta donde yo he podido oirle, la llama «la única oposición».

  5. Efectivamnete , la frase le podría pegar a Rosa Diez, pero creo que PMQNQ se refiere a la simpar, la inmortal, la inefable, la pizpireta Esperanza Aguirre, tampién conocida como «El expreso de Bombay» o «la que viaja sola»… por razones obvias

    Saludos

  6. ¿Por que el PP no aprende las dos lecciones que les han dado los ciudadanos en las urnas?.

    Quizas esta sea la premisa que de respuesta a dicha pregunta:

    “Es imposible ganar renunciando a tu posición política, acercándote a los demás”.

    Veladas críticas a Rajoy en el homenaje a Ángel Acebes de los peperos del barrio de Salamanca.

  7. Pero querido Amistad, no todo va a ser negativo para el simpar Marianico en el día de hoy. Gracias a una operación policial que ha incautado un conjunto de documentos de gran valor histórico pertenecientes al insigne jurista y hombre de Estado que era Don Niceto Alcalá-Zamora, primer Presidente de la II República Española, hemos descubierto que este prohombre es el antecesor histórico de la figura de nuestro líder de la Leal Oposición. Y lo sabemos gracias a otra insigne luminaria patria, nuestro Fedeguico, que en su programa de hoy afirmó: «Niceto Alcalá-Zamora fue el primer maricomplejines de la Historia» (sic).

    Pobre Don Niceto, si levantare la cabeza y viera en qué ha quedado «su republicanismo» …..

    Posdatilla: como curiosidad, sobre todo para Pratxandica (muy docto en movimientos separatistas, segregacionistas y derivados), decir que Don Niceto, natural de la bella localidad de Priego de Córdoba, fue el impulsor, como letrado, del primer expediente de segregación de la localidad granadina de Zagra respecto de su Ayuntamiento matriz entonces (principios del siglo XX), el de mi localidad natal, Loja. Tuvo que ser ya en los años ochenta cuando la localidad zagreña obtuviera la ansiada segregación, después de un nuevo procedimiento lleno de avatares y de incidentes óptimos para una peli de Berlanga.

  8. Nerva 3: No puedo estar más en desacuerdo contigo. Yo sí creo que el problema del contrabando y consumo de drogas se limitaría bastante si fueran legales. Que si se legalizan se dedicarían a otras cosas… qué quieres que te diga, los hay que se dedican a todo a la vez, los hay que cambiarían de registro, ¿entonces mejor status quo? Los Corleone traficaban con alcojol, que era ilegal.

    Habiendo zanjado ya que no es cierto que «el peligro de las drogas no es el de las mafias» (te recomiendo que hables con las madres de Galicia antes de seguir pensando y opinando), lo que describes como estados mentales alterados (agresividad, depresión, esquizofrenias, apatía, alucinaciones…) me recuerdan más a la vida cotidiana en una gran ciudad como Madrid, incluyendo a miles de conductores, y mileuristas queriendo llegar a fin de mes, y conozco a muy poca gente (entre 1 y 2) que consuma droga (y tengo conocidos en todas partes y de todo tipo, afortunadamente) que tenga esos problemas. Sí conozco a muchos alcojólicos que los tienen.

    No estoy diciendo que haya que dar drogas gratis, estoy diciendo que siendo ilegales hay mucho más descontrol. Tu discurso es el típico y me atrevo a pensar que no sabes cómo es la gente que te rodea. Podemos seguir hablando de esto en otro momento, si quieres.

  9. Aparentemente, la dificultad de encontrar un tenedor del largo suficiente que le premita darle la verdura al niño sin quebrar la orden de alejamiento, puede ser, finalmente, el motivo de que se revise la sentencia judicial, que no es que sea desproporcionada, ya que el agravante de haberle dado el cachete al niño, no solo en la vivienda sino además en la habitación más resbalosa de la misma, como es el cuarto de baño, hubiese justificado la pena de muerte.
    La justicia va de puta madre.
    http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/12/espana/1229101355.html?a=2695edf3af4ad64528fb9c4e7442a1d8&t=1229108357

  10. A mí me parece bien que las drogas ilegales dejen de serlo, como propone el articulista del día. Y me gustaría que se prestara más atención a otras tantas que son legales, pero no por eso menos dañinas: ¿ cuándo se va a desprestigiar de verdad el consumo de alcohol, por ejemplo?
    Por otro lado, muchas cosas pueden ser una droga, dependiendo de nuestra relación con ellas: el juego, el trabajo, internet, la pareja, la morcilla de Burgos, los gimnasios, debate callejero…

    ¿Y qué decir del consumo de psicofármacos prescritos por nuestros valiosos facultativos? Dan consejo antitabaco mientras extienden la recetita que no le puede faltar al ama de casa, al padre de familia, al hombre de negocios, a la viuda, al estudiante, al obeso que come por ansiedad…

    En fin.

    Buenas noches y feliz fin de semana, lleno de endorfinas para todos.

  11. Los ricos tambein lloran:

    «He soportado descalificaciones mediante vídeos, webs o canciones contra mí y contra mi familia»

    Fabra denuncia el acoso de la izquierda:

    «No respetan ni la Declaración de los Derechos Humanos ni la Constitución»…..JAJAJA…que nervios.

  12. 60 Sarah, yo también conozco de cerca el mundo de las drogas, no tanto de la heroína que me pilló pasada de moda, pero desde luego sí el de las drogas de diseño: LSD, éxtasis, speed, etc… el de la cocaína y por supuesto el de las drogas blandas.
    Las mafias, que claro que las hay, no afectan a los jovencitos burgueses que se ponen hasta arriba todos los fines de semana, le quedan muy pero que muy lejos. Es cierto que si nos ponemos en plan alianzadores de civilizaciones podemos pensar que una liberalización del tráfico de drogas acabaría con la violencia en México y en Colombia o incluso en Afganistán (je, je, enfín), pero te puedo asegurar que agravaría el problema que conozco de primera mano, que es el de la adicción de mucha gente a un tipo de vida peligrosísimo y que se ha banalizado demasiado. Cuano tienes 20 años, sólo faltaría que fuera legal y barato llenarte bolsillos de rulas o comprar farla en cualquier estanco.

    Me llama mucho la atención que algunos de los que pretenden prohibir videojuegos y otro tipo de ficciones que no son de su agrado sean tan permisivos en cuestión de drogas. Quizá es porque las masas colocadas son más manipulables políticamente, si no, no lo entiendo.

  13. A ver si se recupera el sector de la construcción y se empiezan a construir casas otra vez. Para que algunos se entretengan con su trabajo y dejen de decir tonterías de este calibre: «Quizá es porque las masas colocadas son más manipulables políticamente, si no, no lo entiendo.»

  14. 65
    Como no puedo creer que nadie que conozca las drogas de cerca pueda estar a favor de su legalización, intento imaginar que es lo que pasa por la cabeza de tantos Escohotados que de pronto han florecido en el blog. Esa es la única razón coherente que se me pasa por la cabeza. La otra es que realmente se aburren mucho más que yo.
    ¿en que trabajan los demás foreros que no sólo tienen tiempo de sobra para intervenir, sino que además pueden estructurar y redactar meditadamente cada post,a la vez que comentan las últimas noticias del día y sus últimos descubrimientos en la red? ¿serán por ventura «trabajos» pagados con dinero público?

  15. No tengo ni idea en lo que trabaja nadie excepto usted porque se ofreció un día a hacer una casa, pero de lo que no tengo dudas es de que el nivel de estupidez de sus intervenciones es superior al de los demás. Y ahora escriba lo que quiera porque no pienso contestarle.

  16. El nivel de estupidez de este foro no sé cual será, ni me importa, pero el de educación deja mucho que desear.

  17. Ya que exhibe su grosería y su vulgaridad con tanta impudicia, al menos haga como Pablo Franco, dé la cara y no se esconda tras un alias ridículo.

  18. Y desde luego hace bien en no contestarme, no se lo aconsejo, no sea que me olvide de la educación que yo sí que he recibido de mis padres, y le diga todo lo que pienso de usted.

  19. Muy interesante la opinión de Milton Friedman que nos presenta Amistad Cívica en el post 33. Desde luego es totalmente consecuente con su ideología liberal, aunque me choca mucho que un respetable profesor de universidad y premio Nobel se alinee con los defensores de la despenalización de las drogas. Las drogas, excepto el tabaco, son el mayor enemigo del funcionamiento del sistema productivo de un país (capitalista, comunista o el que sea). Bajan muchísimo la productividad, en parte porque aumentan los accidentes laborales y en parte, porque desincentivan al individuo de pensar que trabajar mucho es muy bueno (la vagancia empieza a verse de otro color). Las empresas de seguros de los estudios de Hollywood aumentaron las primas para asegurar un rodaje de película, en cuanto se comprobaron los efectos causados porque la mayoría de los que trabajaban en un rodaje injerían mucha cocaína: accidentes máas frecuentes y mayores retrasos respecto al plazo de ejecucíón pactado. Cuando los ingleses, allá por el siglo XIX, empezaron a exportar opio al decadente imperio chino, los estragos que producían en la falta de interés por trabajar de la población fueron visibles, llevando al gobierno chino a prohibir su importación. El moralísimo imperio inglés les obligó a seguir importandolo después de vencer la rebelión de los patriotas chinos (los boxers). Nunca se les ocurrió llevar el opio a Inglaterra como hicieron con el té. Como dice Nerva, las drogas «modifican el comportamiento, crean dependencias graves también psicológicas y estados mentales alterados: agresividad, depresión, esquizofrenias, apatía, alucinaciones» , de modo que también creo que es un deber de un gobierno intentar al máximo que no se consuman, no sólo por su efecto perjudicial sobre el sistema productivo. Por tanto, considero la interdicción del consumo de drogas como un mal menor, frente al bien supremo de que acabarían las mafias, y las tiendas de drogas serían una máas del barrio a precios asequibles. Lo que no entiendo es que algunos blogueros partidarios de la despenalización consideran que no tiene que haber una despenalización internacional para conseguirlo. Obviamente los países en los que fuese legal su consumo se convertirían en exportadores a los países en los que no se hubiese despenalizado. A este respecto, recuerdo lo que pasó en los años 50, cuando en España centramina y simpatina (marcas de anfetaminas suaves) eran totalmente legales. Algunos turistas suecos decidieron que ya que en Suecia no eran legales, merecía la pena transportarlas a Suecia. Pero el flujo exportador aumentó tanto que el gobierno sueco exigió al goberno español su ilegalización en España. Asi se hizo.

  20. Muy a deshoras, os cuelgo esta noticia, en versión EFE, que ronda los medios y que suscita no poca intriga:

    **Un centenar de expresos de ETA opinarán mañana sobre «la situación que se está dando actualmente en las cárceles» en una rueda de prensa que tendrá lugar en Usurbil (Guipúzcoa).

    La convocatoria de este acto, organizado por el Movimiento Pro Amnistía, tiene lugar después de que el pasado miércoles el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmase la existencia de traslados de reclusos de ETA a distintas cárceles en los últimos meses, aunque sin detallar el motivo por el que se han producido estos movimientos.

    Esta previsto que en la rueda de prensa, que tendrá lugar en el frontón de Ururbil, tomen parte como oradores los expresos Joxean Agirre y Begoña Sagarzazu.**

    Si estuviere aquí nuestro Lezo, tal vez él nos podría dar encarte de la intención de este colectivo: si van a lanzar las parrafadas cobardes del Otegui de turno, si van a hacer directa o indirectamente apología, o sí nos darán la sorpresa de (como conocemos han hecho algunos históricos de la banda en prisión) pedir ya el abandono de las armas.

    Buenas noches, quédome con la intriga.

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